Unico
Aquella criatura de ojos amarillos se acercaba sigilosamente a su presa, una criatura de tez pálida, con labios rojos como la sangre, portador de una belleza inhumana, era únicamente iluminado por la luz de la luna.
Mientras el humano al que acechaba admiraba el lago que brillaba entre tonos plateados que se mecía suavemente, absorto en la belleza del paisaje, no se daba cuenta que aquella criatura siniestra se acercaba peligrosamente a él, preparándose para atacarlo.
Los sentidos de aquel demonio nocturno eran diez veces mejores que el de un simple mortal.
En esa noche el frío penetraba por los poros de Namjoon de manera cruel, él esperaba atentamente alguna señal, algún ruido, cualquier cosa que delatara la cercanía de algo o más bien alguien.
Pero Yoongi era muy escurridizo, y ese pequeño detalle representaba una gran desventaja para Namjoon , aunque no dudaba de sus habilidades sabía que, si no lograba agudizar al máximo sus sentidos no lograría cazar a la criatura.
El vampiro trepó a un árbol cercano, se acomodo sobre una de las ramas e impulso su cuerpo en dirección a su desprevenida presa con una velocidad superior a la de cualquier ser vivo.
Los músculos de Namjoon se tensaron cuando Yoongi presionó su cuerpo contra el suelo, apretandolo con una fuerza sobrehumana, sus largos colmillos salieron a la luz para poder beber hasta la última gota de su vida.
—Te tengo —dijo sonriente —ahora se un buen niño y déjame beber.
En un movimiento que tomó desprevenido a Yoongi, Namjoon lo cogió del cuello y en un par de segundos ya lo tenía aprisionado bajo su cuerpo.
—¿Dejarte beber? —rió. —No... primero tienes que darme algo a cambio pequeño —olfateo el delicioso aroma que desprendía si cuerpo, el olor de Yoongi era tan exquisito y perturbador, que por poco le hace perder la concentración.
Susurrando Yoongi dijo: —¿Que puedo darte?... si ya todo de mi lo tienes.
Se retorció editado bajo el cuerpo de Namjoon, intentando rozar sus cuerpos con perverso deseo.
—Quiero más... quiero tenerte para siempre, destruirte en mis manos. — Namjoon dejo un beso en el lóbulo de su oreja mientras con voz ronca le susurraba al oído. —Para que vuelvas a renacer... pequeño demonio nocturno. Si... yo lo tengo todo de ti, pero quiero mucho mas.
Acercó su perfecto rostro y de forma seductora unió sus labios en un beso profundo, deseoso, perverso y húmedo que les quito el aliento a ambos.
Si el padre de Yoongi lo viera probablemente lo mataría con sus propias manos, el vampiro era un completo manojo de nervios, un animal herido preso en las manos de un mortal. La bestia que devora humanos es él, no Namjoon, pero se le es imposible resistirse a tan hermosa criatura, sus ojos miel le atraviesan el alma impura que posee y su perversa lengua, ¡que delirio! Aquella lengua le ha dado tanto placer, le hizo sentir tanto, devolviéndole la certeza de que a pesar de estar muerto, puede volver a sentir.
No recuerda en que momento de su larga existencia se dedico a espiar a Namjoon y tampoco recuerda cuándo cayó perdidamente enamorado de él, pero mantiene vivo el recuerdo de el día de su primer encuentro y como aquel muchacho de ojos miel le robó su corazón muerto.
Yoongi podría ser el vampiro mas temido de todo el clan Min, era una bestia que mataba sin piedad, con sus propias manos arrancaba las cabezas de sus enemigos y aquel que le contradecía era cruelmente torturado por un demonio sin corazón
Pero Namjoon jalaba de los hilos perfectos, aquella bestia nocturna se convertía en un pequeño indefenso que se derretia en las manos de un simple mortal.
Todo su cuerpo llevaba la marca de Namjoon, cada rincón de su frio ser le pertenecía. Es que el muchacho le hacía enloquecer y en sus brazos comenzaba a temblar sin parar, con cada paso, cada roce y cada beso caía una vez mas loco por él.
Yoongi podría gritar a los cuatro vientos que amaba con toda su putrefacta vida a Namjoon.
Era por eso que habia tomado la decisión de hacerlo suyo para toda la eternidad, quería ser egoísta y condenar al chico a una vida eterna, llena de sangre y oscuridad.
Y Namjoon estaba dispuesto a aceptar tal condena si así podia estar con su pequeño demonio para siempre.
Yoongi era la luz de sus tinieblas a pesar de ser un ser sanguinario, era el ser que iluminaba su existencia, era fuego vivo, uno ardiente, indomable y apesar de que Namjoon siempre llevaba las riendas de todo, muy dentro de su ser se profesaba el esclavo perpetuo de aquel vampiro; prefería estar atado a un mundo de oscuridad que estar sin él.
—Mírate cariño... aun no te he tocado y ya estas tan duro —dijo Namjoon, mientras observaba con aquellos almendrados ojos al vampiro bajo su cuerpo.
—Nam —gimió retorciendose, intentando tener un poco mas de contacto con él.
Sus cuerpos se rozaron de forma sutil mientras Namjoon atacó de nuevo los labios de Yoongi, su mano recorrió sus perfectos muslos subiendo de forma tortuosa centímetro a centímetro, hasta que llego al botón de su pantalón arrancandolo de un solo tirón para infiltrar sus largos dedos y asi poder rozar el erecto miembro del vampiro, él intentó camuflar el gemido que amenazaba con salir de lo mas profundo de su garganta pero falló. Sus colmillos picaban por morder el cuello de su amante pero sus labios estaban ocupados con el fogoso beso que Namjoon le estaba dando, asi que hinco sus afilados dientes en los gruesos labios que le devoraban la boca, el humano soltó un gruñido y el beso se llenó de un sabor metálico, morboso y delicioso.
Una de las manos de Nam siguió acariciando el miembro de su demonio mientras la otra desabotonaba la camisa que portaba Yoongi para poder acariciar su tersa piel. Sus labios abandonaron la boca ensangrentada de su amante y viajaron a su cuello dejando besos húmedos y un recorrido de saliva hasta el primer botón rosado de su blanquecino pecho mientras el vampiro soltaba maldiciones por la exquisita sensación que provocaba en su piel.
—Joder... Nam —dijo el vampiro mientras arrancaba la maleza bajo sus manos. —Necesito más de ti.
Aquellas palabras taladraron en la cabeza de Namjoon despertando en él a un demonio perverso que era capaz de tomarlo a la fuerza si era necesario.
Se separo del blanquecino pecho al cual mantenía preso, para desbestirlo de forma apresurada y asi poder apreciar a tan hermosa criatura ser bañada con la luz de la luna, su cuerpo pálido llenó de una belleza maldita, de esas que te asesinan o te condenan.
Namjoon cogio una de sus piernas y beso la punta de su talón haciendo un camino de saliva con su seductora lengua, intentando dejar su huella en aquella piel, subió por su pantorrilla hasta llegar a su rodilla donde dejó un pequeño mordisco, luego siguió a través de los muslos y se detuvo en las caderas de su amor para poder dejar algo mas que un simple beso, paso su lengua a través de sus piel y fue bajando hasta que sus palabras de amor llegaron al miembro erecto de Yoongi, se entretuvo un momento saboreando el manjar que su vampiro soltaba con cada beso que Namjoon le daba y deleitandose con los gemidos que propinaba.
Siguió por el medio de aquella blanquecina piel para detenerse en el ombligo y poder meter su lengua en aquel pequeño agujero dejando en el su ecensia, mientras tanto Yoongi con cada roce de la perversa lengua de su verdugo se sentía morir una vez mas, aunque eso era imposible. Daba igual ahora solo necesitaba sentir mas de aquél ángel que se entretenía con uno de sus pezones.
—Nam ven aquí —dijo usando la voz que solo salía a la luz cuando necesitaba cazar y no tenia ganas de perseguir a su presa.
Namjoon cautivado por aquel embrujo, obedeció sin dudar.
Yoongi le dio un beso erótico y el humano despertó de un corto trance en sus labios.
El vampiro cambió las pociones con una velocidad increíble dejando a Nam bajo su cuerpo mientras lo desvestia rozando con sus manos la acaramelada piel de su presa, cuando finalmente lo tuvo completamente desnudo bajo su merced, sonrió, adorando la hermosura de un simple mortal.
Un beso mas... y luego otro... mientras sus cuerpos se rozaban y los largos dedos de Namjoon viajaban al trasero de Yoongi, deslizó uno de sus dígitos tocando su entrada, en realidad el vampiro no necesitaba ser preparado pero ambos disfrutaban de los juegos previos, asi que hundió un dedo al agujero cálido de su amante mientras éste soltaba un delicioso gemido, aquel dígito se movía morbosamente en su interior... luego se convirtió en dos dedos penetrando con fuerza al vampiro... y luego tres, ambos chicos eran un desastre de gemidos.
Yoongi no aguantaba más necesitaba encadenarlo, necesitaba que Namjoon sea solo suyo, asi que se dejo sus carnosos labios para poder montarlo como solo él sabia hacer.
Quito la mano de su agujero y se acomodó sobre su miembro palpitante, alineadolo a su entrada para descender de forma tortuosa, un camino cálido abrazó el miembro de Namjoon y soltó un gemido cuando finalmente toco el fondo de Yoongi.
Una embestida lenta le hizo soltar un gran suspiro y solo eso basto para que empezara a dar brincos acelerados sobre el miembro del muchacho... uno tras otro sin descansó, primero de forma lenta y tortuosa, luego empezo a subir la velocidad, con cada embestida un nuevo gemido abandonaba su garganta mientras sus ojos se tornaban rojos.
El momento estaba cerca, no solo el esperado orgasmo sino también el momento en el que al fin drenaria toda la sangre del cuerpo su amante.
Namjoon lo sintió y le dio acceso a su cuello para que el vampiro lo mordiera a su antojó.
Una deliciosa sensación los lleno a ambos mientras Yoongi le hincaba los dientes a su chico de ojos miel y le robaba hasta la última gota de vida... el cuerpo de Namjoon comenzó a perder fuerzas mientras se hundía en una oscuridad pesada.
Yoongi lo vio en sus ojos... estaba a punto de dar su último suspiró, estaba muriendo.
El vampiro mordió su propia muñeca dejando que su sangre drenara por aquella herida y luego bebió de ella para asi poder darle un último beso a su chico de piel canela.
Un beso sangriento...
Un beso nauseabundo...
Un beso inmortal...
Un último suspiro... y por fin su corazón se detuvo.
El veneno de aquella sangre demoníaca recorrió su garganta traspasando las paredes de su cuerpo, envenenando su alma y para convertirlo en un demonio... uno de ojos amarillos.
Un latido... luego otro y otro mas frenético.
Un fuerte suspiró y aquella nueva criatura abrió sus ojos.
Unos ojos tan amarillos como los de su eterno amante... Un nuevo beso se dieron aquellos demonios nocturnos.
Un beso perpetuo... de esos que te quitan la vida.
Un amor eterno entre dos demonios que a los ojos del universo no pueden volver a amar.
Fin
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By Nao🌵
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