CAPÍTULO 26: UN HOGAR
N/A: Muchas gracias a todos por leer y comentar... Siento el retraso, ha sido culpa de la gripe... Espero volver a la normalidad...
CAPÍTULO 26: UN HOGAR
Las doctoras Wild y Pierce entraron en la habitación de Blaine y sonrieron al ver a Cooper y Sebastian con él. Era tarde, pero le gustaba ver que todos habían retomado sus vidas después de un par de semanas.
Su paciente había mejorado bastante y todas las personas que lo rodeaban estaban dispuestos a ayudar en su recuperación, por lo que no tenían ningún reparo por darle el alta y que intentara rehacer su vida, acoplándose a todos los nuevos cambios que había experimentado.
Cooper y Simon habían preparado una de las habitaciones de su casa para él. Vivían en New Jersey, pero ambos trabajaban en Nueva York. Tenían una casa y estaban preparándose desde hacía tres años para adoptar un bebé. Durante esas semanas, habían transformado la habitación de invitados en un lugar adecuado para Blaine.
Por su parte, habían acordado que Anderson se sacaría el graduado escolar y se formaría con profesores de actuación, baile y canto para intentar cumplir su sueño de actor. Además, estaría al cuidado de Ian y Emily siempre que Sebastian estuviera trabajando y sus obligaciones lo permitieran.
Con esas perspectivas, las doctoras estaban convencidas de que iban a hacer lo mejor para todos.
–¿Qué tal te sientes hoy? –Taylor preguntó con una sonrisa.
–Aburrido, pero intentan mantenerme ocupado. –Blaine confesó mientras miraba a su ex y a su hermano.
–Bueno, van a tener que hacer mucho a partir de ahora. –Kitty le entregó un papel. –Esa es tu alta hospitalaria, pero no definitiva. Vas a irte a casa, pero sigues con problemas como la depresión, que es lo que más nos preocupa. Vamos a vigilar, con ayuda de tu familia y amigos, que tomas la medicación y sigues todas las instrucciones que nosotras te vamos a dar. ¿Estás de acuerdo?
–Sí, claro. –El joven estaba emocionado por la perspectiva de salir. –Haré lo que me digáis.
–Vas a venir a todas las citas conmigo, voy a ser la que llegue tu seguimiento psiquiátrico. –La doctora Wilde explicó con un tono de voz severo. –Si faltas a alguna sin justificación, valoraré volver a ingresarte, ¿queda claro?
–No faltaré ningún día, lo prometo.
–También quiero que hagas algo en casa. Este cuaderno va a ser muy importante en los próximos meses. Lo vas a llevar siempre contigo y cada vez que tengas un pensamiento positivo sobre ti mismo quiero que lo escribas. Sé que al principio te va a costar porque apenas tienes autoestima, pero ese es el objetivo. Que lo llenes con cosas bonitas sobre ti para que tú mismo te des cuenta de cuánto vales. –La rubia le entregó un cuaderno de anillas, con las tapas de colores vivos. Era su manera de transmitir que el libro era algo positivo y alegre.
–No sé qué puedo poner. –Blaine confesó.
–Tienes mucho tiempo para hacerlo, algo se te ocurrirá. –Ella sonrió cómplice. –También te voy a dar mi número de teléfono. No importa la hora, ni el día, si en algún momento te sientes sobrepasado por las circunstancias o tienes tentaciones de volver a hacer alguna locura, llámame. Yo estoy para lo que necesites, no quiero volver a recibir una llamada diciéndome que te han vuelto a ingresar, ¿de acuerdo?
Blaine asintió, emocionado por la preocupación que percibía de las mujeres que estaban frente a él. Sabía que era su trabajo, pero en el fondo percibía que estaban interesadas en su recuperación.
–Quiero estar bien, por mis niños.
–Error. –Taylor intervino. –Tienes que estar bien por ti mismo, sólo así podrás proyectar esa felicidad a los demás. Paremos a pensar un momento, un pequeño ejercicio antes de que te vayas. Cierra los ojos e imagínate tu vida en diez años. Digamos que vives con tu pareja, tal vez casados o tal vez no, no lo podemos saber. Ian y Emily están con vosotros porque has conseguido la estabilidad para que el juez os de la custodia compartida y les toca estar contigo. Tienes un adolescente de 14 años que empieza a entender lo que ocurre a su alrededor y es suspicaz y una niña de 10 que sigue creyendo en las hadas. Sea como sea, los dos dependen de ti. ¿Qué padre van a necesitar? ¿Uno que dependa de ellos o uno que sea fuerte, luchador y que haya superado sus miedos? Viajemos un poco más en el futuro, cuando ellos tengan 20 y 24 años... ¿Tu felicidad va a seguir dependiendo de ellos? Ellos tendrán sus vidas y, aunque te seguirán amando, no los verás tanto... ¿Y qué harás? Blaine, tienes que encontrar la paz contigo mismo y un equilibrio. No queremos que te creas perfecto y que te transformes en un narcisista, queremos que reconozcas tus virtudes y que encuentres la manera de vivir y encontrar la felicidad. No queremos volver a verte aquí.
–Te prometo que no volveré a hacer esta estupidez.
Simon y Sebastian fueron a la casa en la que Blaine había estado viviendo hasta ese momento. Habían dejado a los hermanos Anderson en casa y ellos se encargarían de todo. Sin embargo, al entrar allí sintieron un nudo en el estómago. Sabían que normalmente no estaba tan vacío, que las cosas de Ian habían sido sacadas semanas atrás cuando el niño se fue a vivir con los Smythe, pero aun así no podían evitar sentirse mal.
Apenas había muebles y un incómodo sofá era el lugar donde dormía el joven. Un pequeño armario contenía todas las prendas de vestir, la mayoría eran para su antiguo trabajo y las descartaron sin ningún reparo.
–Tendremos que ir de compras. –Simon susurró apenado.
–Si necesitáis dinero... –Sebastian comenzó, pero fue interrumpido.
–No lo necesitamos. Cuando nos ofrecimos a ayudarlo sabíamos que no era fácil ni barato, pero no me puedo imaginar lo mal que lo ha debido pasar... Es parte de mi familia. Amo a Cooper y siempre he odiado que se sintiera tan solo... No sabíamos que pasaba con Blaine, tal vez sus padres le habían inculcado esos valores que habían conseguido que mi marido tuviera que huir de casa. Verlo tan feliz, con su hermano a su lado, protegiéndolo... Llevamos mucho tiempo en lista de espera para una adopción y de momento no hemos tenido suerte... Por lo que vamos a cuidar a Blaine mientras lo necesite. Aun así, te agradezco mucho que te preocupes por él, eres una gran persona. –El hombre sonrió con amabilidad.
–Creo que no te han contado nada de mi historia con Blaine. –Smythe respondió algo avergonzado.
–Sí me lo han contado. Me costó mucho convencer a Cooper de que sólo había sido un error por tu parte. Un error grave y con consecuencias terribles, pero un error. –Simon sonrió.
–Un error que ha hecho que me pierda los cuatro primeros años de vida de mi hijo, que ha hecho que Blaine intente suicidarse dos veces, que ha hecho que Blaine abandonara sus estudios, que ha hecho que Blaine se dedicara a... –Sebastian estaba frustrado. No sabía por qué se sinceraba con alguien a quien apenas conocía de esa manera, pero necesitaba sacar de su pecho todo ese dolor.
–Lo importante es que os centréis en el futuro. Va a ser difícil, Blaine está muy dañado psicológicamente y esas son las cicatrices más complicadas de curar, pero si le mostramos nuestro cariño, sé que conseguirá mejorar. La pregunta aquí es si tú serás capaz de perdonarte y luchar para que Blaine esté a tu lado en los buenos y en los malos momentos. –El mayor miró al empresario con intensidad, quería escuchar la verdad.
–Lo amo y quiero estar siempre a su lado. Sin embargo, no sé si seré capaz de perdonarme todo el daño que le he hecho. –Smythe confesó.
–Tendrás que buscar la manera, sólo así los dos podréis ser felices. Ya sabes que Brody no es más que un amigo, pero eso no significa que no tengas que esforzarte. Si no haces bien las cosas, Brody, Cooper, Brittany, Sam y yo estaremos más que dispuestos a hacerte pagar por cada lágrima que Blaine haya derramado por tu culpa.
Después de eso, terminaron de recoger las pocas pertenencias del menor de los Anderson para volver junto a las personas que amaban y que los esperaban para cenar todos juntos.
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