10.
En un centro comercial, había un número aceptable de visitantes, paseando y ocasionalmente deteniéndose a comprar o considerar comprar algo en ese lugar.
Entré todas las personas, la figura gigante de Taki sé destacaba de la multitud. Usando ropa casual, la albina estaba enfrente de una tienda de música, pareciendo meditar.
Habían pasado meses desde que empezó una relación formar, aunque no contaba los meses, contaba los días desde que su pareja le regaló algo diferente una vez al mes, siempre al mismo día, 29, tardo un buen tiempo, pero cuándo se dio cuenta del patrón, preguntó por aquello, enterrando sé qué fue justo un 29 en que comenzó su relación con Boyfriend.
La tradición le causó intriga, así que memorizo la fecha en su memoria, y al llegar ese día, salió de su iglesia sola, como rara vez hacía, para comprar víveres, solo que esta vez tenía la intensión de comprar algo más.
Taki sé paro frente a una tienda de música, y a estado ahí desde hace 15 minutos, meditando en que podría comprar, entre la variedad de instrumentos para escoger, la dejaban bastante dudosa, temiendo elegir el regalo incorrecto, era la primera vez que hacía esto, y no tenía guía, o alguien qué la aconsejará.
-"Ehm, señora?"
Taki escuchó a alguien cerca de ella, pero lo ignoró, mientras seguía meditando.
-"¡Señora!"
Ahora sí que giró la cabeza, fijando su atención al tipo que le gritó.
Era un chico más bajo que ella, no tanto como su novio, era más alto que eso, de cabello rojo, y una apariencia más cercana a un Stickman, con la cara blanca y con dos líneas rojas, ojos grandes completamente blancos, y su ropa consistía mayormente en prendas casuales. Camisa color fucsia, pantalones negros y zapatillas rojas.
Taki miró al extraño, confundida, sin poder pensar en una razón por la cuál un random de repente le gritaba.
El chico sé notó nervioso cuándo le miró, y fue más evidente cuándo ella no dijo nada. Así qué sé ánimo a ser quien dijese algo primero.
-"Ehm, yo, la ví mirando el negocio un buen rato"-Comentó, apartándose los mechones de cabello rojo que ocupaban su vista, mostrando una pena evidente.-"Me preguntaba si necesitaba algo, o sí le gustaría comprar algo"-Preguntó en tono más cortes.
-"Sí"-Taki respondió directamente, sin pensarlo demasiado, tenía claro su objetivo, solo necesitaba decidirse, lo cual era lo más frustrante. Volvió a mirar la ventana de la tienda, sin encontrar una decisión clara.
-"¿Puedo ayudar con eso?"
Esta vez, Taki giró la cabeza al instante qué le ofrecieron ayuda, mirando con intriga al chico.
-"¿Lo harías?"-Dijo, sonando insegura, mientras me echaba una rápida mirada al contrario, aún mostrándose dudosa de su intención-"¿Por qué?"
-"Bueno, yo trabajo aquí"-Añadió él, alzando el pecho en un intento por simular madures.-"En el cajero, ehm, si quiere un instrumento, puedo enseñarle nuestra variedad"-Sé ofreció, sonando gentil y genuino.
Taki seguía insegura de que decisión tomar, pero a sabiendas qué el día podría acabarse pronto, sé sintió presionada en pedir ayuda.
Respiró profundamente, buscando no estar tan tensa antes de dirigirle la palabra al joven.-"Aceptaría tu ayuda..."-Respondió vagamente.
Él pelirrojo asintió, entrando a la tienda por la puerta del frente, no sin antes decirle que a la albina que pasará.
Taki miró un momento al suelo con dudas, pero al segundo siguiente sé animo a seguir al chico, entrando a la tienda, encontrándose con más variedad de instrumentos. Los suficientes para llenar dos paredes enteras. Dicha cantidad la hizo sentir intimidada, nunca habiendo tenido tantas opciones, había instrumentos que nunca vio, ni sonaban a algo qué Boyfriend le haya descrito.
-"¿Hay algo que le llame la atención?"
Él tono inocente del empleado captó su atención, mirándole con molestia, no, no estaba segura de lo que hacía, era la primera vez, y no quería arruinarlo, la sola idea de arruinar su relación la abrumó, y sé notaba en su mirada.
El joven a su lado tosió falsamente, notándose nervioso, era obvio que había notado la molestia de su cliente, pero como empelado, tenía que mantenerse profesional, sí quería vender.
-"Ehm, dígame..."-Él trató de pensar en algo rápido, dándole un corto análisis a la inseguridad de su clienta. Notando que era algo familiar, no de alguien qué empezaba su carrera musical, sí no de alguien qué buscaba regalar.-"¿Usted busca un instrumento para regalar?"
Taki sé mostró sorprendida tras la pregunta, siendo esas sus intensiones, dejó de mostrarse frustrada, y volvía a mostrar intriga, solo que esta vez rompió algo del espacio personal del pelirrojo, mientras le dirigió la palabra.
-"Eso quiero"-El tono neutral de Taki no expresaba la creciente emoción qué creció en ella, ante la posibilidad de recibir ayuda real.
El empleado apartó la mirada al instante qué ella sé acerco, apenado, no dijo nada al principio, moviéndose un paso hacía el otro lado, para luego volver a dirigirse a su cliente.
-"¿Para quien?"-Comenzó a hablar, un tanto torpe, para luego aclararse.-"Es decir, a quien tiene pensado regalarle?"
Taki sé mostró desconcertada por la pregunta, ahora siendo ella quien retrocedió, y agachó la cabeza, mirando al piso-"Mí novio..."-dijo en un tono más apenado y bajo. Era algo... todo estaba siendo nuevo para ella.
-"Oh, ya veo"-Él empleado medito sobre está situación, pensando en que podía hacer para ayudar.-"Y no conoces sí su novio le gusta tocar un instrumento en concreto?"
Taki levantó la vista, meditando tras la pregunta, Boyfriend le había enseñado la música que escuchaba, y ocasionalmente le había explicado sobré algunos instrumentos que se tocaban, él chico sé veía tan entusiasmado al hacerlo, haciendo movimientos raros con las manos. A ella le gustaba ver lo animado que estaba mientras hablaba, y no le prestaba atención a lo que decía, lo cual era contraproducente ahora.
-"Oh..."
Ella comenzó a sentirse mal consigo mismo, arrepintiéndose de no ser una novia más atenta, no sabía se donde venían estás emociones, pero la lastimaron bastante por dentro.
El empleado frente suya notó su estado de ánimo, empezando a preocuparse de haber echo mal su trabajo.-"¿Señora?"
Taki volvió a mirar al chico, sin tener el ánimo de responder. Sólo pudo pensar en su novio, y en ese gestó que hacia con sus manos.
-"Algo... algo así"-Dijo ella, expresándose igual de triste en su tono, mientras levantaba las manos a la altura de su hombro y ombligo, y comenzó a mover los dedos, cómo sí estuviera sosteniendo y presionando algo.
El empleado al principio observó el escenario con extrañeza, pero al instante algo hizo click en su cabeza, reconociendo el patrón de movimiento.
-"Una guitarra?"-Adivinó. Captando la atención de la contraria.-"Estás hablando de una guitarra, no?"
Taki no supo que responder. Sé ve que lo intento al abrir la boca, para cerrarla al instante, con una expresión en blanco.
El empleado sé ve que le estaba comenzando a estresar un poco la situación, no hacía su cliente, aún buscaba ayudarla, así que se le ocurrió algo.-"Ya, que tal si me da una pequeña descripción de su novio? Tal vez eso ayude"
Taki podía responder eso.-"Bajo, atrevido, agradable"-Una sonrisa sé le formaba, mientras su tono adoptaba un tono más vivo a la par que seguía describiendo a su novio.-"Tiene una bella melena azul, y una gorra roja, también lleva una camiseta blanca con un signo rojo en el centro"-Toco su pecho, sin ser consciente de lo mucho que estaba sonriendo.
El empleado asintió, deteniéndola de repente.-"Bien, eso servirá, ¿Puede esperarme aquí? Elegiré por usted"
Taki sé mostró sorprendida por lo último, asintiendo al confiar en la seguridad en la que hablaba el joven, quién sé fue por un momento, entrando por una puerta qué estaba detrás del mostrador, sé sintió nerviosa al estar sola nuevamente, cruzando los dedos, con la mirada vacía en sus manos, sólo pudiendo esperar a la espera de una señal.
Ella recordó una enseñanza de la religión que supuestamente predicaba, la paciencia, la paciencia era una virtud según recordaba, la voluntad para aceptar que las cosas llegan a su tiempo.
Entonces Taki suspiró plácidamente, su ansiedad bajando un poco, y su entusiasmo creció a la par que recordaba porqué estaba ahí, por quién estaba ahí.
Su boca sé movió lentamente, mientras murmuraba un nombre tan suavemente, qué fue difícil de escuchar.
-"Boyfriend"
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En la familiar vista de la iglesia de Taki, sé podía distinguir la silueta de Boyfriend en frente de la gran puerta de la edificación.
-"¿Taki? ¡Taki!"
El chico estaba llamando a su pareja, mientras sé encontraba esperando en la entrada. Estaba vestido de su ropa casual, solo que también llevaba puesto una chaqueta roja, y una mochila negra sujeta a los hombros por detrás de su espalda.
No recibió respuestas, así que suspiró, y sé sentó en el escalón de la entrada, apoyando el mentón en una mano, con el brazo apoyado en la pierna, de forma pensativa.
-"¿Ella se fue o está muy dormida?"-Sé cuestionó él, mirando el piso.-"Nunca la e visto afuera... ¿Se despertó antes que yo?"-Miró al cielo, sin cambiar su expresión pensativa.-"Hoy cumplimos ocho meses, el tiempo suficiente para-"-Suspiró.-"Escribir una canción"
Sacó su micrófono y comenzó a practicar su canto, nadie parecía concurrir por allí, así que tuvo algo de privacidad mientras cantaba una melodía ligera.
Siguió así, hasta cantar una canción más movida y ruidosa, para luego volver a una letra más armoniosa tras mirar la edificación de la iglesia y visualizar la imagen de Taki en su mente.
Cuándo Boyfriend terminó, volvió a sentarse, con la cabeza baja, abrazando su micrófono con las manos.
Con una expresivo conflictiva, su mente comenzó a despejarse un poco.-"... Creo que la extraño"-Admitió para sí mismo, cerrando los ojos en el momento.-"Mucho"
Mientras Boyfriend meditaba. A lo lejos sé podía ver a Taki regresando a su iglesia, con un estuche, qué sostuvo con el brazo derecho. La albina iba caminando, hasta qué reconoció a su pareja sentada en el escalón de su propiedad, apurando su paso, fue directo hacía con el otro, deteniéndose al estar frente a él.
-"¿Boyfriend?"
Dicho chico respondió con un pitido, a la par que levantaba la cabeza, para luego saltar de la sorpresa al ver a la otra frente a él.
-"¡Taki, Volviste!"-Exclamó con emoción, Boyfriend, sonriendo plenamente, a la par que saludo a la contraria.
Taki contrarrestaba, saludando de forma cortes y tranquila, mientras sostenía el estuche en su brazo con ambas manos ahora, tratándolo cómo si fuera la cosa más frágil qué alguna vez sostuvo.
-"Boyfriend, es un... placer tenerte a ti, aquí*"-Dijo con algo de torpeza en su habla, con sus manos temblándole un poco, mientras seguía aferrada al estuche.
-"Lo mismo digo"-Boyfriend respondió, siendo empático con ella al no hacer una broma fácil por ese comentario.-"¿Que tienes ahí, Tak?"-Preguntó, refiriéndose al estuche.
Taki en ese momento sonrió plenamente sin darse cuenta, siendo hasta cierto punto, aterradora, pero no para el chico que estaba embobado por ella. Pasó los dedos, acariciando la tela del estuche, a la par que pensaba bien las palabras que usaría para expresarse.
-"Yo... quería..."-Habló con lentitud, bastante, sé notaba que era inexperta cuando mostrar afecto se trata.-"-darte... esto!"-Expresó, finalmente, entregando su regalo al más bajó.
Boyfriend sé mostró sorprendido, no esperaba recibir algo, tampoco espero nada, igual sonrió ante la idea de estar recibiendo algo por parte de Taki.
-"¡Vaya!"-Expresó con emoción, abriendo el estuche un poco, para luego abrirlo por completo cuándo lo que hubo dentro captó totalmente su atención.-"Oh..."
Boyfriend sé encontró con una guitarra eléctrica de primera mano, de color roja y azul respectivamente, y era lo suficientemente brillante como para ver su propia expresión perpleja.
-"Taki, tú-"-Habló con torpeza, sosteniendo el mango del instrumento, acercándolo para tener una mejor vista, sin dejar de estar maravillado con su diseño.-"¿En serio es para mí?"-Miró a la contraria, con una expresión incrédula.
Taki solo asintió, admirando en silencio, la forma en qué el otro reaccionaba, pensando que era lindo, mientras algo en su pecho latía fuertemente.
-"Taki, yo-"-Boyfriend seguía desconcertado por el regalo, hasta que pensó en algo que pasó por alto.-"Espera, Tak, ¿Como lo pagaste?"
Taki desvío la mirada, divagando un poco.-"Fue sencillo..."
Escena retrospectiva. Hace una semana.
La siguiente escena mostraba a Taki aplastando a Fever contra una pared de la oficina presidencial.
Él demonio lanzó un quejido, mientras trataba de zafarse en vano.-"¡Está bien! ¡Está bien! ¡Te daré el dinero! ¡Pero deja de molestarme"
Fin de la escena.
-"Ohh, genial"-Opinó, Boyfriend, con algo de indiferencia por la forma en que su novia consiguió el dinero. Igual sabía que Fever le debía favores a Taki.-"Esto también es genial"-Dijo, mirando la guitarra, para luego mirar a la contraria.-"Lo apreciaré por siempre, lo prometo"
Su manera de hablar sé sintió genuino para Taki, quién no podía estar más feliz por el resultado, sintiendo una calidez en su pecho, qué sé suavizaba al ver cómo el contrario probaba un poco la guitarra.
Hasta ese entonces, Boyfriend recordó porque estaba allí, guardó la guitarra en el estuche, y sé dirigió a la contraria respetuosamente.-"Gracias, Tak, ahora me gustaría darte algo”
Taki le prestó mucha atención, mientras qué Boyfriend le indicaba qué le siguiera, sostuvo su mano, mientras ambos sé alejaban de la iglesia.
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Taki sé encontraba sentada en una silla en un tipo de pateo trasero de la casa donde vivía Boyfriend solo por el momento, mientras, él mismo chico estaba conectando su guitarra nueva a unos parlantes que ya estaban allí, en una especie de escenario improvisado.
Boyfriend tenía preparado una canción qué escribió especialmente para ella, dijo qué había estado meses perfeccionando la letra, sé oía tan entusiasta, qué la contraria sintió mucho interés en ver el resultado.
El chico ya estaba listo para comenzar con la actuación, empezando con señalar a su único público.
-"Esto va dedicado a tí, bebé"-Exclamó con júbilo, y también con seguridad en su tono.-"De todas esas veces que pensé en tí, una sola vez! ¡Porqué nunca dejé de pensar en tí!'
Comenzó tocando una tonada salvaje para poner a prueba su nueva guitarra, para después comenzar a cantar, tocando un ritmo más lento qué siguiera la letra de su canción, para hacer énfasis en ella, y en lo importante qué era su pareja para él, y su relación. Tal espectáculo parecía dejar impresionado a Taki, lo cuál le motivo a seguir dando un espectáculo qué sé sintiera digno, llegando hasta un punto pretencioso, pero nunca dejando de lado su punto inicial, qué era dedicárselo a ella y solo a ella.
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