Capítulo 4

Ya ha pasado una semana desde que salvé a Amón, él ya está totalmente recuperado, lo cual es muy bueno, ya que tiene que volver a su manada, no es bueno que el alpha esté fuera de la manada por mucho tiempo, y menos que esté desaparecido, puede causar muchos problemas.

Durante esta semana no he ido a trabajar, hablé con Constanza sobre que un familiar mío había sufrido un accidente de tráfico, por eso me dió unos días libres. He estado hablando con Amón, es un tipo muy agradable cuando se le conoce, al parecer su mate le fue infiel, desde entonces no se acerca a ninguna mujer que no sea su nana, por eso fue así conmigo esa noche.

-¿Ya estás listo? - le pregunto a través de la puerta.

-Un minuto - me grita desde dentro.

-Vale, te espero abajo.

Ya sé que puede parecer que lo quiero echar, pero la verdad es que es por su bien y el de su manada, solo espero que no perdamos el contacto, es la única persona a la que le he hablado de mi pasado y lo que soy, con él puedo hablar sin ocultar nada, no me gustaría perder su amistad.

-Ya estoy listo - me dice bajando las escaleras.

-Menos mal, cinco minutos más y te hubiera dado por muerto - le digo bromeando.

-No exageres - me dice intentando contener la risa, yo levanto las manos en son de paz.

-No exagero, lo que pasa es que te tiras media vida en la ducha - digo sin reírme, pero queriendo estallar en carcajadas.

-Que sea licántropo no implica que no pueda gustarme el agua.

-Cierto, pero creo que lo mejor es volver, cuanto antes encuentres a Tony, antes la manada estará tranquila.

-Para ser medio demonio y no tener ninguna relación con la manada, te preocupas mucho por ella.

-Ya te he dicho el motivo muchas veces - le digo con una sonrisa.

-Lo sé, pero eso no quita lo raro.

Asiento y salimos de la cabaña, la tranco y nos vamos, él en su forma lobuna y yo con mi velocidad demoníaca, en el tiempo que hemos estado aquí, él me ha contado muchas cosas sobre él, a parte de lo de su mate, por eso sé que su lobo se llama Zeus.

Tardamos un par de horas en estar cerca de la ciudad, yo con mi velocidad demoníaca podría haber llegado bastante antes, pero no iba a dejarlo tirado, por lo que tuve que ir más despacio para estar a su nivel. Una vez estuvimos lo más cerca de la ciudad sin ser vistos, él volvió a su forma humana y yo dejé de usar mi velocidad demoníaca.

-Eres una tortuga - me quejé en broma con una sonrisa.

-No soy una tortuga, lo que pasa es que tú eres muy rápida, nunca había visto a una demonio ser tan rápida, mucho menos una híbrida - tenía razón, pero no se la iba a dar.

-Excusas, excusas - le digo provocándolo.

-No sé para qué me molesto - suspira frustrado y yo sonrío victoriosa.

Poco a poco nos acercamos a la ciudad, entre nosotros solo había silencio, pero no uno incómodo, al contrario, no hacía falta decir nada. Al llegar a la ciudad fue Amón quien me guió, ya que yo no sabía dónde encontrar a su amigo, y para el que se lo pregunte, yo solo lo estoy acompañando por seguridad, aunque esté curado, no hay que confiarse.

La gente me saluda al pasar, aunque miran raro a Amón, todos aquí me conocen, saben que yo nunca he tenido una relación con alguien, lo malo de ser una ciudad pequeña es que las noticias se corren como la pólvora, por lo que si hubiera tenido novio, en menos de 24 horas todos lo hubieran sabido.

-¿Por qué todos me miran así? - me pregunta en un susurro Amón.

-Porque es la primera vez que estoy con un chico, estoy segura que cuando vaya a trabajar mis compañeras me acribillaran a preguntas.

-¿En serio nunca has tenido un novio? - me pregunta con el ceño fruncido.

-No, nunca - le digo sin pena alguna.

-¿Cuántos años tienes? - aunque en esta semana nos habíamos conocido mucho, el tema de mi virginidad y mi edad no se había tocado, y lamento que no hubiera seguido así.

-56 años - le digo no muy segura de estar haciendo lo correcto, él se queda con la boca abierta y los ojos como platos.

-¿56 años?

-Sí, te lo acabo de decir - digo algo molesta - ¿qué edad pensabas que tenía?

-No sé, veinte, veinti algo.

-Esa era mi edad al convertirme - digo cada vez más molesta.

-Bueno, pues treinta y algo, tienes 56 años y aún eres virgen, porque estoy seguro que si no has tenido ningún novio, no te has acostado con nadie, entiende mi punto de vista.

Lo entiendo, pero es difícil, puede que sea medio demonio, pero me “criaron” católica, siempre tuve claro que no perdería mi virginidad con un desconocido, y ser híbrida me complica mucho las cosas para tener un novio, por lo que lo veo crudo.

-No estés mal, no es malo ser virgen, ojalá todas las mujeres fueran como tú.

-Entonces adiós todas las especies, se acabó la procreación.

Amón empezó a reírse y estuvo así un buen rato, provocando que muchos lo vieran extrañados, yo por mi parte me reí un poco de su actitud infantil. Al cabo de un rato nos detuvimos frente a la puerta de una habitación de hotel, para ser exactos, la suit principal, Amón toca la puerta y Tony no se hace de esperar.

-¿Hermano dónde has estado?, nos tenías a todos preocupados.

-Lo siento Tony, pero cuando fui al bosque tres demonios me atacaron - Tony dejó de abrazar a Amón y se separó con una cara de preocupación de primera.

-¿Estás bien?, ¿te hicieron algo? - yo no sé si quedarme o irme en este momento.

-Estoy bien, pero gracias a Amalia, si no fuera por ella, estaría muerto - Tony deja de mirar a Amón y me mira a mí, incómoda, esa es la palabra que me define en este momento.

-Gracias por ayudar a Amón, por cierto, ¿tú sabes?, bueno, ya sabes - no puedo evitar reír ante la cara de Tony, es épica, y no soy la única que se ríe.

-Tony, Amalia es híbrida medio demonio - dice Amón, y yo dejo de reír y lo miro mal - ¿qué?, no he dicho ninguna mentira.

-No me gusta que la gente sepa de mi condición - le digo molesta y él solo se encoje de hombros.

-Valeeee - dice Tony - esto es nuevo.

-Creo que lo mejor es que me vaya - digo dando media vuelta.

-No te enfades - me dice Amón - Tony es de confianza.

-De acuerdo - digo en un suspiro - pero de todos modos me tengo que ir, me gustaría pasarme por el trabajo para hablar con mi jefa.

-Está bien, tengo que volver a la manada, pero nos mantenemos en contacto - me dice Amón con una sonrisa.

-Adiós.

-Adiós.

Salgo del hotel y voy al local, tengo que hablar con Constanza, he faltado una semana y no quiero seguir faltando, además, quedé en que me quedaría con Carmen unos días para que ella y su marido descansasen, creo que va siendo hora de que lo cumpla.

(...)

Ya hablé con Constanza y el lunes volveré a trabajar, al parecer todas las chicas me han echado de menos, pero especialmente Cat, ya que no tenía a nadie con quien ir de fiesta, además la semana que viene me quedo con Carmen por las noches, Constanza me ha dado ya mil gracias por adelantado, al parecer criar a una bebé de meses es muy duro, sobre todo por la noche.

Llego a mi departamento y me cambio de ropa, no crean que he estado con la misma ropa toda una semana, allí en la cabaña aún conservaba un poco de ropa, lo difícil fue encontrar ropa que le quedase a Amón, en un par de ocasiones fue una risa. Al estar ya cambiada cojo mi móvil y veo que tengo un mensaje.

-Ya estoy en la manada, quédate tranquila - río un poco ante el mensaje de Amón.

-Ahora los que me preocupan son los de la manada.

-Eres mala.

Me río otra vez y dejo el móvil, hoy es sábado, tal vez vea una película, por lo que voy a la cocina y me preparo unas palomitas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top