CAPITULO 29

Futuro

Fue hace 45 días de su última recaída.

Usualmente eran más seguidas, con el paso del había empezado a mejorar.

Y aun así, ninguno de los dos se acostumbraba a ello.

Habia despertado a Mikey en plena madrugada, debido a la fiebre alta había empezado a murmurar cosas sin sentido.

El chico le había intentado despertar, apenas y podía notar que había a su alrededor, solo alcanzó a visualizar la expresión conmocionada del chico, eran de las pocas veces que podía ver en el.

--Mikey...--susurro debilmente mientras esté le cargaba en brazos.

Escuchó sus gritos y el como el frío de la noche le causaba aún más escalofrío al salir de la habitación.

Sabía a dónde se dirigían aún cuando su vista se nublaba.

Después de aquel incidente y su estado de salud deteriorándose debido a ello, habían establecido en la mansión una habitación con implementó médico.

Mikey la depósito en la camilla, se notaba inquieto.

A los pocos minutos Hoshi-san había entrado, aquella mujer seria hacia más de un año se había convertido en su médico personal.

Está había llegado en compañía de Kakucho, al parecer fue el primero en despertar con los gritos de Mikey.

--¿Hace cuánto está así? -- la mujer de posicionó con rapidez a su lado, notando inmediatamente su temperatura alta debido a lo rojizo de sus mejillas.

--cuando fuimos a dormir estaba bien, no se...

La explicación de Mikey fue interrumpida por la fuerte tos que emano de la garganta de la chica.

La sangre salpicó sus labios.

--¡Salgan por favor! Debo estabilizarla -- la mujer había empezado a caminar de un lado al otro por la habitación.

Kakucho tuvo que tomar del hombro a Mikey para que reaccionara, se había quedado mirando a la chica fijamente, ido... Vacío.

Al salir de la habitación Baji ya se encontraba allí a la espera.

--¿Cómo está? -- pregunto algo alterado.

Por sus fachas se notaba que aún estaba en cama.

--como la otra vez, la están estabilizando-- explico Kakucho, Mikey no parecía con la fortalece paga hablar.

Baji maldijo entre dientes.

--pense que estaba mejorando --expreso el pelinegro con enfado--ya paso un año...

Estaban al tanto de la situación, después del atentado, el veneno que había ingerido había Sido tan fuerte que había dañado su cuerpo de manera casi permanente, las secuelas seguían sin esforzarse en desaparecer, hasta el más mínimo descuido podía hacer que su salud decayera.

Todos guardaron silencio, las miradas volvieron hacia Mikey.

Por su expresión sombría sabían lo que estaba pensando.

Poco a poco, Yumi estaba muriendo.

(...)

A la mañana siguien al despertar, Yumi no sé extraño de ver a cierto peliplata durmiendo en la silla continúa a su camilla.

Se sentía débil y el dolor en el cuerpo no mencuaba.

Aún en la situación que se encontraba, no podía evitar sentir calidez por la preocupacion que demostraba

Momentos como esos, le recordaba que aún con todo lo que había pasado, en el tipo de persona en la que Mikey se había transformado... Seguía amándola.

--te vas a resfriar-- murmuró ella.

Su voz era pastosa, le dolía la garganta.

Mikey, que apenas y habia escuchado su voz abrio los ojos, la escaneo, debía verse muy mal por como frunció el ceño.

--ironico que me lo digas estando en este estado.

La chica casi suspiro, se sentía tan débil...

--perdoname por preocuparte...--susurro ella con debilidad.

El peliplata nego.

--soy yo quien debe disculparse-- hablo monótona-- sin mi, no estarías así.

--Mikey...

Ya sabía por dónde iba.

-- debí solo ignorarte el día en que viniste, el día en que...

En qué lo había  seguido a pesar de sus malas decisiones.

--basta-- pidió ella, le temblaban los labios, sentía que las lágrimas amenazaban con salir-- no me importa, nada de esto me importa... Me es suficiente con estar contigo, lo vale.

--¿Lo vale? --Mikey ladeo la mirada para no verla directamente --te has alejado de tu familia, de tus amigos, te he puesto en peligro, puedes incluso morir y...

--lo vale-- aseguro ella buscando su mirada con anhelo, cuando el chico al fin se giró y sus ojos chocaron, ella hablo con intensidad --cada día que estoy contigo me da felicidad.

El chico camino hacia ella, beso su frente despacio, aún sintiendo los rastros de la fiebre en su piel.

Su tacto fue dulce, tan delicado que demostraba lo mucho que temia lastimarla.

--si un día tu no estás...

No podía siquiera imaginarlo, imaginar su vida sin aquella chica.

--no voy a dejarte Manjiro-- expreso ella de forma tranquilizadora. 

Pero no pudo prometerlo, incluso ella sabía lo delicado de su situación. 

Lo abrazo con dulzura intentando tranquilizarlo, acaricio su cabello con ternura por un largo rato.

(...)

El día paso rápido, habían llevado su comida a la enfermería, debía quedarse allí hasta la noche, aunque ya estaba estabilizada y la fiebre había bajado no podían dejar de ser meticulosos.

Algunos de los miembros de Boten habían ido a visitarla, incluso Koko se había tomado la molestia de llevarle flores.

--ya se me hacía raro que tardarás tanto en venir-- hablo la chica sonriéndole al recién llegado.

De todo Boten se podría decir que Baji Keisuke era su mejor amigo, su confidente y en quien más confiaba de aquel lugar.

--te ves horrible-- expreso el chico.

--si... No fue ni dia-- sonrió ligeramente.

--ya había pasado un mes desde tu última recaída...

Había tenido la esperanza de que ya lo habían superado, de que se estuviese recuperando.

--debio ser el cambio de clima, mi cuerpo es mucho más delicado de lo que parecía--explico ella.

--ahi tiene Mikey otra excusa para mantenerte encerrada -- hablo con amargura.

La chica suspiro, Baji nunca estuvo de acuerdo con los métodos de protección que había implementado Mikey.

-- no empecemos de nuevo con esto, por hoy déjame descansar.

Baji bufo.

Aún con todo, no podía negarle una petición viéndola en cama tan débil.

Entonces, debía ser directo.

--hable ayer con Takemichi. --explico.

Lentamente la sonrisa de la chica cayó.

Muchos recuerdos llegaron a su mente.

--¿Sobre qué...?

--no te hagas la tonta, es obvio que hablamos de ti, está muy preocupado.

La chica cerro ambos puños y evitó mirarlo.

--¿Es el Michi-kun del futuro? Quiero decir, el que...

--si, volvió del pasado, y créeme, está muy preocupado por ti.

--no debería, estoy bien.

El chico le miro con una ceja en alto, era gracioso que lo dijera estando en una camilla conectada a varios analgésicos.

--el quiere hablar contigo.

--no puedo--se nego casi de inmediato.

Había intentado todos estos años mantenerse alejada de su hermano, no quería que saliera lastimado en todo esto.

--¿No puedes o no quieres?

--Michi-kun ya tiene una vida formada, una vida feliz... No puedo llegar de la nada y poner todo de cabeza-- sonrió tristemente-- está mejor sin mi.

Había seguido los pasos de los demás chicos, Baji le comentaba como seguían sus vidas, todos estaba bien, no quería cambiar nada de ello.

--jamas será feliz si no se asegura de cómo estás, quiere ver a su hermana por su mismo y hablar contigo-- Baji dió media vuelta-- se lo debes.

Sin más de marchó de la habitación, dejándola sola.

Se sintió aún peor.

(...)

Había tomado el resto de la tarde para reflexionar, no sabía muy bien que hacer y mucho menos que quería en realidad.

Una cosa era lo que ella deseara y otra muy distinta el deber. 

Después de todo lo que tuvo que pasar su hermano, no quería preocuparlo.

Se lo había dicho anteriormente...

Se feliz.

Pero al parecer era demasiado terco.

--¿Te escapaste de enfermería? 

La chica levanto la mirada y sonrió.

Estaba cortando algunas rosas en el invernadero (otro regalo de Mikey) ya que no podía salir, este implementó un invernadero con todo tipo de flores en el recinto, era uno de sus lugares favoritos.

--me dieron de alta, ya estoy bien.

El chico se sentó a su lado, colocó la palma de su mano en la frente de ella.

--aun tienes fiebre, deberías entrar.

La chica nego ligeramente.

--vine a despejarme aquí, no quiero volver tan pronto.--murmuro más para si misma

--¿Que te inquieta?

La chica le miro, siempre le había parecido que aquellos ojos eran como un agujero negro, capaz de tragarte por completo

--Mikey... Quiero ver a mi hermano.

Aquello lo tomo por sorpresa, cerro los labios en una línea tensa antes de responder.

--no.

--¿Eh? ¿No? -- la chica sintio cómo de le caía el mundo entero.

--no puedes salir, sabes las reglas, no te voy a poner en riesgo.

Le miro suplicante, no pida ser cierto.

--¡No puedes prohibirme ver a mi hermano! --exclamo ella-- se que no debí salir por mi seguridad, pero se que podemos vernos sin que sea peligroso... Como aquella vez en mi cumpleaños.

Cada año en su cumpleaños Manjiro le hacia un obsequio especial, primero habian Sido regalos costosos y después otros más significativos, su estudio de arte en la planta baja, el invernadero y aquella vez que le pidió que tuviesen una cita.

Había Sido dificil convencerlo y más llevar a cabo la asaña de salir juntos sin que un desastre mayor les acompañará a su paso.

--es diferente, no estare para cuidarte.

--entonces ve conmigo--: pidió ella en un ruego--con todo lo que ha pasado, me gustaría hablar con el aunque sea un vez más...

Aúnque sea para despedirse, pensó ella.

No lo dijo, pero estaba implícito.

Mikey observo su anhelante mirada.

Después de todo lo que había pasado por su culpa.

No podía quitarle esto tambien, no podía evitar que ella lo viese.

Porque posiblemente sería la última.

--esta bien-- expreso el muchacho-- iremos a ver a Takemichi.

La chica sonrió con ganas, en un acto reflejo lo abrazo.

Mikey no tardó en envolverla igualmente entre sus brazos.

--Gracias, Manjiro-- susurro ella 

Sus manos temblaron.

"Gracias a ti por sacrificar tanto solo por mi deseo egoísta de tenerte a mi lado"

Pero no lo dijo, se conformo con estrecharla más fuerte, temiendo que en cualquier momento desaparecería.

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