Capitulo 1-Todo sobre mi-
Carretera Mella
La noche estaba fresca y helada. Era diciembre y tenía algunos planes en mente, aunque no sean muy buenos. Mi amiga Carla me invitó a cenar en su casa en noche buena, claro que no dejaría solo a Luis, está muy pequeño para quedarse solo en casa, así que ella entendió perfectamente que invitarme a mí lo incluía a él.
Se preguntarán qué pasó con mi madre. ¿¡Madre!? Ella no es digna de llamarse así, madre es aquella que nunca te abandona, la que se preocupa por sus hijos.
Así que ese término ella lo perdió desde que nos descuidó a mi hermano y a mí, más bien la nombro como la mujer que me dio la vida. No se como una persona puede ser tan cruel para ser capaz de abandonar a dos personas que salieron de sus entrañas. Pero bueno "¡Creo que soy una de las personas que están en sus cincos sentidos!"
Todo lo que tuve que pasar junto a Luis no tiene nombre o quizás si, Se llama"dolor y sufrimiento". Me da pena por las cosas que tiene que pasar este chiquillo siendo tan joven, en su plena evolución.
Yo, por lo menos alguna vez fui feliz y pude disfrutar aunque fue a corto plazo. Fue cuando vivía con mi madre y mi padre en Constanza, por supuesto que mi vida cambió drásticamente cuando mi padre engañó a mi madre con su mejor amiga y desde ese suceso, nunca he vuelto a ver a mi padre.
No tengo recuerdos de aquello porque estaba muy pequeña, pero eso hizo que nos mudáramos de donde nací y pase una etapa de mi vida, para mudarme lo que es la cuidad de Santo Domingo, República Dominicana, para ser más exacta, Los mina.
Ella cayó una depresión en los que ni siquiera quería levantarse de la cama y solamente quería llorar, después de una semana comenzó a tomar Ron descontrolada mente.
Primero llevaba personas extrañas a la casa, bebían y hablaban hasta altas horas de la madrugada, mi hermano dormía plácidamente como si nada estuviese ocurriendo pero en cambio yo, no podía pegar un ojo en toda la noche hasta que ellos se marchaban al día siguiente.
Cada vez más se involucraba en esa vida, cosa que dos semanas después saliera embarazada de quién hoy en día no se sabe quién es el padre de Luis, nunca me lo dijo y de seguro mi hermano es fruto de unas de sus típicas recaídas. Dejé de asistir muchísimas veces a clases durante de esos días a la escuela que ella me había inscrito en la cual era nueva y cursaba el primer de bachillerato, no me hacía daño físicamente en aquel tiempo pero si verbalmente. Y más cuando hacía algo que para ella estaba mal o que no le había gustado.
Cuando me mudé en los minas, BARRIO, en donde su principal característica es el bullicio y las palabras groseras, conocido como <El barrio de la muerte> debido a que solo en una semana miles de gentes mueren a tiros o en un accidente en aquellas calles las cuales en su mayoría están quebradas y deshechas.
A mí en lo personal, no me gusta ni salir ya que siempre pasan carros a gran velocidad y eso a mí de verdad que me asusta el hecho de parar en un hospital público, en donde si no tienes un seguro médico, te dejan a tu suerte, en fin, el rico tiene más probabilidades que nosotros los pobres. Y también que en este país debes de tener suficientes recursos para contar con buenas atenciones.
A la mañana siguiente me levanté muy temprano, para ir a la escuela. Dejaría a Luis con Inés, una anciana que tuvo la nobleza de quedarse con él, mientras yo asistía a clases, estoy sumamente agradecida con ella porque si no, ambos tuviéramos en muy malas condiciones.
El hambre y el sufrimiento que hemos pasado ha sido lo más cruel que le pudiera pasar a una persona. Es horrible como sentir un hueco en tu estómago porque no has comido nada durante días y muchas veces hasta un poco menos que una semana.<por su puesto que eso fue antes de que yo tuviera el privilegio de conocer junto a mi hermano un ser tan bondadoso y noble como lo es Inés>.
Me metí a la ducha para un baño breve en la regadera, la verdad que es enormemente placentero sentir como el agua recorre por tu piel.
Eso es gracia también a la misericordia que tuvo Inés de pagar el agua y la luz que no teníamos desde hace un mes, cuando dejamos de ver a "la mujer que me dio la vida a mi y a Luis". Desde ese entonces no sé nada de ella, siento rabia y coraje cuando los recuerdos llegan a mi mente por todo lo que pasé, su maltrato físico como psicológico hacia mi persona, a mi hermano nunca la dejé que le toque ni un pelo, por lo que cada vez que intentaba hacerlo, los golpes caían a mí de la forma más dolorosa en la que se pueda imaginar.
Cuando ya terminé de ducharme, coloqué una toalla ajustada a mi cuerpo para ir a la habitación, compartir el cuarto con mi hermano me ha servido de mucho al saber que no estoy tan sola después de todo.
La casa no es tan amplia, cuenta con dos habitaciones pequeñas, una sala más o menos espaciosa y una diminuta cocina y sin hablar de él baño que a veces resulta incómodo bañarse y vestirse a la vez, porque tengo que cambiarme en el baño últimamente para que mi hermano no me vea desnuda y causarle un trauma mental, al menos que el se encuentre durmiendo y me viste rápidamente antes de que despierte, como lo estoy haciendo ahora.
Me pongo el uniforme de la escuela y procedo ir al medio espejo que se encuentra en la sala, ya que "ella" lo había roto en medio de una pelea que tuvimos antes de marcharse para que no golpeara a Luis. Sujeto el cabello en uña gomilla y la dejo lo más sujeta que pueda, un día de estos se romperá ya que está malgastada así que tendré que pedirle otra a Carla.
Volví a adentrarme a la habitación para remover delicadamente a Luis para que despertara. Después de unos segundo de intento finalmente despertó. Se encontraba envuelto entre las sabanas e inmediatamente frunció el entrecejo al verme.
—despierta dormilón.—dije mientras escojo los cuadernos y libros que me tocaba en el día de hoy, en aquella mesita de noche que tuve que sostener con un cartón para que no se desmoronara. —anda vete a bañar, ya se me hace tarde.
Su rostro aún soñoliento frunció sus pequeños labios para soltar un quejido. No obstante puse mi cara seria para que viera que estaba hablando seriamente. Corrió apresurado hasta el baño y cerró la puerta, hasta oír segundos después como el agua derramaba de la regadera.
—Más vale que te bañes bien pequeño, no quiero oír otra queja de la señora Inés de que tienes mal olor, vale. —grité para que pueda escucharme. Él tenía que aprender a bañarse de una forma u otra, siendo bien o mal, el después va teniendo la experiencia. Cuando ya salió lo vestí con una camiseta de dragón ball Z , una playera y unos tenis que por cierto ya estaba en malas condiciones.
—Si me dan el trabajo como afanadora en la casa de los Cristo, lo primero que haré es comprarte un par de zapatos ¿¡vale!?. —le comenté con media sonrisa mientras le amarraba los cordones de aquellos horribles zapatos.
Él asintió con la cabeza con una gran sonrisa y nos fuimos para nuestros respectivos lugares.
Espero que le haya gustado este primer capítulo, es un poco corto ya lo sé, pero el próximo ya verán que será mucho más largo.
Voten y comenten de cualquier cosa, quiero saber sus opiniones si les gusta o no ¿de acuerdo?
Besos
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