EXTRA 1 BONTEN
20 de agosto 2009
Narra Yumi:
La tenue brisa de otoño empezaba a hacerse casi invernal, aún era demasiado pronto para que empezará a nevar y el frío se mesclava con mayor intensidad.
Envolví la bufanda con más empeño en mi cuello.
--deberias abrigarte más-- expreso Draken a mi lado.
Tenía una chaqueta bastante imponente y un gorro, de cierta forma era divertido verlo vestido así.
--¿Uh? No voy a pescar un resfriado -- rie ligeramente.
-- bueno, como siempre eres despistada lo más probable es que te enfermes por estar así en estos climas-- bufo este-- Takemichi se molestará si sabe que te deje estar en el parque para que te enfermes.
El solo nombre de mi hermano hace que mi sonrisa desaparezca.
-- el no debe volver a preocuparse por mi, ya no soy su problema.
Aunque es cierto que a diferencia del Takemichi del futuro era un poco más fresco al sobreprotegerme, el Takemichi de esta línea de tiempo parecía rener un apice de recuerdo que le mantenía alerta a todo lo que me rodeaba, como si la sensación de mi casi muerte estuviese impregnada en su subconsciente.
Draken noto la oscuridad de mis palabras y su seriedad se agrando.
--¿Que vas hacer? ¿Porque me llamaste justo ahora?
Era complicado decirlo, después de todo llevaba pensando en como pedirle esto a Draken desde ayer.
--han pasado tres años desde la última vez que lo vimos...-- murmuré con desgana.
Recordé aquel día dónde Draken me llevo a casa al colapso de la fiebre, me había quedado hasta la noche tras su puerta esperando una explicación que nunca llegó.
--¿Que tiene que ver Mikey...?
--todo-- dije con simpleza-- voy a ir a hablar con el.
Draken frunció el seño.
-- no-- dijo rotundo.
Le mire sorprendida.
--¿Que?
--te he dicho que no, no puedes ir a verle-- expreso Draken --¿Crees que eres la única que está al tanto de lo que hace en su estúpida nueva pandilla? Puede que Baji no me lo diga como a ti, pero tengo otros medios. Es peligroso, el Mikey que conocías se fue, no le busques más.
Sentía que las lágrimas me ardían con cada palabra de Draken, no podía simplemente rendirme.
--por eso mismo voy a verle-- indico ella-- y no quiero involucrar a Michi-kun, es mi decisión.
--no lo entiendes, Yumi-- a cada palabra intentaba que no me lastimara --Mikey cruzo todas las líneas, ya no queda nada, ha matado...
--lo se-- susurré.
Aquello fue lo que me hizo decidirme, Bajo me lo había contado, Mikey había asesinado a alguien y no había mostrado el mínimo arrepentimiento, estaba caminando por un sendero oscuro.
Y aún con todo, yo seguía pensando que podría ser salvado, que aún quedaba un camino, no podía dejar ir al chico dulce de sonrisa tierna que adoraba los dulces y las motos.
--y no te estoy pidiendo tu permiso, solo te estoy pidiendo que no involucres a mi hermano si algo me llega a pasar, quiero que se mantengan al margen. Este ya no es asunto de la Toman.
No espere su respuesta, el vio la decisión en mis ojos, que no daría mi brazo a torcer.
--estas cavando tu propia tumba Yumi.
Se alejo lentamente sin mirarme.
El viento volvió a generarme un escalofrío retador.
--lo se...-- susurré
Pero nadie pudo escucharme.
(...)
Baji nunca fue muy cuidadoso cuando se trataba de darme información, le había pedido que cuidara a Mikey cuando había iniciado una pandilla nueva.
Me informaba de sus movimientos, de como estaba actuando Mikey y una que otra cosa sobre los miembros.
Por lo que su localización no fue muy difícil.
--pero mira nada más lo que trajo el viento-- sonrió el chico pelinegro ante mi.
--Koko..
--¿Que hace aquí la mayor de los Hanagaki? -- los dos guardias que custodiaban la entrada me miraron con curiosidad.
Después de todo lo que ha hecho mi hermano nuestro apellido se había hecho famoso entre los pandilleros.
--vine a hablar con Mikey-- indique firme.
Koko levanto una ceja en mi dirección, podría ser muy fácil para el simplemente echarme, decirme que no y cerrarme la puerta en la cara.
En lugar de eso dió un paso al lado y señaló la puerta.
--entra si así lo quieres-- una sonrisa maliciosa decoro su rostro-- no me hago responsable de lo que ocurrirá más adelante.
Tome aire y a paso firme sin ningún titubeó pase el umbral, una sensación de pánico lleno mi pecho cuando la puerta se cerró tras de mi
Ya estaba hecho
No podía retractarme.
--por aquí.
Koko me guío entre pasillos, el lugar estaba atestado de gente moviéndose aquí y allí, Baji no mentía al decir que la organización iba aumentando de número de forma magistral.
Después de subir una escalera y girar tres veces Koko se detuvo ante una puerta.
La sonrisa y actitud burlona de Koko se desmorono al instante.
--suerte, Hanagaki.
Tome el pomo de la puerta y sin más entre.
No sé que esperaba pero aquello no era para nada lo que pasaba por mi mente.
Espere que se tratara de un salón, o algún otro lugar.
Esto...
Este era su cuarto.
Y a mitad de el, justo al lado de la cama se encontraba el, sentado y con la mirada fija en la nada.
Al escuchar el click de la cerradura se giró.
Sus ojos vacíos y faltantes de vida me recorrieron por completo.
--tu...
Su voz era más gruesa a lo que recordaba.
Que tonta era, no era para nada como cuando éramos más pequeños, ya no teníamos quince años.
Ya no éramos niños.
--Mikey.
No encontraba palabras, había estado años y años pensando en que decirle, guardándome para mí estos sentimientos para un día poder escupirselos.
Odio, ira... Amor
--¿Que haces aquí?
--vine a hablar, necesitaba verte.
Lentamente se levantó, camino hacia mi, con pasos seguros, aunque no había crecido mucho en altura desde la última vez, si era más alto que yo.
--vete.
Sus palabras cortantes fueron más dolorosas de lo que pensé.
--no. No será como la última vez.
Su mirada neutra no pasó a nada, parecía no poder demostrar nada más que una cara de poquer.
--fueron cuatro años-- indico con frialdad-- ¿Porque ahora?
Tome valor, el estar a solas con el en la misma habitación me nublaba.
--fueron cuatro años desde que decidiste irte-- dije -- no podías decidir por mi también.
Me escapó nuevamente, posiblemente notando los cambios desde que nos vimos, mi cabello más corto, mi cuerpo...
--vivi sin ti todo este tiempo, puedo hacerlo más.
Sentía mi corazón partirse en dos.
--¿Y que te ha dejado eso? Vacío -- levanté una mano para acariciar su rostro, el no se negó y tampoco retrocedio-- sea lo que sea que te pasa, por lo que estás pasando, no tienes que hacerlo solo.
No quería decirle que sabía que había asesinado a alguien, que temia que con eso último lo último que quedaba de el se fuera y quedará un monstruo sin sentimientos en su lugar.
--te extrañe... -- dijo al fin, pero su mirada seguía vacía y sin sentimiento-- ...solía soñar contigo, que estabas aquí... Pero últimamente ya no estás. Ya no siento nada.
Verlo así, tan roto y destruido.
No debí rendirme, no debí permitir que Draken me llevará a casa, debí insistir, no dejarlo solo.
Todo lo que había pasado, la muerte de Emma, de Izana...
Sabía que todo había tenido su fallo, aún cuando el aseguro estar bien debí suponerlo.
Fui una idiota.
--¿Porque lloras?
Exclame sorprendida al sentir la humedad en mis mejillas.
Mikey se acercó más, sus dedos recorrieron mis lágrimas para limpiarlas.
--por ti-- dije, su solo tacto me conmocionaba.--lamento que tuvieses que pasar por tantas cosas solo, nadie merece estar solo.
Ladeó la mirada confundido.
--¿Porque después de todo... Vuelves a mi? -- su cercanía me desconcertó, tenía entendido por Baji que Mikey no permitía que nadie lo tocara.
--¿Porque volví?-- con lentitud cerré la distancia, mis brazos lo envolvieron con calidez, esperaba que pudiera sentir toda la seguridad que quería transmitirle -- porque me importas, y aún cuando han pasado años, sigo amando a Manjiro Sano.
No veía su mirada, pero si sentí el cambio de su respiración, ¿Había tenido efecto?
--¿Me amas?-- susurro.
--si, aún te amo Mikey-- asegure.
--yo... Me siento vacio-- murmuró aferrándose a mi, sus brazos envolvieron mi cintura -- está calidez... -- se separó con lentitud, sus ojos me escritaron ahora intensos--... Quiero volver a sentir
Sus labios tomaron los míos con rapidez, abrí los ojos sorprendida por el acto, no esperaba que esto pasara, sus labios se movieron con fuerza contra los míos, desesperados.
No pude negarme, el tacto de Mikey me dominaba de una manera abrazadora, brazas recorrieron mi cuerpo en cuanto su mano se cerró en mi cuello intensificando el beso.
Lleve mis manos a su cabello tirando un poco de el, deje que sus manos recorrieran mi cintura y lentamente se movieron por mi espalda.
Cuando nos separamos, note el ligero brillo en sus ojos, aquella adoración que siempre aparecía cuando me miraba.
Allí estaba
El mikey que amaba no había desaparecido, seguía allí bajo toda esa corteza de dolor.
Decidida hable.
--voy a demostrarte que aún tienes sentimientos, Manjiro.
El no me permitió continuar, volvió a atacar mis labios, a tropezones me guío hacia la cama, no hubo más palabras
Me recosté sobre la misma sorprendida por la suavidad.
Mikey no perdió el tiempo, gateo hacia mi sin dejarse caer del todo para no aplastarme, sus labios buscaron los mios con una desesperación hambrienta.
Sus manos se movían hábiles por mi cuerpo, justo cuando se detuvo en mi parte trasera y la apretó un poco pude exclamar de sorpresa.
Sentía la cara roja de vergüenza.
¿Desde cuándo Mikey era tan atrevido?
No me dió tiempo para replicar, sus labios recorrieron mi cuello en un desfile de besos, me mordí el labio para aguantar la respiración.
Mi cuerpo poco a poco perdia el control, estaba dejándome llevar por las sensaciones que me proporcionaba.
--Mikey...-- susurré algo temerosa.
¿Hasta donde íbamos a llegar con esto?
Levanto la mirada, el brillo que antes había visto se incrementó, estaba funcionando, mikey de verdad volvía a ser el mismo.
Me beso con dulzura antes de empezar a desabotonar mi camisa, no me opuse.
¿Hasta donde estaba dispuesta a llegar con esto?
Ya tenía una respuesta.
No había vuelta atrás.
Gire el rostro avergonzada en cuanto logro quitar el último botón, el parecía complacido, lentamente sus manos recorrieron mi cuerpo, los besos no faltaron, me deje llevar por sus besos inquietos y sus caricias demandantes.
Sus manos se detuvieron en mi espalda en la altura del corpiño, espere un momento a que tuviera dificultad de quitarlo pero no fue así, al sentir la tela caer mi primera reacción fue taparme, pero me lo impidió.
¿Acaso había hecho esto antes? Un ligero sentimiento de celos me recorrió, aunque claro, no podía juzgarlo, llevabamos años separados, no estábamos juntos y el podía hacer con su vida lo que quisiera y aún así...
Observe embobada como se quitaba la camisa blanca, su trabajado torso estaba mucho más definido a lo que recordaba, posiblemente se había ejercitado más.
Se detuvo al verme tan avergonzada, aún tenía mis manos tapando mi delantera y inconscientemente había retrocedido hasta la cabecera de la cama.
Lo entendí.
Lo tomaba como una negativa.
Suspire.
"Estás cavando tu propia tumba Yumi"
Las palabras de Draken resonaron en mi cabeza, jamás una frase podría definir tanto un momento de quiebre.
Y lo aceptaba.
Me levanté y con decisión acune su rostro entre mis manos, le di una sonrisa sincera, aquella que solía darle al chico que me había halagado comparando me con los atardeceres.
Me incline hacia delante y le bese.
Por un momento me sentí en aquel páramo, sentada al lado de cierto chico rubio... Añoraba tanto aquello.
--te amo, Manjiro-- solté entre el beso.
Aquello que lo siguió fue mucho mas rápido, me perdí entre el fuego de las sensaciones.
Mikey se recostó conmigo en la cama, sus manos siguieron explorandome hambrientas por memorizar cada apice.
No note que estábamos completamente desnudos hasta que se recostó contra mi, le mire a los ojos en todo momento.
Mordí mi labio con fuerza al sentir como se deslizaba en mi interior, ya no había barreras, nada que nos separara.
Temblé al sentirlo empujar más profundo, cerré los ojos temblando ante todo lo que sentía en tan poco tiempo.
Retrocedió y nuevamente se introduje, el dolor iba menguando con cada movimiento.
Al fin me atreví a mirarle, y allí estaba.
Un par de lágrimas se deslizaron por mis mejillas
Sus ojos negros estaban llenos de brillo, me miraba con una adoración increíble, volví a ser el, volvía a ser mi Mikey.
Se inclino para besarme, hasta ese entonces no note el sabor metálico de la sangre, había mordido con tanto fuerza mi labio que lo había roto.
Entre suspiros y gruñidos escuché mi nombre salir de sus labios, poco a poco también me deje ir por placer que empezaba a recorrerme.
Feliz de poder sentirlo más cerca de mi, me entregué por completo a él y no me arrepenti de nada y posiblemente jamás lo haga.
No recuerdo haberme dormido, cansada y adolorida me había levantado a la mañana siguiente, posiblemente había dormido media tarde y la noche entera y aún así...
El seguía allí, recostado a mi lado.
No me atrevia a decir nada, ¿Que se dice después de haber compartido un momento tan íntimo como ese?
--Manjiro...-- levanté la mirada con miedo.
¿Y ahora que?
Sus ojos oscuros me impactaron con fuerza.
Solté una exclamación al sentir sus brazos envolverme, mi rostro descanso en su pecho desnudo.
Estaba siendo demasiado dulce.
--no puedes irte.
--lo se-- respondí, levantando la mirada para poder verlo, le regale una sonrisa-- pero prometí que siempre estaría contigo, ¿Recuerdas?
Y por primera vez desde que volvimos a vernos, Mikey sonrió.
Ah.
Draken tenía razón.
Había cavado mi propia tumba.
Y no me importaba
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