Comencé a hacer mis tareas de ese día, pero estaba sumamente distraído por lo que pasaba; necesitaba respuestas, las quería as soon as possible, ¿quién podría fijarse en alguien como yo? ¿Quién? ¿Por qué? ¿Cómo?
Mierda, necesitaba respuestas.

Sin darme cuenta, había terminado todas mis tareas, las hice pensando en la supuesta chica misteriosa que se hacía llamar O, dejaría la carta en mi casillero al día siguiente, estaba seguro que la vería, o bueno, tendría que verla ya que sabe cómo soy y en dónde encontrarme.

Viernes por la mañana, llegué a la escuela. Los viernes Marcus tenía la costumbre de llegar diez minutos tarde, por lo tanto no llegábamos juntos, nos encontrábamos en la clase de Francés.

Llegué mucho antes de que abrieran la puerta del colegio, esperaba con ansias a que abrieran la puerta para permitirnos la entrada, estaba en mi auto con la radio encendida, los nervios me comían por dentro, tenía la carta justo en mi libro de la primera clase que tenía ese viernes, la cual era Lengua. Los viernes eran días muy difíciles, teníamos todas las clases; las cuales eran 6 en total. La escuela preparatoria Apple White abría sus puertas aproximadamente unos treinta minutos antes de las siete de la mañana para cerrar sus puertas a las siete con diez y esa era justo la hora en la que llegaba el señor Miller.

Decidí ir al Starbucks que estaba cerca de la escuela y cerca del parque Orange, pedí una bebida del menú de Starbucks; un Affogato Vanilla Bean Frappuccino, jamás la había probado, debía saber exquisita, o al menos para mí, ya que yo amaba la vainilla.

Pedí la bebida, pagué, me la entregaron y salí del establecimiento.

En efecto, la bebida estaba deliciosa, no quería probar otra cosa y sentía que me hacía falta en mi vida para ser feliz. Volví, seguía siendo el único en estar ahí.

Abrieron las puertas de la escuela justo a las seis con treinta minutos, corrí as fast as I could hacia la puerta de la escuela saqué mi tarjeta de identificación escolar, la entregué en los torniquetes.

—Joven Train, adelante, debe estar haciendo mucho frío ¿no? —yo solo asentí sin decir palabra alguna, el guardia de la escuela intentaba entablar una conversación conmigo, pero vio mi cara de prisa y cortó la conversación—. You may come in.

La escuela estaba casi vacía, chicos por aquí, chicas por allá; probablemente O estuviera justo atrás de mí; espiándome, así que miré por encima del hombro y no vi a nadie conocido o a alguien acechándome.

¿Debí haber gritado? ¿Debí haber dicho en voz alta que dejaría mi carta para O? No, no lo hice, solo dejé la carta y ya, abrí mi casillero, saqué un par de libros, dejé la carta en medio de mi libro de Historia, era mi penúltima clase; de once con cuarenta a doce con treinta minutos, pasaría por él más tarde.

En cuanto cerré mi casillero Katherine Dankworth y Marie Willson aparecieron frente a mí.

—Hola, Louis, creíamos que estarías con Marcus, ya vemos que no, queríamos verlo, bueno, ella quería verte a ti —Katherine habló con voz decepcionada, realmente deseaba que Marcus estuviera conmigo en mi casillero. Pero el señor Miller llegaba tarde todos los viernes y nunca pasaba nada.

—No, recuerden que los viernes él se queda a dormir un poco más en casa y llega a las siete con diez minutos, así que no ha llegado. Hola, Marie —fui amable con la chica, no podía creer que tenía a O justo en frente de mí.

—Parecía que dejaste algo, Lou, ¿puedo saber qué era? —¡eso!, Marie estaba mordiendo el anzuelo muy bien y de la forma en la que yo lo necesitaba.

—No, chicas, para nada. Todo está bajo control, quizá solo fueron mis libros —di una falsa sonrisa, había ido a clases de actuación en la escuela preparatoria Apple White, fui parte del equipo de teatro hace un par de años, antes de que tuviera tanta tarea y quisiera entrar a una buena Universidad.

—Entendemos, Lou, descuida, todos tenemos nuestros secretos ocultos que debemos mantener bajo llave –ambas chicas sonrieron. Marie había dicho «nuestros secretos», entonces, ¿eso quería decir exactamente que ella era mi fan?

—Debo irme, lo siento, mi clase de Lengua está a punto de iniciar.

—Tienes razón, nosotras debemos irnos, Richard va a llegar y va a agarrar un buen lugar en la clase de Ciencias —así que Richard estaba con Katherine Dankworth y Marie Wilson. Bueno, era obvio, cuando Richard no estaba con su novia, Jessie Jones, estaba con Katherine Dankworth y Marie Wilson. Eso debería traer loco a Marcus, ya que nunca aceptaron que Marcus se cambiara de clases porque no tenía un buen pretexto, ¿su pretexto? Estar con el amor de su vida.

Les dije a las chicas que debía irme, corrí lo más rápido que pude para llegar a mi clase, las clases que tenía con Marcus eran dos, en cuanto llegué a mi clase de Historia con Marcus, él ya estaba sentado escribiendo lo que parecía ser una carta con su bolígrafo de punta fina negro.

Pasaron las horas, no dejaba de pensar en O.

«O, sólo mírame, sigo buscándote sin saber algo de ti en concreto, por favor no me hagas esto, quiero saber quién eres», pensaba en todas mis clases; Lengua, Ciencias y Álgebra, incluso en la hora del almuerzo estaba pensando en ella, no podía ni siquiera creer que algo así le estuviera pasando a alguien como yo, ni por error lo creía.

Después de la hora del almuerzo fui directo a mi casillero por mis libros de Francés, Historia y a dejar los libros de Lengua, Ciencias y Álgebra.
Marcus me acompañó a mi casillero, había olvidado por completo que tenía que cuidarme que no viera la respuesta a la carta que me habían entregado.

La respuesta de Marie estaba en mi libro de Historia y cayó al piso por no sostener bien mi libro.

—¿Qué es eso? ¿Te mandas cartas con alguien, Louis?

—No, para nada —mentí—. Es una nota de parte de mamá diciendo que no olvide hacer unas tareas.

—Fingiré que te creo, obviamente es mentira y algo me estás ocultando, ¿pero sabes qué? No importa —no, por favor, era lo que menos necesitaba, que se entere que Marie me estaba enviando cartas, se me tuvo que ocurrir algo en ese momento. Como pude, levanté la respuesta de Marie, la mezclé con otras hojas que tenía en mi libro de Cálculo.

—Oops!… perdí la nota, espera, voy a buscarla entre todo este desastre de hojas.

—Adelante.

Estuve buscando algo que me pudiera servir, ¡lo encontré! Había una nota de mamá, no de las tareas, una nota que decía que esperaba que tuviera un día de lo mejor y que me quería mucho; no tenía fecha, así que la usé para que Marcus no tuviera tantas sospechas.

—¡Qué linda es tu mamá!, ojalá la mía fuera así, mis padres; ambos, solo me dan dinero, dos veces por semana, y me dicen que lo gaste en lo que sea. Ni siquiera me lo dan en persona, están muy ocupados para verme, todo está en mi tarjeta de débito.

—Lo sé, tus padres están muy ocupados trabajando.

—Dime algo que no sepa –«que Richard no estará contigo», me callé, pero lo pensé, aunque ya no hablaba tanto de Richard.

Cuando llegué a mi clase de Historia vi a Marcus anotando algo en un cuaderno con un bolígrafo de punta fina negra.

—¿Qué haces, Marcus? —me senté a un lado de Marcus, intentaba ver lo que él mismo escribía, pero rápidamente cerró su libreta impidiéndome la vista a la carta.

¿Sería Marcus mi «admirador secreto» y tratarse de una broma? ¿O podrá estar ayudando a Marie a escribir una carta nueva?

—No es nada, tranquilo, son cosas sin importancia.

—Está bien, vi que era una carta así que pensé que le escribías algo a Richard, o a alguien más, si te soy sincero, creía de verdad que le escribías algo a Richard, otra vez —intentaba sacarle la sopa lo más pronto que pude, solo se empezó a reír y me pidió que no sea ridículo. Hice lo mejor que pude, y fallé, no conseguí nada de parte de él y lo más seguro era que Katherine y Marie me habían visto dejar algo en mi casillero, cuando digo algo me refiero a la carta, debo tener eso presente.

Llegó el momento de abrir la carta, llegué a casa, entré a mi habitación y me dispuse a leer la respuesta de Marie…

Por dentro supe que no era Marie, pero quería estar seguro que no era.