CAP 37: [LOS TIEMPOS JUNTOS SON IMPORTANTES]

(Bien, este será un cap algo más largo a los que acostumbro hacer, una de las razones de mi tardanza, disfruten)


Dash se dirigió a la puerta, abriéndola y viendo a cierta cocodrilo.

DRODA: ¡BUENOS DÍAS DASH! - con una sonrisa colmilluda, lo saludó - Aunque creo que fueron buenos de más - se asomó para ver el interior de la habitación, no había nada relevante, pero el olor a sexo se percibía en el aire -

DASH: Sí...buena mañana...pero también agotadora - con su mano derecha jugó con su cabello largo, formando una cola de caballo, para luego soltar su pelo, dejando caer algunas gotas de sudor -

Una imagen que para él no fue la gran cosa, sin embargo, Droda era una hembra, esto le pareció un espectáculo grandioso.

DASH: Supongo que ahora es tu turno - cerró la puerta detrás de él, viendo con una pequeña sonrisa a la caimán -

DRODA: ¿Eh? - tardó un poco en reaccionar, y finalmente puso un rostro algo más normal - ¡OH, SÍ! - tomó la mano del pelirrojo, jalándolo para ir a su habitación -

En el camino se encontraron con Nicole, Jess, Limema y Aida.

La chita albina estaba vestida de forma casual, con una mochila que no traía más que un par de cuadernos y documentos.

Jess traía un top deportivo junto unos shorts apretados, su excelente cuerpo la ayudaba a dar una imagen simplemente perfecta, ella poseía 2 mochilas, una que contenía toallas, agua y un cuaderno de rutinas, mientras la otra contenía cuadernos sin más.

Limema estaba vestida con una bata blanca, ahora que estaba arreglada, se veía hermosa, y de cierta forma, adorable, tan solo llevaba un pequeño bolso.

Por último pero no menos importante, Nicole, que iba con un traje bastante formal, con su cabello amarrado en una coleta de cabello hacia la izquierda, exactamente el mismo peinado que tenía cuando Dash llegó a su vida.

DRODA: ¿A dónde van? - se detuvo un momento, interesada en la respuesta que le darían las 3 chicas -

NICOLE: Voy a ir a un hospital cercano, leí que les hace falta personal, puedo probar suerte - pasó de largo - Buenos días Dash, nos vemos más tarde - lo abrazó con fuerza, dándole un pequeño beso en la mejilla, sonrojándose y apresurando el paso para irse -

JESS: Escuela y luego ir al gimnasio de entrenadora - no dijo nada más que eso y se fue -

Antes de pasar de largo, miró a Dash, con una pequeña sonrisa en su rostro, junto a un leve rubor.

El pelirrojo le regaló una sonrisa que decía todo sin necesidad de una palabra, 'Suerte y ten cuidado', a lo que la loba solo asintió.

LIMEMA: Y-Yo i-iré a ve-ver mi v-ve-veterinaria - se limitó a decir eso y tímidamente se inclinó, que era como un 'Compermiso' y se fue sonrojada de la vergüenza que sintió -

AIDA: Terminaré mi tesis, así que, nos vemos más al rato, no creo tardar demasiado, cuídense, y disfruten su tiempo - sonrió, estaba feliz por Droda, y para qué mentir, también algo celosa, pero aun así, lo que importaba era que estuvieran felices -

DRODA: Lo haremos - levantó un puño, no pudiendo evitar que una sonrisa un tanto demente apareciera en su hocico alargado, mostrando esos colmillos de buen tamaño -

DASH: Gracias, espero que tengas suerte - sonrió con inocencia, cosa que le tocó el corazón a Aida, después de todo, se le hizo muy tierno que le dijera eso 'sin saber' que le esperaba un día del carajo -

No intercambiaron más que una despedida rápida y cada quien se fue por su lado, claro que Droda y Dash fueron juntos a la habitación de la caimán.

Ella abrió la puerta.

DRODA: Adelante, por favor - hizo una leve reverencia -

DASH: Eh, ¿Gracias? Pero no tienes por qué hacer eso - caminó hacia el interior de la habitación mientras se rascaba la nuca, algo apenado -

DRODA: ¡LO SÉ! - también entró, cerrando la puerta de un portazo, dando un salto y levantando ambos brazos a los lados -

DASH: ¿Y qué es lo que quieres hacer? - la miró, sentándose en una de las sillas de la minisala del lugar -

DRODA: Pueeees - alargó la palabra, caminando hacia un cajón - No estaremos aquí, tan solo vine por algo - abrió el cajón y sacó un par de cosas -

DASH: ¿Qué cosas? ¿Y por qué no las trajiste cuando fuiste por mí? - hizo 2 preguntas, la última le parecía especialmente obvia -

DRODA: Solo quería improvisar, se me ocurrió de camino, jeje - rió nerviosamente, estaba tan emocionada de pasar tiempo con el humano, por primera vez, a solas, que salió corriendo de su habitación olvidando todo -

DASH: Está bien - la expresión de confusión seguía plasmada en su rostro, pero tan solo lo dejó pasar -

Droda continuó sacando cosas del mendigo cajón, que era como la puta bolsa del Doraemon o como sexo se escriba.

El pelirrojo estuvo un rato no muy largo, después de todo, la caimán tan solo estaba buscando cierta cosa de un tamaño no muy conveniente.

DRODA: ¡LO TENGO! - sacó una memoria - ¿Podrías ayudarme con esto? - señaló una caja, algo grande, tampoco tanto -

DASH: Claro - tomó la caja y salió de la habitación junto a Droda -

Ambos tomaron camino hacia la sala principal, platicando un poco, con el humano tratando de sacarle información acerca del contenido del objeto misterioso.

Sorprendentemente, ninguna de las tácticas psicológicas de Dash funcionó, una de 2, o ella es sumamente inteligente, cosa que es verdad, o sencillamente ignoraba lo que decía y se enfocaba en decir 'Ya lo verás'.

Ya en la sala principal, Droda le pidió que dejara la caja cerca de la gran pantalla de quien sabe cuantas pulgadas, el chiste, era que esa madre era 8k y bastante grande.

DRODA: Dame un momento, por favor - abrió la caja, sacando...¿Qué era esa cosa? -

La caimán dejó el Xbox en el piso, presionando el botón para encenderlo y automáticamente se conectó a la televisión sin necesidad de cables, luego, colocó la memoria en un puerto de la consola, para luego volverla a sacar.

DRODA: Bien, ¿Qué quieres jugar? - se sentó en uno de los sillones, dándole un control a Dash, que igual tomó asiento, solo que no sabía exactamente que hacer -

El pelirrojo tomó torpemente el control, imitando la postura de Droda.

DASH: "¿Y ahora qué? No parece que vaya a explotar ¿Algún tipo de arma?" - miró a Droda, moviendo los dedos en los 'joysticks' - Emm, ¿Qué es lo que vamos a hacer?

Droda lo vio, con una cara algo chistosa, pues se había dado cuenta que era obvio que el humano no sabría jugar esto.

DRODA: Oh, perdona...ya te enseñaré en el camino - le restó algo de importancia, decidió sacarle un poco de provecho a la situación -

DASH: ¿Qué es esa cajita? - observó detenidamente la consola, le parecía algo curiosa -

DRODA: Esa, es una Xbox Ultimate, o para abreviar, solo Xbox U, creeme, esta cosa es fantástica, ¿Sabes cosas de informática? ¿O al menos conoces que son los gigabytes, megabytes y demás? - le preguntó algo entusiasmada -

DASH: Mmm - recordó un par de misiones que implicaban a cierto hombre rico y laaargas pláticas de computadoras - Algo - volvió a ponerle atención a Droda -

DRODA: Pues la Xbox U tiene unos 8 terabytes de memoria, 2 de ellos son funciones internas, los otros 6 son para puro jugar es decir, son básicamente 6 000 GB - alegremente le informó -

Dash claro que se sorprendió, no era ningún experto, pero según él, y más que nada la información gubernamental, ni la NASA de su mundo tenían tantos GB...o eso creía.

DASH: ¿Para qué necesitan tanto almacenamiento? - le parecía algo ilógico que hubiera tanto para esta cosa -

DRODA: Porque los juegos de hoy en día son más detallados, con esto me refiero a que tienen demasiada información, actualmente, creó que los más ligeros llegan a pesar más de 125 GB, y también, porque la serie de consolas Xbox es muy larga, y son recompatibles, así que necesitan mucho espacio para sus anteriores juegos.

DASH: ...Entiendo - le quedó claro, sin embargo, seguía sin hacerle lógica el porqué era tan especial -

DRODA: Y con la decadencia de la PlayStation, todos se fueron a la Xbox, así que tuvieron que hacer más juegos y mejorar ciertas cosas, como el espacio - ingresó a uno de los juegos que tenía, 'Kombat Kai R' - 

Un juego de peleas, similar a Mortal Kombat, pero menos sangriento, por las políticas furras, aunque igual era genial.

DASH: ...Umm, ¿Cuál fue esa decadencia? - no tenía idea de que era una PlayStation, solo quería seguir la conversación -

DRODA: Pues, no pudo seguir el paso, digamos que no estaba lista para el futuro, así que se fue, claro, sigue existiendo, pero ya no es para nada el titán que alguna vez fue, una lástima a decir verdad, me hubiera gustado que esa competencia entre la Xbox y la PlayStation se fuera, no sé, crear algo como la 'XStation', o 'PlayBox'.

La partida había iniciado, y Droda sonrió ampliamente, comenzando a golpear bestialmente a Dash, que estaba distraído.

DASH: ¡EY! ¿¡QUÉ ESTÁ PASANDO!? ¿¡QUIÉN SOY!? - movió a su personaje muy torpemente, aunque no logró escapar - ¿¡CÓMO USO ESTO!? 

Droda comenzó a cagarse de risa, sacando varios combos y reduciendo la barra de vida del personaje de Dash a 0% en poco tiempo.

El pelirrojo se relajó, poniéndose ligeramente 'serio', desviando la mirada a las patas de Droda, moviendo sus dedos en aquellas pantallas táctiles con círculos luminosos que se movían conforme a los dedos.

Analizó el como la caimán movía sus dedos, su gran experiencia captando movimientos rápidos le permitieron ver claramente lo que Droda hacía.

Dash tomó cierta postura, para poder ver tanto las patas de la chica, como la pantalla, usaba su visión periférica, no tardó demasiado en deducir que era lo que hacía cada botón.

Una vez más, Droda ganó el encuentro, eran 4 rondas, así que solo le faltaban 2 para terminar.

Regresando completamente su vista al videojuego, el pelirrojo imitó el movimiento de dedos de Droda para la siguiente ronda, solo que usando sus propios 'comandos'.

DRODA: ¡WOW! - exclamó y se quedó paralizada por un momento, viendo como le hacían un combo ligero de golpes a su personaje, que fue repentino - ¿C-Cómo fue qu_

Se interrumpió a sí misma cuando se dio cuenta que ahora era su personaje el que recibía una paliza.

DRODA: ¡NO VAS A GANAR! - abrió las piernas, recargando los codos en sus rodillas y viendo fijamente la pantalla -

Esta se había vuelto una batalla entre experiencia y talento nato...claro que la experiencia era superior.

Dash había perdido toda la partida, sin embargo, para ser su primera vez tocando un control de videojuegos, no lo hizo para nada mal.

DRODA: Mmm, ¿Qué te parece jugar Blue and Red Sky ? - salió del juego solo presionando un botón, para luego poner el juego indicado -

DASH: ¿Qué te parece si esta vez me dices de qué se trata y qué tengo que hacer? - la vio entrecerrando los ojos, no molesto, pero bastante curioso -

DRODA: Vamos, no te pongas así - le dio un pequeño golpe en el hombro - Pues, es un juego de mundo abierto, ambientado en el viejo oeste, podemos hacer muchas cosas, estoy pensando en cabalgar un rato por el monte Chilhood, o pescar.

DASH: ¿Cabalgar? ¿Pescar? ¿Por qué hacer eso en un juego y no en la vida real? Eso eso es más productivo - no comprendía el objetivo de estos juegos, pero, al ser tan similares a la realidad, ¿Por qué no pasar tiempo afuera? -

DRODA: Ehhhh...¡YA EMPEZÓ! - regresó rápidamente la vista a la pantalla, comenzando con mover a su personaje, escapando de la pregunta, pues ella tampoco tenía una verdadera respuesta -

El humano se limitó a continuar con aquella actividad.

Pasaron un buen rato, aunque fue más de estarle explicando a Dash los conceptos del juego, como debía moverse, algo de historia, entre otras cosas.

Lastimosamente, el tiempo llegó a su fin, la alarma que Droda había puesto para indicar el fin de su turno había sonado.

DRODA: Demonios, supongo que tendremos otra oportunidad mañana - suspiró con algo de decepción, luego tan solo apagó la consola, claro, sin olvidar guardar partida, muy importante -

DASH: ...Fue...divertido - una sonrisa sincera apareció en su rostro, fue algo muy interesante para él, tal vez no muy útil, pero entretenido -

DRODA: Si no mal recuerdo, ahora tienes que ir con la niña vaca, así que, suerte con ella tigre - le guiñó un ojo, un poco ruborizada, y algo triste también -

El pelirrojo se limitó a asentir, poniéndose de pie, dejando el control y dirigiéndose hacia las escaleras para ir a la zona de habitaciones.





Cobi se encontraba en su habitación, sentada en la silla giratoria de alta calidad, recargada en su escritorio, dibujando.

Ignoró totalmente una hoja pegada en la pared que tenía escrito en letras grandes '8:00 am turno con Dash'

No se trataba de que no quisiera, simplemente le daba demasiada vergüenza, además, ¿Qué harían? Lo único que conseguiría sería hacerle perder el tiempo, intentó practicar por lo menos un sencillo 'Hola', ni siquiera puedo sacar algún sonido de su boca.

Se resignó y tan solo se quedó en su habitación, haciendo lo que más le gustaba, dibujar.

Una pequeña gota cayó encima del dibujo, Cobi rápidamente limpió lágrimas que estaban saliendo de sus ojos...realmente le hubiera gustado tener las agallas para ir por el humano.

Ya admiraba mucho a sus amigos, incluso a Nilteo, tenían valor de una u otra forma...ella no podía hacer absolutamente nada sin apoyo de alguien más.

Pero cuando llegaron las nuevas furras...diablos, para empezar, ¿Cómo no tenían miedo de lanzarse a los golpes? El solo pensar en iniciar un enfrentamiento con alguien, incluso aunque fuese amistoso, aterraba a la vaca.

Dejó su lápiz y continuó limpiando el resto de sus lágrimas con ambas patas, y al terminar, soltó un largo suspiro, viendo hacia el techo con decepción de sí misma.

Antes de continuar lamentándose, alguien tocó la puerta, asustando un poco a Cobi, que se quedó sentada, intentando procesar quien podría ser.

No podía ser Seissa, era aún muy temprano, ella se levantaba bastante tarde.

DASH: ¿Cobi? Supongo que estás ahí, ¿Puedo pasar? - su voz se escuchó del otro lado de la puerta -

El pelirrojo logró oír un golpe algo fuerte, acompañado de varias pisadas que se acercaban rápidamente, algo chocó con la puerta, abriéndola en el camino.

Cobi asomó su lindo rostro por la puerta, observando al pelirrojo, abriendo completamente la puerta, continuando con mirar al suelo y tomando con fuerza su pijama con estampados de vaquitas, en la zona de los muslos.

Dash notó que en el interior de la puerta había una silla tirada, junto a una estuchera con lápices regados por ahí.

DASH: ¿Puedo? - levantó un poco la mano, señalando el interior -

La vaca reaccionó y rápidamente se hizo a un lado, sonrojada de la vergüenza, apenas el humano entró, Cobi cerró la puerta y respiró hondo para intentar calmar sus nervios.

Dándose cuenta tarde de su desastre, se apresuró a recoger todos los utensilios regados por el piso.

Se sentía como una estúpida justo ahora, ni siquiera había empezado y ya la estaba cagando, tal vez el humano ya estaba un tanto molesto.

Sorpresivamente a su parecer, Dash se hincó para ayudarla a recoger sus lápices, continuando con poner en la posición correcta la silla tirada.

Ambos se pusieron de pie y el pelirrojo le entregó el estuche.

La vaca lo recibió agradecida pero también con mucha pena, no teniendo el valor para poder verlo a los ojos.

El humano no sabía como debería iniciar una conversación, así que igualmente desvió la mirada, rascándose la nuca.

Fue con ese movimiento sutil que vio el dibujo de la chica en el escritorio.

(Creo que no tengo por qué decirlo, pero créditos a su respectivo autor...o autores yo que sé)

DASH: Wow, ¿Cómo lo hiciste? - no pudo evitar tomar la hoja y ver más detenidamente la belleza de lo que fácilmente podría ser un cuadro de exhibición en algún museo -

Cobi se estremeció, intentó tomar su dibujo, pero no pudo hacer absolutamente nada más que ver llena de vergüenza como alguien aparte de sus padres apreciaba sus dibujos.

Tenía ganas de decirle que es lo que había hecho, sin perder lujo de detalle, sin embargo, ¿Cómo lo haría? Ni siquiera podía hablarle a sus padres, que eran las personas más importantes en su vida.

Realmente había tardado bastante en hacer este dibujo...o bueno, tal vez no tanto, fueron 3 días, que no fueron para nada continuos, pero si se llevó un rato algo largo, principalmente se demoró tanto no solo por el detalle, sino por la técnica que usó, que no es precisamente la más rápida.

Aquel dibujo seguía siendo apreciado por Dash, si bien la parte inferior estaba bien detallada, la zona de arriba era increíble, además había un contraste oscuro y blanco, era bonito.

Sabía que el arte suele tener su significado, pero él no era ningún experto, así que a su vista simplemente era bonito.

DASH: ¿Tienes más dibujos? - dejó cuidadosamente la hoja de papel, viendo al rededor -

Esas palabras dejaron paralizada a Cobi, atinó a sonrojarse y moverse rápidamente hacia un gran estante.

Abrió el cajón de abajo, que era el único que realmente tenía algo, con varios lienzos pequeños, medianos y grandes, rebuscando en sus obras, sacó 2 dibujos.

Le entregó ambos papeles al humano, realmente, esos eran los que a su gusto le quedaron mejor, aunque realmente todo lo que hacía era trabajo de calidad.

Dash observó detenidamente el primer dibujo, no tenía que ser un experto para saber que la vaca usó difuminados.

Era un gran dibujo, los colores usados sencillamente le daban un gran toque.

DASH: Wow, está muy bien - en muchos lugares alrededor del mundo vio muchas pinturas, la mayoría muy hermosas, otras más abstractas y complejas, pero en general, le gustaban...lástima que nunca pudo apreciarlas con tanta calma como ahora -

Le entregó el dibujo a Cobi, que se limitó a abrazar tímidamente el papel, con cuidado de no maltratarlo.

El siguiente dibujo...

DASH: ...Dios...¿C-Cómo hiciste esto? - le mostró el dibujo a la vaca, no podía creer lo que estaba viendo, era genial, estaba hecho a mano, sin duda, la cuestión, es que no parecía así, parecía una impresión o hecho a computadora -

El dibujo, fácilmente podía ser la mayor obra de Cobi, el trabajo de su vida, o al menos de lo que lleva de ella, era fantástico, solo esa palabra puede describirlo todo.

DASH: Esto lo hiciste a computadora...¿Cierto? - su mente no daba como para creer que esto realmente fue hecho a mano, o pata en este caso, y aunque fuese hecho a máquina, seguía siendo sumamente impresionante -

Cobi negó con la cabeza, si bien no podía negar que los trabajos virtuales podían llegar a ser más detallados, rápidos y mejor coloreados, prefería completamente el método tradicional, es decir, dibujo a pata.

El pelirrojo tenía tantas dudas, ¿Cómo tuvo la paciencia para hacer esto? ¿Cuánto tardó? ¿Cuál fue su inspiración? ¿Qué errores cometió? Eran demasiadas dudas para su gusto, él era de los que tenían respuestas, no el que las pedía.

Pero en este caso, Cobi no hablaba, por lo que se quedó con la duda.

La realidad, era que la vaca inició este dibujo desde los 4 años, claro, fue solo un boceto muy torpe, conforme pasaban los años y Cobi ganaba experiencia iba modificando el boceto, haciéndolo más grande, detallado y más correcto.

Fue recién hace año y cacho que inició el coloreado, el principal problema, fue ese efecto de iluminación y desde luego, que pareciera un dibujo virtual, quería medirse, 'retar' de cierta forma el método actual de dibujo, y el resultado, fue más que satisfactorio para ella.

Este proyecto consumió varios años de su vida...y simplemente era perfecto.

Con mucho más cuidado que antes, el pelirrojo le devolvió esa maldita obra de arte.

DASH: ¿Por qué no lo mandas a un museo? O yo que sé, por lo menos deberías tenerlo más a salvo - vio como la vaca guardaba los 3 dibujos mostrados en el cajón, con los demás, como si fueran cualquier cosa -

Pero fue tan cuidadosa cerrando ese cajón, que parecía como si tratara con un recién nacido.

Cobi regresó a verlo, a su manera, pues continuaba viendo el suelo, no obstante, esta vez tenía una leve sonrisa en su rostro, era muy reconfortante recibir un halago, y a pesar de que Dash no dijo la gran cosa, fue su expresión la que hizo feliz a la vaca.

Se quedaron en silencio, la hembra quería iniciar una conversación, pero, ajaja, no podía, por lo que Dash se quedó solo, prácticamente.

DASH: ¿Qué es lo que usas para dibujar? - decidió empezar con preguntar algo que le llamaba la atención -

La vaca dio un pequeño brinco, sonrojándose mucho y caminando hacia su escritorio.

Abrió otro cajón, exactamente en la superficie izquierda de la mesa, ni siquiera se veía, de él, salió una serie muy amplia de colores boca abajo, mostrando su color.

Cobi hizo un 3 con su pata, luego cerrándola para luego volverla a alzar.

DASH: ¿Son 300? - la vaca asintió alegremente, contenta de que el pelirrojo la haya entendido - Son muchos, ¿Tú te compraste esto?

La hembra negó con la cabeza y con las manos, haciendo un par de señas, indicando que los responsables fueron sus padres...algo obvio, como dije, no puede hacer nada sin alguien, por lo que sus padres tenían que darle todo en la mano, pero no quiere decir que sea una malcriada.

El pelirrojo entendió perfectamente, por lo que no dijo más y devolvió los colores hacia el interior del escritorio con un pequeño empuje descendente.

DASH: "Tal vez pueda usar el lenguaje de señas con ella" - pensó un poco, le parecía una buena idea, igual, quería pensarlo un poco mejor -

Cobi volvió a presionar un punto en el escritorio, a la derecha para ser exactos, esta vez, salieron varios lápices, desde puntas sumamente delgadas, hasta aquellos que eran más robustos y fuertes.

Justo debajo de la compuerta para los lápices, se abrió otra, que poseía gomas de altísima calidad, sacapuntas eléctrico y un montón de mierdas más que Dash no sabía para qué eran.

DASH: Valla, ¿Siempre usas todo eso? ¿O solo es en ciertos dibujos? - la vaca hizo una seña con ambas patas, que era básicamente un 'Más o menos', lo que fácilmente podría interpretarse como un 'De vez en cuando' -

A la hembra se le había ocurrido una idea, al fin tenía un plan y algo que hacer con Dash.

Rápidamente abrió un cajón en la zona inferior del escritorio, sacando 2 hojas en blanco, tomó 2 lápices iguales y le entregó una de cada cosa al humano.

Cobi se acostó en el piso, por primera vez, con una gran y alegre sonrisa, sus orejas estaban más altas y sus ojos tenían un gran brillo en ellos.

Dash se sintió raro, le pareció sumamente tierno ver a la vaca de esta forma, era increíble como podía abrirse tanto con sus dibujos.

Aunque había un pequeño detalle, y era esa maldita pijama de vaquitas, había 2 ojitos adorables en ella, ¿El problema? Que casualmente ambos ojos estaban en donde se encontraban los pechos de Cobi, haciendo casi imposible no mirarlos.

Incluso con esa ropa holgada, el tamaño de sus senos era más que notable.

Esto le llamó la atención al pelirrojo, sin embargo, por algún motivo, no era en lo más mínimo tan importante como ver a la vaca sonriendo, eso le tocó más el corazón.

DASH: Bien - igualmente se tumbó boca abajo, mirando a Cobi, que seguía sonriendo - ¿Qué quieres que hagamos? - esa sonrisa lo contagió, sacándole una a él -

Cobi hizo un par de señas, luego, inició con una cuenta regresiva usando sus dedos, empezando con el 3.

Una vez que terminaron, se pusieron a dibujar, desde luego, Dash hizo algo digno de ser tirado a la basura, mientras que la vaca, aunque se tomaba su tiempo, estaba bien hecho y ya estaba cerca de acabar.

Fueron unos 10 minutos, principalmente porque el humano estaba esperando a que Cobi acabara.

La vaca enseñó su dibujo primero, algo apenada.

Para estar hecho en poco tiempo y a las prisas, realmente era un buen trabajo, no perfecto, pero sí que se veía excelente.

DASH: Wow, nada mal, se ve bien, da ese efecto de 3D - tan solo dijo lo primero que pensó, podría jugarle al vergas y fingir saber, pero ese no era su estilo -

Usualmente, no hacía nada si no tenía información suficiente, siempre estaba preparado...lástima que un pequeñísimo detalle se le fue...gracias a eso ahora está aquí.

Por un momento se perdió en sus pensamientos, inconscientemente se tomó las manos, recordando la sensación de dolor que le causaba una bala atravesándolas, principalmente, porque le devolvía a la mente las tantas veces que no podía sentir, ni oír, ni ver, nada.

Alguien jaló suavemente su muñeca, un toque casi angelical, era como recibir una reconfortante brisa de aire fresco, como si le quitaran un peso de los hombros.

Vio a Cobi, mirándolo con una expresión entre tímida y preocupada, incluso hasta triste, ¿Acaso no le había gustado hacer esto con ella?

DASH: Oh, lo siento, aquí voy, ¡APRECIA EL VERDADERO ARTE! - alzó la voz, fingiendo arrogancia y haciendo poses algo graciosas, ampliando ligeramente la sonrisa de Cobi -

Luego de jugar al pendejo un rato, mostró su dibujo a la hembra, ella lo observó por varios segundos, hasta que con su pata se tapó el hocico, silenciando...una risita

¿Cuál era la majestuosa obra de arte? Pues era esta...agarras.

(Algo así XD)

DASH: Vamos, para ser mi primer dibujo, yo digo que está bien - sonrió un poco, más que nada, por ver tan contenta a Cobi -

Dash se sentó en pose de loto, viendo su creación, ahora que estaba calmado, sin duda le parecía una de las cosas más horribles que jamás hayan existido.

La dulce vaca se acercó a él, sentándose despreocupadamente en su entrepierna, ignorando totalmente el lugar donde estaba y enfocada en una sola cosa.

Por supuesto, el pelirrojo se puso nervioso, podía sentir el trasero de Cobi, no era tan grande o exagerado como el de Seissa, por ejemplo, el verdadero problema se encontraba en que simplemente era demasiado suave y esponjoso.

Era inevitable que su miembro no reaccionara con esto.

No obstante, alguien le tomó suavemente la barbilla, dirigiendo su vista a una sonriente Cobi, que señaló el dibujo del chico.

DASH: ¿Eh? ¿Qué sucede? - algo confundido la observó -

La vaca empezó a señalar ciertas partes del dibujo, que eran los errores, las fallas, señaló, en pocas palabras, casi todo el dibujo...bueno, todo, básicamente.

Al humano le gustó de cierta forma verla contenta, corrigiendo los errores que él cometió, se había quedado hipnotizado, viéndola de perfil, con esa linda sonrisa y esos ojos amarillos que ahora brillaban como un par de estrellas.

Sentir el cabello albino y alborotado de la hembra era como estar encima de un colchón sumamente cómodo, simplemente no pudo evitar recargar su cabeza encima de la de Cobi.

Ella seguía enfocada en el dibujo, aunque se volvió algo más energética con la acción del pelirrojo.

Dash poseía una larga melena carmesí, con mechones negros, y casualmente estaba acomodado inconscientemente hacia la derecha, cubriendo la espalda de la vaca, que no pudo describir lo cómodo que era estar en él.

El humano no consideraba que su cabello fuese algo que le gustara sentir a los demás, después de todo, aunque estuviese largo y se viera bien, sin duda no estaba cuidado, no tenía caspa ni otras cosas solo por mera suerte u algún otro hecho divino.

De cierta forma, le pareció lindo que a la vaca le gustara su cabello, era como recibir un halago después de años de puros insultos, aunque claro, para él no significó tanto como para cualquiera pudo haberlo hecho.

Lentamente, Cobi dejó de mirar la hoja de papel, desviando temerosa su vista hacia el chico, e inevitablemente, ojos carmesí y amarillo se cruzaron.

No podían dejar de verse, los ojos del otro eran como un agujero negro que los atraía, no se acercaron para juntar sus labios, no hicieron movimientos innecesarios, solo se apreciaban, de exactamente la misma manera que Dash estaba apreciando los dibujos de Cobi.

No sabía por qué, pero el rostro de la hembra le parecía muy lindo, perfectamente merecedor de estar enmarcado en un cuadro.

Cobi ya consideraba al humano muy atractivo, demasiado para una chica tímida y dependiente como ella, a decir verdad, no creía tener la más mínima oportunidad de poder estar con él, esa era la confianza que tenía en sí misma.

Nunca tomaba riesgos, no se atrevía a nada que no considerara seguro o apropiado, más de una ocasión desarrolló algún sentimiento por algún macho, pero por su actitud, no pudo ni siquiera acercárseles.

Vivía lamentándose por tener una vida tan miserable, y no de la forma en que quiere matarse o cortarse las venas, no, era mucho más que solo esas idioteces, sentía un vacío, una falta de algo que no sabía que era, y era ese algo lo que la mantenía en una burbuja.

Pero poder ver más detenidamente ese rostro tan hermoso la hacía querer intentarlo, arriesgarse por primera vez, tratar de cumplir un sueño imposible a sus ojos.

Se había propuesto a hablar, pero no lo consiguió, al menos no de momento, ahora, su objetivo era tomar ese riesgo e intentar, tal vez no tanto por querer estar con Dash, sino que era más por ella misma, tomar las riendas de su vida y hacer un cambio.

Su choque de miradas fue interrumpido por unos toques en la puerta, solo esa señal fue suficiente para que ambos supieran que el tiempo se había agotado.

DASH: Oh...me tengo que ir, mañana regresaré, o tal vez en la sala, si es que quieres salir, sea como sea, cuídate, y sigue con esos hermosos dibujos que haces - la cargó por los brazos, y poniéndose de pie, la dejó en la silla del escritorio -

Había olvidado que hoy tendría que dormir con ella.

Dudó un poco, pero le dio un abrazo, más que nada por lo adorable que era a sus ojos, aunque ese acto no hizo otra cosa más que prender un fuego que posiblemente no podría extinguirse.

DASH: Hasta pronto - se despidió haciendo una seña con la mano -

Cobi lo vio abrir la puerta y encontrarse con cierta hiena, que no dudó un segundo en lanzarse a sus brazos mientras gritaba cosas masoquistas, su sonrisa se fue cuando la puerta volvió a cerrarse...pero sin Dash dentro de su habitación.

Giró en la silla y vio fijamente su escritorio, luego, desvió su mirada hacia el suelo, ahí estaban ambos dibujos y lápices, estos últimos estaban tocándose de las puntas de grafito, una casualidad bastante rara.

La vaca volvió a sonreír levemente, se puso de pie, dirigiéndose a su pequeño ropero, tomando un conjunto algo simple y cambiándose para salir de su habitación y pasar el rato en su nueva casa.

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BUENO, AQUÍ TERMINA ESTE CAPÍTULO, LA IDEA, ERA QUE TODAS LAS CHICAS TUVIERAN SU MOMENTO, PERO CARAJO, SERÍAN COMO 15,000 PALABRAS, COSA QUE ES DEMASIADO PESADA PARA MÍ, Y SEGURO PARA USTEDES, SIN CONTAR QUE  TARDARÍA UN BUEN RATO, MÁS DE LO QUE SUELO TARDAR. AQUÍ FUERON UNAS 5 329 PALABRAS. RECUERDEN USAR CONDÓN, CEPILLARSE SUS DIENTES, OBEDECER A SU GFA Y NO ROBAR. A MI NO ME QUEDA NADA MÁS QUE DECIR MÁS QUE ADIÓS, ASÍ QUE...

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