Filipinas;

México, aquel país megadiverso y con bastante cultura, llamaba la atención de muchas personas, ya sea por su físico, para hacer y formar alianzas o atrayendo de manera romántica o muchos, Filipinas entraba en el último grupo.
          
Una reunión había acabado, si hubiera sido en la mañana seguramente el mexicano volvería a su casa para seguir durmiendo el resto del día y en la noche saliendo a bailar o escuchar su himno nacional en la televisión, pero esta vez la junta fue en la tarde, terminando a las 7:00 PM, ¡Y era en su territorio!, no podía desaprovechar su oportunidad.

——¡Oigan weyes! —— grito antes de que la mayoría de países saliera de la sede. Se había subido a la mesa que estaba compartiendo con Canadá y USA. —— ¡Peda en mi casa! ¡Culo si no asisten!

Los dos hermanos norteamericanos se miraron, asistiendo al mismo tiempo; tenían que ir si o si, no sólo por que México había usado su, según en sus propias palabras, Hechizo simple pero inquebrantable.”, también por que usualmente tomaba demasiado, la última borrachera había despertado pegado al techo con cinta aislante y justo arriba de su cama, era mejor prevenir que lamentar.
            Justo todos los países habían escuchado, algunos pensaban asistir (los latinoamericanos, por ejemplo) y otros no irían por que no convivían mucho con el tricolor, como era el caso de la mayoría de países europeos y asiáticos.
            Era la oportunidad de Filipinas para  acercarse a México, pues en el momento en donde más convivieron fue durante la Segunda Guerra Mundial, así que no fue el mejor momento de poder conversar de manera tranquila, pero desde ahí habían surgido esos sentimientos de cariño y admiración, una mezcla algo extraña para él; a pesar de todo, tenía miedo de enamorarse de una simple expectativa y decepcionarse de la realidad.

[...]

La música a tope, botellas de vodka, tequila, mezcal y latas de cerveza estaban en casi toda la casa, algo nada sorprendente, ya que era una fiesta del mexicano.
            ¿Qué hacia nuestro querido México? Lo más típico del mundo: bailar. Usualmente en parejas, pero al ver que USA y Canadá lo estaban vigilando y cuidando mucho, se puso a bailar con ellos, primero perreo y luego payaso de rodeo.
            El filipino solo observaba al lindo país tricolor, no tenía el valor de acercarsele, y eso lo hacia sentir como un cobarde. Desvío su mirada mientras tomaba un poco de su cerveza cuando alguien lo llamó.

—— ¡Filipinas! —— el nombrado juraría que al reconocer esa voz casi se atraganta con su bebida, o al menos casi la escupe. —— ¡Compa’! ¿Por qué tan solito? —— preguntó el mesoamericano mientras se sentaba al lado del anteriormente nombrado.

—— ¡Hola! Pues, realmente no lo sé. —— ¿cómo decir que no habían ido ninguno de sus amigos? Parecía que ni siquiera México lo había notado, además de que el asiático no sabía bailar.

—— Vamos a bailar wey, no me gusta verte tan solo, solín, solito. —— decía mientras jalaba de forma leve la manga del contrario, pues el filipense traía puesta una sudadera. —— Aun que sea un ratito, ¿si? —— había notado la expresión no muy convencida de su invitado.

El de colores azul y rojo en su bandera solo asintió, encogiendose de hombros; iba a negarse, pero la verdad quería estar junto a aquel latino que lo tenía como un loco enamorado, bueno, no tanto pero así lo sentía.

[...]

México, después de varias horas, logró convencer a USA y Canadá de que fueran a dormir. No quería que ellos lo cuidaran tanto, podía controlarse, no mucho, ¡pero tenía sus límites!
            Filipinas, cada momento que pasaba junto al latino se sentía más fascinado y emocionado por el comportamiento tan extrovertido y amigable del contrario, pero a pesar de que el mexicano parecía un libro abierto, eran muy difícil de leer.

Bailaban una canción bastante movida a decir verdad, mientras el más bajo intentaba seguir el ritmo el otro intentaba que su compañero no se mareara.
           Finalmente ambos se tiraron en un sofá que el dueño de la casa había sacado al jardín; la mayoría de invitados o se habían ido, se habían quedado dormidos ahí, o simplemente estaban en el hogar de norteamericano.
            Mientras el mesoamericano seguía bebiendo un botella de Vodquila como si fuera agua, Filipinas estaba recargado en su hombro, México no tenía problemas con eso, pues según su lema Jotear entre amigos fortalece la amistad. El filipino solo intentaba mantenerse algo sobrio, pues el anfitrión ya no estaba en sus cinco sentidos.

——  Oye. —— le dio un sorbo a la apenas segunda lata de cerveza que había tomado. —— ¿Te puedo decir algo?

Recibir un asentimiento, aprobando lo que había preguntado. Respiro profundo, si algo salía mal podría culpar al alcohol, aunque no había tomado mucho.

—— Me gustas. —— dijo así sin mas, sin rodeos y directo al punto. Sintio como ahora México lo abrazaba por el cuello, soltando la botella que sostenía con anterioridad. —— ¿M-méxico?  ——  tenía que admitirlo, estaba nervioso por recibir una respuesta brusca o agresiva.

—— Lo siento amigo. —— suspiro cerrando sus ojos. —— Pero... Me gusta alguien más.

Filipinas sentía como su corazón se estrujaba, no le sorprendía, pero tampoco esperaba una respuesta tan directa.
            Se acomodo para recargarse en el pecho de México. Sentia un nudo en su garganta, mientras que el otro parecía no tener ningún remordimiento de haberlo lastimado de tal forma.

—— ¿Se podría saber quién es el afortunado—— a pesar de la tristeza y leve decepción, tenía curiosidad de saber quién era la persona afortunada de ser el amor de aquel tricolor.

—— Sonara un poco tonto, pero... —— inaló para luego sacar el aire, dando como resultado un suspiro de enamorado. —— Filipinas... Si, casi no me habló con ese vato, pero, he make me un poco loco.~

Demonios, ¿tan borracho estaba? En esos momento pensó que hubiera sido mejor mejor declarase al otro día, ni siquiera sabía cuantas botellas había consumido el otro, pero al ver como volvía a agarrar el Vodquila y beberlo como si nada le habían creer que muchas.

—— ¿Te digo algo? —— pidió permiso para continuar, al igual que antes solo recibió un asentimiento. —— A él también le gustas...

—— ¿Neta? —— alargó la «a», pues si era verdad podría valer una fortuna para él.

—— Neta” —— se acorruco más, escuchando los latidos acelerados de México. Volteo a verlo, mirando la sonrisa boba que tenía.


Ya llegó su lodo, puercas. uwu

Dedicado a; The_StarMoon_UwU, ¡espero que le haya gustado o disfrutado! <3

Bueno, no lo pude terminar por falta de inspiración, hoy o mañana actualizo G.G. además ya tengo inspiración pa' los próximos one-shorts. Igual no lo sentí taan bueno como esperaba, tenía en mente una idea triste, pero lo sad lo dejaré para otros one-shorts, asies.

Por cierto, los pedidos están cerrados, pues ya tengo los suficientes, cuando los termine se volverán a abrir.

Bueno, saben que si tengo algún error pueden decirme. ¡Adiós bbs! Hasta la próxima.~ uwu❤

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