CAPITULO 6

Liseth

-Cariño, hora de levantarse. -mi madre abre la puerta para despertarme. -Buenos días preciosa.
-Buenos días mamá. -me levanto para saludar a mi madre y deshacerme el moño del pelo, ella está totalmente arreglada y yo estoy echa un desastre.
-Voy a hacer el desayuno, arreglate rápido que es lunes.
-Si mamá, ya voy. -sale de mi habitación y no cierra la puerta, espero a que entre al salón para poder cerrarla intentando no hacer ruido.
Abro mi armario para buscar la ropa que me iba a poner. Siento un sudor frío al darme cuenta de que mis camisas las eche a lavar ayer limpiando el armario, busco debajo de las pilas de pantalones y lo único que encuentro es mi camiseta con el logo de Nirvana que me compre en secreto este verano, no puede ser que no tenga ninguna más.
La única solución que me queda es ponérmela y ponerme una chaqueta encima para que mi madre no se de cuenta, si la viera me mataría. Salgo al baño a peinarme mis cabellos rubios y ondulados y también a seguir vistiendome.

Mientras me arreglo pienso en porque las bandas de música están tan mal vistas por las madres, realmente pienso que no es nada malo. Salgo del baño con mis convers blancas en la mano lista para irme a desayunar, al atravesar el marco de la puerta del salón un irresistible olor a tostadas entra por mi nariz, me siento en la butaca blanca a comer mis tostadas mientras veo a mi madre dar vueltas de un lado a otro.  

-Madre ya me voy. -cojo mi bolso que estaba en el sofá gris del salón con los libros dentro y espero a que mi madre abra la puerta.
-Que Dios te bendiga hija mía. -me da un beso en la mejilla y salgo de casa hacia el ascensor, ya dentro me miró al espejo a asegurarme de que la cremallera de mi chaqueta gris este bastante subida para que no se pueda ver la camiseta.

Al salir por las grandes puertas del edificio miro hacia el cielo azul cobalto ya que todavía es muy temprano. Llegó la parada del autobús, solo hay otra mujer sentada en el borde de la acera esperando también, el bus llega bastante rápido, pagó y busco un asiento, me encanta sentarme al lado de la ventana. Me encantaría que mi madre tuviera coche pero nuestro presupuesto no llega para tanto ya que solo somos ella y yo y bueno nuestra gata siamesa Missi.
Cuando pasó las puertas del instituto me dirijo rápidamente a la zona de las taquillas porque me a empezado a doler el hombro de llevar el bolso.

—Eyyy. —veo a Alex apoyarse contra las taquillas, sus rizos están impresionantes hoy pero también su sonrisa. Lo conozco a él y a su familia desde que soy pequeña pero cuando me mudé perdí contacto con él y lo volví a ver este verano, el convenció a mi madre de matricularme en este instituto, él y Axel son mis únicos amigos aquí, les apreció mucho.
—Eh, hola. —sigo guardando mis libros de dos en dos.
—Joder tía, ¿tan difícil es?. —coge todo mi bolso y para meterlo en la taquilla pero se lo quito de las manos, me quita frenéticamente la llave de las manos y la cierra. —Tienes que ver a alguien.—dicho esto me coge de la muñeca y a paso rápido me lleva por el pasillo más ancho.
Mientras andamos me cuenta su fin de semana; amigos, ligues, fiestas, etc. Todo lo contrario a mi que había pasado todo el fin en casa organizando las libretas y yendo a comprar al súper más cercano.

Una vez en el patio vemos a Axel sentado en un Murillo con el móvil en mano.
—Axel. —Llamo la atención su gemelo que ya me había soltado.
—Hola, ¡Anda si es Liseth!, El otro día no te vimos estabas desaparecida. —es que también la idea de empezar el curso un viernes no es muy buena.
—Algo así... Fue un desastre.
—Hablan de desastres. —dice Alex mientras Axel y yo miramos hacia donde nos indica. Una chica con el pelo negro y desarreglado está entrando al patio, a primera vista la reconozco, es bastante guapa por eso recuerdo que es la que me ayudó el viernes cuando perdí el móvil.
—Un boli porfa. —dice dirigiéndose a nosotros, ¿la conocen?
—Joder tia, ¿tú te has visto? —le llama la atención Alex, el gemelo con el pelo más claro.
—Que si, que si, se me olvidó poner la alarma anoche. —levanta la mano y peina su largo pelo para un lado , me aparto para que no me dé. —Anda no me había dado cuenta. —mira mi bolso. —¿Me dejas un boli o lo que sea?
—No te preocupes. —le respondo y busco en el interior del bolso
—Que maleducada "Beth", mira Liseth ella es nuestra amiga Eliza-
—Ya nos conocemos... Del primer día. —dice interrumpiendo a Alex, me mira de pies a cabeza antes de coger el bolígrafo que le eh ofrecido para darse la vuelta e irse con una mirada cómplice a Axel.

El timbre suena y me despido, en mi horario pone que me toca refuerzo de matemáticas en el aula 7, menos mal que es la que está al lado de las taquillas.
Al entrar reconozco algunas caras; un chico moreno con el que me crucé al llegar, una chica con el pelo rizado que estaba insultando a alguien por teléfono esta mañana en la puerta y por último a Elizabeth que está cogiendo unos folios de la mesa del profesor, nisiquiera a traído una libreta.
Solo quedan unos sitios libres, segunda fila y primera, me siento en la segunda en el centro y Elizabeth en la única opción que le queda, empiezo a sacar mis cosas y la puerta se abre de golpe pero no es el profesor es una chica de pelo y ojos castaños que se pone delante y encara a Elizabeth, ella parece tranquila con esa expresión seria de seriedad de siempre, no puedo escuchar lo que dice por el cuchicheo de la clase. Agarrá la mandíbula de la castaña y la acerca para plantarle un beso del cuello, miró hacia otro lado rápidamente, porfavor que no se hayan dado cuenta, las dos dejan al aula y pico después el profesor entra. De verdad que no quiero imaginarme cosas extrañas pero un beso en el cuello no es cosa de amigas.

La clase empieza, escogí matemáticas porque la otra opción era clases de francés pero prefiero las mates ya que se me dan medianamente bien, unos se hacen los dormidos, otros están con la pantalla encendida por debajo de la mesa y solo 4 tomamos los apuntes.
Siguiente clase educación física.

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