CAPITULO 5
2005
Takemichi había ido en la ambulancia con Draken, su estado era delicado y la posibilidad de supervivencia reducido.
Habían ido corriendo al hospital con Hina y Emma, cuando llegaron, Draken ya estaban en cirugía
--¿Un paro cardíaco?
Emma lloro con más fuerza.
--no puede ser verdad--sollozo Emma en los brazos de Hina. --¡Tengo miedo!
-- Draken-san es fuerte, no te preocupes-- intento calmarla Yumi.--solo... hay que esperar
Busco uno de los bancos en la sala de espera y se depósito allí, sentía que los minutos siguientes, fueron eternos.
A pesar de sus esfuerzos Emma no paro de llorar en todo momento, ni siquiera cuando Mikey había llegado.
El rubio barrio la sala con la mirada y ligeramente se centro en ella, tenía el uniforme de la escuela empapado, su cabello suelto debido a la pelea y unas cuantas magulladuras en el rostro.
--Kenchin es un hombre de palabra-- Mikey volvió la mirada hacia la puerta-- no nos va a abandonar, jamás faltaría a su palabra. -- se giró hacia los presentes con una gran sonrisa-- me prometió que conquistariamos el país juntos. Por eso, Emma, Mitsuya, Peyan,Takemichi... Confíen en Kenchin.-- camino hacia Yumi sentandose a su lado-- va a estar bien.
Yumi miro de reojo a Mikey, detrás de esa serenidad y calma... Veía que en realidad, estaba muy preocupado
Mikey estaba calmando la situación para que el ambiente no estuviese tan dramático, eso de nada le ayudaría a Draken.
Esperaron hasta que uno de los médicos salió.
--evitamos que muriera, la operación fue un éxito
La alegria resonó en todo el lugar.
--¡Draken está bien!
Emma estalló recostandose en Hina, al parecer esta vez llorando de alivio.
--que alivio ...--murmuro Hina dándole ánimos a la chica.
--¡Hurra!
En ese instante en que todos estaban distraídos por la buena noticia que no notaron que el rubio de media coleta se había levantado, Yumi quien había notado el cambio de su expresión le siguió.
Takemichi estaba demasiado feliz, había cumplido con su misión al fin, Draken no habi muerto y la Toman seguiría tal y como estaba.
El reloj ya daba la media noche por lo que ya era 4 de agosto.
"Naoto, lo conseguí..." Pensó Takemichi arrodillándose "la misión para salvar a Draken ¡Fue todo un éxito!"
--un momento... Y Mikey?
Corrió alrededor del hospital buscando al rubio, en una de las partes traseras estaba el... Pero no estaba solo.
Yumi estaba a su lado.
Ambos sentados uno al lado del otro.
--no tiene que hacerte el duro siempre... --alcanzo a escuchar Takemichi que decía la chica-- después de todo, Draken-san es importante para ti.
Mikey se llevó la mano al rostro, soltando un sollozo.
Takemichi lo entendió, se había dirigido a aquel lugar para que los demás no notarán lo afligido que estaba, la única que al parecer había notado su máscara había Sido Yumi.
--menos mal...--susurro Mikey soltando un par de lágrimas --Kenchin... -- Mikey temblaba ligeramente -- odio llorar.
La chica tomo una de sus manos delicadamente, intentando reconfortarnos.
--esta bien llorar-- dijo esta-- especialmente si es por alguien a quien quieres.
-- n-no quiero volver a pasar por esto, no quiero volver a preocuparme así.
Yumi suspiro, aún con su actitud sería o infantil, Mikey seguía siendo un chico.
--Draken-san está bien, y estoy segura de que seguirá día tras día apoyandote o regañandote si haces una estupidez-- sonrió Yumi-- ¿Sabes Mikey? Te envidio.
--¿Eh?
--estas rodeado de personas buenas, gente que le importas y que darían su vida sin rechistar si eso supone un bien para ti, eso quiere decir mucho de ti-- cerro los ojos-- empiezo a entenderlo, eres...
No termino de decirlo, Mikey al fin la miro, tenía su cabeza recostada en el hombro de Mickey, su respiración era algo irregular, levanto la mano para tocar su rostro.
Tenía fiebre.
¿Cómo no lo había notado? A diferencia de ellos, Yumi habia estado toda la noche en uniforme escolar, con las piernas al descubierto, la lluvia y además de que había dejado su chaqueta para cortar el sangrado de Draken, era algo obvio que iba a pescar un resfriado, además de las magulladuras y el hombro fracturado.
Ella no se había quejado en ningún momento, se sintió un idiota por no haberlo notado.
En silencio y despacio tomo la chica en brazos, se dirigió de vuelta al hospital.
Takemichi observo todo en silencio sin siquiera molestarse en interrumpir.
(...)
A la mañana siguiente se había levantado desorientada, ocupaba un cuarto del hospital, tenía una toalla húmeda en la frente y unos analgésicos en la muñeca.
Lo último que recordaba era estar junto a Mikey hablando, se sentía mareada y sofocada pero no dijo nada, no quería preocuparlos.
Al parecer si estaba tan mal como se sentía.
Giro levemente la cabeza.
Ahí estaba
Justo en la mesita, era una maseta... Igual a la que Mikey había roto en su casa.
¿Acaso el...?
--tonto...-- susurro está, volviendo a cerrar los ojos.
(...)
Al tercer día, cuando ya se sentía mejor, le dió una sorpresa a Draken, había entrado en su habitación.
--debe ser broma...-- murmuró el rubio al verla entrar --¿Que haces aquí?
La chica sonrio.
--me escape-- dijo simple.
Estaba cansada de estar en esa habitación sola, es cierto que Hina y Emma habían ido a verla y Takemichi también, pero ya estaba cansada de estar allí acostada sin hacer nada.
--a veces eres un dolor de cabeza-- murmuró el rubio.
La chica camino hacia el, ya se sentía mejor, tenía un cabestrillo y el brazo inmovilizado por el momento pero la fiebre ya había mermado.
--oe, eso es mio-- farfullo con fastidio el rubio al ver que está se había colocado a su lado y había sacado unas uvas del cesto que habían traído los chicos.
--a mi se me acabaron, ¿Sabes que me gustan mucho las uvas?-- no paro atención a los reniegos de Draken -- por cierto... Alguien trajo a mi cuarto una maceta.
Draken al fin se calmó un poco.
--ah, sobre eso, debió ser Mikey.-- explico el rubio-- un día antes del festival estuvo recorriendo media ciudad buscando algo que se le pareciera a la que rompimos, iba a dártelo en el festival, pero con todo lo que pasó, No me extraña que no te lo diera.
--ah-- se había sonrojado ligeramente --no ha contestado los últimos mensajes, y tampoco ha venido.
Draken la miro de reojo, no había pasado por alto el sonrojo de la chica.
--creo que ya notaste que la mente de Mikey es algo... Difícil de entender.
Yumi suspiro, había ocasiones donde creía entenderle, pero... Era tan impredecible.
--tu si le entiendes?
Draken rio.
--ya quisiera.
(...)
Al cuarto día le dieron de alta, Takemichi le recogió a primera hora para acompañarla a casa.
Sakura había ido para pasarle los apuntes de clase, abrió su teléfono y solo encontró un ameno mensaje de su madre, nisiquiera se había enterado que estuvo en el hospital.
Con un suspiro observo los mensajes son responder que le había mandado a Mikey.
Se armó de valor y le llamo.
--¿Mikey-kun?
La chica se mordió el labio nerviosa.
--ah, Yumi...- el desanimo de su voz le preocupo
--¿Estás bien? ¿Pasa algo?
Un largo silencio se escuchó, inquieta espero a que al fin dijese algo, pero no pasó
--fui a ver a Draken-san, van a darle de alta y pensaba que podríamos ir a celebrar su recuperación a....
--no -- la corto de abrupto.
--¿Eh?
--no debes involucrarte más con nosotros, vas a salir lastimada.
--Mike-kun...
--hablo en serio, debes alejarte.
Sin más, se cortó.
Yumi se quedó estática, Draken tenía razón, era imposible saber lo que pensaba Mikey, respiro lentamente para retener las lágrimas, de verdad le había afectado.
Y lo que mas odiaba, era que no podía odiarlo por hacer ello, en el fondo, se alejaba para protegerla, para que no se viese involucrada en sus problemas.
Aún así, quería ir a su lado y darle una buena bofetarla, gritarle que no decidiera por ella y que estaría bien, que sabía cuidarse sola.
Pero también era demasiado amable como para respetar las decisiones del rubio.
Volvió a su cuarto y dejo allí la nueva maceta.
La observó antes de quedarse dormida.
( ...)
2012
Devastado
Takemichi observaba con dolor la imagen de Hina en su funeral, la había visto Morir, justo cuando pensó que al fin lo había logrado, que había cambiado el futuro para bien, ella muere.
--lo siento mucho-- murmuró su hermana.
Traía un elegante vestido negro, al igual que el pasado anterior, ella no le había abandonado.
--Nee-san, yo...-- las lágrimas se escaparon de sus ojos.
No podía creer lo que había pasado.
--a veces las peores cosas les pasan a las buenas personas-- murmuró la chica-- el destino es cruel, pero no podemos cambiarlo.
"Yo si que puedo"
No se iba a rendir.
--Naoto-kun está muy afectado, tengo que irme, quédate con el a darle animos-- le indico la chica--volvere en unos días, no te desanimes por favor
Había pedido un taxi y tenía una reunión en otra ciudad importante en una hora, asi que debía volver a casa a cambiarse.
Iba cruzando la calle cuando noto algo extraño, se sintió observada
Un hombre mayor apareció por su espalda y tapo su boca, intento gritar pero no pudo decir nada, el hombre había sacado una jeringa y había vaciado su contenido en el brazo de la chica.
Forcejeo hasta quedarse sin fuerzas.
--la tenemos, Kisaki-sama
Cerro lentamente los ojos.
¿Quien demonios era Kisaki?
(...)
Mientras tanto, Takemichi seguro de que no se iba a rendir, junto a Naoto fue a visitar a Draken, quien se encontraba en prisión por asesinato.
--cuanto tiempo, Takemichi. -- Draken le sonrio-- me alegra verte bien.
--Draken-kun-- murmuró Takemichi con lágrimas acumulándose en sus ojos --¿Has estado bien?
--mas o menos.
Naoto dió un paso adelante.
--soy Naoto Tachibana, mucho gusto
--pude venir a verte gracias a el-- explico el pelinegro
Draken lo escaneo con la mirada.
--ya veo, ¿Y porque viniste?
-- no sabía que estuvieras condenado a muerte -- murmuró levemente con pesar--¿Que sucedió? ¿Porque cometiste un asesinato? ¿Que le paso a la Toman?
--Takemichi, no me arrepiento de lo que hice, merezco estar aquí, es mi. Hola que la Toman terminará así, porque no pude detenerlo.
--¿A quien?
La mirada de Draken se perdió, parecía recordar algo.
--la Toman... Eran muy buenos tiempos ñ, hacíamos de todo para que creciera el equipo, parecía un festival de peleas y más peleas. La Toman lo era todo para mi-- sonrió leve-- si pudiera rehacer mi vida, no elegiría otro camino. No me arrepiento de nada.
Takemichi le devolvió la sonrisa, seguía siendo el mismo Draken del pasado que había conocido
--pero... Si de verdad pudiera rehacer mi vida, hay una sola cosa que haría sin falta-- miro las cadenas de sus manos, imaginando romperlas --¡Mataría a Kisaki!
--¡Kisaki! ¿Entonces...?
Los interrumpió la puerta al abrirse.
--ya es hora-- indico un guardia entrando a por Draken.
--Takemichi-- esta vez Draken no le miraba --largate de Tokyo. Casi te matan ¿No? Por eso viniste a verme. Asesinar es lo mismo que aplastar insectos para Kisaki
---¿Que? ¿¡Porque quiere matarme!?
La mirada de Draken se ensombrecio.
--esta perdiendo control sobre Mikey, lo único que busca ahora es hacerle daño, está buscando cada minina cosa que ele importaba en su pasado, fue por ti... Y seguro irá por ella.
Salió de la sala sin decir nada más
--¿Ella?
El estómago de Takemichi se removió.
No podía ser... ¿O si?
Desesperado llamo a las reservaciones de hotel donde se suponía que su hermana se hospedaba, ella no había llegado, no había tomado el boleto de avión... No respondía las llamadas.
¿Acaso Kisaki...?
(...)
Había permanecido en una habitación encerrada los últimos días, un chico armado le llevaba las comidas, pero aún así, seguía vistiendo las ropas del funeral y la incertidumbre no la dejaba dormir, temia cada vez que la puerta se abría.
¿Que querían de ella?
Fue al tercer día donde la puerta se abrió a una hora diferente de la comida.
Eran dos, uno de ellos con un traje carisimo y una mirada llena de maldad .
La chica se inclino.
--con que está es Yumiko Hanagaki-- la escaneo con la mirada
Tenía que aceptarlo, la chica era guapa, cabello negro y liso, ojos esmeralda y un cuerpo decente
--¿Quien eres...? ¿Que quieres de mi?
El hombre frunció el ceño.
--parece que no te han educado, las perras se mantienen calladas-- sin previo aviso le lanzó una patada.
La chica sorprendida no pudo esquivarla, cayó a un costado con el labio hinchado.
El hombre tomo su cabello para obligarla a mirarlo.
--cambiate de ropa, das asco, Mikey no te querrá si luces como una monja en las últimas.
¿Mikey?
Hacia años que no escuchaba ese nombre
El recuerdo de un chico rubio y su sonrisa llego a su mente.
El hombre la soltó de mala gana, dejándola tirada en el suelo, noto que había dejado un vestido en la cama y un par de tacones.
Por el momento, iba a hacer lo que le decían, estaba indefensa y ya había demostrado que no les temblaría la mano en golpearla.
El vestido era de textura suave, de un rojo vivo con escote pronunciado, no pudo evitar sonrojarse al verse en el espejo, era muy revelador y para nada su estilo.
Cuando estuvo lista, el hombre acompañado de otros tres matones la arrastraron fuera, todo el camino estuvo con una Tula en la cabeza para que no pudiese identificar el camino.
Al llegar a su destino, noto que estaban en una bodega
Había visto suficientes películas para saber que aquello iba mal, ¿Se encontraba en medio de una trata de blancas? ¿Guerra entre mafias?
--Kisaki...-- una voz profunda se escuchó entre la oscuridad
La luz iluminó la estancia.
Frente a ellos, estaba Mikey, o bueno, una versión de el un tanto mayor, su cabello rubio seguía peinado de la misma manera pero su mirada frívola le dió a entender que no quedaba mucho del antiguo mikey que conoció
-- vine a hacer un trato, quiero la Toman por completo, tu ya cumpliste tu función como líder, pero no estás rindiendo lo que deberías-- expreso el tal Kisaki -- solo quiero lo mejor para la Toman.
Mentira...
Posiblemente solo quería arrebatarle todo al rubio.
--los tratos se hacen dando algo como intercambio, ¿Que vale lo suficiente?
El no había levantado la mirada.
--ella-- hablo burlón.
Kisaki sin ninguna delicadeza la había empujado, debido a los zapatos altos no pudo mantener el equilibrio, cayó de rodillas justo al frente de Mikey, el rubio al fin la miro.
Sus ojos oscuros se centraron en los esmeralda de ella, no parecía haber nada tras esos orbes negros, pero justo ahi... Una luz de reconocimiento.
--¿Una chica?
Yumi tembló, no había parado de mirarlo en ningún momento, no había ni una sola emoción. Nada.
Mikey estaba vacío.
--no te hagas el idiota, se que la reconoces, es Yumiko Hanagaki-- Kisaki siguió con su tono burlon--¿No era está la chica por la que te desvivias cuando eras un chiquillo?
--¿Lo hacía?
Kisaki bufo, esperaba una reacción más, pero Mikey no sé inmutaba.
--¿Seguro que no la recuerdas?--saco la pistola apuntando a la cien de la chica-- entonces no te importaba que muera.
Yumi tembló al sentir el frío metal de la pistola en su nuca, de verdad la iba a matar.
La amenaza logro que Mikey dejara de mirarla para centrarse en Kisaki, por un momento, solo por un momento se vio un apice de rabia.
--eres desagradable-- dijo despacio-- y solo por eso, decido echarme atrás con la Toman, puedes quedarte la si quieres, ya me aburrió.
--oh-- Kisaki complacido levanto a la chica, su mano se acoplo en su cintura sin dejarla se apuntar con el arma-- ¿Que le ves a esta? Así que tenía razón, pensaba que no eras de esos que pensaba con el de abajo. Pero no te culpo, tienes buenos gusto.
La chica se sonrojo al sentir la mano de Kisaki en uno de sus pechos, asqueada miro a otro lado.
-- no la toques -- Mikey se había levantado.
Incluso su mirada amenazante logro perturbar a Kisaki.
--oh?
--el trato está hecho, no me gusta que toquen lo que es mío.
Kisaki sonrió.
Bajo el arma y sin cuidado volvió a lanzar a la chica hacia el frente, esta vez chocó con Mikey quien ni siquiera se movió ni rodeo sus manos alrededor de ella para evitar que volviera a caer al suelo, estaba temblando de miedo.
Permaneció inmóvil.
--disfrutala.
Sin más, se marchó.
Lentamente Mikey se había quitado la chaqueta, la depósito despacio en los hombros de la chica evitando tocarla y mucho menos verla
-- marchate.
Aquello le hizo recordar aquel día.
"No te involucres más con nosotros..."
Vaya dejavu más mierda.
Se quedó en el suelo sin decir nada, muerta de miedo, no supo cuánto tiempo había pasado hasta que la policía llegó, su hermano la había estado buscando.
Takemichi corrió a su encuentro cuando la vio bajar de la patrulla aferrándose a una chaqueta de cuero y con la mirada perdida
La chica lo miro unos segundos antes de abrazarlo con fuerza
Las lágrimas al fin acudieron, Yumi lloro con desespero en los brazos de su hermano, sintiéndose al fin protegida.
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