— ¿Quién te hizo eso? — preguntó tomándolo suavemente entre sus manos.

— Qué más da — respondí abrazándome a mí mismo.

— No da igual Jimin.

Se acordaba de mi nombre.

Yoongi me regresó la bolsita donde había guardado el reloj.

— Venga vamos — dijo levantándose ofreciéndome su mano.

Lo mire.

— Venga guapo, el autobús no vendrá y si viene tardará bastante. — Además hay que aprovechar que vas tan bello — habló mirándome mientras me tomaba de la mano.

— Gracias — conteste.

— Que dulce — sonrió acariciándome la mejilla.

Nos dirigimos al coche, Yoongi me abrió la puerta del copiloto y se dirigió hacia la otra puerta.

— Me iba a una fiesta que se celebra en casa de un amigo ¿quieres venir?

— ¿Qué hago yo ahí? — pregunte. — No conozco a nadie.

— A mi — río arrancando el coche.

Rei viéndolo, lo había visto dos veces pero tenía que decir que tenía algo que hacía que me sintiera agusto junto a él.

— Bueno qué me dices ¿te apuntas?

Asentí que me perdía.

— Está bien — conteste.

Yoongi me miró de reojo y sonrió.

Poco después llegamos a una casa a las afueras de la ciudad. 

— Hay mucha gente — hable viendo a toda esa gente.

Yoongi aparco el coche fuera de la casa y ambos nos bajamos.

— No te preocupes, ahora conocerás a mis amigos — hablo dirigiéndose hacia la casa.

Lo seguí, pero me acordé de que llevaba la camiseta rota, así que agarre su chaqueta haciendo que se parase.

— ¿Pasa algo bonito?

— No se como decirte esto — comencé.

— Dime — sonrió. — No tengas miedo.

Me quité la chaqueta de SeokJin y le enseñé la camiseta.

— ¿Quién te ha hecho esto? — pregunto tocando donde estaba rota.

¿Cómo le decía que había sido mi crush, el chico del cual llevo enamorado tanto tiempo?

Mire hacia el suelo.

— Anda ven — dijo colocándome bien la chaqueta y tomándome de la mano.

Nos dirigimos hacia el interior de la casa.

— Eun Woo — grito Yoongi.

El chico cuyo nombre era Eun Woo se asomó desde la cocina y corrió hacia nosotros, abrazando a Yoongi, quien no soltó mi mano en ningún momento.

— Hola — saludo separándose de Yoongi.

Eun Woo se quedó viendo nuestras manos y luego miró a Yoongi.

— ¿Vosotros?

Yoongi miro nuestras manos.

— No seas idiota, tio.

— Vale, vale — rio.

— Tio ¿tienes una camiseta para prestarle? — pregunto.

— Sí claro — respondió. — Ven — dijo tomando mi mano y estirando de mi.

Los dos nos dirigimos hacia la parte de arriba de la casa.

— Pasa — hablo abriendo lo que era su habitación.

Eun Woo comenzó a rebuscar en el armario, mientras yo lo esperaba ahí parado de pie con mis manos jugando nerviosamente.

Eun Woo sacó una camiseta y se giró hacia mi, quedando viéndome.

— ¿Qué ocurre pequeño? — pregunto acercándose tomándome de mis manos.

Las retiré, pues me estaban sudando bastante.

— Perdona tengo las manos muy sudadas — hable secándome las en el baquero.

— A mi también me sudan mucho — sonrió tomándolas de nuevo. — No debes preocuparte por ello.

Le conté todo lo que había pasado en la tarde en casa de los Kim, y cómo me sentía.

Eun Woo me abrazó.

— Ese chico es un completo idiota, mira que hacer daño a alguien tan bello.

Sonreí tímidamente.

— Mira he cogido esta camiseta ¿no se si te gustara? — hablo entregándome la camiseta.

— Gracias.

Eun Woo me preguntó si quería que saliese, pero me negué.

Después de cambiarme y hablar con él nos bajamos abajo, donde la gente comenzaba a llegar. Tanto Yoongi como Eunwoo estuvieron a mi lado presentándome a sus amigos y conocidos.

Ninguna de estas personas me rechazó por como era... Si no me recibieron con los brazos abiertos.