05: Finge que no me odias
El alfa sabía que era una estupidez, estaba apunto de caer por decisión propia, pero su enojo era más grande que lo sea que estuviese sintiendo en lo más profundo de su corazón.
Abre la puerta para encontrarse con Ezra, al parecer para ese tipo de encuentros si llega puntual y para cuando se iba a reunir a conocer a su hija llegó tarde.
—¿Seguirás sin decirme porque regresaste?
—Solamente quiero recuperar mi vida de antes—Se sentía demasiado nervioso, mira cada esquina de la habitación—Después de esto, ¿No me quieres volver a ver?
—La respuesta es obvia, no, quiero que desaparezcas de mi vista—Se acerca, comienza a bajar una mano desde su espalda hasta su trasero—No seré gentil, te lo advierto aun si quiero hacerte sufrir, aun estas a tiempo de arrepentirte.
—Tú—Acaricia con algo de miedo su torso, no quería que esto fuera así—Si siento que es mucho para mi, te lo diré, sé que a pesar de todo nunca le harías daño a nadie, así que hagamoslo.
—Te lo advertí.
Lo besa con enojo, no existía ninguna gota de amor, el pelirrojo lo sabía, siente un ligero sabor metálico en su boca cuando el alfa le muerde con fuerza el labio.
Lo empuja a la cama, se separa solo un poco para poder quitarle la ropa, no era romántico, no existía ese sentimiento en ese momento.
Lo único que sentía Hunter era una ira y un odio tan grande que parecía quemar, normalmente era amable pero en ese momento quería escuchar a Ezra gritar del dolor.
El pelirrojo pensó que lo iba a poder soportar entregarse de esa manera solo con odio y deseo de por medio, pero cada caricia le dolía el alma, intenta cerrar los ojos con fuerza. Pero a la vez no quería perder esa oportunidad, una lágrima traicionera cae por su mejilla.
Hunter no era idiota, siente el cuerpo bajo él temblar, observa la lágrima en su mejilla, no podía, no así, jamás le había hecho daño a alguien y aun cuando el pelirrojo no estaba poniendo resistencia, el alfa sabía dentro de sí que debía detenerse antes de causar un daño irreparable.
—Ezra, abre los ojos—Este niega—Sabes, no te haré nada cuando pareces estar a punto de desmayarte—Se quita de encima.
—Yo—Se sienta en la cama, se vuelve a poner su camisa—Te dije que iba a avisar si no podía soportarlo, ¿Porque te detienes?
—No me acostaré contigo esta noche—Se levanta de la cama, se pone la camisa—Es imposible hacerlo con alguien como tú.
—Hunter, si puedo hacerlo. Si quieres odiarme hazlo, si eres tú no me importaría si duele.
—Deberías verte en el espejo—Agarra su celular y las llaves del carro—Haz lo que quieras con tu vida—Se dirige a la puerta—Pero nunca te vuelvas a aparecer en la mía y ni se te ocurra acercarte a mi hija.
—No, espera—Agarra su mano—Por favor, te lo estoy suplicando, solo dame una oportunidad a mi hija de acercarme, sé bien que ella es inocente en todo esto, te prometo que mis intenciones son buenas.
—Que sencillo se está volviendo descubrir cuando mientes—Lo vuelve a mirar—Supongo que así me hubiese acostado contigo, seguirías molestando con tu presencia.
—Bien, lo admito, mentí—Suspira—Pero es que siento que terminamos de una manera horrible por mi culpa y pensé que si nos acostamos podríamos seguir adelante, una última vez. Se que aún me deseas.
—Esa maldita carta que escribiste es un recordatorio de que no debo dejarme llevar por esa atracción, porque creo que fuiste muy específico al decir que lo odiabas, que siempre fingiste.
—Esa maldita carta deberías quemarla—Se vuelve a acercar a él, comienza a acariciar su torso—Olvida todo lo que leíste, eso no es real, qué tal un juego, haz tres preguntas, contestaré con dos verdades y una mentira.
—No voy a caer en tu juego.
—Por favor, te prometo que no volveré a asustarme—Desabrocha su pantalón—Ni a temblar, solo quiero ser tuyo así sea solo una noche.
—Mañana me odiaré a mi mismo por esto—Vuelve a besarlo con rabia, lo lanza sobre la cama sin delicadeza, con cuidado se acomoda entre sus piernas, comienza a descender sus besos por el cuello—¿Realmente alguien como tú sabe lo que es amar?
—Aunque lo dudes, sí. Y amo—Se muerde el labio para no gritar al sentir como sus manos acarician más—Aunque lo dudes, si te he amado y también a nuestra hija.
—Hum—Le termina de quitar el pantalón, se queda mirando unos segundos su cuerpo—Hoy será el último que te toque de esta manera.
—No deberías hacer promesas que no sabes si vas a cumplir—Decide jugar con su paciencia, le da un corto beso—Hunter, algo me dice que más pronto de lo que te imaginas podríamos estar así de nuevo.
—¿Ahora ves el futuro?—Acaricia con un dedo su cuello—Te odio.
—Lo sé...Lo repites seguido—Le sonríe—Esta noche, solo esta vez, sé tú el mentiroso, por favor finge que no me odias.
El alfa suspira resignado, vuelve a besar al omega pero está vez más despacio, casi como una tortura
•••
Se sentía agotado pero no podía darse el lujo de dormir, sus pesadillas regresaban cada noche, observa al alfa dormir, sonríe de lado, alcanza con una mano el celular, se acomoda para tomar una foto de ambos, decide tomar varias fotos.
—Te he amado más de lo que tu te imaginas—Acaricia con un dedo su torso—Pero ambos sabemos que mereces a alguien mejor.
A Ezra si le dolía toda esa situación pero sabía que tenía la culpa, tal vez si hubiese sido honesto desde el inicio, la historia sería diferente.
Intenta cerrar los ojos, se había vuelto dependiente de las pastillas para dormir, sin ellas no podía conciliar el sueño. Eso o tomar hasta perder la conciencia.
Hunter se despierta menos estresado que antes pero con un enorme enojo hacia sí mismo, observa la espalda desnuda del omega.
Se levanta para buscar su ropa, no importaba que fueran casi las cinco de la mañana y quisiera seguir durmiendo, no podía quedarse más tiempo al lado de Ezra.
—¿Te ibas a ir sin despedirte?—Pregunta el de cabello rojizo, abre los ojos—Buenos días, torpe.
—Pensé que dormías—Se pone su camisa—No me llames así.
—Te lo dije, no puedo dormir bien, cada vez que cierro los ojos, tengo pesadillas—Y esa era una verdad que probablemente no le creerían—Me pediste no decirte mi amor, así que seguirás siendo mi alfa torpe.
—No soy ni tu alfa, ni torpe—Mira el cuerpo del pelirrojo, quizá aún que lo hizo despacio se sobrepasó con la fuerza—¿Estás bien?
—Si—Responde con una sonrisa, aunque le dolía todo su cuerpo—No te preocupes, aunque no vayas a creerme, fue la mejor noche de mi vida, realmente eres bueno en la cama, la palabra bueno se queda corta. Realmente lo disfruté.
—Como sea—Abre su billetera, le da un par de billetes—Ten.
—¿Por qué me estás dando dinero?—Pregunta con algo de confusión.
—Por tus servicios—Responde con frialdad.
—No quiero tu dinero—Le lanza una almohada en la cara—Y valgo más que solo 30 dólares.
—Lo siento—Suspira—Es para que te vayas en algún taxi, lo que resta no sé, solo deja eso.
—Hunter, no me acosté contigo por dinero, no es como si alguien me estuviera pagando para meterme a tu cama, aunque si lo hiciera si sería un trabajo más sencillo.
—¿Te pagarán? ¿Quién?
Ezra se queda mirando a Hunter unos segundos, le sonríe, se comienza a vestir rápidamente.
—Creo que yo también debo irme.
—Ezra, te lo preguntaré de nuevo. ¿Por qué regresaste?
—Culpa—Responde mirándolo a los ojos—Me da rabia conmigo mismo, saber que lastimé a muchos sin intención, no quiero sentirme así pero le hago daño a las personas.
—¿Algún día me dirás la verdad?
—Si, pero aún no, aunque te la dijera, tú no me vas a creer—Y esa era la verdad—Solo confía en mí esta vez, con respecto a mi hija, quiero ser su padre, quiero tener una oportunidad de serlo.
—¿Y qué si digo que no?
—Tendré que buscar otras alternativas para acercarme a ella y no quiero usar esas opciones, te lo estoy pidiendo amablemente.
—Ezra, entiende que no puedes aparecer después de 8 años y fingir que las cosas se van a resolver fácilmente, esa niña ni siquiera te conoce, eres un desconocido para ella.
—Si, lo sé, estoy precipitando las cosas—Suspira—Está bien si la veo de lejos, si la intentas convencer de que al menos quiera verme, acercarme a ella poco a poco.
—No puedo prometer nada—Agarra su celular, lo mira una última vez—Pero no tengo problema con que la veas a la distancia, solo dale tiempo, es una niña y estuviste ausente durante toda su vida.
—Me iré primero—Se acomoda bien la ropa, se acerca hasta su ex—Comprendo que no me quieras ver, no me verás de nuevo, solo si logras convencer a Chels, llámame, déjame reunirme con ella.
—Solo vete.
—Adiós—Sale de la habitación con una sonrisa.
Para el pelirrojo era una victoria, arriesgándose a ser asesinado decide hacer una llamada, se asegura que Hunter se haya quedado en la habitación, se sube en el ascensor.
—Son las malditas cinco de la madrugada—Gruñó una voz al otro lado del teléfono—Más vale sea importante.
—Me acosté con Hunter.
—Es oficial, estás muerto, no me importa lo que hagas con tu ex.
—Me pediste algo para atraer la atención de tu objetivo, tomé un par de fotos—Dice orgulloso de sí mismo—Tal vez podrías enviárselas y hacer enojar a alguien.
—No eres tan imbécil como creí—Sonríe—Está bien, pasa las fotos, me encargare de que hoy mismo lleguen a su destino.
—Te dije que tengo todo bajo control.
Mientras tanto en la habitación, el alfa marcó el número de su mejor amigo, probablemente a esa hora debería estar dormido pero algo en la actitud de Ezra lo inquietaba.
—Hmm—Se escucha un quejido del otro lado—¿Quién es?
—Soy yo, lamento si te desperté.
—Sabes, hasta hace diez minutos pude cerrar los ojos.
—Perdón.
—¿Qué ocurre?—Pregunta algo más despierto—Dime que no cometiste un asesinato, en tal caso sabes conozco a un excelente abogado penalista o si quieres esconder el cadáver, puedo preguntar al tirano que tengo como cuñado.
—No, no hice nada ilegal—Se queda un segundo analizando—Espera, ¿De verdad él sabe cómo deshacerse de un cadáver?
—No lo sé, pero no creo que sea tan difícil.
—Sin desviarme del tema, yo realmente me acosté con Ezra.
—Eres más idiota de lo que creí—Lo interrumpe—Sabia que ese golpe que te di por accidente en la cabeza cuando éramos niños te dejó estúpido pero no pensé que traería tantas consecuencias.
—Kyle, cállate—Mira hacia el pasillo—Estoy seguro de que Ezra oculta algo, no soy idiota, ha actuado extraño y creo que insinuó que alguien le pago por acercarse a mi, además de que antes cuando se supone estaba durmiendo, escuché que tomó un par fotos y el flash activado no fue muy discreto.
—Imbécil—Susurra más refiriéndose al pelirrojo pero Hunter cree que se lo dice a él—Bien, hagamos algo, te pasaré varios números de detectives privados, se que te ofrecí contactar a alguno pero no tengo cabeza estos días para eso.
—Está bien, entiendo.
—Y Hunter, deberías de tener cuidado, esto no me da un buen presentimiento y lo menos que quiero es que salgas herido.
—Ezra creo que es difícil predecir lo que pasará si se trata de él—No sabía que iba a hacer con ese omega—Tengo miedo de que se acerque a mi hija y después un día la decepcione a ella también, pero creo que tal vez dejar que se acerque es la única opción en este momento.
—Si, ¿Megan sabe que él regresó?
—No, además no veo porque tenga que decírselo—Sale de la habitación—Cumpliré 30 en dos meses y mi madre es algo intensa, siento que pasa más pendiente de lo que hago.
—Yo la describiría más como una bruja, sabes que me odia—Se dirige al ascensor—Nunca te lo dije pero necesitas escuchar esto, después de que te casaste, escuché por accidente varias veces como tu madre trataba a Ezra cuando tu no estabas—Frunce el ceño—Y no quiero ser el abogado del diablo pero piensa un segundo quien es la persona que realmente te está ocultando la verdad.
•••
El desayuno es la comida más importante del día, Megan estaba sentada leyendo el periódico mientras disfrutaba de su café.
—Señora, le llegó una carta.
—Te lo he dicho mil veces Eugenia, no me interrumpas mientras estoy leyendo—Le grita para arrebatarle el papel de la mano—Lárgate, piérdete de mi vista.
Después de que la encargada de la limpieza sale casi corriendo, la alfa se queda observando el sobre, no decía ningún remitente, saca una carta.
Esta mañana desperté por una llamada y me di cuenta de algo.
Para alguien que se encarga de mantener a su hijo alejado de todos esos "promiscuos" omegas, debes sentirte enojada al enterarte de dos cosas.
Su ex esposo regresó, el omega manipulador que le fue infiel a Hunter con media ciudad, es más dudo que esa niña como se llama...Se me va el nombre, pero dudo que sea su nieta, tal vez es hija del panadero. Pobre de su hijo, tal vez crió a una niña ajena
Jajajaja.
Hunter es más estúpido de lo que creí, dentro del sobre te envié una fotos, hermosas a la vista. Y si tienes curiosidad detrás de la imagen escribí el nombre del hotel.
Saludos
Con mucho rencor de anónimo.
Y un detalle más, tu hijo como abogado debería tener más cuidado en caso de algún cliente furioso.
La mujer saca las fotografías del sobre, eran tres fotos, si en todas Hunter estaba dormido pero no había duda de que se habían acostado, gruñe enojada al ver al omega y restándole importancia a lo último que decía la carta.
—Maldito hijo de perra—Gritó furiosa para después tirar la taza de café contra el piso—Me deshice de ti una vez—Se levanta—Eugenia—Vuelve a gritar, aparece casi de inmediato—Limpia ese desorden en el piso, volveré en dos horas.
Las fotos podían ser fácilmente un montaje, pero necesitaba hablar seriamente con su hijo, comprobar que no sería capaz de tal acto tan inmoral desde la perspectiva de ella.
Se sube a su auto para conducir hasta el hogar de su hijo, mientras tanto Hunter estaba más tranquilo que antes, al parecer de algo le había servido la noche anterior, tenía un mejor semblante.
—Esa maldita carta deberías quemarla.
Tal vez su ex tenía razón, de nada servía aferrarse al pasado después de tantos años, busca en el cajón del armario donde la guarda, la lee una última vez.
—Esto es lo último que me une a ti, no quiero ni siquiera odiarte—La comienza a romper—Te olvide, ya no siento nada por ti.
Nada, todo había quedado en el pasado, incluso la noche anterior para él era un recuerdo lejano, su vida seguiría su curso. Aunque la llamada con Kyle también le había dado qué pensar.
Pero eso no cambiaba nada, nunca le perdonaría a Ezra el haber abandonado a una recién nacida, ni las infidelidades, ni las mentiras.
—Te he amado más de lo que tu te imaginas—Acaricia con un dedo su torso, lo escucha sin embargo no abre los ojos—Pero ambos sabemos que mereces a alguien mejor.
Para Hunter escuchar esas palabras de Ezra también era mentira la primera parte, tal vez el omega sabía que estaba despierto y por eso lo dijo.
No podía creerle, pero si tenía razón en algo, merecía a alguien mejor y por eso es que el alfa decidió no volver a dejarse llevar por su instinto.
—Abuela—Escuche la voz de su hija en el piso de abajo.
Y otro problema, su madre, no es que se quejara pero en ocasiones su forma de sobreproteger lo llegaba a asustar, aún después de vivir de forma independiente no había un segundo donde esa mujer no quisiera imponer su voluntad. Además de la manera en la que ella trataba a los demás.
—Mamá, no sabía que vendrías tan temprano—Menciona al bajar las escaleras y mirarla sentada en el sillón—No es que no me alegre.
—Quise venir a saludar a mi único hijo—Estornuda, con algo de asco levanta un pelo de perro del sillón—Dime que no le compraste una bestia a esa niña.
—¿Bestia?—Pregunta Chels algo confundida—Pulgoso es mi regalo de cumpleaños.
—Hija, ve a bañarte, más tarde podríamos ir al cine o salir a donde quieras.
—Quiero ir a patinar—Menciona emocionada.
—Bien, entonces ve a alistarte y en una hora nos vamos—La niña se dirige a las gradas, está por subir corriendo cuando añade—No corras en las escaleras.
—Está bien, papá—Sube grada por grada despacio.
—La estas maleducando, a este paso esa niña se convertirá en una versión joven de ese…
—Son casi las diez de la mañana de un sábado, pasé toda la semana escuchando y resolviendo problemas más serios que un…¿Un perro?
—Hunter, me preocupo por ti eso es todo, eres mi único hijo y quiero solo lo mejor para ti.
—Estoy bien, no hay nada malo en mi vida.
—¿Qué hay de Ezra?
—Oh, supongo que de nuevo le preguntaste a mi secretaria que por más que cambie, siempre habrá alguien que te pase información de lo que hago—La mira seriamente—El miércoles me fue a buscar a la oficina porque quiere ver a su hija, eso es todo.
—¿Desde el miércoles?—Pregunta alarmada—Ese desagradable ser ha estado aquí desde ese día y tú no me lo habías dicho.
—¿Por qué te lo diría? Y realmente regresó el domingo.
—Porque ese inútil de tu ex esposo es solo un maldito mentiroso que busca el dinero de nuestra familia.
—Deja de insultar.
—Lo ves, ya contaminó tu mente.
—No ha contaminado nada, solo no quiero que mi hija escuche como hablas de su padre omega.
—No me disculparé, además se te olvida cuántas veces no te habrá engañado en esta misma casa—Palmea el sillón—Aquí mismo probablemente se acostó con un alfa mientras tu no estabas, siempre tan cuidadoso de saber tus horarios para que nunca llegarás de sorpresa.
—Mamá.
—Ya lo sé, tú amigo Kyle tenía siempre las puertas abiertas de esta casa, probablemente también te traicionó—Necesitaba paciencia—No confío en él y tampoco dejaré que ese omega gigoló se acerque a mi nieta.
—Esa decisión no te pertenece.
—¿Crees que no lo se? Llamé esta mañana y alguien del hotel Siarcs me informó que estuviste ahí con un omega de dudosa reputación y coincidía con las características de Ezra.
—Sabes que ahora si cruzaste la línea—Dice con la última gota de paciencia que le queda—No creí que necesitaras saber con quien tengo sexo, eres mi madre y te agradezco que me cuidarás cuando era niño pero tengo la suficiente edad como para guardar información que a ti no debería interesarte, con quien me acuesto o dejo de hacerlo es asunto mío, deja de acosarme.
—Estás demasiado equivocado pero solo por esta vez lo dejaré pasar—Se levanta—Una última cosa, recuerdas a esa amiga beta que tenias ¿Mariana?
—No la veo desde que se casó y se mudo a Italia hace dos años.
—Bueno, Ana se divorció hace un año, estuve hablando con ella y dice que volverá el próximo martes.
—No sabía que te llevabas tan bien con ella.
—Estuvimos hablando, quizá no es la persona que siempre soñé para ti pero harían una bonita pareja—Abre la puerta para irse—Piénsalo, vale más que ese simple omega.
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