❛ Kunikida Doppo | 酷倪极大东欧婆婆。❜
Abrió por fin la pequeña caja nada más llegó a su pequeño y desordenado apartamento. La colocó con cuidado en la mesa de su sala de estar y procedió a retirar las cintas que la envolvían. Levantó la tapa, y observó con detenimiento su contenido, con cierto asombro.
¿Eso lo había hecho Atsushi?¿un pequeño peluche de Dazai casero? Wow, nunca imaginó que Nakajima tendría tal habilidad para coser.
Medía más o menos unos 20 centímetros y representaba al castaño de manera regordeta e, incluso, llegaba a ser tierno para el propio chico de los vendajes.
En lo personal, a Osamu le encantó. Era simple, y adorable, además de que reflejaba algunos detalles de su personalidad. Tenía las mejillas sonrojadas, y una sonrisa propia de las que él solía hacer.
ーAtsushi-kun... ーsusurró, acompañándolo con una risa ligera al final. No pudo divagar mucho más en sobre el bonito detalle del menor, ya que una llamada interrumpió sus pensamientos de manera repentina.
Dudó unos instantes sobre si aceptar la llamada al leer el nombre en la pantalla. Acabó aceptándola; sabía que si no lo hacía, seguramente se comería una buena regañina el día siguiente.
ー¿Kunikida-kun, qué ocurre? ーpreguntó con simpleza, mostrando una voz somnolienta, con las intenciones de darle a entender al contrario las pocas ganas que tenía de hablar con él (y con cualquiera, en realidad).
ーDazai, ¿tienes algo que quieras contar? ーpreguntó directamente el de gafas.
ーNo, no a ti.
ーMe dirijo a tu casa, así que preparame algo de cenar.
No pudo evitar soltar un ーcómicoー chillido ahogado ante sus palabras. ¿Que Kunikida iría a su casa? No, no y no. ¡No podía dejarle entrar a su morada, y mucho menos si él iba sin avisar un par de horas antes!
Y entonces el 'toc-toc' de la puerta no se hizo de esperar. No podía dejar que Kunikida viera la pocilga en la que se había convertido su apartamento. ¿Desde cuándo se había interesado tanto en él como para llegar a ser un pesado? Ese día ya le había preguntado lo mismo unas cuantas veces, y se estaba cansando de responder todo el rato 'no a ti'.
Abrió con cierto toque de pereza la puerta y recibió a aquel rubio de pelo largo con un no muy animado saludo, que consistía simplemente en decir 'hey, qué pasa'.
ーEncima que me preocupo por ti tú vas y me rechazas la ayuda... ーse quejó Doppo, sin saludar siquiera y pasando al apartamento sin molestarse en pedir permiso a su dueño. Caminó sin muchos rodeos al sofá del salón y cruzó sus piernas mientras el otro cerraba la puerta.
ーHm, ¿quieres pasar, Kunikida-kun? ーpreguntó de manera irónica segundos antes de dirigirse él también hacia su compañero de trabajo.
ーEsto parece un vertedero. La última vez que vine aquí esto era mucho más organizado ーdecía sin parar.
Era una pena; Dazai había llegado feliz a su casa gracias a Atsushi, y ahora la preocupación de Kunikida sólo le parecía ーaún másー molesta.
Agradecía profundamente que pensara en él, de verdad, pero sus motivos (o por lo menos los que Kunikida mencionaba) eran, ciertamente, desagradables a su punto de vista.
Y es que, preguntar a una persona si estaba bien sólo para asegurarse de que trabajaría y rendiría bien profesionalmente hablando, era bastante molesto para alguien con la mentalidad insegura y pesimista de Dazai.
Pero, al contrario de lo que podía parecer, a Osamu le encantaba Doppo; era el único que desde el primer momento mostró su verdadera personalidad, esa cascarrabias y quisquillosa. Al principio pensó que tenía alguna especie de trastorno obsesivo compulsivo, hasta que se dió cuenta de que el de gafas era, simplemente, el estrés en forma de ser humano. Y hacerle molestar era de sus pasatiempos favoritos, es fácil y arriesgado en ocasiones ーKunikida en cualquier momento podía crear un arma con su poder, ¿o no?ー.
ー¡Ku-ni-ki-da-kunnn~! ーsoltó un quejido en forma de exclamación ー. Tendrías que haberme avisado antes de que vendrías a visitarme, hmm~ ーhizo un puchero infantil mientras se sentaba al lado del mencionado, cruzándose de brazos, fingiendo estar ofendido.
Odiaba hacer eso. ¿Fingir?¿de qué servía hacerse el infantil? Era una persona que había matado a más de cien iguales a él, ¿por qué vestirse con una capa que hace invisible todos sus miedos al público? Era completamente inútil, pero debía hacerlo. Por gente como Kunikida, sin ir más lejos.
ー¿Estás comiendo bien? Te noto más delgado de lo normal ーpreguntó, fingiendo indiferencia. Aquella que Dazai conocía bien de parte de su compañero.
ー¿Por qué no le echas un vistazo a mi cocina, Kunikida-kun? ーofreció, a lo que el rubio no tardó mucho en hacer lo sugerido.
Abrió su nevera. No había nada.
Abrió los estantes. No había nada.
ーSuelo comer fuera, tranquilo, por eso no tengo nada ーsonrió mirando al suelo, su sonrisa denotaba cierta... ¿melancolía?
Y no mentía para nada, en realidad. Si sentía hambre y tenía el suficiente humor para salir de casa, lo hacía, iba a cualquier bar de la zona y picoteaba algo para saciar su apetito y aguantar las siguientes 8 horas, por lo menos.
ー¿A qué viene esa cara?
ーRecordé a un amigo.
Recordó los tiempos en los que bebía hasta la medianoche con sus dos antiguos mejores amigos en el bar que hoy día aún frecuenta bastante.
ーEse es el regalo de Atsushi, ¿no? ーpreguntó ahora. La situación se empezaba a tornar incómoda, y para aliviarla, pensó, deberían hablar de otra cosa. No pudo evitar sonreir; la verdad, el chico tigre había hecho un buen trabajo.
ーExactamente ーrespondió casi en un murmuro. Alzó la vista y la dirigió al contrario ー. Kunikida-kun, necesito tu ayuda.
"Ah, al fin se digna a hablar" no pudo evitar pensar ー¿de qué se trata? ーdijo en cambio.
ー¿Cómo... le levantarías el ánimo a alguien que está triste? ーsusurró, en un tono lo suficientemente audible. Su cara parecía la de un cachorro completamente indefenso, rendido ante la probable posibilidad de morir.
Con Kunikida no hacían falta explicaciones ni rodeos antes de decir lo verdaderamente importante. Y eso era algo que Dazai sabía, y agradecía bastante.
No recibió respuesta, pero sí un abrazo amistoso por parte del otro.
ーEra lo que me temía entonces, ¿no?
Aguantó sus ganas de llorar y sólo soltó unas risas amargas; soltando a continuación una propuesta que no había tenido tiempo de considerar antes.
ーKunikida-kun, ¿te importaría quedarte a dormir esta noche?
Se separó del abrazo y posó ambas manos sobre los hombros del de cabello color café.
ーPara eso vine, Dazai.
____________
Díganme qué les pareció, se aprecia mucho cualquier crítica o sugerencia. uwu
¿Qué les parecería un grupo de rol de bsd? Nada serio, sólo para memear, yas. <3
Gracias por leer,
os amo, muack.♡
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top