CAP 25: [¿QUIÉN LO DIRÍA? QUÉ SE PODÍA HACER EL AMOR POR TELEPATÍA]
Velvela subió a su auto, con una bolsa en sus muslos, junto un rubor notable, mirando un poco a otro lado, evitando ver a Dash, que estaba de copiloto.
VELVELA: La-Lamento si me tardé, ¿L-Listo para ir a casa? - le preguntó tiernamente -
¿Quién podría decir que aquella boxeadora sin piedad podría ser tan dulce?
Sin nada más por decir, la loba manejó al que el pelirrojo suponía era su hogar.
Dash se quedó callado durante todo el camino, obviamente.
Aquella hembra dejó una de sus patas libre, la dejó mirando hacia arriba, cerca de la palanca de velocidades, como...pidiendo su mano.
El pelirrojo miró un momento la pata de la boxeadora, sus almohadillas tenían pequeñas costras endurecidas, y logró notar que los nudillos estaban igual o peor.
Sin más que hacer, tomó su pata, entrelazando sus dedos con los de Velvela.
Hubo un pequeño espasmo en ella, no dejó de ver el camino, pero no pudo evitar sacar una linda sonrisa como una niña enamorada.
Pasaron varios minutos y por fin llegaron a su destino, una casa muy humilde en un barrio bonito, pero claro, también humilde.
VELVELA: Ven cariño - abrió su puerta, tomó su bolsa, y se dirigió para abrir la de Dash -
Con el auto asegurado en la calle, ambos entraron a la casa.
VELVELA: Aún hay algo de tiempo - miró el reloj en su pared, que marcaba 3:45 am -
Guio al humano a una de las 2 habitaciones de la casa, que solo tenía esas 2 piezas, una cocina algo pequeña, comedor decente al lado de la cocina, un lavabo, y el baño.
La hembra lo sentó en la cama, le acarició la cabeza gentilmente.
VELVELA: Espérame aquí un poco, ¿Sí... - miró la muñeca del humano, con la pulsera con su nombre - ...Dash?... - se quedó callada, imaginaba que su o sus dueñas estaban devastadas...o eran unas hijas de perra -
Aquella loba gris salió de la habitación con un pequeño sonrojo y con la bolsa en patas.
El humano exploró un poco la habitación con la mirada, un ropero sencillo, muebles igual de simples, la cama, era más o menos grande, 2 cabrían algo apretados, un espejo unido con una mesa que tenía un par de desodorantes, cremas y perfumes.
Cerca de la puerta, había una barra de dominadas pegada al techo, con la altura necesaria para que alguien del tamaño del Velvela quedara en el aire cuando la usara.
La habitación tenía espacio para hacer ejercicio en el piso, un tapete, unas pesas, un costal grande de box, con varios parches, junto unos guantes y unas vendas cerca.
Tanto tiempo había estado viendo la habitación, que Velvela ya se encontraba abriendo la puerta.
VELVELA: H-Hola ci-cielo - su tono de voz intentaba sonar coqueta, aunque tartamudeaba y estaba nerviosa, sin duda -
Cuando el humano se volteó, se quedó de piedra cuando vio a la loba gris sonrojada, mirando nerviosa y tímidamente a otro lado, juntando sus piernas, con una lencería bastante insinuante.
Sus piernas, casi expuestas por el tipo de ropa, eran preciosas, su pelaje cuidadosamente peinado, sin dejar de verse animalístico, junto a esos gruesos muslos, uff.
Aquel vestido que iniciaba en su cintura y terminaba casi en sus patas, ese abdomen tonificado pero no al extremo.
Los senos enormes que apenas entraban en el sostén, con todos esos resortes negros funcionando como apoyo para que la prenda no explotara.
Todo esto, y sobre todo, un collar de perro en el cuello de la loba, hizo que Dash casi se arrepintiera de haberse perdido lo que el mundo furry tenía para ofrecer.
VELVELA: Ve-Ven por mí - nerviosa, medio tapó su busto, movió una pierna levemente hacia adelante, flexionándola un poco -
El pelirrojo la miraba con expresión casi neutral, y digo casi, pues tenía un rubor algo notable en sus mejillas.
Aquello fue una buena señal para la loba.
La hembra caminó sensualmente...más o menos, pues traía tacones, cosa que ella nunca usaba, y como no sabía caminar con ellos, más de una vez casi se cae en su camino.
Rápidamente se sentó en la cama, puso una pierna encima de la otra e hizo su torso un poco más para adelante.
VELVELA: N-No tengas miedo...amor - sus palabras dulces y llenas de pureza, hicieron aún más excitante su cuerpo esbelto -
Aunque se conocían prácticamente de un par de horas, Velvela, como toda hembra con cualquier humano, había quedado maravillada y flechada casi de inmediato.
Cualquiera podría decir que es absurdo, sin detonantes suficientes, nadie puede enamorarse de una forma tan rápida, ni de una manera tan intensa en un tiempo corto.
Pocos son capaces de entender 2 puntos.
El primero, el amor verdadero no tiene límites, el tiempo, o los hechos, son insignificantes, simplemente sucede, incluso sin que uno se dé cuenta.
Y en segundo, la especie furry tienen una reacción romántica infinitamente más fuerte con los humanos que cualquier otra especie, casi como si los furrys estuvieran diseñados simplemente para adorar a la raza humana. (Al menos la de este mundo)
El pelirrojo con puntas negras observó detenidamente a la loba gris, que se había recostado en la cama, juntando sus muslos para evitar que su intimidad, remarcada en la ropa, se viera.
Dash no sabía si decir algo o no, pero una cosa era claro...definitivamente quería coito, así que se acercó lentamente.
DASH: ... "No la conozco casi de nada, y aun así...creo que...¿Me gusta?" - se preguntó confundido, ¿No se supone que las relaciones tienen un desarrollo? -
El humano se arrastró por la cama, encima de Velvela, que soltaba ligeros gemidos cuando el cuerpo de Dash rozaba con el suyo.
VELVELA: ...Y-Yo... - dudó en decir aquellas palabras ilógicas para ella - ...te-te amo...te amo mucho - le acarició la mejilla y lo miró a los ojos, con un sonrojo bastante más leve que antes -
¿De verdad lo amaba? Era la pregunta del pelirrojo, no obstante, se dejó llevar por un sentimiento extraño para él, pero era agradable.
DASH: ...Yo...también te amo - unas palabras vacías, no por falta de sentimiento, sino, por falta de un vocabulario, o la forma ideal para expresar el amor que ahora sentía -
Velvela le sonrió y continuó acariciando su mejilla, no le importaba si habló, si era diferente a los humanos de la historia que conocía, de verdad, lo amaba, por más ridículo y forzado que parezca.
No hubo más palabras, solo mirarse a los ojos era más que suficiente para poder decirse mutuamente cuanto se querían.
A pesar de este momento tan bello, sin duda para cualquiera era extraño ver esto, ¿Un amor verdadero que surge prácticamente de la nada? ¿Es flojera del autor para no dar desarrollo a sus personajes? ¿Acaso era algo único de este mundo que el amor entre 2 especies surgiera tan fácilmente sin palabra alguna por parte de una de ellas? ¿Era una reacción química entre humano-furry?
O tal vez, y solo tal vez...era de ese amor que no se piensa, y solo se siente.
Dash acaricio también la mejilla de Velvela, ahora las palabras eran insignificantes.
El humano se acercó al rostro de la loba, y ella hizo lo mismo, el contacto piel con piel, si bien seguía poniéndola al límite, ahora no era relevante.
Ambos conectaron sus labios, la boca del humano en contacto con el hocico de la furry, un beso raro, pero en el caso de ambos...
Si el cielo existiera, con este beso, ninguno entraría nunca a él, pues esto, era muchísimo mejor que cualquier cosa.
Ambos se separaban y se volvían a besar durante, parecía que eso duraría horas o si era posible, días.
Separándose por última vez, para verse fijamente, Velvela acarició con sus patas los brazos del humano que hizo exactamente lo mismo.
Ella pasó sus patas por los pectorales duros de Dash, y él, pasó sus manos por sus senos suaves.
Luego, pasaron a su zona abdominal, querían 'conocerse' más, lo necesitaban.
Dash abrió un poco sus piernas, y se acomodó para quedar más cerca de la intimidad de la hembra.
En ningún momento dejaron de verse a los ojos, perdidos en la belleza que veían en ellos.
La loba no se resistió en lo más mínimo, miró hacia abajo e hizo aún lado sus panties, con su lencería estorbando un poco.
Su vagina estaba ligeramente mojada, y se dio cuenta del gran bulto en los pantalones del humano.
Ambos se sonrieron dulcemente, conectados.
Velvela le bajó los pantalones hasta donde pudo, él dejó libres sus senos, para después quitarse la camisa y terminar de sacarse el pantalón.
Su miembro quedó al aire una vez que la loba le quitó su ropa interior, dejando al aire un miembro bastante grande, casi de 20 cm, era simplemente demasiado grande.(Si tienen una relga, sabrán que 20cm no es una pistola, es un puto cañón)
La boxeadora miró el pene de su amor, lo acarició un poco, tenía aún la piel del miembro cubriendo parte de la cabeza.
Ella lo ayudó y la parte superior quedó totalmente libre, palpitando un poco.
Dash acarició un poco su vagina igual para estimularla.
VELVELA: ~Mmm~ ~ahh~ - unos gemidos leves, siendo el amor mucho más grande que la lujuria -
El pelirrojo acarició sus intimidades, rozándolas, volviendo a ver a la loba.
La hembra lo recibió con un beso dulce, un poco agitada por la sensación de exitación intentando seguirle el paso al amor psicológico, pero no podía, sino, sus gemidos sin duda serían alocados.
Ese simple beso fue una confirmación, y el hecho de que Dash correspondiera con el mismo cariño, igual era un 'asentimiento' de forma metafórica.
Con sumo cuidado, Dash metió con lentitud su miembro en el interior de Velvela.
La hembra soltó algunos gemidos de dolor y placer, tan hermosos a los oídos del humano.
El pelirrojo metió por completo la punta, continuó un par de centímetros, hasta chocar con una pared carnosa y suave.
Velvela no dijo nada, tan solo sonrió dulcemente, casi parecía que esto no era gran cosa para ella, incluso siendo virgen y con el estímulo del cuerpo del humano.
Dash empujó con algo más de fuerza y rompió el himen de la loba, que gruñó de dolor, cerró un poco los ojos, se concentró, como lo había hecho todo este tiempo, solo en el calor de su pareja.
Él igualmente la abrazó como consuelo, sintiéndose horriblemente mal por haberle causado dolor a la hembra, sin duda su amor casi salido de la nada era real.
Se quedaron abrazados un rato, dándose un par de besos mientras esperaban, hasta que el humano se movió a una velocidad lenta, pero constante.
Ambos no dejaban de darse múltiples besos y caricias.
Estaban haciendo el amor, el sexo no podía llegarle a los talones a este acto, los pensamientos lujuriosos en ambos seres eran prácticamente inexistentes, tan solo, un deseo de seguir explorándose mutuamente.
Dash acarició suavemente los senos de la loba, y ella hizo lo mismo con la espalda del humano, sin dejar de besarse, deshacer el beso y repetir.
El pelirrojo movía sus caderas de tal manera que ambos lo disfrutaban mucho.
A pesar de que el miembro del humano se remarcaba un poco en el abdomen de la hembra, ella estaba gimiendo muy poco, pero claro, era porque su amor era mayor al placer.
VELVELA: ~Dash~ - le dio un beso corto que fue correspondido - ~Mmm~
DASH: ~¿T-Te duele?~ ~gh~ - soltó un ligero gemido, preocupado por el estado de la loba -
VELVELA: ~N-No~ ~ahh~ ~qu-quiero seguir_ ~ ~mmm~ ~sintiendo t-tu ca-calor~ ~ohh~ - su voz dulce salió entre gemidos leves -
El humano le sonrió, dándole otro beso, acariciando suavemente su pelaje.
Ambos no dejaban de verse a los ojos, necesitaban hacerlo, sino, sentían que este acto era un vacío, querían demostrarse su amor no solo con esto, también con verse.
Pasó demasiado tiempo, a ninguno le importó, no se detenían, podían ver como los rayos del Sol chocaban sus cuerpos, pero no paraban.
Ambos estaban llenos de sudor, así que el olor de esa habitación era fuerte, aunque claro, a ninguno de los 2 le importaba.
Después de tanto tiempo, el orgasmo doble ya era cercano.
DASH: ~V-Velvela, linda, l-lo voy a soltar~ - le dio un beso y le dijo, para saber si ella lo quería adentro o afuera -
VELVELA: ~Mhaa~ ~ghh~ ~y-yo también v-voy a aca-acabar~ ~ fuaa~ ~h-hazlo dentro~ - lo abrazó amorosamente -
Para llegar de una vez al clímax, Dash aumentó un poco el ritmo, cosa que llevó a la loba a gemir un poco más fuerte.
Finalmente, en unos 5 minutos de embestidas a velocidad media, ambos se corrieron.
VELVELA: ~AHHGG~~ GMHH~ ~ OHH~ - soltó largos gemidos, besando al humano -
Dash continuó corriéndose dentro de la loba, pasó así un minuto entero, sacándole más gemidos a Velvela.
Acariciaron con sus manos/patas el cuerpo del otro, con cariño y delicadeza.
Cuando el humano acabó de soltar semen, sacó su miembro de dentro de la loba, con un gemido final de la hembra.
Respiraron agitadamente, Dash se dejó caer encima de Velvela, con su cabeza entre los senos de la hembra, se acomodó más y su cabeza estaba a la altura de la de ella.
Él giró sobre sí mismo, con la loba gris entre sus brazos.
El pelirrojo quedó abajo y Velvela arriba, estaban abrazados, ella recargaba su mejilla en los pectorales del humano, y él, abrazaba todo su cuerpo, oliendo su melena, un olor tan intoxicante y delicioso llegó a sus fosas nasales.
¿Qué raro no? Un amor...muy fuera de lo común, pero en fin, supongo que cada quien tiene una manera de expresarlo...o de llegar a él.
Este par se quería bastante...aunque no había ninguna justificación para hacerlo, en fin.
Dash se sentía raro, como si traicionara a alguien, pero esto...se sentía demasiado bien, era como estar en completa paz después de estar tanto tiempo en un infierno.
Velvela, ella sentía que todo su camino había valido completamente la pena, después de todo, su madre tenía razón 'Tarde o temprano vas a enamorarte de un chico o una chica, y estarás tan perdida que podrías dejar las peleas de lado'
Ahora, con lo que tenía planeado, sin duda, pensaba totalmente en dejar aquello que desde niña fue su pasión.
VELVELA: Dash - acarició su brazo musculoso, él solo la vio - ¿Te molestaría si tenemos crías? - preguntó, sorprendentemente calmada para ser un tema tan serio -
Su única respuesta fue darle un cálido beso en la frente, haciendo que ella mirara su cara, solo para recibir otro beso en los labios, que fue correspondido alegremente.
DASH: ...Desde luego que no - sonrió contento -
VELVELA: Jeje - se acomodó en el pecho del humano - Tienes una voz muy hermosa - alagó aquella voz con el grosor de un hombre joven, pero con la dulzura de un niño -
Él abrió un poco los ojos, luego solo negó con la cabeza entre pequeñas risas y cerró sus ojos, acariciando la espalda de la loba, que hacia lo mismo con su torso.
Y, a pesar de que estaba amaneciendo, se quedaron plácidamente dormidos, gracias al calor corporal de ambos.
De esta manera, la primera vez de Dash en este mundo, llegó a su fin...¿Inusual? Claro ¿Algo que jamás olvidará? Sin duda.
Pero esto, como ya es obvio, no le gustará a ciertas furras cuando se enteren, como ustedes, me pregunto qué sucederá, espero que el escritor se esfuerce mucho para hacer esta historia interesante.
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EN FIN, SIN DUDA ESTE CAP DE AMOR NO LO TENÍA PLANEADO MUCHO, PENSABA EN QUE LA PRIMERA EN COSHAR FUERA LOONA, NICOLE O ZELLY, PERO ESTO SE ME HIZO MÁS...¿INESPERADO? JAJA, EN FIN. RECUERDEN USAR CONDÓN, CEPILLARSE SUS DIENTES, OBEDECER A SU GFA Y NO ROBAR. A MI NO ME QUEDA NADA MÁS QUE DECIR MÁS QUE ADIÓS, ASÍ QUE...
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