Capítulo 2

Helena

Lo primero que vieron mis ojos, fue el techo de mi habitación.

Fue todo un sueño, hoy es la boda. Me senté y fui media dormida al baño, abrí el grifo y tire agua en mi cara. Mire mis manos y vi como el agua corría de todos colores.

Me mire al espejo y aun tenia el vestido de novia y el maquillaje corrido. ¡¿Que?!

Me limpie la cara, me puse un vestido floreado que me regaló Kyle hace dos noches —Que absolutamente odio, pero debo usarlo alguna vez— y fui a la sala. El pasillo se me hacia mas largo con cada paso que daba.

Nuestra casa no es tan grande. Kyle, quería comprar una casa de dos pisos bastante extravagante, mientras que yo quería una casa pequeña y hogareña. Él, no estuvo muy feliz cuando compramos esta casa, pero yo estaba demasiado contenta. 

Consta de dos habitaciones. Dos baños. Una sala y una cocina juntas. Atrás hay una pequeña habitación que Kyle usa para sus cosas. Allí tiene un estudio para escribir tranquilo o mejor dicho "En paz", como dice él. Ya publicó un libro, que por cierto fue un éxito. 

Se llama "No sabes nada de mi". En lo personal me pareció muy machista y narcisista. El chico del libro se creía un Dios super poderoso y todos tenían que hacer lo que él quería. La chica es otra idiota y besa el suelo que el pisa. 

De todos modos el dinero, nunca faltaba. La familia de Kyle es muy adinerada. Su padre es dueño de empresas comerciales y no duda nunca en darle cierto porcentaje a su hijo de lo que gana.

Escuche la voz de Kyle venir de la sala, también otra que no distingui bien, porque el invitado hablaba bastante bajo y decía menos de dos palabras.

Una vez pude ver quien estaba allí, no di ningun paso mas.

Lo que vi me dejó helada. Voy a desmayarme de nuevo. Si Dios existe, no le debo caer muy bien.

Kyle está riendose con él. En realidad el único que se ríe es Kyle, mientras Alex, lo único que hace es evaluarlo, apoyado en la espalda del sofá.

Kyle está a espaldas de mi, y Alex de frente. Recién ahora se dio cuenta de que estoy con ellos, cuando lo hizo me miró de arriba a abajo, lo que me hacía sentir débil y desnuda frente a él. 

Cambié mucho físicamente cuando quede embarazada. Mis caderas se hicieron más grandes, mi trasero igual y ni hablo de las malditas estrias en mi estomago.

Mire a Alex, una milésima de segundo a los ojos y las ganas de llorar aparecieron. La nostalgia, es eso. Debe ser eso.

Esta igual que hace años, solo que tiene la sombra de una barba y el cabello mucho más largo. Su cuerpo es más grande, mucho más grande. 

Kyle siguió la vista de Alex y al verme sonrió. Yo no pude devolverle la sonrisa.

—Amor, despertaste ¿que te ocurrió? —Kyle, acaricio mi mejilla y pude ver como Alex se removía en su asiento y apretaba sus manos sobre su rodilla. No me atreví a ver su cara, por miedo a ver ira o lo que fuese que le ocurría cuando estábamos juntos y yo estaba con un chico.

—No me ocurrio nada... Yo solo... —Dije sin muchas ganas de hablar... ¡QUERÍA GRITAR A LOS CUATRO VIENTOS QUE ESTE HOMBRE NO DEBE ESTAR AQUÍ! ¡ECHARLO! ¡MANDARLO A LA MIERDA! 

—Te desmayaste por los nervios, eso me dijo Kelsey —Dice Kyle. Sonríe de lado y toma mi mano. Un gran silencio se instaló en el pequeño lugar y sentía como todo caía encima de mi una vez más.

—Kelsey te dijo eso, eh —Mire a Alex y supe que vio Kelsey esta mañana. Pudo haberme advertido. Pudo hacerme llamar a seguridad para que ni mi hijo, ni yo lo veamos. Lo vio y se quedó callada.

—¿Eso paso? —Preguntó Kyle buscando mis ojos. Lo mire y sonreí forzadamente para que no se preocupara.

—Si —Le digo y toco su mejilla.

Aparte de los nervios —QUE NO TENIA—  tambien paso que el hombre cuyos recuerdos me torturaron por años, está sentado en mi maldito sofá.

Pero no puedo decirle eso, él no sabe que tuve algo con Alex. No sabe que estuve con mi primo y no puedo permitir que lo sepa.

—¿Y mi madre? —Digo en voz baja, para que solo escuche Kyle, pero se que Alex, también lo hizo.

Mi madre lo hubiera echado a patadas si lo veia aqui. ¡¿DÓNDE ESTÁ?!

—Se fue con Bruno, dijo que la llames cuando despiertes 

No me esperaba menos, en vez de cuidarme, se fue con su esposo a ese estupido crucero.

—¿Qué haremos con la boda? —Le pregunté enseguida. Kyle hace una mueca y Alex me miró de mala forma.

¿Con qué miserable derecho me mira asi? 

—Volveremos a hacerla, cariño. Pero promete que no te agarrara otro ataque de nervios —Dice riendo—. La luna de miel en París se pospone obviamente, asi que tendras que esperar un poco más para conocer la Torre Eiffel, hermosa.

Asentí con la cabeza. Lo que menos me interesa ahora ¡ES LA PUÑETERA TORRE EIFFEL! 

—¿Sabes quién es él? 

—Es tu primo, Alex. Se presento despues de que se fue tu madre. No sabia que lo habías invitado.

—Yo tampoco —Lo fulmine con la mirada y volví a mirar a Kyle.

—Los voy a dejar solos... 

—No es necesario, el ya se está llen... —Empiezo a decir, pero el imbécil me interrumpe.

—No, de hecho, necesito hablar contigo, Helena —Dice parándose.

—Los dejo entonces. Ah y Andy estaba muy preocupado por ti, así que durmió contigo en nuestra cama un rato y luego lo lleve a la suya. 

Alex, al escuchar el nombre de mi hijo, apretó los puños y cerró los ojos muy fuertes. Aun se acuerda que ese es el nombre que hablamos de ponerselo a un bebé.

—Despues volvio a despertar y Alex, jugo con él para distraerlo. Se llevan muy bien —Kyle me guiña un ojo y yo quiero golpear su cara por permitirle a Andy estar junto a Alex.

—Te amo —Kyle me beso la cabeza y salió de la casa.

Alex y yo nos examinamos un poco. El débil y yo más impotente que nunca, ansiosa porque se vaya.

—Ahora es rubio —Dijo señalando mi cabello.

Lo teñi después de que naciera Andy. Vida nueva, cabello nuevo... Bueno, no era así, pero me gustaba pensar que las cosas cambiaran para mi rapido.

—Si.

—¿Dejaste la universidad?

—Si.

—¿Trabajas?

—Si

—Eres madre —No pregunto, estaba afirmandolo.

—Si.

—¿Vas a decir otra cosa? —Dice ya irritado. Veo en sus ojos las ganas de arrojar algo.

«Tranquilo, imbécil. No eres el único que quiere arrojar algo. Aunque la diferencia es que quiero arrojarlo directo a tu cabeza.»

—¿Que haces aqui? —Hago la única pregunta que me interesa. El se ríe amargamente y me mira serio.

—Esperara que me dijeras su edad, o al menos una explicación de algo, pero ya que no me dirás nada por ti sola, voy a preguntar ¿Que edad tiene, Helena? —Da un paso más cerca y yo tres mas lejos.

Esa es la pregunta que no quería responder.

—Tiene tres —Menti.

—No, a mi no me mientas. Es mayor que eso y se nota —Dos pasos cerca, tres lejos.

«Mierda.»

—No es de tu incumbencia —Dije y mire a mis pies, sabiendo que esta conversación no terminara aquí.

Odiaba saber que lo tenía cerca, que estaba en mi espacio, que compartía mi mismo aire. Odiaba saber que estaba aquí. 

Él para de acercarse y pasa las manos por su pelo, al tenerlo mas largo, arrastra cada cabello por entremedio de sus dedos.

—¿Es mio? —Sus ojos lo muestran susceptible. Bajo demasiado la guardia y me doy cuenta que tiene miedo de la respuesta.

—No. Es mio. No tuyo —Respondí apretando los dientes.

—Helena, es la última vez que te lo pregunto sin hacer un puto escándalo ¿que edad tiene?

Ahora el que aprieta los dientes es él y está cabreado. No cambió mucho la forma en la que reacciona al tener este tipo de emociones, me sorprende que no haya roto algo ya.

Andy esta dormido y no necesito más problemas. El no puede saber esto... es mi bebé y prometí que no lo heriría nadie. Que sería un niño feliz, con una madre que lo quiere y lo ama. Y no necesito que este imbécil venga y trate de arruinar su vida, como hizo con la mía.

—Cinco —Me limite a decir e instantáneamente mis ojos fueron hacia la puerta de Andy. Esperando que no salga a ver con quien estoy hablando o para ver si desperté.

—¿Andy, es mío cierto? —Volví a ver a Alex. Estaba pálido y apoyado sobre la pared que estaba del otro lado del cuarto.

—Perdiste cualquier derecho sobre mi hijo cuando te fuiste. Es mi hijo. Yo soy su madre y su padre. Tu nunca serás ni eres nada para el.

Me pare firme y le tire dagas con los ojos.

—Yo no sabía... —Empieza a decir y mi autocontrol se va a la mierda.

—¡PUES TAL VEZ SI NO TE HUBIERAS IDO LO SABRÍAS! ¡ME DEJASTE CON ESTO A MI SOLA! ¡ERA SOLO UNA NIÑA! ¡ESTABA ASUSTADA! ¡NO TENÍA A NADIE! ¡A NADIE MALDICIÓN! —Grite histérica.

Hace mucho tiempo no grito... Hace mucho tiempo mis ojos no se sienten empañados... Hace mucho tiempo no siento que estoy a punto de hacerme trizas... Hace mucho tiempo no siento la necesidad de tocar a alguien tanto...

La lágrima que corre por la mejilla de Alex, hace que sienta ganas de vomitar.

—¿Mami? ¿Porque gritas? —La voz de Andy suena detrás de mi. Está llorando y siento como se me parte el alma. El jamas me escuchó gritar en su vida y prometí que jamás le gritaría.

Camine rápido hacia él y lo levanté en mis brazos. Apoya su cabeza en el hueco de mi cuello y empieza el llanto.

—Lo siento, mi cielo. Lo siento. El hombre ya se iba —Susurro en su oído y beso su cabeza.

Al instante Andy, levanta su cabeza para mirarme a mi y a Alex, deja de llorar y niega muchas veces con la cabeza.

—No, Ales juega conmigo —Me dice haciendo puchero. 

Tiene problemas al decir palabras con x.

—Pues, Alex ya se tiene que ir, mi amor. Volverá de donde vino —Mire por el rabillo de mi ojo a Alex como advirtiéndole que no diga nada.

—No quiero que se vaya —Impone Andy ahora más serio

«Vamos, rompeme un poco más hijo. Eres buen aliado»

—No es como tu quieres, Andy. Es como debe ser —Le respondo seca. Me lastimo de varias formas que me dijera que quería que se quedase. El es el puto hombre que nos dejo a ambos—. Ahora vuelve a la cama.

—No tengo sueño —Entrecierra los ojos en mi dirección y me quedo perpleja mirándolo. El nunca desobedece, ni contesta y jamas me miro de esa forma... 

Se acerca a Alex y le pregunta si quiere seguir jugando a su nuevo juguete de carreras. Alex se agacha a la altura de Andy y las ganas de apartarlo lo más que pueda de él son demasiadas... pero no pueden ser tan parecidos, ¡maldición!

—Hey, amigo. Yo no me iré, de hecho me verás bastante seguido a partir de ahora, pero tu mama se siente mal y quiere descansar. Ve a dormir y mañana jugaremos todo lo que tu quieras

—O no, eso no va a pasar —Farfulle acercándome peligrosamente a Alex.

Andy asiente muchas veces con la cabeza y choca los puños con Alex. Luego abraza mis piernas y se va corriendo a su cuarto.

—Te irás. Ahora mismo —Brame y golpee mis manos en su pecho. Empujandolo para atrás.

Bueno, aunque fue un golpe y fue solo un segundo, mis manos empezaron a temblar por sentir mis manos en su cuerpo.

—¿Sabes que no me iré, verdad? ¡Peleare por esto! —Ruge y mi piel se pone de gallina. 

Estos gritos. Este tipo de situaciones me recuerdan a esas noches en su departamento. Peleando. Gritando. ¿Como pude ser feliz allí?

—¿Pelearas por lo que dejaste? No puedes pelear por algo que no es tuyo —Mas cinica imposible. Mi voz sale cargada de ira, bronca y asco. Soy consciente de ello y me encanta.

—¡No sabia que existia!

—No dejare que tengas a mi hijo —Replique

—No te estoy preguntando, Helena. Es mio y lo quiero —Dice y señala la puerta de Andy. 

 Me separe de él y pase mis manos por mi pelo, lo tiré un poco y volví a hablar.  

—¿Sabes que no es un juguete, cierto? Es un niño con sentimientos. Espera lo olvide. Eso es lo que tu buscas, los sentimientos de las personas, para luego destrozarlos. No dejare que le hagas a mi hijo lo mismo que me hiciste a mi. Me trataste como un juguete y luego me tiraste.

—¡No es eso lo que pasó! —Exclamó con dolor.

Si es eso lo que pasó. Me dejo. Me engaño y lastimó. Se fue con su hermanito y se olvido de la chica que lo  amaba con locura en el apartamento.

—Vete —Señale la puerta y él negó con la cabeza sonriendo.

—Voy a pelear por él, Helena.

—Perderás.

—¡Es mi hijo maldición! —Se acercó a mi y como un reflejo tonto, me acerque aun mas. Diciéndole que no le tengo miedo, pero en realidad fue otro tipo de reflejo. Uno que no sentí hace mucho tiempo

—Estuviste cinco años fuera de su vida. 

—¿Que parte no entiendes? ¡No sabia que existia!

—¡NO USASTE CONDÓN! Pudiste llamar a Kelsey y preguntarle si tenia sintomas de algo, pudiste verme salir de tu apartamento, directo a la universidad con una barriga enorme. Estuve cuatro meses esperando allí. Trabaje para alimentarme. Te busqué por todos lados para decirte que íbamos a tener un hijo, que no me dejaras sola en esto. Pero te importo una mierda y ahora me da igual si te atropella un camion, nadie llorara tu pérdida.

—Sabes que eso no es verdad —Parece como si le hubiera dado un golpe contundente en la cabeza, porque se tira para atrás con la cabeza gacha, como si lo hubiera herido en pleno campo de batalla y ahora tiene que ir a curarse las heridas.

—Nunca dije algo tan cierto en mi vida.

—Fui un idiota, lo se, pero..

—La idiota fui yo por quedarme después de todas nuestras peleas. Idiota fue quedarme después de que me hicieras pasar noches horrorosas llenas de llanto y desesperación. Idiota fui yo por seguir a tu lado después de que me trataras como mierda. Idiota fui yo por creer que cambiarias. Idiota fui yo por creer en tus "Te amo"

—Todos y cada uno fueron ciertos —Me miro serio y casi le creo, pero menos mal que ya no soy esa idiota.

—Tu no me querías, si lo hubieras hecho, no me habrías destruido. Ahora me das igual. Ya no te quiero.

—Sabes perfectamente que lo haces, Helena.

Ahora recuperó su confianza y se acerca lenta y sigilosamente. Ya se a donde quiere llegar. Viejo gato no cambia sus trucos.

¿Piensa que lo sigo queriendo? Ni loca.

—¿Por que me haces esto? Soy feliz. Te olvide, Alex. ¡YA NO TE QUIERO! 

—Cierra la boca —Un balazo directo a su pecho. Se que le duelen mis palabras y se siente bien que lo hagan

—Vete. Sal de mi vida de una vez por todas —Seguí diciendo. Segundo balazo.

—Yo puedo irme, pero una parte de mi siempre estaría contigo, tiene mis ojos, mi cabello, mi recuerdo. Se por eso que no me olvidaste.

Ahora esta a centímetros de mi y ya no tengo nada mas que decirle, excepto que se retire de mi espacio

—Alejate de mi —Digo pero él hace caso omiso a mi pedido

—¿Por qué? —Está a solo un paso de mi, pero no lo da. De hecho aproxima su mano a mi pecho y mis piernas se hacen gelatina.—. Tu corazón late bastante rápido, Helena. ¿Eso te pasa con él? —Murmura cerca de mi cara.

Su aliento en su cara provoca una sensación extraña y familiar en mi vientre.

—Mi corazon late asi porque no quiero que te me acerques —Consigo decir.

—Sigue diciéndote eso a ti misma. Sientes algo por mi todavia y lo sabes —Respondió acercando su cara a la mía

—No, ni siquiera siento asco por ti. Nada. —Afirmo mas para mi que para el. Cierro mis ojos, respiro profundamente y saco todo el aire de mis pulmones, tratando de tranquilizar mi pulso.

—Eso lo veremos —Dice y se aleja.

—¿Qué quieres decir con eso? 

—Tu novio como idiota me invitó a cenar mañana a la noche. ¿Tu madre por lo que tengo entendido se fue de viaje con su esposo, cierto? No habrá problema.

—Cuando le cuente quién eres lo habrá.

—¿Se lo contaras?

No, no lo haré ni loca. Kyle, no puede saber que estuve con mi primo ni de coña.

—Eso pensé —dice con aire de suficiencia

—Alex, por favor. Vuelve por donde viniste. Déjame en paz —Cierro mis ojos y por un momento pienso que va a aceptar y dejarme en paz, pero solo fue un momento

—Helena, ese niño es mío. Quiero conocerlo. En un tiempo sabrá que soy su padre. Y tu volverás conmigo. Eres mía por derecho eterno.

—Estas enfermo.

—Piensa lo que quieras, pero eso pasara.

—Alex, ya no te amo.

—Vas a amarme de nuevo.

—¡Tu me dejaste! ¡Ya no me querias! ¡Yo tampoco lo hago, ya! ¿Quien te crees que eres? ¿Tratas de hacer que te odie? 

—Tal vez si. Del amor al odio hay un paso.

Y cruzó la puerta dejándome con ganas de tirarle el jarrón que estaba en la mesita de café en la puta cabeza.









Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top