Capítulo VI
Advertencia: Este capítulo tiene contenido lemon. Sí no te gusta este tipo de contenido, te recomiendo que solamente leas desde el primer párrafo hasta el onceavo párrafo (no incluye diálogos). Los siguientes párrafos tienen ese tipo de contenido.
Pero aquellos que quieran leer este capítulo incluido el contenido, sed bienvenidos.
Gracias.
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¡Que idiota fui! ¿Por qué me comporté de esa manera? Yo no era así con ninguna mujer. Solo era una criatura que deseaba satisfacer sus necesidades y que mis compañeras lo disfrutasen también. Acaricié el arco de mi nariz, pensando con claridad lo sucedido. Al menos, Golzy no me hizo preguntas debido a mi comportamiento. Pero el aroma que desprendía su piel era embriagador, me tranquilizaba con solo estar con ella. ¿Qué tonterías dices, Lucci? No estaba como para pensar en estupideces, debía centrarme en el trabajo. Ayer conseguimos capturar a Foxy. Una buena captura, por cierto. El comisario Smoker no me ha dado permiso para interrogarle, le hubiera sacado más información con mis métodos.
He revisado los documentos una y otra vez un tanto aburrido. Me estaba estresando, necesitaba calmar mis ansias. Un buen sexo estaría bien. Una pena que ahora Golzy esté trabajando para ganar dinero. Esa gótica sacaba de mí el gran felino que llevo dentro. Una ninfómana que sólo existe en este mundo para buscar a la persona ideal de satisfacer sus necesidades. Mierda, ya me estaba poniendo cachondo con solo pensarlo. Quisiera tenerla aquí y que me diera una buena mamada, y me da igual si alguien nos podría ver. Escuché a Kaku hablar pidiéndome de dar una vuelta por el parque, para vigilar a los ciudadanos.
¿Otra ronda diurna? No me desagradaba, pero me gustaba trabajar por la noche. Me levanté de mi sitio para coger mi abrigo y dirigirme a la salida, ya que me estaba esperando fuera. Espero que sirva de algo esta pequeña vuelta porque yo me aburriría. Los dos hemos decidido coger mi coche porque el de Kaku estaba en mantenimiento. Claro, este chico a veces era un problema y no cuidaba bien las cosas. Me acomodé de mi sitio para luego arrancar el motor. El parque no estaba lejos de nuestra ubicación. Mi pregunta era por qué ahí. Se suponía que no solía a ver gente peligrosa. O tal vez para comer algo. Esa sería una buena opción.
Mi mente estaba centrada en muchas cosas, en los sucesos que han ocurrido a lo largo de esta semana. Esa chica no se me quitaba de la cabeza. Dios, esas curvas me estaban volviendo loco y su forma de ser. Era, en todos los sentidos, una chica mala. Aspirar ese aroma tan dulce y gratificante me pondría más cachondo de lo normal. Era un murciélago que le gustaba estirar sus alas, mostrando su belleza innata. Y yo, un simple leopardo que le encantaba cazar a roedores como ella.
—¿Estas bien, Lucci? —me preguntó Kaku viendo que estaba distraído.
—Solo estoy pensativo.
—¿Alguna chica a la vista?
—¿Te crees que tengo tiempo para esas cosas? —Me limité a preguntar, mirándole de reojo.
—No creo que sea nada malo.
—¿Vas hacer mi cupido ahora?
—No estaría mal. —Ríe muy divertido—. Pero es mejor que no. No quiero que me asesines luego.
Como ya me conocía. Él sabía perfectamente que, si intentase alguna locura, pues yo lo intentaría matar. Estar en el parque será un aburrimiento. Y hablando del sitio, ya habíamos llegado hace un buen rato. Mis ojos observaron y analizaron la entrada, viendo entrar y salir a la gente entrenando o con sus hijos. Yo no soportaba a los críos, eran demasiado llorones como para aguantarles. Kaku caminó en dirección allí y yo le seguí detrás suya. A veces, este chico era un poco hiperactivo. No paraba de estarse quieto de un lado para otro. Nuestra misión ahora era vigilar la zona por si había indicios de robo, aunque lo dudaba mucho. Pasó a mi lado un chico la mar de famoso que salía en la televisión y era hijo de esa mujer muy afamada. Charlotte Cracker y estaba siendo acompañado por una chica la mar de curiosa. Parecía tímida porque tenía la cabeza agachada para no ser observada por nadie. Su rostro era tan dulce como la de una niña pequeña.
Hemos parado enfrente de una cafetería y, lo que sospechaba, Kaku se sentó en una mesa libre. Este chico me sacaba de mis casillas, pero no podía negar que necesitaba tomar un café para estar distraído. No me desagradaba estar en un parque y coger aire fresco. El cantar de los pájaros me recordaba a los gorjeos de Hattori cuando estaba de buen humor. Tengo que recordar que debo comprarle comida. Mira que era mi fiel amiga, pero se pasaba con la comida. La he mimado demasiado. Mis ojos paseaban por todo el lugar, buscando algún ladrón que intentase robar la cartera a un despistado. No había indicios, al parecer. Y, de repente, vi a cierta persona que no imaginaba encontrármela por esta zona. ¿Qué demonios hace Golzy por el parque? Y no estaba sola. Estaba acompañada por Jewelry Bonney. No parecía que estuvieran teniendo una charla de la mar de amistosa. ¿De qué la conocerá?
Entonces Kaku se levantó, arreglándose su ropa y su sombrero para caminar en dirección contraria. Tuve la sensación de que estaba nerviosa y un rubor aparecieron en sus mejillas. ¿Eso que significaba? Le seguí con la mirada y encontré la razón del porqué el chico quería que viniéramos aquí. Había quedado con una chica. Ella le sonreía con dulzura y movía las manos y los dedos a modo de lenguaje de signos. ¿Sorda o muda? No lo sé, ni me importaba. Estaba centrado en mi amiga con derecho a roce. Sus gestos de volvían un poco más arrogantes, tuve la sensación de que en algún momento se iban a jalar de los pelos; sin embargo, no fue así. Ninguna de las dos se ha agredido. Y menos mal porque no dudaría en encerrar a Bonney por hacerla daño. ¿Qué demonios estaba diciendo?
La chica de cabello chicle se esfumó dejando a Golzy con una rabieta encima que caminó en dirección contraria. Creo que era mi oportunidad en obtener respuestas del porqué estaba aquí y no en la hora de su trabajo. Me levanté y la seguí, manteniendo distancia para que no sospechara. Ya me reuniré con Kaku cuando terminase de hablar con esa joven. ¿A dónde vas? Te veías más atractiva cuando te enfadabas, algo que nunca había visto. Me estaba imaginando a ti ser la dominante un buen rato. Eso sería muy divertido que hasta una sonrisa se formó en mis labios; me los lamí, sediento de seguir jugando contigo y de probarte una vez más. Y como si mis súplicas fueron escuchadas, te dirigiste al baño de las chicas para entrar. Muy mala idea, Golzy. El depredador ya estaba en camino para apresar a su presa.
Miré a mi alrededor antes de entrar para que nadie sospechara de lo que podría ocurrir. Apoyé mis dedos en la puerta y accedí adentro. Golzy se estaba mirando el espejo y maldiciendo cosas sin sentido. Sí, muy enfadada. Ella dejó de hablar para dirigir la mirada hacia a mí; su rostro mostró sorpresa, no creyendo que yo estuviera aquí. Una sonrisa burlona formó en sus labios, ¿qué le hace tanta gracia ahora?
—¿Ahora te dedicas a seguirme, Lucci? —preguntó.
—¿No deberías estar trabajando?
—Me tomé el día libre, realmente —me explicaba—. Perona se encargaba de la tienda. ¿Y tú no deberías estar en la comisaría?
—Uno de mis compañeros prefirió traerme aquí, como excusa de vigilar algún ladrón. Pero, realmente, había quedado con una chica. —Me daba rabia saber que solo fui eso: una excusa. Ella simplemente rio.
—Típico de un amigo en hacer eso.
—No es mi amigo, es mi compañero —le corregí.
—Oh, parece que el hombre más frío de la Tierra no tiene amigos —dice con un tono burlón.
—Y veo que tu también tienes problemas —comenté—. Te he visto hablar con Jewelry Bonney. —Su rostro cambió por completo.
—Esa zorra siempre se mete conmigo —insultó con mala leche. Creo haberme excitado—. Ella anteriormente era la estrella favorita de ese prostíbulo en la que estoy yo, pero el jefe le quitó el protagonismo. Y me está jodiendo cada vez que me ve.
—Tiene sus motivos.
—De matarme.
No cambié mi expresión, estaba tan acostumbrada a escuchar esa palabra. Era una de mis favoritas cuando se trataba de torturar a mis sospechosos. Si no me daban la información que quisiera, sufrirían las consecuencias. Esa postura que has puesto me encantaba. Una niña con mucha rabieta. Estabas de brazos cruzados y tu mirada me indicaba que querías matar a alguien. Ya dije que odiaba a los niños, pero ver a gente adulta con cara de inocente y que los podías dominar con palabras, no podía ignorarlos. Mis pasos resuenan por la sala alertándote.
—¿Has venido a arrestarme por contestar mal a esa zorra, detective?
Eso ha colmado el vaso. De un movimiento rápido, la esposé, colocando que sus manos estuvieran detrás de su espalda. Ella me miraba sorprendida, no se había esperado eso. Créeme, no juegues con fuego con un leopardo que tenía ganas de jugar. La metí dentro de los pequeños baños donde solamente había un inodoro y un rollo de papel, e incluso un cubo de basura. Menos mal que este parque, en cuanto a baños, eran limpios. Ella seguía mirándome confusa sin entender nada; aunque, sus labios se contornearon a una seductora que ya conocía de sobra.
—¿O el detective tiene ganas de jugar?
—Creo que lo sabes muy bien —dije ronco.
—Yo me quedé con más ganas esta mañana, detective. —Su voz era demasiado sexy para mis oídos. Ese aroma tan embriagador llegó a mis fosas nasales. Esta chica me estaba volviendo loco—. Y me ha dejado en un estado de seguir jugando.
—Entonces ¿por qué no me detuvo, señorita Rocksy? —pregunté mientras desataba mi corbata, ya que se me ocurrió una idea.
—Como usted dijo, tenía que irse a trabajar —ronroneó como una gata en celo. Mi vello se erizó tanto que ya estaba perdiendo la cordura.
—Y tú también, pero veo que ha decidido en coger el día libre. Si me lo hubiera dicho, jugaría con usted todo el día.
—¿Me vas a follar duro en el baño público? Que chico malo tenemos aquí.
—Créeme que tengo muchos deseos sexuales que desearía hacerlo contigo —confesé. Ella se mordió el labio, una muestra que se estaba mojando; en cambio, yo me estaba poniendo duro como un diamante—. Y uno de ellos es follarte aquí y que cualquiera entrase, y te excitaras. Intentarás acallar tus gemidos mientras yo golpeo tu coño sucio, queriendo más y más de mi polla dura.
Se quedó sin habla ante mis palabras. La tensión sexual se estaba acortando entre nosotros. Yo asegurándome de echar el pestillo y acercarme a ella mientras Golzy se subía al inodoro. Esa posición, mostrándome las piernas con esos pantis negros que daban ganas de romperlos, me invitaba a encaminarme entre su falda y lamer su sexo. Suspiros y ronquidos de un animal se entremezclaban en ese pequeño lugar. Tan poco espacio para follar, pero le haría de todo ahí dentro.
—Lucci —me llamó. Esa voz mezclada de excitación y necesitada me cautivaba—, fóllame, por favor.
Y la distancia se rompió, besándola con furor. Nuestras lenguas danzaban sin control alguno. Se notaba que estábamos necesitados, lo de esta mañana no fue suficiente. Mis uñas arañaban sus piernas, casi destrozando sus pantis. Sus gemidos estaban siendo ahogados por nuestros besos, no la dejaba ni siquiera respirar más. Estaba temblando ante mis caricias, sus piernas rodearon todo mi cuerpo atrayéndome aún más. Dios, si que ya estabas mojada, ¿eh? Quisiera romperte esta prenda por la zona de tu sexo y apartar un poco tus bragas para lamerlo y jugar con él. Y eso hice, perdiendo el control. Golzy no te has quejado, me encantaba que me dejases hacer lo que quisiera. Estando esposada no podías hacer nada, tan vulnerable. Solo te dedicabas a gemir y acariciar mi cuerpo con tus piernas.
Subí un poco tu falda para tener mayor acceso a tu coño que estaba realmente lubricada por mis actos. Lo lamí con gusto, escuchando más de tus gemidos. Cualquiera podría oírlos perfectamente. La volveré loca en este mismo sitio, quería que supiera que yo seré un buen amante para ella. Se removía de un lado para otro e intentaba todo lo posible en no gemir muy alto. Gime para mí, joder. Que todos sepan que eras mía. ¿Qué me estaba pasando? ¡No soy así! Metí un dedo en su interior notando su gran calidez y su estrechez, señal de que me deseaba más que nunca. Mi sombrero de copa cayó importándome poco, ahora estaba centrado en ella, en su clítoris llamándome con urgencia. Con mi otra mano, liberé mi hombría porque ya me comenzaba a apretar los pantalones. Solo bajé la cremallera para no quitarme la prenda en sí.
—Lucci —me llamaba una y otra vez. Decir mi nombre me excitaba aún más—. Por favor, fóllame ya. —Desesperación era lo que vi en sus ojos.
—Tendrás que complacerme primero.
Sí yo te he complacido, ahora era tu turno, niña gótica. Con mi ayuda, la hice sentarse en la tapa del váter y no esperó ni un segundo en devorar mi miembro. Dios, su boca estaba tan caliente que parecía que me estaba derritiendo. Gárgaras escuché por su parte casi atragantándose y le importaba poco. Sus movimientos se volvían más rápidos que antes provocando un éxtasis por todo mi cuerpo. Mierda, Golzy. Como mordía mi glande a modo de regañina y no me he quejado. Me gustaba su forma de ser. Hasta pudiste tragártelo entero sin ninguna dificultad. Menos mal que podía controlarme porque sino ya me habría corrido en su boca. Un espasmo recorrió por toda mi columna vertebral imaginándome esa escena. Sería delicioso que hasta me lamí el labio inferior, seco, queriendo probar esa pequeña experiencia.
Joder, voy a follarla como nunca. Sujeté con fuerza sus cabellos para apartarla de golpe y la obligué a levantarse y girarse. Sabía lo que venía que apoyó las rodillas en la tapa del váter mientras yo aproveché para romper más sus pantis y tener mayor acceso. Esto me estaba poniendo cachondo. Ahora sí que te voy a follar muy duro, Rocksy Golzy. Con la corbata, la coloqué por su boca para que la mordiese como si fuera un hueso o una manera de acallar sus gemidos. Y entré con salvajismo que Golzy ahogó un gemido muy alto. Yo imité sus movimientos que me realizó antes, fuertes y erráticos que la volverían loca una y otra vez. Mis testículos chocaban con su clítoris haciendo un sonido bastante excitante y provocativo, que incluso me daba la sensación de que estaba apretando mi falo.
No tendrás mucha suerte en que me corra así sin más. Tendrás que hacer un mayor esfuerzo. Era un hombre capaz de aguantar por varios minutos, como máximo media hora sin correrme porque era alguien que deseaba disfrutar del sexo y que su pareja también lo haga. Por mi posición, no veía el rostro de Golzy, pero seguro que era la de una perra en celo. Una ninfómana que no le desagradaba el sexo. Cambiamos de posición y se sentó a horcajadas sobre mí dándome la espalda; yo, obviamente, me acomodé en donde ella estaba antes. Golzy decidiste moverte, pero a un ritmo más normal porque tu sexo debió de haber sufrido por mi brutalidad. Te estaba dando un pequeño respiro, pero la ventaja que tenía era que aún sujetaba mi cortaba que estaba en su boca, a modo de bozal.
Ese vaivén erótico era exquisito, incluso era tortura para mí. Mi glande golpeando su cérvix provocaba que ambos nos retorciéramos de placer. Y mis oídos se agudizaron cuando escuché a dos chicas entrar en el baño. Golzy se detuvo en seco, su mente no sabía qué hacer si estarse quieta o seguir. ¿No decía que era una ninfómana? A modo de venganza, di un golpe seco en su sexo y ella ahogó un gemido. Observé que sus pies estaban de puntillas y estaba quieta como una estatua, y temblando como gelatina. Esto me estaba divirtiendo y era exquisito. Esas chicas no paraban de hablar y no parecía que se iban a ir por lo que di otro movimiento y, esta vez, volvió al vaivén de antes, pero teniendo mucho cuidado en no hacer mucho ruido.
—Esto de tener sexo en público te pone cachonda, ¿verdad? —susurré muy cerca de su oído para que nuestras “invitadas” no nos escucharan—. Lo sé porque estás apretando mi polla de una forma inimaginable. Y como lo succionas… Joder, Golzy, te estaría follando en todos los sitios públicos que te puedas imaginar para tener así.
Una gota de saliva caía por la comisura de sus labios que no pude evitar lamerlo. Mis manos se colocaron en sus pechos para masajearlos cómo era debido. Estabas temblando. Estabas llegando a tu límite, pero no podía permitir que esto acabase así sin más. Quería mirarle a la cara y ver su cara de placer cuando llegase al orgasmo. Para ello, la obligué a levantarse con mucha cautela y que girase para volver a montarse en mi polla. Oh sí, aún estabas esposada y esto te dificultaba impulsarte. Golzy, que poco me conocías. Bien, nuestras compañeras se han ido; así que, sin más dilación, yo fui quién se movió estando ella de puntillas queriendo recibir todo mi esplendor.
Sus expresiones me estaban volviendo loco. En serio, Golzy, ¿qué me hiciste? Sus ojos en blanco me mostraban que estaba a punto de venirse por lo que, en el último instante, liberé toda mi esencia en su interior y ella llegó al orgasmo. Soltó mi corbata, ya quedándose sin fuerzas, solo quedaba sus jadeos entre cortantes y sus ojos buscaban algún punto en concreto. Yo, simplemente, acaricié sus pómulos a modo de recompensa.
—¿Estás bien?
—Sí, solo que… dame un respiro.
—Te lo estoy dando. —Esbocé una sonrisa.
—¿Con que… a ti te va follar en público? —preguntó. Mis ojos se iluminaron.
—Si veo la ocasión, sí. —Amplié más mi sonrisa—. ¿Quieres que lo comprobemos en otro sitio, pero con un espacio más grande?
—Sabes muy bien que me gusta probar cosas nuevas, Lucci. —Me devolvió la sonrisa. E hizo algo que nunca me esperó: me besó. Era un beso lleno de ternura y corto. ¿Qué era esta sensación? Se separó de mí, dándose cuenta—. Perdona… después de un sexo duro, pues me pongo cariñosa.
—No te preocupes, es entendible. Debería irme, seguramente que mi compañero me estará buscando como loco.
—O tal vez esté todavía con esa chica.
—Es posible.
Nos levantamos, nos vestimos y salimos como si no hubiera pasado nada dentro del baño. Avisté a Kaku a lo lejos que me buscaba con la mirada hasta que alzó la mano a modo de que ya me encontró. Mis ojos fueron a la dirección donde se fue Golzy. Esa morena no se me quitaba de la cabeza, cada vez que había un encuentro de este tipo. Golzy, ¿qué me has hecho?
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N. A.: A partir de ahora, he decidido avisar en cada capítulo si hay contenido sexual o no. Sí la hay, yo os comento que párrafos (que los diálogos son aparte) tenéis que leer, en caso de que no os guste este tipo de contenido.
Pero si tú eres una fiel lectora y sabiendo que contenido publico, y os gusta leer todo el capítulo incluyendo las escenas sexuales, adelante. 😋
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