7: Fénix
El auto de Hunter se estaciona frente al establecimiento, niega al ver la calidad del letrero, se baja de su automóvil con la chaqueta puesta, hacía frío esa noche.
—Ezra, ya llegué—Entra al bar con el celular contra la oreja, observa la fila de tres personas delante de la puerta del baño—Supongo que este establecimiento sólo tiene un único baño.
—Si.
—Bien, me acercaré y tocaré la puerta, puedes abrirla.
Cuando Juan está apunto de ir a reclamar a ese omega, observa al alfa que acaba de aparecer, eso era un contratiempo que a Megan no le iba a agradar en absoluto.
Hunter le pide espacio a quienes están delante de la puerta, la toca dos veces, cuando se abre un fuerte aroma a feromonas se esparce por todo el lugar, Ezra lo mira con los ojos llorosos.
—Solo salgamos de aquí—Toma su mano, estaba temblando—¿Puedes caminar?—Asiente—¿Quieres hacerlo?—Niega—Bien.
Lo cargó en sus brazos hasta la salida sin importar la mirada de todos, una vez lo sube a su auto el aroma se hace más fuerte, aprieta el volante con fuerza.
—¿Estás bien?
—No, necesito mis supresores, los tengo en el departamento.
—Creo que por aquí cerca hay una farmacia abierta las 24 horas—Comienza a conducir—¿O prefieres ir a tu departamento?
—La farmacia, no quiero sentirme así, lo odio—Dice acostado en los asientos de atrás—No me gusta ser omega, no quiero ni imaginar lo que hubiera pasado si no llegabas, aún estoy asustado y creo que quiero llorar.
—Hazlo, si quieres llorar—Solo escucha a Ezra llorar hasta que llega a la farmacia—Iré a comprarlos, ya casi regreso.
Pero Ezra apenas escuchaba sus palabras, se sentía mal, todo su cuerpo sentía como si ardiera, todo en él le gritaba que necesitaba de un alfa para calmarse, aunque eso no era lo que haría, se tomaría su supresor y su celo debería calmarse.
El pelirrojo consigue pasarse al asiento del copiloto, cada minuto era como una tortura, observa al alfa acercarse al carro, entra al vehículo, le extiende una bolsa, cuando está por agarrarla es entonces que Hunter observa el anillo en la mano de Ezra, sostiene su mano.
—¿Me devuelves mi mano?
—Este anillo—No, su mente lo primero que llega a pensar es que de nuevo el pelirrojo estaba jugando, ni por un segundo pensó que fuese el mismo que él le había dado, la conclusión a la que llegó es que otro alfa se lo había dado, tal vez tenía pareja—No has cambiado—Suelta su mano.
Ezra solo suspira resignado, se toma la pastilla junto con el agua, se sentía diferente a cualquiera de los celos que haya tenido. De pronto se comenzó a sentir mareado.
—¿En dónde vives? Creo que por esta noche te vi lo suficiente.
—De verdad no me siento bien—Dice antes de perder la conciencia.
Las feromonas del omega se habían estabilizado un poco, Hunter busca en el bolsillo del pantalón de su ex el celular, agradece que no tiene bloqueo.
Lo menos que quería era quedarse con él esa noche, busca entre sus contactos, nada, solo tenía agendado el número de él, lo que era extraño, por alguna parte pudo haber escrito donde vivía, después de todo era una nueva dirección.
Nada, se mete a galería, solo fotos de sus pinturas, la que se había tomado junto a él en el hotel, entre las conversaciones de WhatsApp tampoco había nada, se mete a un chat que le llama la atención.
+52 7541 3503 960
¿Llegaste bien?
Si, gracias por preguntar. En esta ciudad es todo diferente.
+52 7541 3503 960
Me alegra que estés bien, ese alfa con el que te fuiste era muy atractivo.
Cuídalo, de su clase quedan pocos. Y felicidades por su compromiso.
Le diré a él que usted le manda saludos. Y gracias, le enviaré una foto cuando sea la boda.
Hunter solo quería buscar en el celular algo para ir a dejarlo a su departamento y no tener que verlo más, pero se encontró con una conversación que no debía y no le agrado en lo absoluto, le pone el cinturón de seguridad para después acelerar.
Lo que el alfa no sabía era que esos mensajes que el omega le envió a la dueña del departamento donde vivía anteriormente, eran solo otra de sus mentiras.
Cuando al fin llega a la casa, tiene que volverlo a cargar, abre la puerta para encontrarse a Kyle sentado viendo televisión en la sala.
—¿Debería preguntar?—Pregunta al mirar la escena, a pesar de qué sus feromonas se habían calmado, el pelirrojo aún olía diferente.
—Es una larga historia, iré a dejarlo en la habitación de invitados y regreso.
Sube las escaleras despacio para no dejarlo caer, no calcula bien el marco de la puerta y golpea levemente su cabeza contra el, lo deja con cuidado sobre la cama, una vez se asegura que sigue respirando se retira.
—¿Tienes que regresar a tu casa?
—Si, mañana tengo una audiencia temprano—Lo mira con genuina curiosidad—Pero dime, ¿Porque lo trajiste?
—Me llamo para decirme que estaba asustado porque su celo se había adelantado y se encerró en un baño de un bar—Suspira—Llegué, si era verdad, entonces lo llevé por unos supresores, se los tomó y cayó inconsciente antes de poder preguntarle dónde vive.
—¿Su celo solo apareció? ¿Por qué se desmayó?
—No lo sé—Responde extrañado de sus preguntas—Supongo que también estaba borracho, así que solo se desmayó.
—Si, no me convence eso—Se levanta—Me iré, necesito estar en la casa antes que me regañen.
—Una última cosa—El otro alfa se detiene—Yo, revisé su celular porque creí que podría haber una dirección.
—¿Y miraste la última dirección que pidió en alguna aplicación como uber?
—Mierda—Realmente vio la aplicación y la pasó por alto—No, yo revise sus conversaciones.
—Vaya, vaya—Niega—Hunter, hermano del alma, mi socio, amigo mío no ayudas con mi teoría de que aún amas a ese omega.
—¿Sabes qué te puedo despedir?
—Pero no lo harás porque además de ser un abogado espectacular, soy tu mejor amigo—Contraataca—En fin, ¿Qué encontraste?
—Una pequeña conversación con una señora, donde ella lo felicita por su compromiso y dice que ese alfa con el que Ezra se fue es atractivo—Resopla—¿Me has visto? No creo que ningún imbécil sea más atractivo, además que es eso de que—Se aclara la garganta para fingir un tono de voz agudo—De su clase quedan pocos—Kyle arquea una ceja—¿Qué demonios significa eso? Además del anillo que vi en su dedo.
—Si que lo odias—Se ríe, Hunter le dedica una mirada asesina—Perdón, es algo serio, que bien que Ezra ya no sientes nada por él o si no estarías ardiendo en celos por no ser tú ese alfa atractivo y de clase única.
—I hate you.
—¿Me odias como odias a Ezra o como odias los lunes?
—Como odio la pizza con piña.
—Comprendo—Alza ambas manos—El anillo tal vez sea por moda. Y otro detalle, alégrate está vez no fuiste tú el engañado.
—No ayudas.
—Lo sé, por eso eres tu quien da consejos y yo quien hago estupideces—Abre la puerta—Y no se te ocurra salir con alguien que te recomiende tu madre, por favor, recuerda la vez que la mía intento que saliera con ¿Darla?
—¿No era Donna?—Termina por negar—Tienes razón, no es buena idea, consideraré mejor la idea de conocer personas nuevas.
—Y para eso debes salir más.
—Yo salgo.
—Como digas, no olvides darle un beso de buenas noches a tu ex esposo.
—Kyle, vete o te sacaré a patadas.
—Ves, también me amas—Ríe para salir ahora si de la casa, camina hasta su auto, saca su celular, marca el número—¿Lo has vigilado hoy?
—Si, ya pase el informe a…
—Bien—Lo interrumpe, abre la puerta del vehículo—Se que no soy yo quien te está pagando, pero ¿Sabes si Ezra se reunió con Megan?
—Si, llego hasta el bar donde estaba—Apoya el mentón en el volante—No pude escuchar pero supongo discutían, lamentablemente me tuve que ir porque surgió un problema en la casa.
—¿Algo extraño que vieras antes de irte?
—Un par de detalles, me pareció un alfa llegó junto con Megan, aun cuando ella se fue, él se quedó sentado en una mesa. Llamé al jefe a preguntarle si de verdad estaba bien que me retirara pero ya no respondía mis llamadas, así que me fui.
—Entro en celo, pero cuando lo vi hace poco no parecía un omega que hubiese estado con el, aún con supresores, estos tardan de 30 minutos a 1 hora en hacer efecto y la distancia entre la farmacia y la mansión de Hunter es de pocos minutos y Ezra se desmayo a los segundos de tomar el medicamento.
—Si esa señora es como la describió él, es probable que le hubiesen puesto una droga en su bebida. He visto varios casos de drogas especialmente fabricadas para que los omegas entren en su estado de celo y así manipularlos más fácilmente.
—Le diré directamente a él para que decida que hacer, ahora más que nunca, si es necesario pagarte el doble, no te despegues de Ezra, por los gastos extras me haré cargo yo.
—Perfecto, señor Kyle.
El que le dijeran señor le dolía, corta la llamada para volver intentar marcar el número pero era inútil, sabía que específicamente ese día no respondería.
•••
La puerta de la habitación se abre, la niña entra corriendo para comenzar a saltar sobre la cama, Hunter suelta algo parecido a un gruñido mientras oculta su rostro en la almohada.
—Papá—Lo comienza a mover para despertarlo—Tengo hambre y no alcance dónde está el cereal.
—¿Qué hora es?
—Son las—Mira el celular—10 de la mañana.
De pronto el alfa recuerda el problema en la habitación de invitados, rápidamente se sienta, observa a su hija.
—¿Por qué no te vas a bañar mientras preparo el desayuno?
—Está bien—Se baja de la cama—Y quiero chocolate caliente.
Sale corriendo de la habitación, se levanta para asegurarse que no está en el pasillo, camina hasta la habitación de al lado, abre la puerta para encontrarse con el pelirrojo aún dormido, se acerca.
—Ezra—Comienza a moverlo—Despierta—Sin respuesta, se va al baño de la habitación para mojarse las manos, una vez de regreso le descubre los pies para tocar con sus frías manos su piel.
Inmediatamente abre los ojos, lo mira con una expresión de miedo, al parecer eso funcionaba a la perfección.
—¿Dónde estoy?
—En mi casa, necesito que te vayas.
—Está no es tu habitación…
—No—Mira como se sienta—Vete, ahora.
—Me duele la cabeza—Se vuelve a acostar—Cinco minutos más.
—No quiero que mi hija te vea—Se acomoda para quedar sobre él, lo mira a los ojos—Levántate de esta cama y vete.
—Justo ahora me lo impides—Traga grueso, acaricia con un dedo la barbilla del alfa—¿Me darás un beso de buenos días?—Intenta robarle un beso pero lo único que logra es besar la palma de su mano.
—Tu aliento a esta hora es horrible.
—El tuyo también, además antes nos besabamos aún así.
—Ezra, no agotes mi paciencia.
—Solo quería agradecerte por salvarme anoche, no sé qué hubiese pasado si no llegabas—Se quita el anillo, se lo entrega—Es tuyo, por si lo viste ayer en el auto.
—No me interesa de quien sea—Pero aún así mira dentro de este para encontrar su nombre y la fecha en la que se casaron—Es solo un objeto.
—Es una promesa—Se lo quita para volver a ponérselo—Yo te obligue a romper tu promesa, pero mantendré la mía.
—¿Cuántas veces quieres que te diga que te odio?
—Lo sé, pero estaba pensando, déjame estar a tu lado, comencemos de nuevo. No como pareja, ni como esposos, menos como amantes, ni como amigos con derecho, pero podemos ser amigos y considerar los derechos después—Traga grueso al sentir el aire más pesado—¿Conocidos? ¿Dos personas que pueden respirar el mismo aire ?
—Iré a preparar el desayuno para mi hija, así que no salgas de aquí, ella no te puede ver.
—Es nuestra.
—Ezra—Su frase queda interrumpida porque ahora el omega si logra robarle un beso, se separa para después terminar por alejarse completamente de esa cama—Quédate ahí.
Sale de la habitación para ir a la cocina, después de dejar preparado el desayuno para su hija, la observa llegar hasta la mesa, le sirve la comida.
—Debo ir a atender una llamada importante, ahora vuelvo.
—Oki.
Vuelve a subir las escaleras, cuando entra a la habitación Ezra no está en la cama, escucha el agua caer, abre la puerta del baño para observar al omega en la ducha.
—¿Qué se supone que haces?
—Lo estas viendo, bañarme—Responde relajado—¿Quieres acompañarme?
—¿Intentas seducirme de nuevo?
—Tal vez—Responde para cerrar el grifo, se acomoda el cabello con sus manos—Perdón, por todo—Agarra una toalla que se encontró para cubrir de la cintura hacia abajo—Realmente estaba asustado, tenía miedo de no ser un buen padre para Chels, pensé que sería igual que mi madre y eso me aterro, creí que ella estaría mejor sin mi—Lo mira a los ojos—Y estos años ha está mejor sin mi ¿Verdad?
—Siempre le has hecho falta.
—Hunter, perdóname por mentirte y porque tienes razón te he mentido desde que regresé, pero realmente quiero empezar de nuevo, solo una segunda oportunidad.
—Es difícil pero no creo que sea imposible que te ganes la confianza de ella.
—Tú y yo, jamás estaremos juntos de nuevo, eso lo sé—Piensa el pelirrojo acercándose—Pero quiero verte feliz, que te enamores de alguien, que vuelvas a amar a alguien, aunque esa persona no vaya a ser yo, no quiero volver a arruinar tu vida, solo quiero verte ser feliz.
Sería tan sencillo si pudiera expresar esas palabras, pero aunque las sentía, debía mantener su egoísmo un tiempo más, de nuevo se sentía como una marioneta. No podía hacer promesas que sabía, no podría cumplir y es que su misión era justamente molestar a Megan y para eso debía acercarse lo más posible a Hunter.
—¿Qué hay de ti?—Pregunta mirando sus ojos—¿Podré algún día ganarme tu confianza nuevamente?
—Te prestaré ropa para que no uses la misma de ayer—Ignora la pregunta.
—¿Tienes algo de mi talla?
—No, pero al menos una camisa si te puedo dar.
Después de salir a buscar algo, regresa con una camisa y unos bóxer, los deja sobre la cama, sale de nuevo para ir a desayunar junto con su hija.
Ezra después de vestirse, se sienta a mirar la pared por unos minutos, de nuevo se sentía solo, su celular comienza a sonar, estira la mano para buscarlo.
—Tardas 10 segundos en contestar—Dice la voz del otro lado—Sabes lo que pude haber hecho en todo ese tiempo perdido.
—¿Molestar a alguien más?
—Sé que ayer Megan te emboscó, enviaré un carro por ti en 15 minutos—Ni siquiera le dio tiempo para decir que aún se sentía débil—Esperalo en la calle.
—¿Sabes si quiera donde estoy?—Le pregunta—No estoy en tú departamento, ayer surgió…
—Lo se—Lo interrumpe—Se exactamente que estas en la casa de Hunter, como también que en este momento Megan debe estar ardiendo de enojo, felicidades volviste a aprovechar la oportunidad de acercarte a ese alfa.
—No es nada de felicidad, tú no entiendes, ayer…
—15 minutos—Corta.
No se sentía feliz, quería llorar, aún estaba asustado, jamás su celo se había adelantado, a lo mucho unos tres días, pero ¿14 días?
Debía salir de la mansión, antes de hacer enojar a la persona que lo llamó, en este momento debían estar desayunando, mira su entorno, abre la puerta silenciosamente, mira hacia ambos lados antes de encontrarse con un pequeño cachorro que le comienza a ladrar.
—Papá—La niña deja la cuchara en el plato—Pulgoso está arriba ladrando, ¿Y si no puede bajar las escaleras porque aún es pequeño?
—Seguro se encontró alguna rata—Menciona sabiendo que probablemente era Ezra—Iré a asegurarme que se vaya.
—¿En esta casa hay ratones?—Pregunta asustada, no le gustaban.
—Después de hoy no.
Sube las escaleras para encontrarse con su ex esposo, lo mira seriamente mientras intenta salir por una ventana.
—Chelsey está en la cocina—Resopla—Puedes salir por la puerta principal si tanto quieres salir corriendo.
—Yo...Tienes razón.
•••
—¿Ya casi llegamos?—Le pregunta el pelirrojo al chófer.
—Por décimo quinta vez, no.
Salir de la mansión fue sencillo, pero encontrarse con el alfa de la llamada era otra historia, no le tenía miedo pero sus acciones eran confusas y tal vez sus planes rozaban lo ilegal.
Inhala el aroma de la camisa que lleva puesta, olía a Hunter, el auto estaciona frente a lo que parece ser una farmacia a simple vista, tenía en la puerta un rótulo que decía cerrado.
—Baja.
—Está cerrado.
—Solo empuja la puerta, el jefe te está esperando allí dentro.
Suspira, Ezra sale del vehículo, camina unos pasos hasta la puerta, la empuja con cuidado, el lugar estaba oscuro, observa una silueta masculina entre las sombras.
—Sígueme—Le abre una puerta, camina obedientemente hasta llegar a una especie de consultorio—Siéntate en la camilla—Se sienta—Gyll—Sube la voz, un beta de bata blanca aparece—Es él.
—No me gustan estos lugares.
—Te encontraste con Megan anoche, tu celo misteriosamente se adelantó y después de tomarte un supresor, automáticamente quedaste inconsciente ¿Cierto?—El pelirrojo asiente—Bien, Gyll te hará unos cuantos exámenes para verificar si lo que te sucedió fue normal o si alguien te drogó.
—Solo será un chequeo normal, los resultados probablemente estarán listos en un par de horas.
Después de realizarse varios exámenes, el omega se siente más cansado que antes, se queda observando al alfa frente a él.
—¿Qué tanto me miras?
—Si es verdad, si esa mujer encontró una manera de drogarme, significa que estoy en peligro.
—Justamente esa es la idea—Le sonríe—Entre más grande sea su deseo por eliminarte, más se distraerá y yo lograre mi objetivo, eres algo así como un señuelo.
—No te serviré si muero.
—No lo harás, en fin—Saca su celular, marca un número—¿Está listo?—Pregunto serio—Perfecto, si, el señuelo está aquí conmigo, nada de qué preocuparse, bueno—Corta, vuelve su mirada al pelirrojo—¿Qué tal van tus intentos por acercarte a tu hija?
—Mal, lo admito—Gruñó con frustración—Nada funciona.
—Te daré un consejo pero a cambio—Saca de un maletín unos documentos, se los pasa junto con un bolígrafo—Firma en la página 3, 6 y 8.
—¿Qué es esto?
—Mi voto de confianza hacia ti, así como tú desconfías de mí, yo lo hago de ti pero con ese papel te estoy dando el beneficio de la duda.
—¿Qué diablos significa eso?
Mansión de Megan.
La alfa sentía que estaba más enojada que días anteriores, había terminado por quebrar casi todo los objetos de vidrio de la casa. Su plan era sencillo, haría que drogaran a ese omega, abusarian de él y lo marcarían, sencillo ¿No?
Entonces porque demonios su hijo había llegado al rescate de esa basura de ser humano, no le agradaba cuando sus plan no se daban como ella quería, su celular comienza a sonar, su secretaria.
—Señora Iseman, lamento llamarla un domingo pero creo que esto es importante.
—Yolanda, espero que sea importante porque estoy de muy mal humor.
Una de las tantas empresas que tenía, era de moda, diseñaba vestidos para las agencias de modelaje más importantes del país, era de ahí donde más recibía dinero.
—El diseño que usted robó…
—No lo robé, le di un mejor uso.
—Lo robaron—Agranda los ojos—Y nuestro cliente de Italia lo recibió, así que se irá con la empresa que le propuso tan brillante obra de arte.
—¿De qué empresa hablas?—Se había deshecho de toda su competencia.
—Es nueva, fue fundada hace 5 meses, solo sé que su nombre es Fénix S.A.
—No puede ser…
Esa alfa la última vez que vio una empresa con un nombre parecido, fue hace años cuando se encargó de llevarla a la bancarrota.
•••
De mala gana el pelirrojo firma los documentos, observa al alfa, le devuelve los papeles, se muerde el labio nervioso.
—¿Y ahora?
—Felicidades—Le sonríe—Oficialmente eres no solo la imagen pública, si no que este es un poder legal para que representes a la empresa Fénix S.A.
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