Moviéndose por el salón a paso liviano, con cuidado de no chocar con los clientes o las mesas que se ubicaban no tan lejos unas de otras; salpicaba pocas gotas de la cerveza que intentaba transportar al otro lado del lugar para luego volver por donde llegó, y así seguir por el resto de la tarde.

México tan solo observaba la gracia con la que el alemán se movía sin tambalearse o siquiera tropezarse, enbelesado por tan considerablementes simples movimientos; “¿practicará ballet?” se preguntaba para luego responderse con un simple movimiento negativo, sacudiendo su cabeza “no, ese es el tripalosky” se recordó para intentar no volver a confundir, pues sabía que la agilidad del tricolor sin emblema era natural.

[...]

Perdido en el vaivén de su caminar, fijándose en sus movimientos y la suave voz perteneciente al encantador europeo.

—— Mit Erlaubnis bitte! [¡Con permiso por favor!] —— decía Alemania caminando entre la gente que se atravesaba en su camino, tan solo para poder llegar a la mesa de el mexicano.

Este tan solo observaba con cariño, el de ascendencia nazi podría matarlo de amor si seguía siendo tan lindo, aunque para México, su amado era lo más hermoso del mundo.

Suspiró enamorado al verlo llegar con la bandeja en mano y el tarrón de cerveza lleno, el delantal casi en su totalidad limpio por las gotas de alcohol que ocasionalmente caían sobre aquella tela.

El americano creía que Alemania confundía los suspiros con piropos por su reacción ante estos; un rubor acompañado de un desvío de mirada, evitando el contacto visual, pero claro, intentando continuar con su gesto tranquilo y neutral de siempre, o al menos hasta llegar con su pareja.

—— Acá está su orden cariño. —— habló con su acento levemente marcado, junto a una sonrisita adornando su rostro.

Dejó el recipiente con la cerveza sobre la mesa.

—— Sabes que no tienes que ser tan serio conmigo, mi querido cielito lindo. —— habló con sinceridad, sosteniendo el tarro y dándole un trago mientras admiraba la pequeña risa que el alemán había soltado ante el apodo cariñoso, dejando ver los dientes afilados que en opinión de México, resaltaban su lindura. Alemania solía reír nerviosamente cuando su pareja le decía algo cariñoso, lo cual le daba más razones al de emblema de águila para decirle palabras dulces. El norteamericano suspiró. —— ¿Sabías que eres el angelito más pinches hermoso de esta vida y la siguiente?

El alemán, nuevamente, mostro sus colmillos en una sonrisa ——; Eso ya lo veremos en la noche, “cuchurrumin”. —— y le guiñó el ojo, provocando que esta vez, el país megadiverso fuese el del sonrojo. Se alejó de su pareja, sacando una pequeña libreta y un bolígrafo de uno de los bolsillos de su pantalón.

¿Acaso podía ser más perfecto?; antes de eso pensaba que no, pero al parecer todos los gesto de Alemania aumentaban su perfección; aún no entendía como los demás resistían a aquél encanto.

México estaba seguro de algo, su querido europeo podía tener a el mundo a sus pies con un sencillo ademán.

ya llegó su lodo, puercas. uwu

milagrosamente, lo único que no me terminó de gustar fue el final, lamento hacerlos esperar un mes para cosas tan mecas. ;;;;;
estuve borrando un chingo de borradores de esto ya que todos estaban bien horribles, ah-

háganse el favor y escuchen “Con un Ademán” de Paté de Fuá, me inspire es esa obra de arte para esta cosa toda fea. u,w,u

ya casi se me olvida que yo también escribo en gaypad, chales, siento que esto es más un drabble que un o. s, perdón si es muy corto. :(

bueno, no tengo mucho que decir. si tienen alguna duda saben que yo con todo gusto les responderé (igual siento que esta cosa toda meca no se entiende¿), así como los errores ortográficos o dramaticales que encuentren, se los agradecería mucho. nwn

bueno, eso es todo, ¡guten bai! 💕