Especial Pasado de Amón

Pov. Narrador omnisciente

Un día de primavera, a altas horas de la madrugada, la luna de una manada que, aunque no era muy grande, tampoco era pequeña, daba a luz a un pequeño niño de ojos color miel. Al oír la noticia de su nacimiento, el padre, al cual no le dejaron entrar a la sala del parto, aulló de felicidad, había nacido su cachorro.

Toda la manada celebró el nacimiento de su futuro alpha, aunque nadie estaba más feliz que los padres del recién nacido, y puede que la mejor amiga de la luna, la encargada de la casa principal, Rocío, que desde el primer momento que vio al niño se enamoró de él y se convirtió en su nana.

El tiempo fue pasando, y el pequeño alpha crecía grande y fuerte, había heredado la tenacidad y el instinto de protección de su padre, y la bondad y dulzura de su madre, por lo cual todos en la manada adoraban al niño, y aunque estaban muy contentos con su actual alpha, no veían el momento en que el pequeño se convirtiera en el alpha de la manada.

Los años transcurrieron con paz y felicidad, el joven Amón, a pesar de ser muy apuesto y tener muchas chicas tras él, no quiso estar con ninguna, sus padres le habían enseñado que solo podía estar con una mujer, con su futura luna, y eso era algo que él anhelaba, tener su primera transformación y encontrar a su luna.

El día de su decimosexto cumpleaños llegó, Amón estaba muy emocionado, esa noche conocería a su lobo, y poco tiempo después encontraría a su mate, pues creía que ella era de su edad y solo se diferenciaban de unos meses, y él contaba con ello, no deseaba esperar mucho por ella, la quería encontrar cuanto antes.

Los meses fueron pasando, y él no encontraba a su luna, había estado presente en todas las primeras transformaciones de cada chica de la manada, pero no la había encontrado, así que imaginó que estaría en otra manada, y aunque le hubiese gustado que fuera una chica de la manada, no estaba dispuesto a renunciar a su búsqueda.

Justo antes de iniciar la búsqueda de su mate por otras manadas, sus padres recibieron una invitación al nombramiento del nuevo alpha de otra manada. Al principio a Amón no le hacía mucha gracia ir, pero sus padres le convencieron alegando que tal vez la encontraría allí.

Y así fue, Amón con 23 años, encontró a su mate en esa fiesta, y era nada más y nada menos que la prima del alpha que acaba de ascender, por lo que Amón estaba muy feliz de haberla encontrado, y le agradeció a sus padres por haberlo convencido de ir, si no, lo más probable es que hubiera tardado algunos meses en encontrarla.

Rebeca, la mate de Amón, no puso ninguna pega en aceptarlo e irse con él a su manada, tampoco las puso su primo Preston, el cual se alegraba de que su prima tuviera un mate digno de ella, pues tanto Rebeca como Preston, creían que no merecían menos que un alpha en el caso de ella, y un miembro de la familia de un alpha en el caso de él.

El tiempo siguió pasando, y los padres de Amón no veían con buenos ojos a Rebeca, ellos habían oído rumores de que ella le era infiel, que se acostaba con todo hombre que se le ponía por delante, y eso no les gustaba nada, se arrepentían de haber llevado a Amón a la celebración donde la conoció.

Los padres de Amón intentaron hablar con él, hacerle entrar en razón, pero no pudieron, Amón estaba ciego por el amor que le tenía a su mate, incluso su lobo, que muchas veces se mostró mucho más prudente y desconfiado que Amón, había caído bajo el embrujo de Rebeca, cegandolo por completo.

Después de casi tres años de relación, Amón había decidido marcarla, no se había decidido antes por sus padres, que le decían que ella no le convenía, pero estaba decidido a no hacerles caso y marcarla, y así mismo fue donde su padres y les contó su decisión.

Sus padres quedaron horrorizados, no pensaban permitir que su hijo cometiera semejante error, por eso los tres tuvieron la mayor discusión que habían tenido nunca por cualquier motivo, aunque la realidad es que nunca habían discutido antes de que Amón conociera a Rebeca, sus únicas discusiones eran por su relación con ella.

Amón salió de la manada junto a Rebeca a un pueblo cercano, quería hablar con ella, quería arreglar las cosas con ella, que ella le explicara lo que realmente estaba sucediendo, pues se negaba a creer todo lo que le habían dicho sus padres, y creía más en su palabra, que en la de ellos.

Lo que él no sabía, era que mientras él estaba discutiendo el asunto con Rebeca, un grupo bastante numeroso de vampiros atacaba la manada. Su padre, al ser el alpha luchó junto a los guerreros por defender a su gente, mientras que la luna se aseguraba de que todos fueran al refugio.

Mientras la luna hacia su labor, ayudando a las familias a llegar al refugio, vio como un grupo de vampiros rodeaban a una mujer y su hijo, por lo que se transformó y luchó contra los vampiros, mientras ellos huían a refugiarse, pero debido a la desventaja numérica, ella falleció en sus manos.

El alpha, que apenas estaba llegando donde estaba su luna, al ver cómo la asesinaban, aulló de dolor y se puso a gimotear, y eso le costó la vida, pues los vampiros que no había matado la luna, al verlo tan indefenso, lo atacaron y acabaron con él sin ninguna oposición por parte de su víctima.

Cuando Amón volvió a la manada, se puso pálido de la impresión al ver la manada destrozada, ellos habían vencido a los vampiros, pero las bajas eran considerables, y entre ellas estaban sus padres, y lo último que habían hecho juntos era discutir, lo cual devastó aún más al joven alpha.

Esa noche lloró como nunca en su vida, había perdido a sus padres, y se negaba a pensar que Rebeca le era infiel, pues eso significaría que murieron, no solo por su culpa, sino por su estupidez al preferir creer a su mate antes que a sus padres, algo que le pesaría toda la vida.

Pasaron un par de semanas antes de que se hiciera la ceremonia de ascensión, Amón después de lo sucedido no tuvo ánimos para marcar a Rebeca, la cual se había mostrado muy resentida por la negativa, pero Amón no estaba para eso, esas dos semanas se las había pasado encerrado en su cuarto solo, solo y culpándose de la muerte de sus padres.

Con su nombramiento como alpha oficial, el beta de su padre decidió ceder su lugar a su hijo, por lo que esa noche fue la ascensión de los dos, pues el delta aún no iba a dejar su puesto, ya que creía que era mejor que alguien con experiencia estuviera con ellos, no porque no creyera en las capacidades de su hijo.

El tiempo fue pasando, Amón y Tony, hijo del antiguo beta y nuevo beta de la manada, se hicieron buenos amigos. Amón no tenía realmente ningún amigo, siempre estaba ocupado ayudando a su padre o buscando a su mate, y posteriormente estando con ella, por eso le agradó poder contar con Tony como un amigo.

Desde la muerte de sus padres, su relación con Rebeca había ido empeorando, hasta el punto en que ella no quería saber nada de él al menos que la marcara, algo de lo que ya no estaba tan seguro, había notado un par de cosas que le hacían sospechar que ella le estaba siendo infiel, pero tampoco quería adelantar acontecimientos.

Una noche, después de haber estado en su despacho todo el día con Tony, salió a dar un paseo con él por la manada, fue en ese paseo donde Amón escuchó aquello que le destrozaría el corazón, y haría que su vida y existencia se hicieran más miserables de lo que ya eran.

Escuchó claramente a algunos de sus guerreros burlarse de él por el tema de Rebeca, al parecer era el único que aún no se había dado cuenta de todo lo que ella hacía, por lo que contaron los guerreros, ella se había acostado con casi todos los hombres solteros de la manada, además de que no trataba bien a los miembros más débiles.

Conocer todo eso le destrozó, Tony ya sabía todo eso, pero prefirió no decir nada para no tener problemas, pero cuando Amón le preguntó si él lo sabía, no le mintió, le dijo la verdad, que sí lo sabía, y no solo eso, sino que hacía un tiempo se le había insinuado, pero él la rechazó pues sabía que era su mate.

A partir de entonces, Amón dejó de ser el mismo, rechazó a Rebeca y le prohibió pisar la manada, fue a la tumba de sus padres y les pidió perdón con el corazón destrozado, los había perdido por no hacerles caso, y eso le dolía profundamente, pero no se podía hacer nada, ellos ya estaban muertos.

El alpha bueno y bondadoso desapareció, se convirtió en un alpha frío y serio, no era cruel, no podía ser así con su manada, con su gente, pero la bondad característica que heredó de su madre desapareció, y solo su nana Rocío y Tony podían acercarse a él, ni siquiera el delta podía.

Se cerró al amor, se prometió a sí mismo no volver a amar, no volver a caer por culpa de una mujer, y aunque muchas mujeres intentaron que los muros que había construido cayeran, ninguna lo consiguió, e incluso para Rocío y Tony, les era difícil atravesar esas murallas.

Los años fueron pasando y se convirtieron en décadas, Amón seguía igual de frío que en aquel entonces, incluso se podía considerar que había empeorado, lo cual tenía preocupados a sus seres cercanos, pero él no cedía, y no pensaba ceder, aunque le doliese que ellos estuvieran sufriendo por su culpa, siempre por su culpa.

Un día fueron invitados él y su beta a la presentación de la luna de otra manada, el alpha de aquella manada era un conocido de Amón, un amigo de trabajo, aunque en realidad era más un aliado que un amigo, pero por lo general el otro alpha le llamaba amigo, y para no ser descortés, Amón también le llamaba amigo.

Después de la presentación, Tony consiguió convencer a Amón para ir a una discoteca de una ciudad cercana a esa manada, y aunque realmente Amón no estaba muy convencido, decidió ir para complacer a su amigo, y así si tenía suerte, hasta se relajaría, aunque lo dudaba bastante.

Con lo que ninguno de los dos contó, es que allí Amón encontraría a Amalia, su agne. Desde el primer momento que sus ojos se encontraron, él lo supo, sabía que ella era su segunda pareja destinada, su agne, su corazón se lo indicaba al latir frenéticamente sin motivo alguno, además de que su lobo se revolvía nervioso dentro suyo.

Él se mostró ante ella tosco, arrogante y malhumorado, pero en realidad lo hacía para intentar esconder lo que su corazón indicaba, pues se lo prometió a sí mismo, no volver a enamorarse, y sin embargo allí estaba ella, quien sin saberlo, estaba poniendo su mundo patas arriba con una sola mirada enfurecida que le había mandado.

Cuando Tony lo alejó de Amalia, tuvo ganas de arrancarle la cabeza para volver con ella, pero se contuvo, él no sabía lo que pasaba, además de que él mismo se negaba a aceptarlo, pero estaba ahí, era un hecho, un hecho que aborrecía con toda su alma, pues la traición de Rebeca le había dejado marca, creía que todas las mujeres, antes o después, se volvían traicioneras aunque ellas aseguraban amar a esa persona.

Completamente agobiado, y con su lobo muy inquieto, se despidió de Tony sin darle ninguna explicación, cosa que lo confundió, pues Amón solía contárselo todo, pero pronto se dió cuenta era para liberar la rabia que le había dado hablar con la chica de la discoteca, por lo que suspiró sonoramente, y se fue a la habitación de hotel que compartían.

Amón corrió por el bosque hasta que se cansó, no podía quitarse la imagen de Amalia de la cabeza, y eso no hacía más que frustrarle, gruñó molesto y empezó el camino de vuelta, pero cuando estaba por avanzar, tres demonios le rodearon, por lo que tuvo que pelear, solo esperaba que esos demonios no le mordieran, pues los casos de envenenamientos hacía un tiempo que habían empezado.

La pelea comenzó, Amón consiguió matar a dos de los tres demonios, pero estaba muy lastimado por la pelea, el tercer demonio iba a matarlo, cerró los ojos cansado, y aceptando que esa misma noche iba a morir, solo deseaba que Amalia no corriera la misma suerte, no se le hacía justo que ella muriera solo por ser su agne cuando ella ni lo sabía.

Esperó, pero nunca sintió el golpe de su atacante, abrió los ojos, pero estaba tan cansado que lo veía todo borroso, no podía apreciar bien quién lo había salvado, y sin más fuerzas, cayó al suelo desmayado, y al poco volvió a su forma humana, pues no solo él estaba cansado, también su lobo.

Cuando despertó se encontró en una habitación que no reconocía, y al intentar levantarse sus heridas dolían como el infierno, hasta que oyó la voz de su agne, desconcertado la miró, ella estaba ahí ofreciéndole un té, quería darle las gracias, quería decirle lo que ella significaba para él, pero los muros que él mismo construyó no se lo permitieron, en su lugar se comportó como un completo imbécil, o al menos a su parecer.

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Hola, espero que os haya gustado el especial, mañana intentaré subir otro, ¿cuál queréis que sea el siguiente?

Sé que en la historia el motivo de la discusión que provocó que se fuera de la manada justo cuando fue atacada es otro, pero seamos sinceros, está claro que Amón no le iba a decir a Amalia que la razón de que había discutido con sus padres era porque quería marcarla, él le contó una pequeña mentirijilla para que Amalia no se enfadara, en el especial aparece la verdadera razón de la discusión.

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