Capitulo 3

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro




—¿Entonces tienes poco tiempo de vivir en Konoha?—Shisui ya había interrogado a la joven a su lado y creyó que ella le había contado todo acerca de su vida, no obstante, la ojiperla sólo dejó saber lo más básico sobre ella. No acostumbraba ventilar su triste pasado con nadie y mucho no comenzaría hacerlo con personas a quienes apenas conocía.

—Creó que ya es suficiente de hablar sólo sobre mí ¿que hay de usted?—la morena se sentía más en confianza y se debía a las bebidas que ya había ingerido—¿Siempre ha vivido aquí?

—Antes que nada, no me hables de usted ¿de acuerdo?—el joven debía romper con esa barrera si quería llegar a donde se propuso.

—De acuerdo—el chico estuvo seguro que vestir de traje azul le acarreó buena suerte y para muestra, la bella dama que tenía frente a él.

—Pues respondiendo a tu pregunta... si, yo siempre he vivido en Konoha—aclaró sonriendo como sólo él, lograba hacerlo. Continuó conversando durante largo tiempo y contrario a lo que pensaba, le agradó mucho la interacción con la joven, dado que tenía conversaciones interesantes y lo mejor de todo, era que sabía escuchar.

La morena lo escuchó atenta y de nuevo el sentimiento de culpa se apoderó de ella, dado que el chico realmente era agradable y por ende, no quería proceder de mala manera como la obligaban hacerlo. Mientras Shisui contaba algo, ella se perdió en sus pensamientos formulando una salida que le permitiera escapar de ese demente, sin poner en riesgo a sus seres queridos y tampoco al azabache, el cual no tenía nada que ver con ella.

—Estoy seguro que ya te aburrí con mi platica ¿no es cierto?—la joven reaccionó, al mismo momento en que el Uchiha se colocó muy cerca de su rostro, en un intento de llamar su atención, puesto que ya la había llamado tres veces y ella continuó con la mirada perdida.

—No, no, no claro que no—la morena negó en repetidas ocasiones y se sintió muy avergonzada—es sólo que al escucharte hablando sobre tu familia, no pude evitar recordar a la mía y lo mucho que los extraño—por alguna razón que no entendió, Shisui sintió que sus encantos no estaban surtiendo efecto en la chica frente a él y por consecuente, su orgullo se sintió adolorido, no obstante, viéndola tan apenada e intentando darle explicaciones, lo conmovió y no tuvo más que sonreír—De verdad lo siento tanto, pero a veces, la añoranza me gana... eres muy afortunado de tenerlos cerca de ti.

—En eso tienes razón... a pesar de ser huérfano de padre y madre, mis familiares se hicieron cargo de mí, aunque no niego que en ocasiones logran sacarme de quicio, se que soy afortunado de tenerlos y de poder contar con ellos siempre que los necesito, lo cual ha sido muy a menudo—lo último lo dijo sonriendo, logrando disipar el bochorno de la ojiperla, pero dejándole claro que no tenía padres—Y tu familia ¿dónde vive? No es que quiera ser indiscreto pero como tú misma lo dijiste, ellos no viven cerca de ti.

—¡Bueno...! Tampoco yo tengo padres y sólo tengo a mi primo quien es mayor que yo y ahora se encuentra en el ejército y mi hermana menor... ella estudia en el extranjero—las emociones de la chica estuvieron latentes, no le gustaba hablar de ellos pues se ponía muy triste y lo que fue más irónico, era el hecho de hablarlo precisamente con él, con la persona que debía dañar para garantizar el bienestar de Hanabi y Neji—Desde que se marcharon, sólo he visto a mi hermana, ya que Neji solo se comunica conmigo por teléfono—suspiro con nostalgia recordando los tiempos en que ellos tres compartían con su padre, siendo una bonita familia, sin embargo, de esos tiempos sólo quedaban los recuerdos y nada más.

—Vaya... no se que decir—en realidad, Shisui se quedó sin palabras dado que él siempre contaba con sus tíos y primos y ella aparentemente se encontraba sola.

—Esta bien, no es necesario decir nada—la ojiluna le sonrió en un intento de restarle importancia—de todos modos, desde que llegue a Konoha, Ino y Karin, prácticamente se convirtieron en parte de mi familia... me siento muy afortunada de tenerlas como amigas—sus orbes se enfocaron en las susodichas y sonrió al ver a Ino muy junta con Yamato, mientras que Karin bailaba un baile lento con Genma.

—Entonces desde hoy, también yo quiero formar parte de tu círculo... ¡Claro, si tu me aceptas!—la contagiosa sonrisa del muchacho, derritió a la Hyuga—¿Que me dices?

—Pero apenas nos conocimos hoy ¿que pasa si con el tiempo no te gusta como soy?—ella aún tenía la esperanza de alejarse de él y darle la excusa a Shimura de que no se habían gustado, no obstante, el joven parecía empeñado en acercarse a ella.

—No necesito conocerte por más tiempo para saber que llegaremos a ser muy cercanos—de ninguna manera pensaba desistir, no perdería ante su familia y la chica era un extra en sus intenciones, aunque luego de escucharla hablar de su familia, algo parecido a la culpa, golpeó su pecho, ya que sabía a ciencia cierta, que sólo la iba a usar para conseguir sus propósitos.

—En ese caso, supongo que podemos continuar tratándonos de vez en cuando—el Uchiha sonrió de manera arrogante en dirección a donde se hallaban sus primos, lo cual no pasó desapercibido por la morena. Sus alarmas sonaron y se dedicó a observar su comportamiento sin que él lo notara.

—Entonces ¿me permites que sea yo quien te lleve a tu hogar? Lo digo porque dudo mucho que tus amigas regresen a solas—ambos, miraron hacia donde Ino prácticamente se besaba con el castaño y Karin sonreía tomada de las manos de Genma.

—Yo pensaba llamar un taxi—de hecho, ella no pensaba molestar a sus amigas y regresaría en taxi, así que no mintió.

—¿Prefieres ir con un desconocido que irte conmigo? ¿En serio señorita?—fingió estar triste y la ojiperla sonrió. En el poco tiempo hablando con él, ya la había hecho reír más veces de las que recordaba haberlo hecho últimamente.

—Está bien... dejaré que me lleves—ambos abandonaron la fiesta y el azabache la condujo a su exuberante auto deportivo. La Hyuga se quedó sin palabras ante el hermoso Lanborghini en color negro. No es que no los hubiera visto antes, sin embargo, ni siquiera cuando tenían fortuna, tuvieron uno y sólo los observaba en los estacionamientos de las lujosas fiestas a las que asistió con su padre. Pronto se recuperó de la impresión y subió aceptando la mano de Shisui, quien le ayudó abriendo la puerta del pasajero y aprovechó para sostenerla—¡Gracias!—el chico sonrió y se apresuró a llegar al otro lado del coche, mientras la joven se ponía el cinturón de seguridad.

—¡Así que aquí vives!—soltó sonriendo y ella se encogió de hombros—Te queda muy cerca del hospital—como todo un caballero, le abrió la puerta una vez que arribaron al apartamento de la chica.

—Es realmente conveniente, el doctor Hashirama me consiguió este sitio al igual que la oportunidad de laborar en el hospital—confesó pensativa mientras remembraba el pasado y lo mucho que le costó llegar a donde estaba, pero como todo lo bueno que sucedía en su vida, también se acabó con la llegada de ese demonio llamado Danzo Shimura.

—Hashirama Senju es una excelente persona... él es el mejor amigo de mi tío Madara, aunque es algo raro, dadas las grandes diferencias entre ambos—no pudo evitar los recuerdos de las bromas del Senju hacia el amargado de su tío.

—¿Diferencias? ¿Que quieres decir?—cuestionó con curiosidad.

—Bueno, mientras Hashirama es alegre divertido y siempre está bromeando, mi tío es malhumorado, apático y no tolera las bromas de Hashirama—Shisui le contó sobre lo dicho por el Senju en la última fiesta refiriéndose al cabello del Uchiha. Hinata no pudo evitar reírse. No conocía a Madara Uchiha, pero por lo poco que había escuchado, todo parecía indicar que se trataba de un hombre extremadamente rígido y serio. Seguramente, algo similar a su fallecido padre—Figúrate que hasta el día de hoy, las personas que conocen a Madara, se concentran en el aspecto de su larga cabellera.

—No puede ser—volvió a sonreír y ahora ella también se iba fijar en eso cuando lo encontrara en algún sitio, aunque cabe recalcar, que también Neji era fanático de cuidar su largo cabello castaño. El chico la acompaño prácticamente hasta la puerta de su apartamento y por un momento creyó que iba a dar el siguiente paso, no obstante, ella no pensaba lo mismo—¡Muchas gracias por traerme!—el Uchiha se decepcionó cuando ella no lo invito a pasar.

—Ni lo digas, fue un placer pasar la noche contigo y me gustaría invitarte a salir mañana ¿que me dices?

—¿S-Salir?

—Si, para conocernos mejor y así hacernos amigos... te aseguro que soy de confianza y no te secuestrare, ni venderé tus órganos... lo único de lo que seré responsable, será de invitarte los mejores helados, dangos y pasteles de chocolate que hay en las pastelerías de Konoha y bueno, quizás subamos un poco de peso, pero eso no disminuirá tu belleza, te lo aseguro—la chica levantó el rostro sonriente. El muchacho se quedó prendado de la exótica belleza de las orbes femeninas ¡Demonios! Esa mujer era realmente hermosa, resonó su voz interior.

—¿Y rollos de canela?—Shisui se desconcertó y la miro con interrogantes ojos negros en busca de una aclaración—¿También podemos comprar rollos de canela?

—Por supuesto... lo que tú quieras—intercambiaron los números de celulares y quedaron de salir al día siguiente. El azabache se quedó hasta que ella entró cerrando la puerta. Quizás fue muy pretencioso de su parte, creer que lo invitaría a pasar en la primera noche de conocerse, no obstante, estaba totalmente dispuesto a conquistarla. Ganaría el puesto vacante en la empresa y también sentiría la satisfacción de tenerla perdidamente enamorada de él.

Hinata se recargó en la puerta llevándose la mano al pecho en busca de sosegar los frenéticos latidos de su corazón. El primer encuentro entre su objetivo y ella, fue mucho más allá de sus expectativas. Fue todo muy rápido y ahora no estaba segura de continuar avanzando, aunque ella no era tonta y pudo vislumbrar las intenciones del chico, era evidente que no era un joven inocente y sólo la quería como a una más en su larga lista de conquistas. Como el mismo Danzo lo advirtió, no podía ser tan estupida de enamorarse creyéndole todos sus galanteos y alagos. No es que tuviera experiencia con ese tipo de temas, al menos, no personalmente, sin embargo, durante el tiempo laborando en distintos sitios, veía a distintas parejas, algunas terminaban juntos y la mayoría del tiempo, no lo hacían, siendo las féminas quienes más afectadas terminaban por culpa de hombre con los mismos encantos de Shisui Uchiha.

[...]

Yamato camino hacia el auto de Ino. No la iba dejar sola por nada del mundo. Le hubiera encantado ser él quien la llevara a su casa, sin embargo, la rubia llegó en su propio auto y lo único que pudo hacer fue acompañarla el corto recorrido.

—Durante toda la noche he querido sincerarme contigo...—soltó Yamato tomando valor de su interior—Tengo mucho tiempo de sentirme enamorado de ti, pero me obligue a callar mis sentimientos por el miedo a ser rechazado—la rubia sintió que su cuerpo se convertía en gelatina. Llevaba años amando a ese hombre y saber que él sentía lo mismo, la dejó desarmada.

—¿Porque? ¿Porque siempre te empeñaste en tratarme como a una niña pequeña? Traté en vano demostrar que no era una niña, sin embargo, nunca me mirabas, siempre me sentí como alguien sin importancia ante tus ojos—la joven no pudo evitar los reproches, los cuales le salieron en automático debido a la frustración.

—Eras menor que yo y eres tan bella... tenías a muchos hombres de tu edad, rendidos a tus pies, con más probabilidades de ser tus parejas, de las que hubiera podido tener yo, así que opte por hacerme a un lado... quise engañarme pensando que si me alejaba, lograría olvidar este sentimiento que lleva años quemándome por dentro—la tomó de las manos y la miro directamente a los hermosos ojos azules, los cuales siempre tuvieron el efecto de hipnotizarlo—No puedo más pequeña, no logró silenciar este sentimiento por más tiempo... te amó y quiero que estés a mi lado como mi pareja, deseo caminar a tu lado sin esconderme y nada me haría más feliz que saber si tu estas de acuerdo... pero si por el contrario, tu me pides no volver acercarme, silenciaré mis sentimientos para siempre y nunca volveré a importunarte—la rubia derramó unas lágrimas sin dejar de verlo y Yamato sintió un desasosiego dentro de su pecho. Quizás fue un error confesarle su amor, no obstante, ya no podía callarse.

—Me ha resultado difícil interactuar con otros chicos de mi edad, incluso con hombres unos años mayores y el motivo siempre fue el mismo—Yamato permaneció en silencio sosteniendo sus manos, si la iba a perder, por lo menos aprovecharía el mayor tiempo posible a su lado—Desde que te veía con Genma comencé a sentirme muy atraída, sin embargo, tu falta de atención y tus constantes tratos dirigiéndote a mí como una niña, me dejaron claro que nunca me mirarías de manera distinta... Trate, de verdad que lo intente, no obstante, me fue imposible arrancarte de mi corazón y gracias a ti, no pude darle la oportunidad a nadie más ¿como hacerlo? ¿Como fingir algo que no sentía? Ellos no eran tu, nunca lo fueron—lloró dejando salir todos sus miedos y frustraciones. El mayor la abrazo contra su pecho y se dedicó a consolarla.

—Ya no llores mi niña... me rompes el corazón y no soporto saber que soy el culpable de tu sufrimiento—le dio un casto beso en la coronilla y si no fuera por sus lágrimas, hubiera podido disfrutar el acercamiento, sin olvidar la hermosa confesión.

—Debería rechazarte por lo mucho que me hiciste sufrir, por siempre rechazarme—soltó despegándose un poco para encararlo—pero no lo haré, no puedo hacerlo porque esto es lo que siempre he esperado desde que me enamoré de ti—sin preámbulos, lo rodeó del cuello y le dio un tímido beso en los labios.

—Eso quiere decir ¿que aceptas ser mi novia? ¿Esto es un si?—la Yamanaka asintió y fue el turno de Yamato para besarla, sin embargo, su beso no fue tímido, ni mucho menos, puesto que él la tomó de la cintura en forma posesiva y con la otra mano la acercó de la nuca profundizando el beso. El momento fue surrealista para ambos, dado que sin ellos saberlo, habían estado enamorados el uno del otro durante años.

Yamato sintió la boca de su amada como un bálsamo reparador, el cual terminó llevándose todos los malos momentos en los que estuvo inmerso durante tanto tiempo. Ino por su parte, sintió algo parecido, pues la declaración del hombre que ahora era su novio, le permitió deshacerse de la pesada carga de tristeza que llevaba encima.

La nueva pareja literalmente miro a todos los invitados marcharse mientras ellos seguían dentro de su burbuja imaginaria, la cual formaron sólo para ellos dos. Yamato limpió las mejillas de la fémina, sin percatarse que también él, mantenía las suyas con humedad. Ambos lloraron de felicidad y cuando llegó la hora de irse, él la acompaño hasta su hogar. Una vez que la dejó en total seguridad, se fue a su casa. Tenía miedo dormir y despertar sabiendo que todo había sido un sueño.

Ino se recostó en su cama y se removió simulando hacer un ángel sobre la nieve sin dejar de sonreír. Se tocaba sus labios y aún podía sentir los de Yamato sobre los suyos. Seguramente las chicas se pondrían felices ¡Un momento! Se olvido de sus amigas. Rápido buscó su celular y lanzó un suspiro de alivio al comprobar que tanto Hinata como Karin, le informaron que ya tenían con quien regresar a sus hogares y que por la mañana se pondrían al tanto de todos los pormenores de la noche. Sólo esperaba que a sus amigas les hubiera ido tan bien como le fue a ella en su mágica noche, aunque a juzgar por los hombres con quienes estaban, tenía sus reservas.

[...]

Karin pasó la noche con el primo de Ino y a decir verdad, se sintió cómoda con él, sin embargo, se pudo percatar de la intensa mirada de Sasuke sobre ella logrando perturbarla. Él estuvo con Sakura y con Naruto, así que no entendió cuál era su afán de estarla mirando. Decidida a ignorarlo, se concentró en pasarla bien al lado de ese caliente castaño.

—Supongo que tendrás que aceptar mi propuesta de llevarte a su casa—repuso Genma en el mismo momento que la pelirroja recibió el mensaje de texto proveniente de Ino. Por otro lado, Hinata también se había marchado.

—No es que me guste dar molestias, pero...—Genma la silencio con otro furtivo beso. La Uzumaki disfrutó de sus candentes toques, no obstante, durante la noche, pudo comprobar lo popular que era Genma entre las chicas, dado que más de dos, pasaron sonriéndole con coquetería y el en respuesta, hizo lo mismo pensando que ella no lo notaba. Francamente, un mujeriego era lo menos que necesitaba en su vida, sin embargo, por esa noche lo dejó pasar, de todos modos, no pensaba darle otra oportunidad y lamentablemente, por lo que logró escuchar entre las personas, Shisui el azabache que bailó con Hina, era igual o peor que Genma. Debía advertirle, pues de ninguna manera dejaría que la ojiperla saliera lastimada por un Casanova, que lo único en lo que se especializaba era en conseguir mujeres para llevar a la cama... Definitivamente, la única que había salido ganando de las tres, fue Ino.

El trayecto hacia su apartamento fue algo silencioso. Para la joven, el encanto había llegado a su fin y como la cenicienta, todo regresaba a mostrarse tal cual era. El que a ella le gustarán mucho los hombres y bromeará constantemente con ese tema, no significaba que se embelesaría como tonta con cualquier mujeriego infiel, no. Si ella le daba la oportunidad a alguien, esa persona debía de ofrecerle ser la primera y la única opción para él, de otra manera, prefería continuar sola, ella era muy celosa y no compartiría un hombre, simplemente no.

—¡Llegamos!—el castaño estacionó su bonito auto y abrió la puerta de la joven.

—Gracias por traerme—Karin sonrió y le dio la mano como despedida. El muchacho estaba completamente seguro que ella lo iba invitar a pasar, o por lo menos, le pediría verlo de nuevo, más no fue así y ella simplemente subió al elevador sin voltear a verlo. Genma se quedó perplejo, esa era la primera vez que una chica accedía a estar con él y que no terminaba queriendo pasar al segundo nivel. Karin Uzumaki resultó muy interesante para él. Derrotado, regresó a su auto, era algo tarde y no quiso llamar a una de sus conquistas para quitarse las ganas, así que regresó a su hogar, donde sin dudas debía tomar una ducha con agua fría.

[...]

—¿Piensas salir?—cuestionó Madara cuando miró a su sobrino vistiendo pantalón de mezclilla y una jersey pegada a su musculoso torso. Estaba seguro que iba en busca de una chica, dado que el atuendo era principalmente para impresionar, sólo esperaba que esta vez, no se metiera en problemas y que se dedicará a algo serio.

—Así es... quedé de pasar por Hinata en media hora y no quiero llegar tardé—se tomó el café apresurado y declinó el desayuno, pues pensaba comer con la Hyuga.

—¿Hinata?—soltó el mayor—¿Es la chica con la que estuviste anoche en la fiesta?

—La misma—respondió guiñándole un ojo a Izuna, quien se acababa de sentar en el comedor con visibles síntomas de resaca y desveló.

—¿En serio? ¿Entonces hubo química entre ustedes?—Madara se veía muy interesado. Al parecer, el muchacho había tomado en serio el reto.

—La hubo y estoy seguro que en muy poco tiempo, Hinata Hyuga caerá a mis pies, rendida de amor—Izuna le mostró el dedo medio ante la descarada sonrisa que le dedicó el más joven, mientras que Madara se quedó perdido en sus pensamientos.

—¿Es una Hyuga? ¿Te dijo el nombre de sus padres?—Madara conocía la historia de esa familia, incluso tuvo algunos encuentros con Hiashi en algunas reuniones y fiestas. Todo, antes del descenso y finalmente el suicido de este.

—Si, ella es Hyuga y sólo mencionó que tenía una hermana menor, la cual estudia en el extranjero y un primo mayor a ella que se encuentra en el ejército, su nombre es... ¿cómo me dijo que se llamaba?—Shisui trató de recordarlo cuando su tío interrumpió sus intentos.

—Neji—afirmó el mayor convencido de que esa joven era una de las dos hijas de Hiashi.

—Si... así me dijo que se llama, Neji Hyuga ¿tu los conoces?—la curiosidad del chico se hizo más grande.

—Conocí a Hiashi Hyuga años atrás... se decía, que él mencionaba mucho a su sobrino Neji y de como esté, sería su digno sucesor. Se expresaba tan bien del muchacho, que no me fue difícil recordar su nombre.

—¿El Hyuga que se suicido?—pregunto Izuna llamando de inmediato toda la atención de Shisui—¿El prominente magnate que terminó en la ruina?—Madara asintió algo sorprendido al pensar lo pequeño que es el mundo. Izuna por su parte, nunca lo conoció, sin embargo, escuchó las conversaciones entre Madara, Fugaku y Mikoto, los días posteriores a la muerte del empresario.

—¿Pero estás seguro que es el padre de Hinata? Digo, quizás es una mera coincidencia que sea Hyuga—por alguna razón que no entendió, le resultaba difícil pensar en lo que tuvo que pasar la tierna joven, si en verdad era hija de ese hombre.

—Hiashi y Hizashi eran gemelos y los últimos Hyugas que quedaban, Hizashi murió junto a su esposa, dejando a su único hijo... Neji y Hiashi se hizo cargo de él, criándolo al lado de sus dos hijas. Al morir su esposa, sólo quedaban ellos cuatro y con su muerte, se redujeron a tres—aclaró el mayor—Ahora entiendo porque esa joven me resultó familiar, ella es muy parecida a la esposa de Hiashi—recordó a la llamativa dama en algunas de las fiestas en las que coincidieron antes que ella muriera.

—¡Wow! ¿Y porque quedó en la ruina? ¿Que fue lo que sucedió?—de nuevo la curiosidad del azabache menor salió a relucir.

—Es una historia muy compleja que acarreó varias teorías. Hiashi contaba con una gran fortuna y en muy poco tiempo, se quedó prácticamente sin nada... luego ocurrió lo del suicidio—concluyó sin decir nada mas.

—Pobres chicos, debieron pasarla muy mal—soltó Izuna y sus orbes se encontraron con las de Shisui. El menor desvió la mirada y se enfocó en su reloj de muñeca, pegando un salto, puesto que ya se le había hecho tarde.

—¡Maldita sea!—tomó las llaves del auto—Se me hizo tardé—salió corriendo y en segundos se escuchó el sonido de los neumáticos.

—Esperó que ese descarriado no arruine todo con esa chica, porque Obito se interesó mucho en ella desde que la conoció—aclaró Izuna tomando unos analgésicos que le trajo la empleada para el dolor de cabeza dejado por la resaca.

—¿Obito?—el azabache más joven asintió—¡Oh no! Sólo eso nos faltaría, que esos dos terminen enfrentados por una mujer.

—¡Tranquilo...! Obito no piensa interferir, al menos no, mientras Shisui este de por medio—Madara suspiró aliviado. Lo último que necesitaba, era a dos Uchihas en guerra. Ellos eran demasiado posesivos y territoriales por naturaleza, así que no saldría nada bueno de interesarse en la misma joven.

[...]

Karin organizó una reunión para las tres chicas por la tarde y el lugar sería en el apartamento de la ojiperla, puesto que ella misma lo sugirió. Tanto Ino, como ella, tenían compromisos durante el día y a eso se debió la reunión por la tarde. Karin estaba ansiosa por contarles como le fue con Genma, pero lo que le preocupaba mas, era los comentarios que escuchó en torno al tal Shisui. Debía decirle a su amiga y estaba segura que apenas lo hiciera, la ojiperla saldría corriendo lejos de ese picaflor.

Hinata miró su reloj y suspiró por quinta vez. Su cita llevaba mas de media hora de retraso y ella comenzó a pensar que la había dejado plantada. Si lo pensaba detenidamente, eso sería lo ideal, así Danzo no podía hacer nada, dado que por ella no quedó.

Como la salida era a pasear, se vistió con un sencillo vestido en color claro, el cual acompañó con un sombrero y unas bailarinas blancas, luciendo muy linda a quienes la miraran.


Permaneció en uno de los sofás de su sala y mirando que ya pasaban cuarenta minutos de retraso, soltó el aire y se puso de pie. Su intención era ir a su recámara, cambiarse de ropa y preparar algo de comer para ella y también para cuando llegarán sus amigas.

Ni bien abrió la puerta de su alcoba cuando sonó el timbre. No se apresuró en ir abrir y se tomó su tiempo, entre más defectos le encontrará el Uchiha, más alta sería la probabilidad de que no volviera a buscarla, no obstante, al abrir, lo primero que miró fue la sonrisa del muchacho.

—Siento mucho haber llegado tarde... ¿Podrás disculparme?—la ojiperla se sorprendió cuando le mostró un gran arreglo de flores ¡Todo un experto! Pensó la joven, dado que ese gesto era capaz de derretir a cualquier chica, ademas, siendo sincera... excluyendo a Neji y a su padre, nunca le habían dado flores.

—Supongo que si—el chico se quedó inmerso en sus pensamientos sin dejar de escudriñarla y recordando la conversación que mantuvo con sus tíos, apenas unos minutos atrás ¿Como habrá podido lidiar con algo como eso?—Gracias por las flores—el azabache salió de sus pensamientos y de nuevo le sonrió.

—Era lo menos que podía traer luego de mi falta—la morena colocó el jarrón con las flores en la mesa y tomó su bolso. Ambos salieron y en minutos se encontraban eligiendo lo que comerían. El sitio era agradable y ellos se sentaron cerca de los ventanales, siendo iluminados por la luz solar. Hinata se sonrojó al apreciar lo atractivo que era Shisui, su porte se asemejaba a los bellos modelos de revistas deportivas, no en vano atrajo las miradas femeninas. Él, al igual que ella, también se dedicó a mirarla sin pudor alguno y de nuevo comprobó que esa chica era una de las mas bellas que había visto. Su forma de caminar, sonreír, ruborizase,  hablar. Sin embargo, se sintió perdido en el momento en que ella guiñó los ojos y lo dejó sin aliento.

Continuara.

Me disculpo por la gran demora y trataré de actualizar mas seguido. También me disculpo por las posibles faltas de ortografía que seguramente se me quedaron atrás, apenas las encuentre y las iré corrigiendo.

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