Desde la altura

No lo pude ver, no lo podía apreciar, cada momento, cada lagrima a dar, el esfuerzo y su sufrimiento. Sobre mis ojos vendados y oídos tapados. 

Ahora que te he perdido solo me quedan las vendas en las manos y grilletes en los tobillos, adolorido y a congojado, pero ya no más a tu lado. 

Las flores se marchitaron y mi corazón fue atado, no puedo encontrar la luz y el pasado de nuestro amor me ha aniquilado. 

Mi rostro jamás encontrarás, ni mis lagrimas volverán, estoy tan lejos que jamás me hallaras. 

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