02: Beso de agradecimiento.

No pude dormir en toda la noche, esas consecuencias fueron más evidentes al día siguiente, mi mal humor no era fácil de ocultar, lo primero que hago al estar en mi oficina es tomar al menos un litro de café, lo que menos quiero es recordar pero al hacerlo, solo terminaba odiando más.

°°°
—Estas hermoso—Susurre cuando está a mi lado, logré observar el sonrojo que aparece en sus mejillas.

Me concentro en el juez que nos va a casar, mi madre había decidido invitar a más de 300 personas, de los cuales probablemente sólo conozco a diez, solo tener a Ezra a mi lado, todo en él es tan perfecto, cuando llega el momento.

—Yo Hunter, prometo amarte, hasta el final de nuestros días—Sonreí—Así pasen cincuenta años, prometo estar junto a ti, enamorarme y enamorarte cada día. Te prometo que siempre te respetaré, estaré para ti en las buenas y en las malas, aun después de la muerte.

—Yo Ezra—Baja la mirada unos segundos—Prometo enamorarme de ti cada día más, de forma incondicional—De un momento a otro salta para besarme.
°°°

—Imbecil—Lanzo la grapadora al suelo—Idiota—Tiro todo lo del escritorio al suelo—Estupido.

La puerta se abre, mi mirada se encuentra con la de Kyle, se queda en el marco de la puerta.

—¿A qué se debe tu mal humor el día de hoy?

—Regreso, Ezra está de vuelta.

—¿Qué quiere?

—A mi hija—Sonreí sin humor—No soporto verlo, me da rabia, desaparece por ocho años y ahora está tan—Jodidamente hermoso—Lo odio, quiero hacer algo para que desaparezca del mapa—Pasé una mano por mi cara—No lo comprendo, ahora estaba tan tranquilo, mi vida estaba en orden, todo marchaba bien y tenía que regresar.

—¿Quieres que contrate un investigador privado?

—No quiero saber su vida.

—Sí que su solo mención te apendeja—Se sienta en la silla frente al escritorio—Me refiero a que investiguen, ese factor que lo hizo regresar, que está buscando ganar.

—El día de hoy verá a Chel.

—Supongo que ella tiene derecho a conocerlo, pero sabes que siempre te lo dije, había algo en Ezra que nunca inspiró confianza.

—No necesito de un te lo dije—Sentía una enorme cantidad de estrés sobre mis hombros—No sé qué haré con él.

—Chelsey es demasiado inteligente para su edad, puedo asegurar que una vez que lo observe, no lo querrá ver después ni en pintura.

—Realmente es lo único que espero.

—Solo para confirmar algo—Me mira directamente a los ojos—¿Aún amas a Ezra?

Amar, no tengo motivos para hacerlo, aunque después de todo, es quien tuvo 8 meses a Chelsey en su vientre, es lo único bueno que puedo rescatar. 

Ezra lo amaba, pero los sentimientos cambian con el paso del tiempo, lo único que sentía ahora era rencor hacia él. 

Una rabia que me quema por dentro, quería gritarle, me deje llevar como un idiota. No creo en sus buenas intenciones, ahora reconozco mejor a un mentiroso, sigue haciéndolo.

Pero en esta ocasión, no caeré en su juego.

—No, no lo amo—Respondo mientras desvío la mirada, no lo hacía pero creo que aún sentía atracción física con él, solo bastó con verlo—Solo nos une nuestra hija. 

—Entonces...Como tu mejor amigo, ¿Puedo organizarte una cita con alguien y asistirás?

—¿Trabajo?

—Amorosa o de amistad, simplemente que conozcas.

—Por supuesto—Acepté sin pensar mucho—Ahora es el mejor momento para comenzar de nuevo.

—No se porque tengo el presentimiento que te dejaras seducir como un idiota por Ezra y de nuevo te abandonara, solo que esta vez puede que con tu hija.

—No sucederá, no soy un idiota.

•••

Estaciono el auto frente a la escuela, observó a Chelsey caminar hasta el carro, le envió a Ezra la dirección del restaurante. Deseo creer que una parte de él, en verdad quiere ser un buen padre y arreglar la relación con su hija pero es tan buen mentiroso. 

—Creo que estoy lista—Dice apenas entra en el carro, comienzo a conducir—Papá, si quieres puedes dejarme en el restaurante y después ir por mi. 

—¿Qué dices? No te voy a dejar sola con ese sujeto. 

—Es que tienes muy mal aspecto—Me toca la frente—¿Estás enfermo? 

—Estoy bien, además con mi presencia o no, esto será igual de incómodo. 

—Papá, solamente quiero saber, escuchar de él, la razón por la que me abandonó. 

—Aún puedes arrepentirte de verlo—Digo rápidamente—Solo dime, doy vuelta a la izquierda en el siguiente semáforo, no tienes que sentirte presionada. 

—Creo que estoy bien así—Dice con algo de nerviosismo, cambia la radio de estación—Quisiera no tener este sentimiento, pero una parte de mi, necesita buscar respuestas—El auto se queda en silencio unos segundos—Mis compañeros siempre alardean de sus madres omegas, lo felices que son, es curioso sabes… Conozco muchos niños sin una figura paterna alfa, pero ninguno sin una omega. 

—Siempre te he dicho que eres especial—Mencioné más para intentar aligerar el ambiente. 

Después de unos cuantos minutos, estaciono enfrente de un restaurante, le abro la puerta del carro a Chelsey, solamente quedaba esperar a Ezra. 

Una vez dentro del establecimiento, Chelsey elige una mesa cerca de la ventana, me quedo observando unos segundos por esta, intente llegar tarde pero al parecer el irresponsable de Ezra tenía el mismo plan.

—Deberías pedir algo de comer. 

—Está bien, veré el menú—Comienza a verlo varias—¿Cuándo se supone que debería llegar? 

—Hace seis minutos—Veo el reloj de mi muñeca. 

—Es probable que…Bueno —Juega con el papel en su mano—Él quizá puede arrepentirse y no venir. 

—Ayer se veía convencido—Pero sólo es un cobarde—Llegará, a esta hora existe mucho tráfico. 

Dentro de mí sabía que a Chelsey le hacía ilusión conocerlo, quizá por curiosidad pero necesitaba verlo. Soy un imbécil por involucrarla, es evidente que se arrepintió a último segundo, de nuevo, volverá a fallarle.

—Papá—Siento una mano mover mi brazo, aparte la mirada de la ventana—El mesero está preguntando qué quieres. 

—Lo lamento—Vuelvo a ver para encontrarme con un beta—Tráeme solo un vaso de agua.

—Entendido—Termina de anotar para después alejarse. 

—Tú también deberías comer. Por eso elegí lo suficiente para ti también—Sonríe.

—Tengo la mente en otro planeta—Suspiro—Chelsey, creo que comeremos y nos iremos, dudo mucho que Ezra aparezca. 

—Lo siento por llegar tarde—Dice una voz agitada, observó a Ezra acercarse a la mesa, es inevitable que lo recorra con la mirada, ¿acaso cada día se veía más sexy?—El uber me canceló de último momento, así que tuve que esperar a que llegara otro. Olvide el tráfico. 

—Llegaste—Enfríe el tono de mi voz, los ojos de Chelsey están fijos en su otro padre—Él es tú… 

—Padre omega—Interrumpe Ezra, se sienta a la par mía para quedar enfrente de ella, no quiero tenerlo tan cerca—Eres más hermosa de lo que imagine. 

—Así que eres quien abandonó un bebé—Se cruza de brazos—¿Por qué?—Pregunta dolida—O dirás que fuiste a comprar cigarrillos y había mucha fila. 

—No fumo, en tal caso, fui a la heladería por un helado pero había tanta fila que hasta ahora pude comprarlo—Ligeramente con mi zapato pateó el pie de él,me vuelve a mirar—Me gustaría tanto poder darte una explicación coherente, algo increíble o tipo película—Suspira—La verdad es que, no estaba preparado, era inmaduro aún, no sabía lo que estaba haciendo—Baja la cabeza—No puedo darte motivos para que confíes en mí, no puedo culparte si decides no saber más de mí, no puedo cambiar el pasado, no puedo volver a mi antigua vida… Pero, puedo hacer algo, puedo crear nuevos recuerdos, recuperar el tiempo perdido, ser el padre que no fui en todos estos años. 

—¿Por qué te creería?—Pregunta a la defensiva—Escuche decir a Mariana que solo te importaba el dinero, que no hacías nada si no tenías un beneficio. 

—Mariana ¿eh?—Me vuelve a mirar, no era un secreto que ella y él nunca se habían llevado bien—Se que no la merezco pero quiero una oportunidad, te necesito en mi vida, todos estos años, no ha existido un día en el que no piense en ti. 

Antes que cualquier otra persona hablara, el mesero llega con dos hamburguesas y papas fritas, pone los dos platos al frente de mi hija, deja el vaso de coca cola para ella, me alcanza el vaso de agua. 

—Buenas tardes, ¿qué desea ordenar?—Le pregunta a Ezra. 

—Una limonada, solamente. 

—En un momento la traigo—Se retira. 

—Papá, ten—Me pasa el plato de una de las hamburguesas—Por lo visto, ninguno de los dos tiene hambre—Comienza a comerse las papas fritas—No entiendo algo, si dices estar tan arrepentido ¿Porque no regresaste antes? 

—Por cobardía—Responde con algo de vergüenza—Tenía tanto miedo, cometí tantos errores, no soy un modelo a seguir, además pensé que el daño que había causado era irreparable. 

—La verdadera pregunta aquí es—Comencé a hablar—¿En qué problema te metiste como para tener que regresar aquí? 

—No estoy metido en ningún problema, Hunter. Quiero recuperar a mi hija, no hay segundas intenciones—Se limita a responder, le doy un mordisco a la hamburguesa para contenerme de gritarle—Chelsey, aunque en este momento no creas en mis palabras, eres lo único bueno que he hecho en mi vida—Hasta que dice algo que es verdad, el mesero regresa para dejar la limonada y volver a irse—No hoy, ni mañana pero por favor, dame la oportunidad de ganarme tu confianza. 

—No eres una buena persona… 

—Todos cometemos errores—Debería de quedarme callado, entre más rápido ella lo rechace, más sencillo Ezra volverá a desaparecer pero no puedo mantener la boca cerrada—Hija, siempre te he dicho que eras la única que puede decidir. Y si, puede que él hiciera muchas cosas malas en el pasado pero en algunas ocasiones vale la pena dar una segunda oportunidad. 

—Pero, papá—Se queda con la mitad de la hamburguesa en la mano—Él te hizo daño, ¿Y aún así quieres defenderlo? 

—Es complicado.

Un silencio incómodo invadió la mesa, decido dejar la hamburguesa a medio comer, Chelsey se concentra en seguir comiendo, me dedico a mirar unos segundos a mi ex esposo. 

—¿No te la vas a comer?—Pregunta Ezra al notar mi mirada. 

—Se me quito el hambre—Me recuesto en el respaldo de la silla—Pero creo que tú si tienes. 

—No es justo desperdiciar la comida—Entrecierro los ojos al notar que agarra la hamburguesa para comérsela, Chelsey también se le queda mirando fijamente—¿Que? 

—Pediste la limonada—Comienza a hablar una vez que terminan de comer—Aún cuando tenías hambre, mentiste, no llegaste tarde por que el uber te "canceló" —Lo acusa—Llegaste tarde por que no tienes dinero suficiente ni para un taxi. 

—Chelsey. 

—No regresaste porque tú conciencia no te dejaba tranquilo—Su voz comienza a sonar enfadada—Regresaste por qué estás en la calle, necesitas dinero y quieres volver a manipular a mi papá. 

—Yo no diría que estoy en la call… 

—Mariana, tenía razón—Lo interrumpe—Cuando dijo que solamente eres un maldito oportunista. 

—Chelsey, ese vocabulario. 

—¿Acaso no lo ves?—Me pregunta—Es la primera vez que lo veo y ya mintió—Hace una pequeña pausa—Y quien sabe si mentiste cuando dijiste estar arrepentido. 

—Lo admito, pero sólo fue respecto al taxi. 

—No quiero escucharte más—Se levanta—No creo en tus buenas intenciones. 

—Chelsey, esperame en el carro—Le entregue la llave—Tengo que hablar algo con él. 

A regañadientes toma la llave, la veo salir del restaurante, una vez me aseguró que este en el carro me gire hacia Ezra. 

—Así que una niña consigue atraparte infraganti—Me burlé—Al parecer perdiste tu capacidad de manipular, pero tenía razón, solamente volviste porque buscas conseguir algo. 

—Si, estoy buscando poder construir un vínculo con mi hija—Me mira directamente a los ojos—Y no sabía que comer la misma hamburguesa era un delito. 

—Un delito no, pero sí resulta poco higiénico que estés comiendo algo con saliva de otra persona. 

—En el pasado probé algo más que tu saliva—Alejo esos recuerdos de mi mente, se supone que tú también debías olvidar todo eso—Tienes todo el derecho a odiarme pero por favor, solo en esta ocasión, confía en mí, estoy siendo honesto. 

—¿Confiar en ti? —Me comienzo a reír, niego levemente—Nunca volveré a cometer ese error—Mis palabras comienzan a salir sin siquiera pensar—Si lo que necesitas es dinero, puedes ir y estafar a algún viejo millonario. Después de todo se te da muy bien fingir en la cama, hasta pareces una perra en celo—Un rastro de enojo aparece en sus ojos—Mejor, puedes ir a acostarte con el primer idiota que veas y después cobrarle. Eres peor que un cualquiera, no vales ni un dólar—Siento su mano impactar contra mi mejilla. 

—Puedo aceptar que estés enojado conmigo pero no voy a permitir que me insultes de esa manera—Y ahora finge inocencia—Te digo algo, el primer idiota que vi eres tú y si quisiera podría hacer que de nuevo caigas a mis pies.

—Estás acabando con la poca paciencia que tengo—Intento calmarme ya que varias personas notaron la escena y creo que mis feromonas no están ayudando, lo menos que quiero es armar un escándalo—Y si lo quieres es mi dinero, ya te dije, dime el monto y te pagaré para que vayas lejos de aquí.

—Hunter—Toca mi mano—Déjame hablar contigo, aún existen muchos detalles sobre mi escape que nunca te dije ni explique. No sabes la verdad detrás de todo.

—No tenemos nada que hablar—Me termine de tomar el vaso de agua—Si Chelsey cambia de opinión, te llamo. 

—Está bien—Se queda unos segundos en silencio—Lo lamento por golpearte. 

—Me lo merecía, no debí hablarte de esa manera—Digo un poco más tranquilo—Es tu vida, tú sabrás qué hacer con ella. Fue mucho por hoy. 

—Puedo pagar el almuerzo, si quieres—Se levanta de la silla. 

—¿Con qué dinero? 

—Con el tuyo—Extiende la mano—Chelsey está en el auto esperando, ve con ella, te necesita. 

—Confiaré en que pagarás la cuenta—Le entregue el dinero—Adiós. 

—Hunter, espera—Me detengo solo un segundo, se acerca unos pasos, pone ambas manos en mis hombros, casi tiene que saltar para dejar un beso en mi mejilla—Gracias por dejarme ver a Chelsey.

—Te mataré—Me separe para limpiarme la cara—Solo desaparece de mi vista.

Era increíble como pasaban los años, pero la vida continúa, salgo del restaurante con ese sabor amargo en la boca, llegue hasta el carro donde está mi hija en el asiento trasero escuchando música, en silencio me siento en el asiento del conductor. 

—Quiero volver a casa. 

—Te aseguro que no lo volverás a ver—Comienzo a conducir—Necesito volver a la oficina, así que cuando llegues, dale de comer al cachorro y haz la tarea. 

—Esta bien-Me concentro en la carretera—Papá, no quiero a ese hombre, sé que me tuvo varios meses en su vientre pero, es un desconocido. 

—Me aseguraré que se mantenga lejos.

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