Capítulo 20

-¿Quién rayos es Lemus? ¿Alguien malo? ¿Debería preocuparme? -pregunté bastante consternado y sin tener conocimiento alguno del tema.

-Nadie, no es algo de lo que tienes que preocuparte, just relax -respondió Jessie con una amable sonrisa.

-¿Hay algo que me estén ocultando? Porque, de ser así, necesito saberlo y así terminar con mi tormento -me puse a la defensiva.

Lezley y Jessie compartieron una mirada sospechosa.

-No -dijeron al mismo tiempo.

Salimos del establecimiento los tres juntos.

-¿Entonces habrá otra cita entre nosotros tres? -pregunté, a la vez no quería que eso se volviera rutinario; odiaba las rutinas y eso fue algo que aprendí con Abraham.

-¡Claro que sí... -no, por favor, no quería que se volviera rutina, ya tenía suficiente-, pero con Lemus!

Jessie esbozó una sonrisa de oreja a oreja.

-Lezley, ¿quién es Lemus? ¿Puedes decírmelo? -jamás había escuchado ese nombre en toda mi estadía en Apple White ni en Itaville.

-No es nadie importante, deja en paz a Lezley; pronto lo sabrás, solo que no por parte nuestra.

-Hablando de chicos, ¿se enteraron que Marcus Miller ya no está interesado en Richard Vallaj? -a Jessie se le veía emocionada por la pregunta de Lezley.

-¡Gracias a Dios! ¿Ahora a quién tiene en la mira?

-¿Han oído hablar del nuevo estudiante de intercambio?, llegó desde Italia, se llama Carlo Abagnale, un nombre y apellido muy raros; supongo que es porque viene de Italia, ¿no creen? -Lezley terminó de hablar.

-¡Sí, es todo un bombón! ¡Dios mío! ¡Qué hombre tan bello! -concluyó Jessie.

-¿Soy el único que no estaba enterado de la llegada del tal Carlo Abagnale? -Lezley y Jessie me echaron una mirada que, claramente, decía «te comprendemos, has estado muy ocupado con el asunto de OHRL».

-¡Es muy guapo!, ¡si lo vieras, te enamorarías de él!

-¿Eso crees, Lezley?

-Es todo un sueño, Louis -Jessie seguía caminando junto a nosotros, a esas alturas: si hubiera estado con Marcus, tal vez ellas me hubieran dejado atrás para seguir hablando con el segundo chico más rico y popular de Apple White. Yo solito había llegado a la conclusión de que, por primera vez, Marcus no era el primero en algo.

-Escucha -Lezley me tomó del brazo y los tres nos detuvimos en seco, nos detuvimos en el parque Orange, dejamos mi auto en el estacionamiento de Starbucks-. Dicen que él es gay, por su forma de ser y todo eso.

-Lo malo es que es gay, sino ya sería todo mío -dijo Jessie con bastante seguridad en su voz-. O sea, tengo novio; pero lo dejaría por él, solo imagínense qué tan guapo es.

-¿Tanto para dejar a Richard? -mi mirada llamó la atención de Jessie Jones y de Lezley-. Porque él es el más guapo de la escuela y cualquier chica; además de Marcus Miller, mataría por estar en tu lugar, eres muy afortunada -afirmé.

-¡Imagínate qué tan guapo es él! -Jessie volvió a sonreír abriendo los ojos de par en par-. Yo amo a Richard Vallaj, pero tal vez lo dejaría por él, ese apuesto chico italiano -Dios, Jessie, sí que ibas con todo.

-Pero ya sabes lo que dicen de Marcus Miller -respondió Lezley.

-¿Qué dicen? -preguntamos Jessie y yo al mismo tiempo.

Donde pone el ojo, pone la bala; no importa qué tan difícil sea; lo consigue de todos modos» -Jessie y yo nos quedamos con una mirada consternada-. Sí, yo igual estaba como ustedes, pero piénselo: es uno de los chicos más ricos de Apple White y de Itaville -dijo al ver nuestras caras de confusión.

-Le falló con Richard Vallaj, mi novio; no pudo contra mí, aunque creo que jamás lo intentó -respondió Jessie.

-Estoy de acuerdo en eso con ella, no siempre pone la bala donde pone el ojo; con Richard falló -Jessie chocó la mano conmigo-. Aunque tengo que confesar que el me confesó que contigo jamás se metería, solo ahuyentaba a los chicos que intentaran algo con Richard, por ejemplo: ¿recuerdas a Scott Robinson? Ahora trabaja en un lugar donde venden Sushi, en el Centro Comercial de Itaville, después de inventar que se drogaba con marihuana.

Jessie intentó hacer memoria, sabía que sí recordaba a ese chico porque, tiempo después de que le preguntara, me confesó que sí lo recordaba y sabía quién era el dichoso Scott Robinson.

-Pero sí que pudo contra la directora Lerman.

En eso Lezley tenía toda la razón, la había amenazado para no llamar a sus padres y que no le pusieran un reporte permanente en su expediente.

-Tienes razón, pobrecita -se notaba la decepción en la voz de Jessie.

-¡Y claro que eso está mal, por si alguno de ustedes no lo pensaba de esa manera! No siempre puede hacer esto -Lezley casi grita esto último.

-¡Lo sabemos! -gritamos Jessie y yo.

-¿Cómo lo hace? -preguntó Lezley.

-¿Perdón? -¿qué quiso decir con exactitud?

-Sí, ya sabes, ¿cómo se sale con la suya, siempre? -Jessie y yo no teníamos una respuesta concisa para esa pregunta.

-Si él fuera mujer, sería una mujer muy audaz; ya la hubiera golpeado varias veces, eso tenlo por seguro -Jessie estaba muy molesta con lo último que dijo ella misma.

Lezley rio por lo bajo.

-No -comentó-. Si fuera una mujer, sería la mujer.

-¿Y eso qué quiere decir, exactamente, Lezley? -¿sería la mujer?

-Sí, piénselo; el maldito apellido Miller te pone en un estatus social y económico muy alto. Seas chico o seas chica, igual eres una perra por llevar ese apellido, nadie que lleve ese apellido puede ser humilde; solo ve a sus padres y a toda su familia, no es justo lo que hacen -Lezley comenzó a describir a la familia de Marcus, sentía tanto odio por él y tenía justa razón para hacerlo-. Son una bola de malditos soberbios, insolentes, no saben nada de amor y...

-¡Lezley, ya cállate! Ya entendimos, nos quedó bastante claro las primeras veinte veces que lo dijiste, sabemos que odias a Marcus por el rumor de tu falso Teratoma, basta; no puedes vivir odiándolo toda la vida, ¿o crees poder en serio? -Jessie sonó bastante irritada y molesta por todos los comentarios sumamente groseros que Lezley hizo hacia Marcus Miller y su familia.

-Concuerdo con Jessie, no puedes odiarlo toda la vida; necesitas encontrar el perdón en tu corazón, solo así serás feliz, escuché esa frase por ahí, no me hagas tanto caso si quieres -ya empezaba a ponerse el sol del atardecer de ese día.

-Ya casi anochece y no sé cómo voy a llegar a casa.

-¡Tampoco yo sé cómo llegaré a casa!

-Descuiden, niñas, les ofrezco un viaje, las llevo hasta sus casas, ¿de acuerdo? ¿O tiene algo de malo? -ambas asintieron con la cabeza por la primer pregunta.

Seguimos platicando un largo rato hasta que casi oscureció; tuve que ir a dejarlas a cada una a sus respectivas casas.

Al día siguiente no vi a Lezley de inmediato en la escuela; porque pensaba en buscar a Candy directamente, le pregunté a ella quién rayos era «Lemus». Y así lo hice, pero no me dio tanta información.

-Lezley me advirtió que preguntarías sobre esto y dijo que no tengo por qué decirte algo, solo déjalo ir; let it go, pequeño Louis -Candy habló después de haberle preguntado quién demonios era Lemus.

-¿No puedes decirme nada sobre él? ¿Ni lo más mínimo? ¿En serio no? -¿acaso quería que me arrodillara y le suplicara para que me dijera quién rayos era Lemus?-. ¿Por favor?

-Lo siento, Louis, le prometí a Lezley que no diría nada.

Entonces me fui, iba a buscar a Graham, Ryck, Logan y a Richard, con la esperanza de que me dijeran quién era Lemus. Dejé a Abraham hasta el final porque así podría prepararme para la pelea.

Encontré primero a Logan, fue cuando le pregunté, lo encontré en el primer piso de Apple White.

-Logan, ¡qué bueno que te veo! ¡Es tan bueno verte, amigo!

-¿Vienes a preguntarme quién es Lemus? ¿Adivina? No te lo diré, Lezley me dijo que preguntarías acerca de eso; lo siento, hermano, juré no decirte nada -y se fue, uno menos, quedaban tres más, algo dentro de mí me decía que le había dicho lo mismo a Ryck, ¿pero y si no?, como sea, me encaminaba a preguntarle de todos modos.

Lo busqué por toda la escuela en mis ratos libres, los cuales casi no tenía porque era viernes y los viernes en Apple White eran sumamente abrumadores, ya que tenía todas mis clases ese día.

-¡Ey, Ryck, ven aquí; te he estado buscando todo el día! De verdad, todo el día -Ryck estaba con Candy y Logan; supe lo que pasó después.

Los dejó, no sin antes soltar una risita y poner la mano en su boca.

-Sé lo que quieres, lo siento, no puedo decirte nada..., ¿ya se fueron? -miré por encima de su hombro al lugar donde estaban Candy y Logan. Se habían marchado.

-Sí, así es; se fueron, ¿por qué?

-Bueno, llegó el momento de la verdad, prepárate: 1. Yo estaba enamorado de ti. 2. No sé quién sea la persona de las cartas, pero puedo ayudarte a buscarla.
3. No sé quién es Lemus, debe ser un chico de por aquí porque supongo que, por lo que me dijeron Candy y Lezley, asiste a esta escuela y 4. Creo que era todo lo que tenía que decirte.

-¡Guau! Espera, ¿qué diablos? ¿Estabas enamorado de mí y me enviaste cartas? How many?-esto me ponía nervios de punta.

-Nunca dije que te hubiera enviado cartas, quise hacerlo, pero no tuve las agallas y me rendí cuando pasó lo de Marie; aunque recobré esperanza, después pasó lo de Graham; sé que tampoco es él, me lo contó Lezley y tenía una pequeña oportunidad para enamorarte, pero después me di por vencido y heme aquí contigo -Ryck me contaba su historia con un dejo de decepción en su voz.

-¡Lo siento, Ryck! -intenté disculparme; sin éxito alguno-. Maldición, habría sido tan feliz de saber que eras tú -él solo se rio.

-No; te habrían llegado más cartas, o mensajes, para seguir en tu búsqueda y te habrías olvidado de mí -Ryck tenía tanta razón.

-Tienes razón -recalqué, así pasó con Marie y con Abraham, recordé todo lo que pasó-. Justo me pasó con Marie Wilson y ahora con Abraham Adams.

-Lo sé, pero te superé, ahora estoy saliendo con alguien más -me había golpeado en el ego saber que me había superado y que estaba con alguien.

-¿Con quién? -pregunté sin pensarlo, mi ansiedad prácticamente me había obligado a hacerlo.

-No te diré, te lo describo y adivinas, ¿qué te parece?

-Bien. ¿Estudia aquí, color de ojos, color de piel, altura, peso, color de cabello, inicial de su apellido? -hice todas esas preguntas tan rápido que creí que Ryck las olvidaría a la brevedad, pero no fue así.

-Too many questions! Empezando por que sí, estudia aquí, ojos azules, piel blanca; pero no como la de Lezley, aproximadamente un metro con ochenta y cuatro centímetros, no es gordo, tampoco tan delgado; so yo diría unos sesenta y seis kilos, cabello castaño muy claro; lacio; sé que no lo preguntaste, pero es un dato extra porque la inicial de su apellido no te la daré -¡diablos! Respondió todas las preguntas muy rápido y no las olvidó.

-Sé que va a sonar algo tonto, pero... ¿Richard Vallaj?

-Tiene novia, ¿lo olvidas? ¡Es Jessie Jones! Capitana del equipo de animadoras y tú eres amigo de ella -Ryck dijo todo esto como si estuviera hablando con un niño pequeño-. Además, ella tiene ojos verdes.

-¡Entiendo, tampoco me hables así! Sé razonar y tengo mi sentimiento de raciocinio bien, gracias -puse los ojos en blanco.

-Ok, tómalo como un: ¡NO!, jamás compares a mi niño con el perrito faldero de Jessie Jones.

-Por lo que veo tanto Jessie como Richard no te caen tan bien -adiviné porque movió la cabeza de forma afirmativa con la boca cerrada y las mejillas infladas un poco-. Bueno, pero ese no es el punto, ¿quién crees que sea Lemus? ¿Y por qué las chicas creen que quiero una cita con él?

-No sé, ya te dije que te ayudaré a buscarlo, oye, ¿tu novio sabe algo de esto?

-¡Ni loco! -contesté-, no pienso decírselo a Graham, solo lo terminaré y ya, sin dar explicaciones; creo que se llama ghosting; le haré ghosting a mi propio novio, gracioso, ¿no? -le expliqué a Ryck.

-Ok, oye, ¿has visto que el show de talentos es la semana que sigue? -iba a responder-, ¿qué veo ahí? A tus 6, solo no gires la cabeza como el maldito exorcista, por favor -Ryck no me dejó responderle nada.

Fingí tener un dolor de espalda e hice que Ryck me masajeara para poderme voltear.

-No es posible, ¿de verdad están saliendo juntos?

-Sí -respondió Ryck mientras estaba fingiendo que me masajeaba la espalda alta-, ya que con Richard no pudo se tuvo que buscar a alguien más, y mucho mejor.

Los vi tomados de las manos; se veían muy muy, felices juntos: nada más y nada menos que Marcus Miller y el jovencito Carlo Abagnale, que venía de Italia. Carlo era un chico de estatura muy alta; más alto que Marcus, ojos azules, piel blanca, su cabello era marrón claro, tenía su barba de candado del mismo color que su cabello. Dios, ¿todos en esa escuela tenían que tener ojos de un color bonito, acaso era requisito para entrar a Apple White y era requisito para ser americano?

Jamás lo sabría; mis ojos eran cafés, los de Lezley verdes, los de Candy eran color chocolate, Ryck azules, Katherine grises, Marie verdes, Logan azules, Richard verdes... la única fuera de lo común era Candy, lo cual estaba perfecto.

Todos estaban felicitando a Marcus, así es: ¡felicitándolo!, por haberse ganado el corazón de ese chico italiano de nombre Carlo Abagnale.

-¡Qué estupidez! -casi grité esto último y Ryck me preguntó por qué era «una estupidez»-. ¿Por qué?, ¡Dios, está con el chico más guapo de Apple White!

-Creí que era Richard Vallaj -lo volteé a ver muy seriamente.

-Lo era, después llegó... ¿cómo dices que se llama? ¡Dios, su nombre es tan difícil!

-Carlo Abagnale, o puedes decirle «el chico italiano, que ahora es el chico más guapo de la escuela preparatoria Apple White y sale con Marcus Miller».

-Haré algo que valdrá la pena, solo espera y verás -no lo valió-. Entonces, ¡solo watch and learn!

Me acerqué hasta Marcus, Carlo se puso en medio de entre Marcus y yo impidiéndole la vista a mi ex mejor amigo e impidiéndome la vista a mí.

-¿Se te ofrece algo con mi novio? -gritó esas últimas dos palabras; no entendí el porqué.

-Vaya, para ser italiano hablas bien el inglés, ¿también hablas español y francés? ¿O solo hablas inglés porque vienes de intercambio? -Marcus solía escoger chicos lindos e inteligentes para salir con ellos.

-Sí. Oui. Yes. Sì. Hablo cuatro idiomas; inglés, español, francés e italiano. Soy una persona políglota.

-¡Vaya, me impresionas, Marcus! ¡Y felicidades por tu nuevo logro! Qué bueno, al fin, me alegra que consiguieras un príncipe azul, después de todos los ogros con los que has estado, este se ve medio decente.

-¿Medio? -preguntó Carlo.

-Bueno, bastante decente. Eres un buen chico, siento que lo cuidarás bien, por favor, hazlo, no quiero que nada malo le pase a este chico -respondí con cierto tipo de soberbia en mi voz señalando a Marcus.

-¿Qué quieres, realmente, Louis? ¿Por qué de la nada te alegras tanto por mí después de haberte mandado al carajo, eh? ¿Qué quieres? -solo había una pequeña corrección, yo lo había mandado al carajo.

-¿Seguro que fuiste tú? -salió de su «escondite»; tras su novio, para darme la cara.

-¡Claro que estoy seguro! -lo tuve acorralado por un segundo-. Tengo una testigo que nos vio discutir, a mí con voz serena y a ti hasta aventando tu café de Starbucks y gritando. Un grito bastante fuerte para venir de un fumador compulsivo. ¿No crees esto último, Marcus? -encogí los hombros ante mi afirmación.

-Lo que quieres es molestar, Louis; Carlo, vámonos de aquí, ven -tomó a su amor del brazo.

-No, solo pasaba a desearte mis buenos deseos, ¿tiene algo de malo? I mean, no se pudo con Richard y ahora tienes como plato de segunda mesa a Carlo Abagnale; eso es bueno -volví a encoger los hombros, amaba molestarlo, solo pide ver su mirada furiosa. Y sí, me encantaba haber derramado el té con mi último comentario.

-Adiós, Louis -dijeron al mismo tiempo y se fueron. Los chicos de Apple White, al verlos pasar, los vitoreaban y aplaudían, nunca supe el porqué de dichas acciones, supuse que ver a Marcus Miller enamorado era algo que no se veía todos los días, bueno, mejor dicho: verlo enamorado ¡y que le correspondan!, era algo que no se veía todos los días.

En verdad me daba alegría verlo feliz. Aunque ni él mismo me lo creyera, regresé con Ryck a seguir discutiendo sobre quién era su novio.

-¡Ay, Louis! ¿No te vas a cansar nunca?

-No. Necesito saberlo, por favor.

-¿Por qué? El que quieras saber, me perturba un poquito -me hablaba con voz desesperada.

-Es que, Dios, piénsalo, el mundo gay es tan pequeño. ¿Quién iba a pensar que el chico nuevo, Carlo Abagnale de Italia, es gay? -pregunté.

-Ni Dios sabe la respuesta a tu pregunta, sería como una pregunta retórica porque no hay respuesta.

-Sí, tal vez -lo era, no era un «tal vez», era un «».

-Bueno, ¿de qué estábamos hablando, entonces? -Ryck y yo nos habíamos olvidado del tema principal, y no, no era de su novio.

-Lemus -recordé al instante-, ¿podrías decirme quién rayos es Lemus?

-¡Ya te dije que no lo sé!, pero te ayudaré a buscarlo, no te preocupes.

-Te lo agradezco mucho, ¿quieres algo a cambio? -lo miré seductoramente.

-Emmm... sí, me gustaría, pero tengo novio. Olvídate de todo, no creas que volveré a caer por ti -me dio unos golpecitos en la punta de mi nariz y se fue. Genial, no sabía quién era su novio ni quién era Lemus, pero yo sabía que pronto lo iba a descubrir.

Me di la vuelta para ir a mi siguiente clase cuando escuché a Ryck hablarme de nuevo.

-Y por cierto, toda tu situación me recordó a una bella canción, escúchala; Somebody Else - The 1975. Está muy linda y sí encaja con tu situación -me ofreció una sonrisa sincera.

-La escucharé. Gracias -busqué la canción en Spotify en cuanto me alejé del pasillo donde estaba con Ryck. Tenía la ayuda de Ryck, pero en serio tenía muchas ganas de saber quién era Lemus.

¿Sería él mi anónimo? ¿Sería él mi fan #1? Mientras tanto prestaba atención al coro de la canción que Ryck me había dicho que le recordaba mi situación:
"I don't want your body, but I hate to think about it with Somebody Else.".

«No quiero tu cuerpo, pero odio pensar en él con Alguien Más.».

Pensaba que, tal vez, sí fuera algo un poco tóxico. Me distraje un poco y seguí en mi búsqueda implacable por Lemus.

Solo me quedaban Richard Vallaj y Abraham Adams, fui a buscarlos. Claro que dejé a Graham para el final porque él se enfadó mucho cuando supo que yo ya sabía que no le creí nada; así como sabía que no era él quien me enviaba todas las cartas. No literal, pero se molestó demasiado.

Encontré a Richard al finalizar mis clases; saliendo de mi clase de Deportes.

-¡Oye, Richard! -grité para que me escuchara, iba camino a su auto.

-¿Qué necesitas, Louis?

-¿Ya no soy el «tomatito tierno»?

-No -ok, eso dolió bastante, pero él respondió bastante molesto.

-Ok, bueno, como sea. Necesito preguntarte algo -me pocisioné a su lado.

-¿Sobre Lemus? -¿cómo lo sabía? ¡Guau! Este chico estaba lleno de sorpresas y muchos misterios-. Escucha; te he visto con Logan, Ryck y Candy, escuché lo que les decías, preguntabas por Lemus creyendo que es tu fan y te idolatra.

-¡Mierda! ¿Cómo carajos sabes todo eso, Richard? -inquirí.

-Yo lo sé todo, honey.

-¿Quién es? -pregunté con voz irritada, ya estaba harto de la situación.

-Christopher Alexander Lemus, no es un inadaptado social; de hecho es muy popular; pero simplemente no lo conoces porque vivías encerrado en tú relación tóxica con Marcus Miller, ahora con los inadaptados sociales; y tampoco Lezley, Candy, Ryck y Logan, por mencionar algunas personas...

-Estás describiendo justo a los «inadaptados sociales»; como los llamó Marcus Miller, ahora me incluye a mí ese maldito -lo interrumpí de manera muy grosera y despectiva.

-No, solo digo que ellos lo conocen; también yo lo conozco, Jessie, Abraham, Sean, Max, Kevin, ¿ellos también son inadaptados sociales? -ese maldito niño mimado con aires de superioridad y delirios de grandeza; estuvo describiendo a los chicos que no eran unos inadaptados sociales, me molestó bastante su actitud tan soberbia-. ¿Hay algo más que quieras saber? -se recargó en su auto.

-Siento que sabes todo -esta era mi oportunidad, necesitaba aclararme una duda enorme-, ¿podrías decirme, por favor, quién rayos es el novio de Ryck?

-Logan.

-WTF! ¿Cómo dices? -estaba realmente sorprendido y Richard se empezó a reír.

-Logan y Ryck son novios oficiales, pero lo mantienen en secreto, ¿por qué? No sé bien el porqué, pero me enteré gracias a Marcus Miller quien los vio besarse u me recalcó que pudimos haber sido nosotros; tener una relación secreta y habernos besado, le dije que tenía una enorme imaginación -wow! Eso sonaba bastante bien.

-Marcus y tú son idénticos, ambos son una máquina de información andante sin un botón de apagado.

-No soy como él. No me compares con él, por favor.

-¿Te refieres a ser gay o ser una perra?

-Piénsalo, te lo dejo de tarea; necesitas concentrarte más en lo que pasa a tu alrededor, Louis -dicho lo cual, entró en su auto y se fue.

En realidad ni siquiera me había dicho nada sobre Christopher, ahora no lo llamaba por su apellido; porque tenía su nombre.

De repente llegó Lezley y se posicionó junto a mí, se reía tanto por lo que hice.

-Sé que le preguntaste a Richard sobre Christopher -¡Dios, esta chica no se cansaba de ser tan inteligente y de saber mis movimientos! Un segundo, ¿saber todos mis movimientos y lo que estoy haciendo? ¿No suena un poco a O.H.R.L.?

Lezley Anderson; de las 4 letras solo había tres de ellas, faltaba la H.

-¿Cómo sabes eso? -¿realmente creía que podría ser Lezley y que todo se tratara de una broma de mal gusto?

-No, no soy tu fan #1 -me leyó el pensamiento-, solo te vi hablar con Candy; no me buscaste a mí o a Jessie, luego fuiste directo con Logan, Ryck y al final con Richard; que supongo que te dijo todo sobre Lemus, ¿no es así?

-No me dijo nada sobre él. De hecho me habló más sobre la relación entre Logan y Ryck...

-¡¿QUÉ CARAJO ACABAS DE DECIR?! WTFG! -al parecer había dicho algo que no debí decir; Richard me dijo que lo querían tener en secreto, mentalmente hice la cuenta de cuántas personas sabían acerca de eso: Marcus, Richard, Lezley y Yo.

-No debí decir eso. ¡Por favor no le digas nada a nadie!, te lo suplico; Richard me lo dijo porque confiaba en mí -le rogué que no dijera una sola palabra.

-¿O qué? -Lezley estaba jugando con fuego y yo no quería. Había empezado la hora de ser duro con ella.

-Seguiré esparciendo el rumor de que tienes un Teratoma -la amenacé. Pude ver cómo le cambiaba el semblante a uno más serio y enojado.

-No lo harás.

-¿Por qué la gente me subestima tanto?

-Al contrario -soltó una risa coqueta; sus ojos le brillaban al reírse-, es solo que no eres capaz de seguirle el juego a Marcus, ¡oh!, y hablando de eso, Marcus también lo sabe, ¿no es cierto? O debería de saberlo. Así que si no digo nada, lo dirá él de todos modos.

-O sea que sí lo dirás -concluí.

-O sea que debes tener cuidado a quien amenazas, yo no soy un peligro para ti; solo ten cuidado y más con lo que dices -me tocó la punta de la nariz-. Nunca sabes en quién confiar, solo ve cuánto tiempo estuviste como el perrito faldero de Marcus Miller.

-Eso dolió -aunque, a decir verdad, tenía razón.

-Escucha, lo siento; ¡pero sabes que tengo razón!

-Nunca dije que no, solo dije que dolió mucho saber eso.

-Saberlo no, que te lo repitan, eso sí que duele y te pega donde más te duele.

-¿En dónde? -ya sabía la respuesta a esta pregunta.

-En tu ego, tontito.

-Lo sabía -no sé ni por qué pregunté, pero ya lo sabía.

-¡Está bien, no hay problema! Tranquilo, Louis -Lezley me ofreció un abrazo-, ya sabes quién carajos es Lemus, ¿ya sabes de lo que hablábamos Jessie y yo?

-Vaya, ahora lo sé -puse los ojos en blanco-. ¿Por qué no me querían decir?

-No habría sido tan divertido y no habrías hecho todo este desastre que hiciste, cariño, ¡solo por un nombre! Tienes que admitir que fue divertido hasta cierto punto -Lezley empezó a reír por el desorden que había causado ese día.

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