Capítulo 6
—¿Ya conseguiste a la pelirroja?—preguntó serio.
—David ¿Acaso alguna chica se ha negado a salir conmigo?—respondió sonriente.
—Además de Ámbar...Nadie más—dijo burlista.
—Respondiendo a tu pregunta si Jim aceptó salir conmigo—dijo.
—Bien Nicolás ten te lo mereces—le entregó una bolsa con un contenido desconocido.
—No fue nada ¿Pero por qué tanto interés en esa chica?—preguntó Nico guardando la bolsa en su mochila.
—Quiero mantenerla cerca solamente ¿ya le dijiste que dejaría de molestarla?—preguntó David a lo que el rubio asintió.
—Santelices, Navarro guarden silencio—interrumpió el maestro de Ciencias.
*****
Delfi estaba feliz, pues tendría un completo descanso, ya que Johanna tenía otra clase, y ella se sentía libre al menos un par de horas, sin embargo no todo podía ser color rosa.
—Alzamendi ¿Qué haces aquí sola?—dijo Alonso un compañero.
—Entré antes para la clase—Dijo Delfi con una sensación de incomodidad ante la cercanía del chico.
—Responsables tal y como me gustan—el chico se acercó a ella acariciándole la mano.
—Si—respondió la chica quitando la mano del chico de forma brusca.
—A ver Alzamendi vamos a hacer las cosas bien —amenazó Alonso.
—¿Qué quieres decir con eso idiota?—Delfi se levantó de su asiento para enfrentarlo.
—Se que te falta dinero, y bueno yo—insunuó el chico.
—No sé a que te refieres ahora si no te importa quiero ir al baño—Delfi quiso salir, pero Alonso fue más rápido y se posicionó enfrente de ella.
—Ya sabes a lo que me refiero—le dijo tomándole el brazo de forma brusca, y logrando besarla la chica trataba de zafarse, pero le era imposible.
— Alonso, déjala—intervino Ramiro quien había visto todo desde la puerta.
—Ponce, no te metas no ves que Delfi estaba disfrutando—dijo Alonso.
—Eso es mentira tú me diste un beso a la fuerza—Delfi empujó a Alonso.
— Ya ves ahora ándate antes que te vuele los dientes de un golpe—amenazó el de rulos.
—Esto no se va a quedar así Ramiro—Alonso salió completamente enojado.
— ¿Tú estás bien?—le preguntó a Delfi.
—Sí, estoy bien sólo siento rabia, y no quiero estar aquí—dijo Delfi tomando sus cosas.
—Te acompaño total la clase de historia es do lo más fome que existe en el mundo—dijo Ramiro saliendo junto a ella.
*****
—Señorita Mansfield, parece que el viaje le cambió los horarios llegó 20 minutos tarde—regañó el profesor.
— ¿Querrá decir el aquelarre?—interrumpió Melissa.
—Sabes qué Melissa me tienes harta hasta cuando vas a seguir con esto, no eres más que una envidiosa que no tiene vida, y necesita lastimar a los demás para ser feliz dime ¿Cuándo vas a parar?—preguntó Emilia acercándose hasta el asiento de Melissa.
—Señorita cálmese—intervino el profesor.
—No, no quiero calmarme estoy aburrida y cansada que esta y su amiguita Johanna me estén molestando todo el tiempo con que soy una bruja—Emilia estaba completamente exaltada.
—Si eres una bruja, y sabes terminarás muerta y sólo porque nadie te va a querer nunca así—sentenció Melissa.
—Te estás pasando—intervino Luna.
Emilia sacó fuerzas no sabe de donde, y le dio un bofetón a Melissa ante la mirada atónita de sus compañeros, por supuesto Melissa comenzó a llorar siendo consolada por algunos que miraban a Emilia como si fuese un bicho raro.
—Emilia retírese a dirección—ordenó el profesor.
— ¿Y ella por qué?—preguntó Luna.
—Agredió a su compañera—dijo el profesor.
—Es muy injusto Melissa comenzó y usted lo sabe—Gritó Luna.
—Valente cállese o usted también irá a dirección—dijo el profesor tratando de calmar a Luna.
—Luna, déjalo iré a dirección—Emilia tomó sus cosas para irse, pero antes cerró la puerta de un golpe.
Llegó a dirección, la secretaria la hizo esperar un momento, y pasó hasta la oficina del director quien la hizo sentarse esperando que le explicara lo que había sucedido.
—No dirá nada señorita Mansfield—preguntó el director.
—No sólo deme mi reporte, y si quiere me manda a detención por mil años—dijo completamente desganada.
—Conseguiré una hora con la psicóloga del Instituto su comportamiento no es normal—decía el hombre en tono calmado.
—Ajá—soltó Emilia.
—Bien este es el reporte, no la enviaré a ninguna parte —le entregó su reporte, Emilia salió y se sentó en una de las bancas del patio.
*****
—No pensé que David tendría tanto apoyo—dijo Simón con enojo.
—Yo tampoco—negó Pedro.
—Viste a Miguel estaba claramente asustado—dijo Simón.
— ¿Tú crees que David amenazó al equipo?—preguntó Pedro.
—Eso estuvo clarísimo amigo o a cambio les dio algo—soltó en un suspiro el mexicano.
—Sabes tienes razón es casi ilógico que en las primeras votaciones tu tuviste todos los votos, y hoy hayas tenido sólo 3 hablemos con el entrenador—sugirió el pelinegro.
—No sabes que de todas formas no me importa—dijo Simón rendido.
—Álvarez, felicitaciones eres un gran perdedor—ingresó burlándose David.
—No estoy para tus bromas—dijo Simón.
—Ahora que soy el capitán debes estarlo—David lo tomó de la camisa.
—Me importa un pepino si eres el capitán o el mismísimo presidente de los Estados Unidos así que déjanos en paz—Simón le dio un puñetazo haciendo que David cayera al suelo.
—Álvarez ¿qué significa esto?—interrumpió el entrenador.
—David vino a amenazarlos—habló rápidamente Pedro.
—Eso no fue lo que vi, ustedes dos a dirección—el entrenador señaló a Pedro y Simón quienes se fueron sin decir nada.
*****
—Entonces Matteo te dijo ¿Qué no quería que acercarás a él?—preguntó Nina por quinta vez a su amiga—
—Si Nina—dijo Ámbar un poco cansada.
— ¿Y eso por qué?—preguntó Nina.
—No lo sé tal vez le caigo mal que se yo—dijo Ámbar.
—De todas formas es raro—analizó la pelinegra.
—Smith, parece que la conversación con su amiga está mejor que la clase—fueron interrumpidas por la profesora.
—Cualquier cosa es más divertida que esta clase—respondió Ámbar con desagrado.
—No sea insolente o tendré que...—trataba de hablar la profesora.
—Enviarme con el director, pues me voy chao amiga nos vemos la próxima clase querida profesora—dijo fuertemente.
Tomó sus cosas y salió del salón de clases en otro tiempo no hubiese reaccionado así, pero últimamente nada le importaba ni siquiera aprobar o reprobar alguna materia estaba aburrida de su vida, y un poco de acción no le vendría mal bajó las escaleras dispuesta a ir a la oficina del director, sin embargo, se encontró con algo no muy agradable Matteo estaba besándose apasionadamente con un chica estaban casi a punto de tener sexo en medio del patio del Instituto, eso le causó repulsión de sólo imaginárselo, pero también sintió algo de celos que rápidamente sacó de su cabeza y se fue a dirección.
*****
— ¿Qué significa esto?—la inspectora rompió la escena subida de tono que estaban montando.
—Sólo nos besábamos que tiene eso de malo—respondió Matteo.
—Eso ya lo veo, pero está prohibido—dijo la mujer con voz de desaprobación.
— ¿Acaso usted nunca fue joven?—dijo Matteo riendo.
—Claro que lo fui, pero andar besándose en el colegio de esa forma no es para nada decente—respondió la mujer.
— ¿Usted es muy decente?—preguntó Matteo.
—Creo que una charla con el director le hará bien—ordenó la mujer.
—Mis padres me mataran—habló la chica involucrada.
—Iré yo sólo si es que a la señorita decencia no le molesta—la mujer estaba avergonzada, y sólo pudo asentir.
Matteo dejó a la chica, y se fue hastala dirección encontrándose con rostros conocidos Simón, y Ámbar los chicos con los que había estado en detención también estaban esperando hablar con el director se ubicó cerca de Pedro, y se dio cuenta que Ámbar lo miraba con desagrado, el director salió de la oficina y pidió a los 4 que ingresaran.
—¿Qué tenemos aquí?—preguntó el hombre.
—Tres chicos y una chica—respondió Matteo.
—No estoy para chistes Matteo, de ustedes tres estuvieron en detención hace dos semanas—explicó el director.
—Si sabemos pero al menos no es mi culpa que las clases sean tan aburridas—dijo Ámbar.
—La princesa Smith quejándose—se burló Matteo.
—No estoy quejándome sólo dijo lo que siento—dijo Ámbar defendiéndose.
—Eso es quejarse princesita—atacó Matteo bajo la mirada de todos los presentes.
—Matteo, basta ustedes tres pueden retirarse necesito platicar con el señor Balsano su castigo se los diré pronto—los chicos salieron.
—Bien comienza con tu sermón—dijo Matteo acomodándose en la silla.
—¿Qué hiciste ahora Matteo?—preguntó el director ignorando lo dicho por el chico.
—Estaba besándome con una chica—dijo relajado.
—Sabes que hacerlo en el Instituto no está permitido—dijo el señor.
—¿Por qué? Tiene algo de malo—preguntó Matteo.
—No, pero conociéndote a ti no creo que haya sido un simple beso de niños—dijo el director llegando a su límite de paciencia.
—La paga iba a ser buena—respondió Matteo.
—Matteo hablaré con tus padres, puedes retirarte—le dijo indicándole la puerta.
—No me castigará—preguntó Matteo.
—Los castigos ya no sirven contigo—dijo el director, Matteo salió de la oficina.
*****
—No puedo creer que yo me salí de clases—dijo Ramiro.
—Y todo por mi culpa—dijo Delfi.
—Para nada estar aquí es divertido—respondió Ramiro entusiasmado.
—Gracias Ramiro—dijo Delfi sonriéndole.
—¿Te pareces si cantamos algo?—propuso el de rulos, y la pelinegra asintió.
Ramiro: A menudo despierto y no encuentro el sentido
Aunque siempre me siento tan feliz de estar vivo
Cada tanto pregunto que podría haber sido
Si tomaba otro rumbo y hacia otro destino
Delfi: A veces tengo miedo de encontrarme
Solo y desnudo frente al espejo
Ponerme sincero en voz alta, oír lo que pienso
Ambos : Un rayo de luz no vuelve a caer en el mismo lugar
Un ave no vuelve la vista hacia atrás
Yo digo que el rio me lleve hacia el mar
De solo vivir se trata mi vida
Ámbar quien iba junto a Pedro y Simón vio a los chicos cantar e inmediatamente quiso unirse rápidamente llegó junto a ellos.
Ámbar: Que fortuna encontrarte aunque no lo elegimos
Que me cuentes tus sueños y que cuentes conmigo
Porque a veces tengo miedo de encontrarme solo y desnudo
Frente al espejo
Ponerme sincero en voz alta, gritar lo que siento
Delfi, Ramiro, Ámbar: Un rayo de luz no vuelve a caer en el mismo lugar
Un ave no vuelve la vista hacia atrás
Yo digo que el rio me lleve hacia el mar
De solo vivir...
Simón también se entusiasmó y se unió a cantar con ellos mientras Pedro hacía una especie de baile, cuando Simón iba a cantar vio a Emilia entonces la invitó por un momento pareció que la chica no quería, pero aceptó ella necesitaba desahogarse, y que mejor que la música para hacerlo.
Simón y Emilia: Un rayo de luz no vuelve a caer en el mismo lugar
Un ave no vuelve la vista hacia atrás
Yo digo que el rio me lleve hacia el mar
Todos: Soltar y esperar un beso sentido sin miedo a volar
Un cuento que nunca me cuente el final
La dulce ironía de amar sin pensar
De solo vivir se trata mi vida
Terminaron de cantar entre risas y aplausos con miradas cómplices seguramente sería el inicio de algo nuevo y maravilloso.
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Amo los capítulos con canciones!!!
Ya pronto cantará Matteo ya saben que el es extraño
Besos!
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