Capítulo 4
Mi vida siguió siendo normal, excepto que Marcus ya no hablaba de su amor imposible por Richard Vallaj.
Al parecer ya, por fin, lo había superado: eso hablaba bien de él y estaba bien para mí porque estaba cansado de escuchar todo el día lo mismo una y otra vez.
Los recuerdos de un día martes venían a mí porque ese día comenzó todo, mi clase de Francés fue la primera ese día y estuvimos practicando cómo ir a un restaurante, varios chicos de allí ya eran trilingües, por lo tanto ya sabían bien la lengua y no fue problema para ellos.
Marcus ya entablaba conversación con un par de chicos de la escuela que eran muy populares en Apple White, pero ahora tenía como mejores amigas a dos de las chicas más bonitas y populares de Apple White; Marie era la capitana del equipo de baloncesto, así como Katherine era la encargada de las decoraciones de la escuela cuando teníamos algún tipo de fiesta, convivio o festival en la escuela; Katherine era experta en la moda y en diseños, le encantaba diseñar, era una diosa, como varios estudiantes de la escuela preparatoria Apple White la catalogaban ya que siempre era felicitada por sus diseños o por sus sugerencias de cómo deberían adornar la escuela para las fiestas que hubiera en la misma. En cambio, Marie era una muy buena jugadora de baloncesto, por ello la habían hecho capitana, ¿no?
Bueno, no la hicieron, ella solía decir que ella misma se hizo capitana del equipo de baloncesto por su esfuerzo y dedicación, lo cual era perfecto. El chico que estuviera con ella sería bastante afortunado de tener a una mujer como lo era Marie, yo la consideraba bastante inteligente y muy interesante, además de ser muy bonita, con ella cualquiera podría tener una conversación de muchos temas, o eso pude notar aquel sábado que fuimos al cine en compañía de Marcus Miller.
Ese mismo día que fuimos al cine a ver la película de It, ella y Kate entablaron conversación con Marcus acerca de teorías conspirativas, hablaron de historia; de las guerras mundiales, genocidios, Adolf Hitler, hablaron de temas políticos y económicos, hablaron de moda (por Katherine), ciencia; química, biología y física, de cine, libros, hablaron de una extensa cantidad de cosas mientras yo estaba «coqueteando» con Scott Robinson, al parecer sí me tardé bastante, ya que ellas y Marcus hablaron de muchas cosas, no de todo lo mencionado anteriormente porque es imposible.
Katherine y Marie eran dos chicas muy inteligentes que todos criticaban y pensaban que no eran más que «un par de niñas tontas, ricas y malcriadas» y es que así era en Apple White, solían ser muy prejuiciosos por cómo eras, de dónde venías, cuáles eran tus apellidos y por cómo te vestías; lo que usabas y lo que no.
El martes fue un día bastante aburrido, mi clase de Francés, luego la hora del almuerzo, después tuve mi clase de Historia y para cerrar mi clase de Deportes, en donde no hice gran cosa, estaba abrumado y tan acostumbrado a mi vida que llegó un punto donde todo se volvió monótono y aburrido. Estar con Marcus, Katherine y Marie era lo mismo que estar solo, porque me ignoraban todo el tiempo, justo como lo hicieron el sábado, aunque ya estaba acostumbrado que Marcus me ignorara cuando se juntaba con alguien nuevo, así como me ignoró el sábado, él lo hacía por estar con cualquier persona que se le uniera, en este caso fueron Katherine Dankworth y Marie Wilson las encargadas de estar con Marcus e ignorarme, no las culpo. No fue culpa suya que Marcus sea un idiota.
Terminó la escuela, fui directo a casa y todo transcurrió con total cotidianidad; aunque el miércoles encontré algo en mi casillero y lo contaré: estaba por meter un par de libros al mismo cuando vi un destello amarillo caer al suelo.
Me agaché como pude para levantarlo, Marcus no estaba conmigo, por suerte para mí ya que no quería que se metiera en mi vida, otra vez y quizá me arruinara lo que sea que había recibido, era un sobre amarillo sellado con un botón rojo.
«De: tu fan #1 en el mundo
Para: La persona más hermosa que mis ojos hayan visto», se podía leer en la parte delantera de dicho sobre.
Holy shit!, guardé como pude el «regalo» no sabía ni lo que era, podía deducir que eran hojas, mejor dicho, solo una hoja. Era un sobre amarillo sellado, no quise seguir observándolo por más tiempo porque alguien podía ver qur me había llegado algo, a mí, no solía recibir este tipo de cosas. Esa era cosa de Richard, Marcus, Jessie, Ashley y de Elizabeth; pero a mí nunca me llegaban paquetes y mucho menos de parte de «una fan» ella estaba muy interesada en mí. Sentí una especie de felicidad impresionante.
«Puede ser de Marie» enseguida se me ocurrió, tenía que ser, mi sexto sentido me lo decía, ¿de quién más podría tratarse? Entonces ¿yo sería el chico afortunado que estaría a su lado y ella amaría forever and ever?
Solo sabía que ella sentía atracción por mí por lo que hizo la noche del sábado antes de marcharse a su casa.
Esto era muy raro, ¿por qué no solo puso en el sobre «de: Marie para: Louis»?
Era un poco más normal que lo que había hecho, sí, era Marie, no podía tratarse de alguien más.
¡Qué adorable chica, y qué linda era!, pero esto era acoso ¿iba a permitirlo? Probablemente. Me puse a pensar en que me gustaba que alguien estuviera interesada en mí, estas eran cosas que no a cualquiera le ocurrían, solo a los chicos más populares de Apple White High School. Como ya lo mencioné.
Llegué a casa, saliendo de la escuela siempre estaba con Marcus, solo compartíamos un par de clases juntos (Francés e Historia) pero nos veíamos entre clases y a la hora del almuerzo, que era de 10:25 a 10:50, siempre nos veíamos en el mismo lugar; en su casillero.
Llegué a casa, por fin, y me dispuse a abrir el paquete que me había llegado a mi casillero, ese día en la mañana, volví a ver la letra cursiva que había en el sobre amarillo canario, se me vino el alma a los pies en cuanto vi que tenía razón, era una carta, no cualquier carta; una carta de amor.
Comencé a leer cuidadosamente la dichosa carta.
«Solo lo mejor, para el mejor», se leía en el encabezado.
«No dejo de pensar en ti, tu sonrisa, tu timidez, tu silencio; todo de ti me gusta, quizá suene un poco loco, pero creo que me he enamorado de ti: porque te vi, al verte me gustaste, así que me dediqué a observarte, y fue ahí que me hechizaste; ya no hay forma de apartar mi mirada de tu bello rostro.
Tienes una voz que me encantó desde la primera vez que la escuché, y cada día agradezco al mundo por verte; porque te veo pasar con tanta prisa y demora, que no me ves, porque mi personaje permanece oculto entre las sombras.
Sin embargo, solo te veo pasar porque eres tan hermoso y perfecto que nunca podré estar a tu lado.
Te quiero, Louis Gerald Train, te quiero como no tienes idea, deja de estar como el perrito faldero de Marcus y hazte valer por tu cuenta, no lo necesitas ni a él ni a nadie; pero yo te necesito.
Alguien como tú JAMÁS podría fijarse en algo tan insignificante y absurdo como yo.
Sin más que decir, me despido de ti, mi amado.
De: tu mayor fan.
Para: mi persona favorita en el mundo».
No sabía cómo sentirme al respecto con todo esto, ¿yo? ¿El ídolo de alguien? ¿Ser la persona favorita de alguien? ¿Tener un fan? Esto no andaba bien. Claro que no tenía sentido. Estaba anonadado, ¿por qué me pasaba esto a mí? ¿Por qué precisamente ese día me tuvo que llegar una carta? «Claro, no tienes nada de qué preocuparte, Marie es una chica linda, seguramente es de ella la carta».
Eso creía yo, que la carta era de Marie, pero tenía mis dudas, aunque igual podía investigar y asegurarme que era ella. No estaba cien por ciento seguro de que la carta podría ser de Marie, pero algo dentro de mí me decía que era de ella. Y eso era lo que yo quería creer. Ese era mi problema, creía lo que quería creer, a pesar de que no fuese verdad y tuviera las pruebas justo frente a mis ojos. Y tal vez pase lo mismo con Marie, necesitaba averiguarlo.
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