Especial Amalia inconsciente
Pov. Amón
Veo como mi luna se desmaya y cae en mis brazos, la acabo de marcar sin su consentimiento, algo que sé que está mal, pero que me causa una gran alegría, así ella no podrá irse de mi lado como ella intentaba hacer, sé que cuando despierte estará enfada conmigo, pero ni modo, no pienso dejarla ir.
Salgo de esa casa con ella en brazos, y cuando estoy fuera me transformo y la subo a mi lomo. Empiezo a correr con cuidado de que no se caiga, pero también rápido para poder estar en la manada lo antes posible, lo bueno es que parte de su velocidad la tengo en forma lobuna, y la verdad es que lo agradezco.
Tardo un par de horas, pero por fin llego a la manada, ya debe de ser muy tarde, es por eso que la manada se encuentra a oscuras y sin gente por las calles, todos deben de estar dormidos, como lo estaré yo dentro de unos minutos, dormido en mi cama con mi luna al lado, será la mejor noche de mi vida.
Seguro, por fin es nuestra - me dice Zeus, mi lobo.
Y no se irá de nuestro lado.
Cierro la conexión, vuelvo a mi forma humana, cojo a mi luna y la llevo corriendo a nuestro cuarto, porque a partir de ahora no es solo mío, sino de los dos, y eso me hace muy feliz, no pensé que después de lo ocurrido con Rebeca volvería a enamorarme, pero ha pasado, y me alegra que la Diosa Luna me haya entregado a Amalia como mi agne.
(...)
Hoy he despertado con mi luna entre mis brazos, y no podéis imaginar la felicidad que eso me da, me siento completo cuando estoy con ella, su presencia me da tanta paz, además de que es adorable cuando duerme, la verdad es que me gustaría verla abrir los ojos, pero eso hasta dentro de dos o tres días no va a ser posible. Le doy un beso en los labios, y bajo al comedor a desayunar, aunque me gustaría, no puedo estar todo el rato con ella.
(...)
Ya han pasado tres días y no despierta, ésto no es normal, anoche debió despertar, como mucho esta mañana, pero nada, no da ningún signo de querer despertar, preocupado, he hecho llamar al doctor de la manada para que revise a mi luna, no sé porqué no despierta todavía, y la verdad es que estoy empezando a preocuparme.
-Alpha - me saluda el doctor al entrar al cuarto - ¿para qué me necesita?
-Quiero que revises a mi luna, anoche hacía los tres días desde que la marqué, y ella aún no ha despertado.
-Le haré un chequeo.
El doctor empieza a revisar a mi luna, comprueba sus constantes vitales, su ritmo cardíaco, que es lento, pero al ser medio demonio es normal, también comprueba que reaccione a estímulos, pero no, ni ruidos ni luces fuertes hacen algo, ella está inmóvil, y tanto Zeus como yo cada vez estamos más nerviosos.
-¿Y bien? - le pregunto impaciente.
-Alpha, en verdad no veo qué podría estar mal, ¿hay algo que no me haya contado? - me debato entre decirle o no decirle, pero la verdad es que no quiero ver a mi luna así, así que le cuento todo lo que pasó ese día.
-Doctor, ¿por qué mi luna aún no ha despertado?
-Alpha, usted la marcó sin su consentimiento, a parte de que al ser alpha su marca es más fuerte, es normal que tarde en despertar.
-¿No se puede hacer nada? - en verdad que me mata que esté así.
-Me temo que no alpha, solo se puede esperar.
-Está bien, puedes retirarte - digo firme, pero por dentro estoy desecho.
-Con permiso - dice y sale del cuarto.
-Lo siento tanto mi luna, tal vez debí buscar otra forma de evitar que te fueras - le digo poniéndome a su lado - cuando despiertes te lo compensaré - digo y le doy un beso en la sien.
Salgo de la habitación hecho un amasijo de sentimientos, hasta ayer me sentía plenamente feliz por haber marcado a mi luna, pero ahora, me siento triste, culpable, furioso conmigo mismo, no debí hacerlo, si hubiera sabido esto, habría buscado otra forma de mantenerla a mi lado.
No podemos cambiar el pasado, lo hecho, hecho está, solo queda esperar, al menos marcada no puede irse de nuestro lado.
Aún así no se me quita el coraje, fui un idiota, en más de un sentido, me comporté como un gilipollas con ella y para rematar, la marqué sin su consentimiento.
Creo que lo mejor es que vayamos a correr, necesitamos liberar energía.
Le doy la razón, lo mejor ahora mismo es no perder la cordura, iré a correr por el bosque a ver si así se me baja un poco el coraje. Salgo de la casa, me transformo y voy corriendo al bosque, corro sin detenerme por unas cuantas horas hasta que por fin me canso y decido volver para comer algo y sobre todo para ver a mi luna, necesito verla.
-Amón - oigo que alguien me llama, me giro y me doy cuenta que es Tony - te he estado buscando durante horas, ¿dónde estabas?
-Fui al bosque a descargar mi ira.
-¿Tu ira? - me pregunta confundido - ¿qué ha pasado?, por lo que tengo entendido, Amalia aún sigue inconsciente.
Suspiro sonoramente y le indico que me siga al salón, una vez allí le cuento lo que me ha dicho el doctor, ya que él ya sabía que la había marcado sin su consentimiento, y aunque de mano me regañó, al final me dió la razón. Cuando le acabo de contar, lo miro esperando que me diga algo, pero solo se queda callado, lo cual me molesta.
-¿No vas a decir nada? - le pregunto molesto.
-¿Qué quieres que te diga?, ya te dije que lo que hiciste estaba mal.
-Lo sé, créeme que lo sé - digo mientras me levanto y me empiezo a mover por la sala.
-Y aún falta su reacción cuando despierte.
-Lo sé - digo cabreado y le doy una patada al jarrón que tengo delante.
-Romper un jarrón no te ayudará a que ella te perdone.
La conversación con Tony no me ayudó en nada, al contrario, solo hizo que me cabreara más y destruyera todos los jarrones del salón, como si me importara eso, lo único que me importa es que mi luna está inconsciente por a saber cuánto tiempo y es mi culpa, mi maldita culpa.
(...)
Pasan los días y mi luna no despierta, me estoy desesperando, hoy hará una semana desde que la marqué. Carson se enteró de lo que hice y me estuvo regañando sin ningún pudor durante casi una hora, aunque la verdad es que no le hice ni el más mínimo caso, todo lo que dijo yo ya lo sabía, y no hacía falta que nadie me lo recordara.
Mi nana Rocío también se enteró y se disgustó mucho conmigo, incluso lloró, lo cual me hizo sentir peor, desde la traición de Raquel hasta que apareció Amalia, mi nana Rocío era la única mujer que permitía que se acercara a mí, y de la única que me preocupaba, y verla llorar me hizo sentir aún más miserable.
-¿Y si vamos a ver si ya ha despertado? - me sugiere Tony al verme tan deprimido.
-Me parece bien - digo e intento darle una sonrisa, pero me sale más una mueca.
Juntos salimos de mi despacho y vamos a mi habitación, pero ya sé lo que me espera ahí, lo mismo que toda la semana, a Amalia inconsciente en nuestra cama por mi culpa. Entramos a la habitación y la escena es igual que siempre, lo cual me pone cada vez peor.
-Al parecer sigue dormida - me dice Tony - lo siento Amón.
-No pasa nada Tony, es mi culpa - digo decaído.
-No te martilices, no tuviste elección, no es tu culpa - me intenta animar, pero yo sé la verdad.
-Sí, sí lo es, no debí ser así con ella, Amalia no es como Rebeca.
-Eso está claro, nunca había visto a alguien tan inocente como Amalia - me dice divertido - seguro que no habrá dicho una palabrota en su vida.
-No hables si no sabes, que no me hayas oído nunca decir una, no significa que nunca las haya dicho, imbécil - le espeta molesta mi luna, un momento, ¡¿¡MI LUNA!?!
-¿Estabas despierta? - pregunta Tony con la boca abierta, yo sin embargo estoy en shock.
-Sí, me desperté hace un rato - dice sentándose en la cama con dificultad.
-¿Cómo te encuentras? - pregunto aún un poco en shock.
-Cansada, con sensación de agujetas y con ganas de mandarte al hospital - me dice cabreada.
-Si solo es eso, entonces ni tan mal - dice entre risas Tony.
-Entiendo que estés enfadada, pero...
-Pero nada - me interrumpe muy enfadada - me has marcado cuando lo que yo quería era irme.
-Yo...
-Me voy - intenta levantarse, pero cae sentada otra vez, por lo que bufa - está visto que no tengo suficientes fuerzas, por lo que, quiero que os vayáis, no os quiero ver, sobre todo a ti Amón.
-¿Y yo por qué? - pregunta Tony incrédulo.
-Por decir lo de las palabrotas, largo - nos dice señalando la puerta.
Yo no quiero dejarla, no ahora que por fin se ha despertado, pero sé que necesita tiempo y espacio, por lo que salgo de la habitación con Tony, ya volveré cuando esté dormida para poder estar un rato con ella sin que quiera echarme o gritarme, por el momento, hablaré un poco con Tony en el despacho.
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Al final para ser un mini especial, ha ocupado más que un capítulo normal, pero espero que os haya gustado, en este especial quería reflejar lo que sintió Amón mientras Amalia estaba inconsciente.
Siento no haber actualizado ayer, pero es que no pude escribir hasta la noche, y solo pude escribir un capítulo de otra historia que me tocaba, y cuando lo acabé ya era muy tarde y tenía sueño, intentaré actualizar esta noche aunque haya publicado ya uno hoy, aunque tengo que pensar cuál será el siguiente, ¿alguna sugerencia?, que no sea el de Amalia embarazada, ese me lo quiero reservar para el final.
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