El Preludio
Después de haber tenido un día lleno de altibajos emocionales, Lincoln quería llegar a su casa a descansar. Oír la clase de vida que había tenido su novia antes de cambiar para protegerse le había roto el corazón. Normalmente habría llorado tras oír semejante relato, pero sabía que no era prudente dejarse llevar por sus emociones. En ese momento debía darle todo su apoyo a Ronnie Anne, como una muestra de que no todos la tratarían mal. Rayos, los niños a veces podían llegar a ser muy crueles, y sin razón.
Lo primero que quería hacer era ir a su habitación y acostarse en su cama. No para dormir, sino para pensar. Estando en un lugar tan cómodo y silencioso como era su habitación le ayudaba a pensar con mayor fluidez, quizás por eso es que se ha vuelto muy analítico con el pasar de los años. Le gustaba pensar las situaciones que vivía en su habitación para obtener una vista más objetiva, fomentaba su lado analítico, tal vez por eso se había vuelto muy bueno haciendo planes, y en este momento necesitaba más que nunca su habilidad planificadora.
Esa chica llamada Sid se mostraba realmente arrepentida por sus acciones y quería enmendar las cosas con Ronnie Anne, quien pese a seguir sumamente enojada con ella aún tenía ese dolor que le quedó como secuela de su amistad rota. Tal vez sea muy arriesgado, pero si todo salía bien entonces Ronnie Anne podría cerrar la herida de su pasado y con eso comenzar a abrirse con las demás personas y dejar atrás esa actitud de chica ruda que aleja a todo el mundo.
Por eso necesitaba subir a su habitación, para idear el mejor plan que haya hecho en su corta vida para que todo al final salga bien y reparar el corazón de su novia. No obstante, sus planes fueron inmediatamente obstruidos por sus padres, quienes esperaron su retorno con un ceño fruncido marcado en sus rostros para decirle que debían hablar con él. La cara de sus padres no le daba mucha confianza, mucho menos la nada sutil alegría que mostraban 8 de sus 10 hermanas (siendo Leni y Lily las excepciones que estaban sentadas en el sofá como terceros). Tenía un muy mal presentimiento de esto, algo le decía constantemente que la charla no iba a gustarle.
- ¿Pasó algo?
-Oh, pasaron muchas cosas, jovencito, y será mejor que nos des una explicación ahora-demandó su madre con una voz prepotente. A Lincoln no le daba buena espina ese tono, esperaba que no fuera lo que pensaba.
- ¿E-explicación de qué?
-Primero queremos que nos respondas una pregunta y más te vale no mentir, ¿tienes una novia?
Si era lo que pensaba. Volvió a ver a sus hermanas, quienes seguían con esas ensanchadas sonrisas, y unió los puntos. Le habían contado todo acerca de Ronnie Anne en base a una malinterpretación, al igual que pasó con La Naranja Mecánica la película.
-Mamá, papá, ustedes no entienden, lo que le dijeron las chicas es mentira, ella no es...
-Tu madre no preguntó si fue verdad lo que nos dijeron, preguntó si en verdad tenías una novia y será mejor que responda-demandó su padre usando su tono firme.
Viendo envuelto en un interrogatorio donde no tenía derecho a replicar sino a responder, Lincoln soltó un suspiro pesado, algo que no le sirvió para tranquilizarse.
-Sí...tengo novia.
Ambos padres cerraron los ojos y tomaron un respiro con más potencia que la regular, señal de que estaban molestos.
-Pues eso...eso...
Los ojos de las hermanas adquirieron un extraño brillo, esperando finalmente escuchar la dicción de sus padres que pondrá fin a todo esto de una vez.
-Eso es...
Esta vez Lincoln no podría hacer nada por mucho que intentara, cuando sus padres dicen no es no, nada los hacía cambiar de opinión. Las hermanas no cabían de la emoción por escuchar la negativa de sus padres, así se terminaría esa relación tóxica y Lincoln sería libre de las garras de esa bravucona para estar con alguien que en verdad lo quiera y lo aprecie. Y este sería el primer paso.
-Eso es... ¡Fantástico!
- ¡Mamá, papá, no es lo que parece! ¡Ella no es tan mala como dijeron las chicas, ella es...! Esperen, ¿qué? -dijo Lincoln
- ¿Qué? -dijeron las chicas
- ¿Qué? -dijeron Lily y Leni.
- ¿Qué? -dijo el señor Quejón desde una ventana.
- ¡Aw, mi pequeño hombrecito está creciendo! -dijo la señora Loud conmovida.
- ¡Felicidades campeón! Ya mi pequeño muchacho se está convirtiendo en un hombre-felicitó el señor Loud a su hijo.
-Ehm...gracias, pero creí que estaban molestos-dijo Lincoln.
-Claro que estamos molestos, Lincoln... ¡de qué no nos hayas dicho antes! -explicó su madre.
-Sí, tal parece que están por cumplir un mes, ¿por qué no habías dicho nada? -preguntó su padre.
-Oh, pues...es que pasaron muchas cosas y no he tenido tiempo de decirles, además sabía que ustedes querrían conocerla, pero como ella es tímida pues quería primero hacerla sentir segura.
-Aw, pero qué tierno de tu parte, Lincoln-dijo su madre conmovida.
-Lo entiendo perfectamente hijo, y estoy muy orgulloso de ti.
Mientras sus padres hablaban con Lincoln, las hermanas entraron en un shock debido a la gran sorpresa y conmoción que se llevaron al ver la reacción de sus padres ante la precaria situación de su hermano. Pero no podían quedarse así sin hacer nada, necesitaban hacer algo.
- ¡Alto! -exclamó Lori para llamar la atención tanto de sus padres como de su hermano- ¡¿Es que acaso no se dieron cuentan?! ¡La novia de Lincoln es un vil monstruo que lo maltrata a todas horas!
- ¡Exacto! -continuó Luna- ¡¿Acaso no escucharon lo que les estuvimos diciendo toda la tarde?! ¡Esa chica es horrible!
- ¡Lo golpea cuando quiere, aun cuando no le hizo! nada-añadió Lola.
- ¡Lo insulta cuando quiere sin provocación alguna! -siguió Lana.
- ¡Y hasta le pone hamburguesas en los pantalones! -dijo por último Lynn.
- ¿Es en serio? -preguntaron los progenitores.
- ¡Sí! -dijeron firmemente las chicas esperando una reacción más dura de sus padres.
En su lugar, ellos comenzaron a reírse para confusión de las hermanas. Se rieron por unos segundos hasta que pararon.
-Vamos niñas, ¿no saben que cuando una chica te molesta es porque le gustas? -dijo Rita.
-Sí, a veces incluso durante un noviazgo las mujeres se sigan sintiendo un poco nerviosas, solo es cuestión de acostumbrarse-aclaró Lynn Sr.
-Bueno...eso es cierto, y es un buen argumento, pero esta chica es mucho peor. Hasta tiene algo llamado "El muro de la bienvenida" donde marca en la pared el rostro de los estudiantes, y lo hizo con Lincoln-explicó Lynn esperando que así sus padres entendieron, pero no fue así.
-(Bufido) ¿Crees que eso es malo? Por favor, no me hagas reír, tu madre era mucho peor antes de que fuéramos novios. ¿Saben lo que ella hacía para llamar mi atención?
-Por favor cariño, no les cuentes eso-pidió Rita Loud un poco avergonzada.
-Ella se las arreglaba para meterme en problemas y así los dos pudiéramos encontrarnos en el salón de castigos-dijo el patriarca de la familia sorprendiendo tanto a sus hijos como a su vecino que seguía espiando por la ventana.
- ¿Mamá, es enserio? -preguntó Lori.
- ¡Oye, no me juzgues! Era muy tímida en ese tiempo y no sabía cómo acercármele, eso fue lo único que se me ocurrió-se defendió la señora Loud con un ligero rubor en sus mejillas.
-Sí. En un principio odiaba a su madre por todos los problemas que me causaba, pero una vez que comenzamos a hablar supimos que teníamos muchas cosas en común, una cosa llevó a la otra y ...años después se formó la familia Loud.
-Ok...admito que eso sonó muy dulce, pero no pueden suponer que ella esté haciendo lo mismo sin saber cómo es ella-dijo Lynn.
-Sí, si esa chica midiera su amor con la agresión sería Mike Tyson. Jejeje, ¿entienden? -bromeó Luan-Pero en serio, no pueden suponer que ella es buena sin conocerla.
Los señores Loud se vieron el uno al otro después de oír los puntos dados por sus hijas.
- ¿Saben qué? Tienen toda la razón.
Las hermanas suspiraron de alivio al oír la declaración de su padre.
- ¡Hay que conocerla!
Pero abrieron con pasmo al terminar de escuchar la declaración del señor Loud.
-Invítala a cenar este fin de semana, así veremos lo mala que es-bromeó la matriarca de la familia.
-Oh créanme, ella es muy mala-continuó con la broma Lincoln y tanto él como sus padres rieron por las bromas.
En cuanto a las chicas, ellas sentían que caían lentamente en un abismo frío y oscuro tras ver cómo la oportunidad de oro de acabar con esa nefasta relación se derrumbaba, así como se derrumbaban sus esperanzas de que su hermano pudiesen tener un futuro con una chica que sí supiera apreciarlo. Era increíble cómo todo se les había volteado tan estrepitosamente, era algo inconcebible para sus jóvenes mentes y aun así la realidad les demostraba que ese escenario imposible se había gestado. Pero no podían dejarlo así, si Ronnie Anne venía a cenar entonces... ¡No! Tenían que hacer algo para evitarlo, lo que sea.
- ¡Esperen! -Lori llamó a los 3 para tener su atención- ¡No pueden invitar a cenar a Ronnie Anne!
- ¿Por qué no? -preguntaron los padres y Lincoln, este último con un ceño fruncido.
-Porque...porque...porque...-a la mayor se le dificultaba pensar en algo con tal de evitar esa cena, pero si hasta hace unos segundos no creyó tener que pasar por esta situación, ¿cómo podía improvisar un plan en tan pocos segundos? Miró hacia atrás esperando una ayudita de sus hermanas, pero ninguna de ellas dio la cara por ella, tampoco tenían un plan.
- ¿Y bien? -preguntó nuevamente la mamá de las hermanas.
Lori se sentía muy presionada con toda esta situación, incluso empezó a sudar. Pidió a quien sea que la estuviese mirando en el cielo que le iluminara con una idea.
-Porque...-la primogénita se encontraba muda...hasta que se le prendió el foco con una idea que, aunque no era la solución inmediata, era lo mejor que tenía por ahora- ¡Porque Lincoln y yo tendremos una cita doble!
- ¿Qué? -dijeron todos simultáneamente.
-Sí, así es, yo...pienso que lo mejor es...que antes de la cena...si lo piensan bien lo más óptimo y...adecuado es...primero tener una cita doble.
- ¿Por qué? -preguntaron los señores Loud.
-Porque...pues, ehm...Lincoln dijo que Ronnie Anne es tímida, ¿no es así, Lincoln?
Todos voltearon a ver al peliblanco, que tenía el rostro marcado con algo de molestia hacia sus hermanas.
-Sí...lo dije-admitió entre dientes.
- ¿Ven? Si dejamos que Ronnie Anne venga a la casa siendo ella tan tímida se espantará, como pasó aquella vez que intentaste hacer una pijamada con tus amigos y todos se fueron menos Clyde. No quieres que ella se espante, ¿o sí?
-No...no quiero.
- ¡Pues entonces tengamos esa cita doble! Así ella se sentirá cómoda con alguien además de ti y la conversación durante la cena se dará con mayor fluidez. ¿Eh? ¿Qué piensan?
-Hmmmm, la verdad no es una mala idea-reflexionó Rita al respecto-Si tú novia es tan tímida como dices puede que se asuste al sentirse presionada en la cena, cariño. Lo mejor es que vaya adquiriendo confianza conociendo al menos a una de tus hermanas primero.
-Yo...la verdad no encuentro fallas en esa lógica-admitió Lincoln con derrota.
- ¡Decidido! Primero ustedes tendrán su cita doble y después invitaremos a Ronnie Anne a cenar-declaró el señor Loud a su familia, aunque Lincoln no estaba muy feliz por escuchar eso.
Conocía a sus hermanas, sabía que si ellas planearon eso de la cita doble era porque traían algo entre manos, y quizás no sabía lo que planeaban, pero lo averiguaría.
-Bien, ya que terminamos con esto, me voy a mi habitación que tengo cosas que hacer.
Antes de pisar el primer peldaño Lincoln fue detenido por su padre.
-Alto ahí, campeón, no irás a ningún lado todavía-su padre lo haló del brazo para acercarlo y abrazarlo por el hombro- ¿Sabes? Iba a esperar a que tuvieras 12 años, pero ahora que tienes novia creo ya es momento.
- ¿Momento de qué?
-Lincoln, es hora de que tú y yo tengamos "La Charla"-dijo el señor Loud mientras llevaba a su hijo a su habitación para hablar en privado. El peliblanco no entendía a qué se refería con eso de "La Charla", pero sentía un mal presentimiento al respecto.
-Bueno, yo voy a limpiar la cocina-dijo la madre de la familia para luego irse a la cocina.
Estando a solas, las chicas se quedaron en la sala todavía procesando el extraño e improbable escenario de los padres aprobando la relación dañina de su hermano. De todas ellas solo una salió del trance para hablar.
- "Tenemos que decirles a nuestros padres" "Ellos van a resolver todo"-remedaba Lola usando un tono burlesco-Apuesto a que ahora te sientes como una verdadera estúpida por dar esa tonta idea-le dijo Lola a Lana
- ¡No fue una tonta idea!
- ¡Sí lo fue!
- ¡Que no!
- ¡Que sí!
- ¡Que no!
- ¡Que sí!
- ¡Basta! -les llamó la atención Lori-No hay tiempo para sus tontas peleas ahora, tenemos que hacer una reunión de hermanas de emergencia en este instante. ¡A mi habitación!
Las 10 hermanas (así es, las 10) fueron a la habitación de las 2 primeras hijas de la familia. Al llegar allá cada una dejó atrás el estado sorpresivo en el que se sumieron en la sala y dieron paso a otra reacción...la del enojo. Todas tenían un ceño fruncido bien marcado y la rabia que sentían era tanta que tenían que drenarla de alguna forma...y qué mejor que desordenando un cuarto ajeno, algo que hizo Lynn al tirar al suelo todos los objetos que había encima de la peinadora del cuarto de Lori y Leni.
- ¡Lynn! ¡¿Qué rayos haces?!-reclamó Lori.
- ¡Desquitar mi ira, eso es lo que hago! ¡¿Qué quieres que haga después de que todos nuestros salieran tan mal?!- se excusó Lynn para luego empezar a aplastar los objetos que había tirado.
Lori estaba por seguir con su reclamo cuando sintió el puño de alguien atravesar la pared de su cuarto. Al voltearse encontró a su hermana Luna respirando pesadamente después de hacer un hueco en la pared.
- ¡Luna!
-Lo siento hermana, ¡pero es que siento una gran ira que debe ser drenada!
- ¡Yo también! ¡Estoy tan enojada que quiero romper todo! -dicho esto la princesa de la casa dejó a un lado los modales para agarrar los cajones de la peinadora y alborotar todo con violencia.
Cada una de las hermanas drenaban la gran rabia que sentían destruyendo y desordenando el cuarto de las mayores: Lucy y Lana voltearon el colchón del lado de Lori y empezaron a golpearlo (también Lana agarró una almohada con los dientes y empezó a agitarla sacando un reguero a los alrededores), Luna siguió rompiendo las paredes del cuarto, Luan, Lisa y Lola tumbaron la peinadora del cuarto y comenzaron a patearla y Lynn embistió como un toro la puerta del cuarto y creó un hueco con su forma. Viendo como todas sus hermanas destrozaban su cuarto, Lori usó de voz de mando para detener el desastre que estaban ocasionando.
- ¡BASTA! -todas las hermanas se detuvieron en seco ante el grito de Lori. Lynn pasó la cabeza entre el hueco que formó- ¡Escúchenme todas, será mejor que dejen de romper mi habitación o sino...!
¡Crash!
Lori dejó de hablar cuando escuchó el sonido de algo vidrioso romperse. Al girar su cabeza a un lado vio a su hermana Leni con los brazos extendidos y las palmas abiertas, teniendo a sus pies lámpara que estaba en su mesita de noche totalmente quebrada.
- ¡Leni! ¡¿Por qué hiciste eso?!
-Bueno, creí que estábamos jugando a romper cosas de nuevo y como que no quise quedarme fuera.
- ¡¿Pero tenías que romper eso?! ¡Era mi lámpara favorita!
-Bueno, no iba a romper mi lámpara favorita, eso sería muy tonto.
Lori sentía cómo literalmente la cólera corría en su torrente sanguíneo hasta llegar a cada rincón de su ser, así que para liberarla no escatimó en gritar con más fuerza.
- ¡SE ACABÓ! ¡TODOS HAGAN UNA LÍNEA, AHORA! -ordenó Lori usando la máxima potencia que le permitía su voz.
Todas sus hermanas obedecieron, pero sus ceños fruncidos no se iban.
Teniéndolas enfrente suyo, Lori respiró un par de veces bajar su rabia y poder hablar directamente con todas ellas.
-Escuchen, entiendo que estén frustradas y muy enojadas, yo también lo estoy, pero no por eso tiene que pagar mi habitación.
- ¡¿Y qué más quieres de nosotras?! ¡Todo este asunto de la novia de Lincoln se está saliendo de control y todas y cada una de nuestras soluciones fracasaron de forma tan bizarra que es como si el universo nos odiara! -dijo Luna en su defensa.
- ¡Lo sé! Lo sé, sé cómo se sienten todas, pero romper cosas no va a resolver nada.
-Claro, y tener una cita doble con el apestoso y su troll-novia servirá de algo-contradijo Lynn a la mayor.
-Es verdad, ¿no se te pudo ocurrir algo más estúpido? ¿Por qué no mejor les organizas la boda? -dijo sarcásticamente Luna.
- ¡Sí, ¿qué rayos fue eso que pensaste?!-dijo Luan.
- ¡Esa idea fue más estúpida que la de Lana! -dijo Lola.
- ¡Sí! -apoyó Lana su gemela-Espera, ¿qué?
-Escuchen, sé que parece una mala idea, pero déjenme explicarles.
-No tienes que explicar nada-interrumpió Lynn jr. -Ya sé lo que tramas.
- ¿Ah sí?
-Es algo muy obvio, tú apoyas en secreto esa tóxica relación porque así te ganarás el favor de Bobby. ¡Tú solo quieres que estén juntos para que tu relación tenga mayor soporte! -acusó la deportista a la primogénita.
- ¿Qué? ¡Eso no es cierto!
- ¡¿Entonces dime por qué diablos hiciste una sugerencia tan estúpida?! ¡Lo único que haces es quedarte ahí sentada dándotela de la más exquisita para no aportar ningún plan y cuando por fin haces algo sales con esa solución tan estúpida!
- ¡¿Pero ¡¿qué más quieren de mí?!-les gritaba Lori a todas sus hermanas presente- ¡¿Creen que acaso es fácil pensar en algo en tan poco tiempo?! ¡Yo sabía que había una probabilidad de que el plan fracasase, pero no de esta manera! ¡Y cuando más las necesitabas me dieron la espalda, y ahora que hago un plan de improvisado me critican y me acusan sin pruebas! ¡Son horribles, ¿saben?! ¡Soy la que más ha contribuido en nuestra misión de darle una mejor vida a Lincoln y ustedes no lo valoran! ¡De no ser por mí estoy segura de que hubieran hecho un desastre con sus planes locos y estrafalarios y Lincoln estuviese en el hospital recuperándose de sus heridas provocadas por Ronnie Anne y a partir de entonces solo tuviese oportunidad de comprometerse con una reina rata gigante!
Al terminar de dar su queja, Lori comenzó a respirar para recuperar el aliento sintiendo que su discurso al menos le sirvió para cambiar la mentalidad de sus hermanas. No obstante, ellas siguieron viéndola con sarcasmo, totalmente inmutadas por las palabras de su hermana.
-Bien Lori, fue un bonito discurso y eso, pero explícame una cosa, ¿cómo diantres una estúpida cita doble ayudará a arruinar los planes malvados de Ronnie Anne? -cuestionó Lisa el argumento de Lori.
-Bien. Todas sabemos que si Ronnie Anne viene a cenar entonces vendrá con su falso papel de niña bien portada para ganarse el favor de nuestros padres, ¿verdad?
Todas asintieron simultáneamente.
-Y que, si nuestros padres la aceptan, ya no podremos hacer nada para que Lincoln se libre de esa monstruo.
Todas vuelven a asentir.
-Entonces, si queremos que todo esto se termine de una vez tendremos que encontrar la formar de tumbar la actuación que hará Ronnie Anne durante la cena, algo que no nos dará tiempo de hacer ese día. Pero, ¿y si tuviéramos más tiempo para averiguarlo?
- ¿Ah? -exclamaron todas las hermanas con la ceja levantada
-Piénsenlo, una cita doble es como la cena de nuestros padres, porque Ronnie Anne intentará engañarme a mí con su actuación. Así que, si lo piensan bien, es como tener una cena de práctica antes de la cena real, donde podremos tantear las formas de desequilibrar a Ronnie Anne para que cuando llegue el momento en que venga a nuestra casa les hagamos ver a nuestros padres la verdadera cara de esa arpía y ¡Boom! Es todo. Nuestros padres desaprueban la relación, obligan a terminarla, Lincoln llorará por un tiempo, luego verá que nosotras teníamos razón y él no, conseguirá una novia muchísimo mejor gracias a nosotras y 12 años después se casarán y tendrán 10 u 11 hermosos hijos, como se lo merece. Y lo mejor es que Bobby entenderá que nuestros padres no quieren que ellos estén juntos, con el tiempo verá lo malvada que es su pequeña hermana, instará a su madre a que la envíe a una escuela militar y a la larga se enlistará en el ejército cumpliendo misiones en el extranjero, lejos de nuestro hermano, en donde podrá torturar a las personas tanto como le plazca. Y todo el mundo feliz.
-Mmmm...-musitó Lisa pensativa, analizando a detalle el plan de Lori en busca de alguna falla o desperfecto que tuviera-La verdad es un buen plan-al final dio el visto bueno al no ver ninguna falla.
- ¡Genial! Entonces, prepárate para esa estúpida cita doble y acaba con esto de una vez-expresó Lynn con entusiasmo.
-No es algo tan fácil, yo...(suspiro) Miren chicas, no podemos tomarnos esto a la ligera. Estamos contra las cuerdas, el tiempo se nos acorta y si esta vez fallamos entonces será todo. Por eso debemos enfocarnos al cien por ciento para trazar las mejores formas de desenmascarar a Ronnie Anne, si la cita doble falla mínimo tenemos más tiempo para idear algo mejor así que debemos aprovecharlo al máximo, ¡para acabar con el "Ronniecoln"!
Las hermanas se miraron entre sí extrañadas.
- ¿El qué? -se aventuró a preguntar Lucy.
- "Ronniecoln". Así...decidí llamarlos. Ya saben, todas las parejas deben tener...un nombre de pareja.
Ahora las chicas procedieron a ver a la primogénita con la cara plana.
-Yo los hubiera llamado "Linconnie"-dijo Luna en contra posición al nombre dado por Lori.
-Eso no importa, sino que tracemos el mejor plan que jamás hayamos creado para deshacernos de la peste de Ronnie Anne de una vez por todas. Pero primero, ayúdenme a ordenar todo esto para tener un mejor ambiente de trabajo.
Las hermanas acataron la orden Lori y comenzaron a ordenar y arreglar todo el desastre que causaron. Luna, pasando al lado de la mayor, siguió hablando con ella.
-Solo digo, es nuestro hermano, su nombre alfabéticamente es primero y es hombre, no entiendo por qué tú...
- ¡Sólo arregla la habitación, ahora! -exigió Lori con ímpetu, no queriendo más cuestionamiento del nombre clave que le dio a la pareja enemiga. Para ella era un buen nombre...bueno, al menos era mejor que su otra opción, "Roonlin".
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- ¿Seguro que estás bien? Últimamente te has visto...nervioso-le preguntaba Ronnie Anne a su novio, Lincoln, quien estaba sentado al lado de ella en la fila contigua a la fila del medio de su salón de clases. El peliblanco estaba con una cara de traumatizado, como si hubiera visto al mismísimo señor de las tinieblas.
-S-sí, m-m-muy s-seguro.
-Entonces, ¿por qué estás temblando?
-P-p-pues porque...e-estar c-con una c-chica tan l-linda c-como t-tú me e-emociona-dijo esbozando la sonrisa falsa más evidente que ha hecho.
Ronnie Anne al escuchar la explicación de su pareja se sonrojó abiertamente, pero como no quería que nadie la viera así disimuló dándole un golpe a Lincoln en el hombro con fuerza media.
-Déjate de tonterías-pretendió estar en su típico mal humor haciendo su reclamo, cuando en realidad le empezaba a gustar que le dijera cosas así. Tal vez fuesen mentiras, pero la hacían sentir...querida.
Por su parte, Lincoln se sintió aliviado de que la mexicana aceptara la excusa que inventó. No es que no fuese verdad lo que dijo, pero la verdadera razón por la que estaba así de traumado era por culpa de la "Charla" que le dio su padre para la cual, pese a todo, no estaba del todo preparado. Ya sospechaba que la cigüeña no era quien traía los bebés, pero esa explicación (quizás demás de detallada) era algo para lo cual no estaba apto, mucho cuando le explicó de esas...atracciones.
Lo peor del trauma era la subliminal curiosidad que despertó en el albino, pues cuando caminaba con su novia a veces se encontraba mirando su... ¡No! No tenía edad para permitirse pensar en eso. Eso sería para cuando tuviera 13 años...o quizás 12 a lo mínimo.
La campana escolar resonó por toda la instalación escolar marcando el tan ansiado final de clases a los niños.
La pareja se levantó de sus asientos para retirarse del salón. Pronto se vio rodeada por el círculo amistoso del peliblanco.
-Entonces, ¿quieren hacer algo hoy? -preguntó Zach.
-No lo sé, ¿qué les parece ir al arcade todos juntos? -propuso Clyde.
-No estoy seguro-respondió Lincoln intentando despejar el tema de la charla de su cabeza-Esta noche mi hermana quiere que vayamos Ronnie y yo a una cita doble con ella y Bobby, no sé si nos dé tiempo.
-Vamos, hace tiempo que no hacemos algo todos juntos. Además, no nos va a tomar toda la noche, tranquilamente pueden retirarse a sus casas una hora antes de su cita para prepararse.
-Bueno, creo que así sí podemos, ¿tú qué dices, Ronnie? -dijo Lincoln.
-Pues...sí, ¿por qué no?
-Espera un momento, Lincoln.
Justo por cruzar la puerta de salida del salón, Lincoln fue llamado por su maestra quien estaba sentada en su escritorio.
- ¿Pasa algo, maestra Johnson?
-Temo que sí, Lincoln. Necesito hablar contigo.
- ¿Sobre qué?
-Sobre tu desempeño académico.
- ¿Qué? Pero si he tenido Bs y As en mis pruebas.
-Sí, pero no por tu conocimiento. Mira esto-La maestra muestra a Lincoln (y sin querer, a sus amigos) una hoja de examen-En tu examen de matemática sacaste una B, pero lo único que hiciste fue rellenar los círculos para formar un corazón.
Al ver el examen más de cerca se podía apreciar la forma poligonal esbozada por el muchacho que tenía inscrito las letras R y L separadas por un signo de más.
Lincoln se sonrojó intensamente al percatarse de ese detalle. No era su culpa, quizás se dejó llevar porque ese día se sentó detrás de su amada y pues...se distrajo un poco.
-Oh...bueno, solo fue un dibujo que...salió de la nada. No fue intencional.
- ¿Y cómo explicas que esté coloreado en rojo y los bordes tengan corazones diminutos?
-Es que...estaba puliendo detalles-se excusó Lincoln, haciendo que su maestra soltara un suspiro obstinado.
-Está bien, dejemos eso a un lado. Pero tu último ensayo pusiste corazones con la misma inscripción en toda la hoja, incluso lo usaste para reemplazar los puntos de la "i".
-Pues...usted dijo que hiciéramos el ensayo con amor.
-Y en tu cuaderno tienes muchos dibujos de parejas en lugar de apuntes de la clase-dijo la maestra mostrando uno de los cuadernos de Lincoln cuya página mostraba un dibujo de él y Ronnie Anne casándose.
A toda velocidad, Lincoln fue hasta el escritorio de su maestra para agarrar su cuaderno y evitar que sus amigos y novia viesen su dibujo.
-Ok, admito que me he distraído un poco últimamente, pero nada malo pasó.
-Fue porque tuviste suerte, Lincoln. Cuando la señorita Di Martino vino a sustituirme los chicos del salón, y por alguna razón algunas chicas también, hacían las mismas cosas que tú haces. Tú fuiste el único que no mostró un bajón en las notas durante ese tiempo, pero ahora sí lo tienes-Eso fue porque para Lincoln, la despampanante maestra sustituto no era tan hermosa como su amada Ronnie Anne. Irónicamente, ahora estaba sufriendo lo que sus compañeros sufrieron en su momento.
-De acuerdo, entiendo, es preocupante que esté pasando por lo mismo, pero...
-Pero nada, Lincoln. Has estado muy distraído últimamente y creo saber por qué, o mejor dicho por quién-la maestra miró disimuladamente a cierta latina a la que se le hacía alusión.
Viéndose sin ningún argumento, Lincoln se resignó a tener esa conversación con su profesora, no sin antes avisarle a sus amigos.
-Espérenme solo un segundo mientras hablo con la maestra, esto será rápido.
-Viendo tu caso, no creería eso-contradijo Agnes.
-Nos vemos, Lincoln-se despidieron todos del peliblanco antes de retirarse.
Estando los 2 solos, profesora y alumno iniciaron la pautada conversación.
-A ver Lincoln, entiendo que en esta escuela técnicamente no está prohibido el tener novia o esas cosas. No obstante, los profesores tenemos el deber de intervenir cuando un alumno ve afectado su rendimiento escolar por una situación familiar, y esto cuenta como situación familiar.
-Por favor, maestra, no.
-Nada de por favor, Lincoln, es hora de que aprendas las responsabilidades que conlleva tener un noviazgo.
-Oh, rayos-maldijo su suerte Lincoln por lo bajo. Como si no hubiera sido suficiente la traumatizante charla que tuvo con su padre, ahora tenía que soportar el extenuante y tedioso sermón de su maestra acerca de las relaciones. Cómo deseaba poder estar con su novia ahora.
Hablando de ella, Ronnie Anne estaba con los amigos de su novio. Quizás el otro día pudo convivir con ellos mejor de lo que antes lo hacía, pero eso fue gracias a que estaba en compañía de Lincoln y ahora que él no se encontraba allí...estaba nerviosa, aunque por fuera no lo demostraba.
-Y bien... ¿qué dices, Ronnie? ¿Vienes con nosotros? -preguntó Rusty.
-Mmmm...mejor no, recordé que...tengo cosas que hacer. Y no vuelvas a llamarme "Ronnie", sólo Lincoln puede llamarme así-dijo Ronnie Anne para luego retirarse sin despedirse, dejando a los chicos un poco incómodos.
-Vaya, creí que ya empezábamos a llevarnos bien y que le gustaría ir con nosotros al arcade-expresó Stella su pensamiento.
-Debe ser porque Lincoln no va a poder acompañarnos-supuso Liam.
- ¿Qué?
-De seguro ella todavía no tiene la confianza para estar con nosotros sin Lincoln. Las chicas como ella son como los ciervos, tienes que dejar que vengan hacia ti a su tiempo.
-Dime que por favor no comparaste a Ronnie Anne con un ciervo.
-Solo digo que deberíamos dejar que ella se acerque a nosotros con confianza.
-Bueno...eso no es mala idea, pero...
-Oye, Spokes-interrumpió el entrenador Pacowski a la chica de las filipinas llamando al pelirrojo de cabello rizado-Quiero aumentar mi apuesta a 20$
-Por supuesto entrenador-Rusty aceptó y lo almacenó dentro de una bolsita junto con el resto, todo bajo la mirada pasmada de Stella.
- ¿Qué? Entrenador, ¿está apostando a cuando terminan Lincoln y Ronnie Anne? ¿Cómo puede estar participando en una apuesta que involucra el sufrimiento emocional de uno de sus alumnos, que es un niño de 11 años?
El entrenador polaco miró a la asiática con la ceja levantada y cruzando de brazos.
- ¿Tienes idea de cuánto gana un maestro? Prácticamente no ganamos nada, tenemos que ganar más dinero por medio de otras actividades.
-Vamos, no puede ser tan mala.
-Sí lo es-confirmó la señorita Shrinivas pasando por el pasillo.
-Una bazofia-continuó la enfermera Patty
-Apenas alcanza para comer-finalizó el director Huggins.
Cada uno antes de retirarse les dejó un dinero a los chicos para aumentar la apuesta.
Stella miraba incrédula como los profesores también se involucraban en la apuesta que organizaban los chicos, a quienes ella procedió a reprocharlos con la mirada.
-No puedo creer que ustedes sigan con esto. Pensé que ahora apoyaban la relación de Lincoln.
-Lo hacemos, pero si todavía hay quienes no le tienen fe y quieren hacer su apuesta, ¿quiénes somos para negárselo? -se excusó Rusty en nombre de todos los chicos.
-Ugh, no importa. Retomando el tema, está bien que quieran que Ronnie Anne tome la iniciativa, pero tampoco podemos dejarla sola esperando que ella venga así como así.
-Entonces, ¿qué sugieres? -preguntó Zach.
-Creo que deberíamos acercarnos a ella, pero uno a uno. Y creo que uno de nosotros debería ir a buscarla y hablar con ella.
- ¿Y quién irá a buscarla?
Los chicos miraron a Stella en respuesta a la pregunta del chaparro de lentes.
-Vamos chicos.
- ¿Qué? Si tú eres la que mejor se lleva con ella, hasta te perdonó por las cosas que te dijo. Lo lógico es que tú seas quien hable con ella-expuso su punto Rusty.
-Tiene un buen punto-apoyó Clyde a su amigo.
-Pero...Agh, está bien, iré yo. Pero ustedes también deben ayudar a Lincoln, que hasta ahora no han hecho nada más que aprovecharse de él-les dejó en claro Stella antes de irse a buscar a Ronnie Anne.
-(Bufido) Sí claro, ya hemos ayudado mucho a Lincoln, ¿verdad Clyde? -dijo Rusty buscando el apoyo del moreno. Sin embargo, este mostraba una cara de desacuerdo- ¿Clyde?
-Chicos, hay que admitirlo. No hemos ayudado mucho a Lincoln en todo este asunto.
- ¿De qué hablas? Claro que lo hemos ayudado.
- ¿Ah así? ¿Cómo?
-Pues... ¿no hablamos con su novia el otro día? ¿No la invitamos a jugar con nosotros hoy? ¿Qué más quieres de nosotros? -dijo Zach.
-Eso no es mucho si lo piensan bien.
-Clyde, hablamos de Ronnie Anne, quien hasta hace casi 1 mes te golpeaba sin misericordia por tan solo acercarte a ella. Proporcionalmente hablando hemos hecho demasiado-dijo Liam.
-Eso lo entiendo, pero aun así no dejo de sentir que podemos hacer más.
-Vamos Clyde, sé realista, ¿qué clase de amigos se preocupan por la relación de uno de ellos a tal grado de buscar ayudarlo más que lo que hemos hecho? Nadie hace eso-dijo Rusty.
-Lincoln. Él lo haría por nosotros.
Los 3 pelirrojos callaron ante el argumento proporcionado por Clyde. Ciertamente Lincoln estaría dispuesto a hacer más por ellos en sus hipotéticas relaciones, con sus planes locos con nombre excesivamente largo que les ayudaría a robarse el corazón de sus enamoradas. Pensar en esto los hizo sentir un poco culpables, tal vez sí pudieron haber hecho más de lo que hicieron.
-Está bien, entiendo tu punto y quizás tienes razón. Pero, ¿qué más podemos hacer? Ninguno de nosotros sabe cómo es tratar con alguien como Ronnie Anne, ni siquiera tú. Digo, no es como si la forma de ayudarlo está a la vuelta de la esquina.
Lo habrá dicho irónicamente, pero a la vuelta de la esquina encontraron la forma de ayudar más a su amigo.
-Entonces, ¿qué han podido averiguar de Ronnie Anne? -los chicos escucharon una voz aguda formular la oración. Sus instintos les instaron a poner más atención a la conversación que tenía de por medio a la morena y se acercaron para poder escuchar mejor, obviamente manteniéndose ocultos. Vieron a las hermanas menores de Lincoln hablando entre ellas.
-SCH, ¿podrías bajar la voz, Lola? Alguien podría oírnos-pidió Lana.
-Por favor, no seas paranoica, a nadie de aquí le importa que Lincoln y Ronnie Anne terminen-dijo Lola-Te lo probaré. ¡Oye tú! -llamó la princesa a un alumno al azar que pasaba caminando al lado de ellas.
- ¿Sí?
- ¿A ti te importa que Lincoln y Ronnie Anne terminen?
-No, siempre y cuando terminen el martes, aposté ese día.
-Gracias, ya vete-el chico se retiró con el permiso de Lola- ¿Ves? No pasa nada. Vuelvo a preguntar, ¿qué han averiguado de Ronnie Anne?
-Lamentablemente, nada. Ronnie Anne es como un acertijo envuelto en un enigma envuelto en una sudadera-respondió Lucy.
-Debo darle la razón a la unidad fraternal número #7. Obtener información de la pareja de nuestro congénere ha sido más complicado de lo esperado al no haber nada relacionado en la base de datos de su antigua escuela o en esta-explicó Lisa.
-Pues pregunté a varias personas y nadie sabe nada de ella-dijo Lana- ¿Qué hay de ti, Lola?
-Lo mismo, ni siquiera tiene redes sociales, la niña es una fantasma. ¿Cómo se supone que vamos a hacerla enojar si no sabemos nada de ella?
-No lo sé, pero si queremos que todo esto termine esta noche tenemos que hacer un mayor esfuerzo. Recuerden, es todo o nada-declaró Lisa con firmeza, a lo cual las hermanas presentes asintieron para indicar su apoyo-Por ahora, será mejor que nos reunamos con el resto y esperemos que alguna tenga información que sea de ayuda.
Las hermanas rompieron el círculo de reunión y se dispusieron a retirarse a su casa. Como pasaron al lado de los chicos, estos hicieron desinteresadas para disimular el hecho de que estaban oyendo su conversación. Cuando vieron que se fueron, se relajaron y empezaron a hablar entre ellos
- ¿Oyeron lo que dijeron? -dijo Liam
-Sí. Parece que están buscando información acerca de Ronnie Anne, ¿pero para qué? -dijo Rusty
- ¿Y a qué se referían con que todo terminará esta noche? -dijo Zach.
Los chicos se pusieron a pensar en aquel asunto que podrían estar hablando las hermanas de Lincoln que tenía que ver con su novia. Después de pensarlo un momento, Clyde llegó a una conclusión.
-Oh oh. Chicos, ¿están pensando lo mismo que yo?
- ¡Están planeando separar a Lincoln y a Ronnie Anne! -expusieron todas sus teorías y se llevaron una sorpresa al ver que todos llegaron a la misma conclusión.
-Qué raro, eso no suele funcionar-se refirió Rusty al coincidir en una misma idea. Dadas las personalidades tan dispares del grupo era algo muy poco común.
-Eso no importa, lo que importa es que las hermanas de Lincoln quieren que él y Ronnie Anne rompan-dijo Zach.
-Pero no entiendo, ¿por qué es tan importante que sea esta noche? -se preguntó Rusty
- ¿No es obvio? Lincoln y Ronnie Anne tendrán una cita doble hoy, deben estar planeando algo para arruinarla o algo así-dijo el granjero.
-Santo cielo, tenemos que advertirle a Lincoln.
-Esperen-Clyde detuvo a sus amigos, sorprendiéndolos en el proceso-No creo que debamos decirle a Lincoln.
- ¿De qué hablas? Tenemos que decirle de una vez.
-Lo sé, pero...no creo que sea buena idea.
- ¿Por qué no?
-Pues porque...ya saben cómo es Lincoln con sus planes. De seguro estará tan concentrado en sus hermanas durante su cita que se olvidará de Ronnie Anne, y no creo que a ella le guste ser ignorada.
-Entonces, ¿qué hacemos? No podemos dejar que ellas se salgan-dijo Liam.
-Eso también lo sé, por eso pienso que...debemos evitarlo.
- ¿Qué?
-Digo que quizás esta sea nuestra oportunidad de redimirnos ante Lincoln, de probarle que no solo somos de los que se burlan y que podemos ayudarlo cuando lo necesite. Yo creo...creo que debemos decirle a Stella, escabullirnos esta noche en la cena y asegurarnos de que las hermanas de Lincoln no arruinen la velada para que él y Ronnie Anne puedan pasar una gran noche, ¿qué dicen?
- ¿Sabes qué, Clyde? Estoy contigo, creo que ya es momento de que hagamos algo productivo-dijo Zach.
-También yo-dijo Liam-En la granja cuando un animal deja de ser productivo lo sacrifican, y este toro aún tiene mucho que dar.
Ya iban 3 que estaban decididos a prestar su apoyo por el peliblanco y la pelinegra de precedencia latina, solo faltaba el último de los pelirrojos quien no estaba muy convencido.
-Ahm...no sé, compré la nueva película de Superman y quería verla esta noche.
Los 3 miraron al del cabello rizado con una mirada cansada para injerirle presión, algo que terminó por funcionar.
-(Suspiro) Bueno, ya qué. Al cabo dicen que no es tan buena.
Ahora los 4 estaban unidos en su misión grupal para evitar que las hermanas de Lincoln arruinaran su cita. Después de avisarle a Stella, los 5 se prepararían para el reto que les vendrá esta noche.
/
Ronnie Anne esperaba en las afueras de la escuela la salida de su pareja para poder estar con él. La verdad es que mintió cuando dijo que tenía cosas que hacer, porque no quería irse sin Lincoln. Se había acostumbrado tanto a su presencia que prácticamente se sentía sola al no estar a su lado...bueno, técnicamente estaba sola, pero ustedes entienden.
Ella ya lo consideraba un amigo, hacía tanto que no tenía amigos (aunque sea uno falso) que ya olvidaba lo agradable que era la compañía de personas ajenas a su familia, poder conversar con alguien amenamente sobre intereses comunes y también el poder confiar en que esa persona estará contigo en las buenas y en las malas. Era una sensación muy agradable, pero ciertamente le asustaba. No dejaba de pensar en que si seguía siendo confianzuda con el peliblanco este terminaría por lastimarla tarde o temprano como todos en su vida han hecho, incluso una parte de ella reconsideraba la idea de terminar la relación, pero cada vez que le cruza la idea por la cabeza ese extraño sentimiento reaparece y saca a patadas esa idea. Ella sabía que era porque si dejasen de ser parejas entonces Lincoln no se vería obligado a estar con ella y de seguro no volvería a acercársele, aunque también sentía que había algo más.
Y hablando de ese extraño sentimiento, ella todavía no descifraba lo que sea que sea eso. Según las investigaciones que había estado haciendo había 2 opciones: 1) Estaba teniendo su primer período o 2) Padecía del hipertiroidismo. La segunda no le encajaba mucho debido a que no tenía una marca roja en forma de mariposa en el cuello, por lo que decantaba más por la primera opción, además de que ella estaba por cumplir 12. Bueno, tampoco es que era la gran cosa, es decir, ¿qué tantos problemas pueden causar el período? No ha de ser muchos.
En fin, ya que se estaba aburriendo con la espera decidió mirar a los alrededores a ver si encontraba algo interesante. Solo había niños yendo con sus familias para regresar a sus casas y algunos reunidos entre ellos para hablar mientras esperan. Lo único curioso que vio a sus alrededores fue a un hombre enano con un bigote extraño usando lentes de sol, gabardina y un sombrero como si fuera un detective de los 60. No sabía por qué se le hacía familiar ese señor, seguramente recordaría a alguien con tan chistosa apariencia. De hecho, incluso le recordaba a un viejo disfraz que ella usó una vez, junto con...oh...ya descubrió por qué se le hacía familiar el señor, porque no era exactamente un señor.
Dando pasos firmes y contundentes y emanando un aire amenazador que le erizaba la piel a los niños que estaban a su alrededor, se acercó hasta el enano, quien se sobresaltó al verse tan cerca de la morena.
-Ehm, hola niña-saludó usando una voz grave que no sonaba auténtica-Yo solo estoy aquí esperando a que mi hijo salga. En fin, ¿qué se te ofrece? -preguntó el señor mostrándose un tanto nervioso por alguna razón sin especificar.
Ronnie Anne miró al hombre estoicamente, con sus manos metidas en los bolsillos de su suéter, sin mostrar ninguna emoción en su cara. Luego súbitamente golpeó al hombre directamente en la nariz, tumbándolo al suelo, fracturando sus lentes de su sol y haciendo sangrar un poco su nariz. Después lo tomó por los pliegues de la gabardina y lo empujó violentamente hacia un árbol que estaba cerca. En el proceso el sombrero se le cayó al igual que su bigote que resultó ser falso, dejando ver un cabello castaño con una diadema rosada y una cara blanca con pecas y ojos rasgados, pertenecientes a la examiga de la morena, Sid Chang.
-Tú-musitó la morena sombríamente.
-Eh, hola-saludó una nerviosa Sid que tenía un tenue hilo de sangre saliendo de su nariz.
Antes de hacer otra cosa, Ronnie Anne sintió la mirada impertinente de los niños y algunos adultos que deambulaban por las afueras de la escuela, así que primero tuvo que deshacerse de la intromisión externa.
- ¡¿QUÉ ESTÁN MIRANDO?!-gritó con tal fuerza que todos perdieron la curiosidad en lo que hacía y siguieron en lo suyo ignorando a Ronnie Anne y a Sid.
No conforme con esto, Ronnie Anne llevó a la asiática al callejón que estaba al lado de la escuela, donde podrían charlar sin que nadie las moleste. Pero había un grupo de bravucones golpeando sin piedad a un pobre niño desafortunado, multitud que importunaba a la latina así que tuvo que sacarlos.
- ¡LARGO! -rugió Ronnie Anne con una voz potente.
Los bravucones se asustaron tanto por la voz como por la presencia de la chica más dura de la escuela, así que sin vacilar se largaron lo más rápido que pudieron de ahí, seguidos por el niño golpeado que corría como si lo persiguieran un león. Una vez solas, Ronnie Anne empujó a Sid hacia una pared de ladrillo sin dejar de soltarla.
- ¡¿Qué estás haciendo aquí?!-demandó una explicación la latina.
-Yo...este...nada. Estaba...paseando por aquí, es todo-finalizó esbozando una sonrisa falsa.
La pelinegra golpeó duramente la pared de ladrillo creando una gran grieta del tamaño de la castaña y cuyo epicentro desprendió pedazos de ladrillo totalmente destrozados.
-Vuelve a mentirme, y te irá peor que la pared-amenazó la niña del cabello azabache apretando los dientes-Voy a preguntar otra vez, ¡¿qué DEMONIOS estás haciendo aquí?!
Totalmente aterrorizada, la asiática soltó la sopa.
- ¡Está bien! ¡Quedé con ver a alguien aquí! ¡Es todo, lo juro!
Después de escuchar la aclaración de Sid, Ronnie Anne la soltó y dio dos pasos para guardar algo de distancia. La castaña aprovechó esto para limpiarse la sangre de la nariz, por suerte no tuvo hemorragia nasal y el sangrado no pasó más allá del que soltó tras el golpe recibido, pero no pudo prolongar ese breve momento de tranquilidad cuando Ronnie Anne continuó.
-Tú no vives aquí, así que no conoces a nadie.
-De hecho...
- ¡Cállate!
Sid cerró la boca para acatar la orden de Ronnie Anne, quien siguió hablando.
-No tienes familia aquí, así que no me vengas con tu excusa de que viniste a ver a un primo tuyo. Ahora te pregunto, ¿con quién ibas a encontrarte en mi escuela? -preguntó haciendo énfasis en la última parte.
-Pues...con nadie que conozcas, por supuesto.
-Oh, ¿en serio?
-Sí, muy en serio.
-Ja, sí claro. A mí no me engañas, ya sé lo que planeas.
- ¿De veras?
-Sí. Viniste a esperar a Lincoln para seguirlo hasta que encontraras el momento perfecto para coquetearle, ¡¿no es así?!
- ¿Qué? ¡No!
- ¡¿Entonces por qué viniste?!
-Es que...no puedo decirte.
- ¡Lo sabía! ¡Viniste para conquistar a Lincoln!
- ¡No, no, no, no, no! Te juro que no...
- ¡¿No fue suficiente para ti el destrozarme allá en la escuela?! ¡¿No estás satisfecha por haberte burlado de mí por meses y haberme humillado con esas divas?! ¡No! ¡Ahora vienes tú a mí ciudad para arrebatarme mi momento de felicidad robándote a la persona que más amo! -acusó ferozmente la latina.
- ¿Qué?
Ronnie Anne iba a repetir sus palabras, cuando cayó en cuenta en lo que había dicho y se sonrojó. Puede que haya estado enfada, puede que dijo lo primero que se le vino a la mente, puede que lo haya dicho sin pensar, pero sin querer había dicho algo que no salió de su mente, salió de su corazón. Ahora podía sentir el extraño sentimiento en la parte izquierda de su pecho, donde estaba su corazón, siendo este el responsable de todo lo que había dicho. Pensó en lo que dijo, pensó en lo que le estaba pasando, pensó en los últimos días desde que empezó su noviazgo con el peliblanco, pensó en su cita, en su salida al parque de skates, en la cena con su mamá y hermano, en el día que le confesó su pasado donde se ganó completamente su confianza. También pensó en las cosas lindas que le decía por obligación, en lo genial que se veía con la ropa que le compró, en lo sexy que se escuchaba cuando hablaba español, en lo bien que él la trataba pese a todo, en su hermoso cabello blanco, en sus lindas pecas, en su tierno diente astillado, en sus lindos ojos y en esa sonrisa que antes le parecía tonta, pero ahora era la cosa más bella y radiante que jamás había viso.
Pensar en todo esto hizo que ese extraño sentimiento, que la controlaba cada vez que aparecía, se manifestara con mayor fuerza, pero ahora podía ubicarlo con precisión justo en su corazón. Y ahora que lo pensaba bien, siempre lo sentía cada vez que veía, escuchaba o estaba con Lincoln. Entonces...si todo eso pasaba cuando pensaba o estaba con él, ¿significa que ella...?
-Ronnie Anne, te juro que yo no voy tras de Lincoln.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos gracias a la intervención de Sid Chang. El escuchar su voz hizo que el extraño sentimiento se encandilara junto con todo su ser, jamás en su vida había estado tan furiosa como ahora. El pensar en la posibilidad de que la desgraciada de Sid estuviera secretamente tratando de robarse a su novio le hacía entrar en un estado colérico mucho mayor que el del propio Aquiles, pero esta vez todo su ser al 100% estaba decidido en mantenerla alejada miles de kilómetros de distancia de su Lincoln.
-No vas a engañarme. Será mejor que te alejes de él lo más lejos que es posible o sino...
- ¡Pero Ronnie, a mí no me interesa Lincoln!
-Oh, ¿en serio? ¿Entonces no crees que es tan lindo como para elaborar plan maestro para coquetearle a mis espaldas para volverlo tu novio y así terminar de burlarte de mí? -dijo con ironía denotando algo de hostilidad.
-Ay por favor, claro que no, ni siquiera me parece lindo. Digo, tienes esas horribles pecas, esa apariencia de alfeñique, ese extraño cabello blanco que parece hecho de caspa y ese feo diente astillado que...
Sid se detuvo cuando repentinamente empezó a sentir mucho más calor en el ambiente. Al mirar al frente pudo ver a Ronnie Anne mucho más furiosa de lo que estaba hace un segundo, apretando dientes y manos y lanzando una mirada de muerte que mataría a un pájaro de un tiro. Sid se dio cuenta de que su argumento no ayudaba mucho, así que buscó corregirse.
- ¡Para mí! Es feo para mí. Digo, ¿no se supone que la belleza es subjetiva? Lo que para mí es algo hermoso para ti puede ser algo asqueroso, y viceversa. Y no es algo malo, es completamente normal, porque ves lo bonito en él. Porque parece alguien amable, cariñoso, y tiene una linda sonrisa que...
Sid dejó de hablar cuando escuchó los chirridos que soltaban los dientes de Ronnie Anne y deslumbró cómo un vapor se escapaba de sus orejas. Por increíble que suene, ahora estaba mucho más molesta.
-Mejor me callo.
Inmersa en su estado de rabia, Ronnie Anne empujó nuevamente a Sid a la pared sujetándola firmemente de la camisa.
-Entonces dime una cosa, si no estás tras de Lincoln entonces explícame, ¡¿Por qué diablos estás aquí?!
-Es que...yo...yo...
- ¡¿Qué?!
- ¡Quiero que volvamos a ser amigas!
Aquella respuesta dejó desconcertada a Ronnie Anne por un instante. Por un segundo, Sid Chang creyó que el ánimo de la morena se había calmado gracias a su respuesta, sin embargo, regresó a este con una mirada que asustaría hasta al mismísimo diablo.
- ¿Acaso me ves cara de estúpida? -le dijo con un tono voz tan afilado que la asiática podía sentir como sus palabras cortaban su piel-Te dije...que no volvería a caer en tus mentiras...jamás.
-Te digo la verdad, lo juro-las palabras de la chica de ojos rasgados no eran muy firmes, tenía tanto que hasta sus palabras temblaban ante la aterradora imagen que tenía la chica mexicana.
-Tu palabra no significa nada para mí. Nada. Tú y yo nunca fuimos amigas, eso es algo que descubrí por mi cuenta.
-Eso fue un accidente, yo no...-la castaña interrumpió el habla al ser azotada con fuerza contra la pared, algo que le provocó un gran dolor en la cabeza.
- ¡La hemorragia cerebral que va a dar con otro golpe en la pared será un accidente! Pero el que te rompa todos los dientes con mi propia mano...será tu recordatorio de que nunca debes meterte conmigo.
-Ronnie, yo...
- ¡NO ME LLAMES ASÍ! ¡Sólo Lincoln puede llamarme así! Tú...eres basura. No...eres peor que la basura, porque al menos la basura puede ser reciclada, mientras que tú debes ser quemada de inmediato. Dime una cosa, ¿por qué yo querría ser amiga de alguien tan despreciable como tú?
-Porque...me necesitas.
Con esa respuesta Sid se vio libre del agarre de la pelinegra y pudo recuperar el aire que había perdido por el miedo.
- ¿Qué?
Viendo esta como su oportunidad de arreglar las cosas, la niña procedente de China formuló su explicación.
-Ronnie Anne, sé que las cosas entre nosotras no terminaron para nada bien, y que ahora me odias por lo que te hice. Sé que después de eso ya no confías en mí, pero debes saber que esos momentos que tú y yo pasamos antes de que todo se arruinara...son momentos que guardo en mi corazón. Nunca...nunca había sido tan feliz como cuando fuimos amigas, porque digas lo que digas tú y yo éramos un equipo imbatible, capaz de superar cualquier obstáculo que se nos interpusiera juntas, estábamos unidas en las buenas y en las malas, porque eso es algo que hacen los amigos. Tú misma debes reconocer eso, que la vida sin amigos...no es muy feliz, lo sé de primera mano. Por eso, te pido que me des otra oportunidad, esta vez no cometeré errores y estaré dispuesta a lo que sea...para que seas mi amiga-nuevamente la castaña abrió su corazón ante la mexicana esperando que esta vez por lo menos sus palabras hicieran eco por su mente.
Parecía ser así, pues en varios segundos la morena no había dicho absolutamente nada, Sid comenzaba a acariciar la posibilidad de reparar el vínculo roto que tenían ambas. No obstante, ese lapsus de reflexión terminó en algo inesperado.
-Entonces es eso. ¿Quieres aprovecharte de mí creyendo que no tengo amigas y que estoy desesperada por una?
- ¿Qué? No.
- ¿Acaso me crees una perdedora ermitaña que no puede hacer amigos?
- ¡No, no, no, no, no, no, no, no, no! Yo no...
- Pues déjame decirte algo: ¡Tengo muchas, muchas amigas! ¡Tengo tantos amigas y amigos que a veces ni sé el nombre de quién me habla!
Justo al decir eso pasaba al lado del callejón una niña rubia de suéter blanco y, para probar su punto, Ronnie Anne la saludó.
- ¡Hola, niña del suéter blanco! -aunque lo hizo con su clásico tono hostil.
La niña al verse bajo la atención de la bravucona, gritó asustada y salió corriendo despavorida para evitar la posible paliza que le esperaba por quien sabe qué motivo.
- ¡¿Ves?! ¡Tengo muchas amigas!
-Pero...
- ¡Y no solo eso! ¡También tengo una nueva mejor amiga que es mucho mejor que tú!
De todas las cosas que le había dicho Ronnie Anne, de todos los insultos, amenazas y denigraciones, ese último comentario fue sin lugar a dudas el que más daño le causó a la castaña.
- ¿Qué?
-Sí, como oíste. No necesito una mejor amiga porque ya tengo una.
El pensar en que su ex mejor amiga haya encontrado a alguien más para reemplazarla y que su única y minúscula oportunidad de arreglar las cosas con ella sea vean completamente aplastada la destrozaba por dentro. Quizás sonaba malo, pero la verdad quería que eso fuese una mentira.
- ¿Quién es?
- ¿Quién es? Pues es...-Ronnie Anne posó a mirada por el callejón hacia el exterior de la escuela para buscar con la mirada alguna chica de las que estaban en la escuela que pudiera fungir como una falsa mejor amiga para que Sid viese que tiene una buena vida sin necesidad de ella y así la dejase en paz. Pero, ¿quién de todas esas perdedoras y zorras es la ideal para fingir que sea su mejor amiga?
Primero vio a Cookie, quien estaba alimentado unas aves con algo de pan, pero la descartó por ser muy encimosa. Luego vio a Mollie, quien estaba paseando con su novio Artie por las afueras de la escuela, pero la descartó por ser muy patética (y además no quería que a Lincoln y ella se le pegara lo cursi). Después vio a Jordan, quien estaba hablando con sus amigas, pero la descartó por ser la mayor descarada que jamás había visto y si pudiera la mandaría a Abu Dabi para que esté lejos de Lincoln. Por último, vio a Stella, quien estaba saliendo de la escuela, pero la descartó por...de hecho, ella era la que menos le desagradaba de las chicas. Ella se disculpó por las cosas que le dijo la otra vez, y las veces que mantenían conversación era de forma amena. Sí, ella era la indicar para ser su amiga falsa.
-Stella-dijo la morena respondiendo la pregunta de la castaña. Luego puso sus dedos en su boca para emitir un silbido de suficiente intensidad como para que Stella escuchase.
- ¡Yuju! ¡Stella, por aquí! -llamaba Ronnie Anne a su compañera asiática acompañado de gestos con las manos.
Stella estaba algo confundida, no esperaba que su búsqueda a por Ronnie Anne terminase tan rápido, mucho de esta forma tan inusual, pero no iba a cuestionar la suerte que estaba teniendo. Fue hasta el callejón donde estaban Ronnie Anne y una niña de ojos rasgados que nunca había visto antes.
-¡Stella! Mi amiga, mi compadre, mi cuate. ¿Cómo está todo, cuate? -además de decir esto, Ronnie Anne la abrazó por el cuello como si se tratase de su hermana de otra madre, cosa que desconcertó a Stella
-Eh...todo bien...cuate-dijo dejándose llevar por...lo que sea que esté haciendo Ronnie Anne.
-Sid, te presento a mi mejor amiga de todo el mundo: Stella...Stella...ehm...-Ronnie Anne giró la muñeca para indicarle a Stella que diga su apellido.
-Filippelli.
- ¿En serio?
Stella arrugó la cara en respuesta al comentario de Ronnie Anne.
- ¿Ella es...tu mejor amiga? -dijo Sid con un nudo en la garganta.
-Por supuesto, Stella y yo somos súper cuates. ¿No es así, cuate?
-Pues... ¡sí! Somos...cuates, o como se diga.
- ¿Ves, Sid? Si puedo tener amigos y una mejor amiga. Y no cualquier amiga, no señor, Stella es la mejor. Ella es simpática, es...pues...agradable, y tiene...un...gran bronceado. Y por supuesto no es de las que traiciona, como cierta persona que conozco.
Sid quedó constipada al ver que la más le importaba la había reemplazado por alguien más que parecía ser mucho mejor que ella, en especial en la fidelidad que mostraba. Aunque se sentía destruida moralmente, quiso mostrar su alegría al respecto.
-Eso...es...genial. Estoy feliz de que...tengas a alguien que...sepa valorarte.
La chica proveniente de las filipinas quedó conmovida por las palabras de aquella chica que al parecer tenía relación con Ronnie Anne, y no le hizo mucha gracia el ver la sonrisa flamante que tenía la latina con ver la cara de la chica.
-Sí, gracias. Ahora vete.
- ¿Uh? Oh, sí. De seguro...tienen cosas que hacer.
-Sí, eso mismo.
-Y yo aquí...importunándolas.
-Exactamente.
-Bueno...las dejo...a menos que quieran...ir a comer helado o a...
-Largo-decretó con contundencia, para así sacar a Sid fuera de su vista.
-Claro...yo...me iré.
Sid se retiró cabizbaja dando pasos largos y pesados, expresando la profunda tristeza que sentía. Cuando la castaña salió de su rango de visión, Ronnie Anne soltó un suspiro de alivio.
-Gracias por la ayuda, Stella. Te debo una-le agradeció la mexicana a la filipina y la soltó del cuello-Bueno, nos vemos-se despidió para luego retirarse a su casa, ya habiendo perdido las ganas de estar con Lincoln gracias a Sid, ahora solo quería recostarse y ver la televisión.
Por su parte, Stella no entendió mucho de aquel curioso escenario que presenció. Según sus conjeturas, aquella chica que se fue con la moral baja tuvo alguna relación amistosa con Ronnie Anne y quería reestablecerla, pero por alguna razón la morena no quería lo mismo. Lo peor de todo fue la forma tan fría y severa con la que trató a esa chica, si de por sí la actitud hostil con la que trataba a todo el mundo era mala pues esto llegaba a otro nivel. Aunque también le costaba creer que Ronnie Anne fuese de naturaleza malvada, no es una característica que usaría para describirla. Bueno, si quería llegar al fondo de esto tendría que hablar con ella inmediatamente.
Con una mirada determinada y decidida a esclarecer sus dudas, Stella siguió a la chica Santiago hasta que logró alcanzar.
-Ronnie Anne, ¿quieres explicarme qué acaba de pasar?
- ¿Qué? ¿Eso? No fue nada.
- ¿Nada?
-Sí. Nada.
Sabiendo que no obtendría respuesta de forma directa, Stella buscó otro enfoque con el cual abordar la situación. Si Ronnie Anne no le quería dar respuesta...quizás esa chica lo haga.
-Está bien, entonces regresaré y le preguntaré a esa chica.
Ronnie Anne se paró en seco tras escuchar las palabras de la chica.
- ¿Qué? ¡No! No vayas a preguntarle.
- ¿Por qué no?
-Porque no, listo.
- ¿Cuál es el problema con que le pregunte? Si se supone que no es nada.
-Pues...que... ¡Agh, de acuerdo! Si es algo, pero no hagas más preguntas.
-En realidad, debo.
- ¿Por qué?
-Porque tú misma me acabas de involucrar en esto, sea lo que sea, y si se trata de algo delictivo.
-No es algo delictivo.
-Eso no lo sé, si no me quieres explicar nada debo suponer eso. Será mejor que vaya con ella y le pregunte.
- ¡No, no, no! ¡Espera! -Ronnie Anne resultó con molestia al verse forzada a dar una explicación-Está bien, te lo diré.
Stella sonrió para sus adentros, no solo acaba de engañar a la mismísima Ronnie Anne sin sufrir daño alguno, sino que además tendría más información de ella. Quizás no la obtendrá de la mejor manera, pero podría compensarlo después si la ayudaba en su problema.
-Solo es una peste, ¿ok? Una que espero ya me he deshecho de una buena vez.
- ¿Qué quieres decir con peste?
-Ella...solía ser mi amiga en Great Lake City.
-Alto, ¿qué?
-Sí, qué sorpresa. La antipática y violenta de Ronnie Anne tuvo una amiga-dijo con sarcasmo Ronnie Anne, como una sátira a una reacción general que tendrían los terceros tras saber dicha información.
Stella se sintió culpable al percibirlo como una crítica a la reacción que tuvo, pero tendría que apagar su culpa para seguir con su interrogatorio.
- ¿Qué pasó entre ustedes? ¿Por qué la trataste tan mal?
- ¿Mal? No, eso no fue ni la mitad del trato que ella se merece. Debería atarle los pies a la parte de atrás de un auto y arrastrarla por todo el pavimento hasta que se despelleje-expresó Ronnie Anne con gran resentimiento en su voz, asustando a Stella en el proceso.
-Por Dios. No hablarás en serio, ¿o sí?
- ¡Oh no! ¡No te atrevas a sentir lástima por ella! ¡Ella es una víbora! ¡Es un maldito parásito que se pega a ti hasta que te deja seco como una pasa! ¡¿Quieres saber por qué le hablé así, de esa forma tan cruel como dices?! ¡Pues déjame decirte que "pobre niña" me utilizó como si fuese un maldito lápiz para escribir su nombre entre las más populares de mi escuela! -reveló todo de forma brusca. Tomó un breve respiro y continuó-Si crees que fui muy dura con ella...déjame decirte que eso no fue ni la mitad del trato que se merece-volvió a usar un tono bajo y sombrío, con el cual podría helar la sangre a los oyentes. Después siguió caminando para ir a su casa.
Stella, pese a sentirse asustada por esa actitud fría y hostil de Ronnie Anne, continuó siguiéndola decidida a continuar con su ronda de preguntas.
-Entonces, ¿es por ella que te volviste así?
- ¿Así como?
-Tú sabes a lo que me refiero. ¿Fue por ella que te convertiste en bravucona? ¿Fue por ella que tomaste esa actitud hostil? ¿Fue por ella que no quieres hablar con nadie en la escuela?
-...-Ronnie Anne no contestó para aclararle las cosas, pues ella no estaba obligada a eso.
-Pues déjame decirte algo, eres una idiota.
La morena detuvo su andar para mirar a la asiática con una mirada hostil e indignada.
- ¡¿Qué?!
En otro caso, Stella estaría asustada por haberla provocado (de nuevo), pero esta vez su determinación nublaba su temor y siguió dando su punto.
-Así es. Alguien fingió ser tu amiga para obtener algo de ti, ¿y qué? A todos nos pasa.
-Detente.
-No, alguien tiene que decirte esto. El tener una mala experiencia con alguien no quiere decir que vaya a pasarte con todos.
-No sabes de lo que hablas-Ronnie Anne bajó la cabeza.
-Sí lo hago, y quizás sea la única que entienda por lo que pasaste. Yo también estuve con alguien que creía mi amiga y que resultó ser alguien que buscó aprovecharse de mí. Pero, ¿me ves alejando a todo el mundo por eso? No, porque aprendí que debes apoyarte en tus verdaderos amigos, algo que tú debiste hacer.
-Hablo en serio, ya detente-apretaba los puños y se clavaba las uñas en las manos.
-No lo haré, Ronnie Anne. No esta vez. ¿Y sabes por qué? Porque tienes que saber la verdad: A veces te encontrarás con personas que solo querrán algo de ti, pero también encontrarás personas que en verdad se preocupan por ti. La solución es seguir pese a todos esos golpes sabiendo que tus amigos estarán ahí a tu lado, no alejar a todo el mundo por un tonto problema de confianza.
-Stella.
-Y...(suspiro) En verdad no quiero decir esto, ¿pero sabes en qué te convierte eso?
Aunque la asiática no lo percibía, la morena estaba llegando al límite de su paciencia. Sin saberlo Stella, Ronnie Anne estaba a una oración más de sobrepasar ese límite, por eso no se guardó lo que estaba por decir.
-Te convierte...en una llorona.
En el momento exacto en que sus labios dejaron escapar esta oración, Ronnie Anne tomó a Stella del cuello de su camisa y la empujó hasta un árbol cercano.
- ¡CÁLLATE! -gritó Ronnie Anne exhalando una gran furia. El grito silenció toda la cuadra, nadie se atrevía a emitir un sonido después de ese grito, temiendo las consecuencias que podría traer el romper con ese sepulcral silencio.
Estando sujetada firmemente en contra de un árbol, percibiendo esa aura siniestra que provenía de Ronnie Anne, Stella empezaba a sentir el pánico apoderarse poco a poco de ella. Solo quería zarandearla un poco para que viera el error en su actuar, incluso se esperó una reacción agresiva de su parte, pero esto fue mucho más allá de lo que previó, sentía que tocó una parte sensible de su ser y que ahora pagaría las consecuencias. Ronnie Anne seguía con la mirada gacha. Tan solo imaginar la cara que tenía le erizaba la piel.
- ¿Así que crees...que tú pasaste por lo mismo que yo? Déjame decirte algo, ¡tú no sabes nada! ¡¿Oíste?! ¡Nada!
-Yo...
- ¡Si crees que sabes todo lo de la vida entonces dime, ¿sabes lo que es estar sola toda tu infancia?! ¡¿Eh?! ¡¿Sabes lo que es ser ignorada, rechazada, denigrada y humillada todos los días de tu vida?! ¡¿Sabes lo que es ser tan patética como para sentarte a ver los niños jugar durante el recreo, esperando que alguno de ellos te llame para que te les unas porque les hace falta un miembro más?! ¡¿Sabes lo que es ser tan marginada por tus compañeros que en toda tu vida el único amigo que has tenido fue un traidor?! ¡¿No?! ¡Entonces no sabes nada!
Ronnie Anne alzó la mirada para encarar a su sometida. Stella esperaba encontrar unos ojos incandescentes que reclamaran por su alma como si se tratasen los ojos de un demonio, pero nunca se imaginó que lo que encontraría fuesen unos ojos vidriosos que desprendía un torrente de lágrimas que expresaban el dolor interno de la chica mexicana.
- ¡Tú no sabes lo frustrante que es intentar una y otra vez agradarle a alguien y fracasar sin importar lo que hagas! ¡Tú no sabes lo que es estar tan desesperada por la aprobación de alguien que estás dispuesta a hacer lo que sea para obtenerla, pero ni con eso lo consigues! ¡Tú no sabes lo atormentador que es la incertidumbre de no saber por qué todos te odian y no poder hacer nada al respecto! ¡Tú no sabes lo que es una traición, porque no sabes lo que es confiar en una persona, en solo una persona en todo el planeta, y luego descubrir por las malas que ese pequeño de felicidad que tuviste fue una VIL MENTIRA! -Ronnie Anne vuelve a bajar la mirada para sollozar y respirar un poco con el fin de calmarse
-No sabes lo que es estar tan sola...que te resignas a aceptar la verdad.
- ¿Cuál verdad?
Una vez más Ronnie Anne sube la mirada. Esta vez Stella no vio lágrimas desprendiendo de sus ojos, pero estos no dejaban de transmitir la tristeza de la morena.
-Nunca vas a tener amigos. No sabes por qué...pero nunca los tendrás. No sabes lo que es una verdadera traición...porque no sabes el verdadero dolor que causa una. Es tan horrible que no quieres volver a sentirlo, porque no podrías soportarlo. Y cómo no sabes nada de eso, no me conoces en lo absoluto.
Ronnie Anne suelta a Stella, quien cae duramente al suelo, sin dejar de mirarla.
- ¿Creíste que somos iguales? Pues no lo somos. Tú tuviste suerte, tú encontraste personas que te aceptaban por quién eres, yo no. Los únicos que querían estar conmigo eran oportunistas que querían exprimirme como si fuera una esponja. ¿Crees que por eso podemos ser amigas? Pues no es así. Por eso debes dejar de intentarlo, no confío en ti. No confío en esos pelirrojos, ni en Clyde, ni en nadie. Si crees que vas a obtener algo de mí fingiendo que te agrado pues déjame decirte que estás errada, ya te dije que ya me acostumbré a estar a estar sola y no necesito a nadie. Así que mejor deja de intentar engañarme porque eso ya no va a pasar...no más.
Después de haberle dicho todo eso a Stella, Ronnie Anne dio la media vuelta y siguió caminando hacia su casa.
En cuanto a Stella, ella estaba conmocionada por esa especie de confesión que le hizo Ronnie Anne. Nunca esperó que las cosas fuesen por este camino por tan solo querer zarandear a la latina, de cierta forma era irónico que la única forma por la cual pudo conocer más a Ronnie Anne fue provocándola hasta que soltara la sopa. Sin embargo, de esa confesión había algo que no le guardaba sentido, un detalle que a simple vista parecía ser minúsculo, pero que en realidad era el más importante.
-Espera un minuto-llamó a Stella a Ronnie Anne, quien tras escuchar el llamado soltó un suspiro de fastidio y giró el cuerpo hacia atrás.
- ¿Qué?
-Dijiste que te acostumbraste a estar sola y que no necesitabas a nadie, pero tú mismas iniciaste este asunto del novio y ahí tienes a Lincoln. Eso es...hipócrita.
Apretando los puños y reingresando a su estado colérico, Ronnie Anne giró el cuerpo completo en dirección a la chica filipina.
- ¡Bien! ¡Tienes razón! ¡Soy una maldita hipócrita por querer estar alguien, aunque sea por un breve tiempo!
- ¿Qué?
- ¡Ya escuchaste, por eso fue que hice todo esto! ¡Porque pese a aceptar que jamás iba a tener amigos por lo menos quería volver a tener alguien a mi lado, quería hablar y estar con alguien que no fuese mi familia por lo menos un tiempo! ¡Cuando vi a los tontos de Mollie y Artie vi a dos personas que estaban juntas sin importar nada! ¡Ahí vi cómo poder estar alguien! ¡Forzándolo a ser mi novio y establecer mi control en la relación para así no volver a sufrir como antes, y luego esperar a que esa pequeña, minúscula y diminuta posibilidad de que a mi supuesto novio le caiga bien se diese para que así por lo menos poder tener un amigo en quién confiar! ¡¿Y qué crees?! ¡Lincoln se volvió alguien en quien confiar! ¡Así que, si me hace una hipócrita armar todo esto rollo del novio para poder estar con alguien cuando he dicho que no necesito a nadie, entonces puedes decirles a todos esos estúpidos de esa maldita escuela que soy una hipócrita! ¡Pero no me arrepiento de nada! ¡Ni de haber elegido a Lincoln, ni de decirle a todos los demás que me dejen en paz! -reveló de golpe la morena, jadeando de cansancio tras haber dicho esto. Luego volvió a girar sobre sus tobillos para dar los pasos definitivos que la llevarían a su casa.
Stella miraba cómo Ronnie Anne se alejaba de ella, esta vez sin atreverse a detenerla para continuar con esa...discusión. Se sentía muy mal, había arruinado las cosas con Ronnie Anne y esta vez una simple disculpa no iba a servir de nada, porque tocó imprudentemente las zonas más sensibles de su corazón. Tenía razón, creyó conocerla, creyó saber cómo ayudarla en base a sus conjeturas, pero en realidad no sabía nada, y gracias a su ignorancia había arruinado todo el progreso que ella y sus amigos habían conseguido a duras penas. Peor aún, puede que le haya reabierto heridas de su pasado por no medir sus palabras.
Pensar en estos le llenaba de gran pesar y culpa, pero como ahora no podía hacer nada solo se limitó a abrazar sus rodillas y descansar su cabeza en ellas, deseando que alguna oportunidad para enmendar sus múltiples errores se presentase ante ella.
Curiosamente, justo después de desear eso le llegaron 4 mensajes de parte de su grupo de amigos, pidiéndole furtivamente que se reuniera con ellos para hablar de algo muy importante. Aunque no sabía exactamente de qué era, algo le decía que se trataba de algo relacionado con Ronnie Anne, una forma de poder corregir sus errores, así que les respondió preguntando en donde podrían reunirse.
Lo que no sabía Stella era que no solo no iba a ser los únicos que hablarían de Lincoln y de Ronnie Anne, sino que además el querer emendar tus errores...no te libraría de tener que pagar por ellos.
Regresando con Ronnie Anne, ella tenía su cabeza revuelta de varios pensamientos negativos, sin embargo, regresó al descubrimiento que hizo mientras hablaba con Sid. Entonces, ¿eso era todo lo que le estaba pasando? ¿Todo esos pensamientos raros y esas cosas extrañas que hacía y decía se debían a eso? ¿Porque le gustaba Lincoln? Eso fue algo totalmente inesperado, nunca creyó que llegaría a gustarle alguien, pero sin querer así terminó por ser.
Y ahora que sabía esto, su mente le recordó la cita doble que tendría con Lincoln y los hermanos de ambos. Ahora le llegó la prioridad de hacer hasta lo imposible para que su falsa relación perdure por más tiempo y quizás se vuelva auténtica. La idea en verdad le aterraba, pero también le emocionaba. Sí, definitivamente estaba enamorada.
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