Capítulo 18

Me siento cansada, agotada, exhausta, como prefiráis decirlo; siento una superficie blanda bajo mi cuerpo, es más que claro que estoy tumbada en un colchón, la luz me da en la cara, quiero abrir los ojos, pero no puedo, no tengo fuerzas ni para abrir los ojos, ¿qué me está pasando?, oigo la puerta abrirse y a alguien entrando.

-Doctor, ¿por qué mi luna aún no ha despertado? - estoy 100% segura de que es Amón, y por su voz diría que está angustiado.

-Alpha, usted la marcó sin su consentimiento, a parte de que al ser alpha su marca es más fuerte, es normal que tarde en despertar - dice el que debe de ser el doctor, cuando despierte te voy a dar una paliza por esto Amón.

-¿No se puede hacer nada?

-Me temo que no, alpha, solo se puede esperar.

-Está bien, puedes retirarte.

-Con permiso - dice y oigo el ruido de la puerta cerrarse.

-Lo siento tanto mi luna, tal vez debí buscar otra forma de evitar que te fueras - ¿acaso lo dudas? - cuando despiertes te lo compensaré - siento que me da un beso en la sien, y vuelvo a caer en la oscuridad.

No sé cuánto tiempo habré estado inconsciente desde que me volví a desmayar, pero al menos ya no me siento tan cansada, tampoco siento el sol en la cara, por lo que, o han cerrado las cortinas, o es de noche, sea como sea, me concentro en intentar abrir los ojos, me cuesta, pero poco a poco los voy abriendo.

Parpadeo varias veces antes de conseguir abrir bien los ojos del todo, intento moverme, fallando en el intento, no consigo que mi cuerpo me responda, definitivamente cuando me recupere voy a dar una paliza a Amón, esta me la paga como que me llamo Amalia Sánchez.

Ya que no puedo mover mi cuerpo, me pongo a mirar a mi alrededor, agradezco que los demonios tengan una visión nocturna perfecta, sin eso no vería nada. Puedo jurar que esta no es la habitación donde me quedaba, es más, estoy casi segura de que es la habitación de Amón, lo quiero matar, pero no puedo, tengo ganas de llorar.

¿Por qué demonios me ha traído a su cuarto?, más le vale no pensar que dormiré con él, ni loca, le quiero dejar en coma por idiota. Oigo pasos y voces por el pasillo, cierro los ojos y me hago la dormida, algo que no me cuesta nada, a penas me puedo mover.

-Al parecer sigue dormida - yo diría más bien inconsciente - lo siento Amón - creo que esa voz es de Tony, pero no estoy segura.

-No pasa nada Tony, es mi culpa - dice Amón, acerté con Tony.

-No te martilices - mejor sí - no tuviste elección - ¡¡CLARO QUE LA TENÍA!! - no es tu culpa - SÍ LO ES, Tony, te tenía cariño, pero ahora no te soporto, ¿cómo te puedes poner de su parte?

-Sí, sí lo es - al menos lo admite - no debí ser así con ella, Amalia no es como Rebeca - no me digas, si no me lo dices, ni me entero.

- Eso está claro, nunca había visto a alguien tan inocente como Amalia - otra vez con lo de inocente - seguro no habrá dicho una palabrota en su vida - ESTO ES EL COLMO.

-No hables si no sabes, que no me hayas oído nunca decir una, no significa que nunca las haya dicho, imbécil - le espeto molesta.

-¿Estabas despierta? - me pregunta Tony con la boca abierta, Amón también la tiene abierta, pero creo que él está en shock.

-Sí, me desperté hace un rato - digo consiguiendo sentarme en la cama, ¡por fin!

-¿Cómo te encuentras? - me pregunta Amón aún un poco en shock.

-Cansada, con sensación de agujetas y con ganas de mandarte al hospital.

-Si solo es eso, entonces ni tan mal - dice entre risas Tony.

-Entiendo que estés enfadada, pero...

-Pero nada - le interrumpo muy enfadada - me has marcado cuando lo que yo quería era irme.

-Yo...

-Me voy - intento levantarme, pero caigo sentada otra vez, por lo que bufo - está visto que no tengo suficientes fuerzas, por lo que, quiero que os vayáis, no os quiero ver, sobre todo a ti Amón.

-¿Y yo por qué?

-Por decir lo de las palabrotas, largo - les digo señalando la puerta.

Amón me mira con dolor y culpa, pero ahora estoy demasiado cabreada con él para preocuparme. Tanto Amón como Tony se van cerrando la puerta, yo me dejo caer de espaldas a la cama y suspiro, ¿por qué mi vida tiene que ser tan complicada?, últimamente parezco una quejica, hasta a mí me harta, maldito carácter de Amón.

Me gustaría tener las fuerzas suficientes para levantarme e irme, pero como no las tengo, me tumbo mejor en la cama y miro por la ventana, la luz de la luna se filtra por ella, apenas hay luces en la manada, la mayoría de las personas deben de estar ya durmiendo, cierro los ojos y dejo que el sueño llegue a mí.

Siento los rayos del sol en mi cara por lo que, poco a poco, voy abriendo los ojos, intento incorporarme, pero un agarre en mi cintura me lo impide, miro a mi izquierda y veo a Amón dormido a mi lado y su brazo en mi cintura, ¿¡¿qué hace él aquí?!?

Se remueve un poco y me apega más a él, por no decir que prácticamente me estampa contra su pecho, lo cual es incómodo de varias maneras. Me remuevo para que me suelte, pero en lugar de soltarme, me aprieta aún más a él, bufo frustrada, si tuviera energías hace tiempo que lo hubiera mandado al suelo, pero como no puedo hacerlo, paso al plan B.

-DESPIERTA - le grito al oído.

Amón se despierta de golpe, quita su brazo de mi cintura, se echa para atrás y cae de la cama con estrépito, y como la buena híbrida medio demonio que soy, me pongo a reír a carcajadas por su caída.

-¿Te hace gracia haber provocado que me caiga al suelo?

-Pues sí, ¿para qué negarlo? - le respondo sin dejar de reír, una vez que mi risa se calma, me pongo seria y lo miro fijamente - ¿qué hacías tumbado a mi lado?

-La idea era estar un rato e irme antes de que despertaras, pero parece que me quedé dormido - me dice nervioso.

-¿Se supone que eso es gracioso?

-Si quieres verlo así - dice con una risa nerviosa, yo alzo una ceja - oh vamos, tampoco es para tanto.

-Fuera - le digo firme.

-Déjame explicarme.

-¿Qué hay que explicar?, está todo más que claro, me has marcado sin mi consentimiento, yo quería irme, y tú me has atado a ti - le digo furiosa.

-No podía permitir que te fueras, eres...

-Tu agne, lo sé, pero eso no me vale, puede que el vínculo haga más efecto en ti que en mí, pero la realidad es la realidad, tú no me amas, todo es cosa del vínculo - digo más molesta que furiosa.

-Eso no es cierto - iba a volver a interrumpirlo, pero él me detiene - no, estás equivocada, yo en verdad te amo, no es cosa del vínculo, no me enamoré de ti por ser agnes, lo hice por tu modo de ser, por quién eres.

-Tú no sabes quién soy, tú no sabes mi historia.

-Claro que la conozco, me la has contado.

-Te he contado parte, pero no toda, ¿sabías que mis padres nunca me quisieron y me consideraban un error de cálculo? No, ¿sabías que mis abuelos murieron en un accidente de tráfico estando yo en ese mismo coche? No.

-Amalia.

-¿Sabías que cada vez que te oía decir que alguien había sido envenenado me sentía culpable?

-No es culpa tuya.

-Que esa es otra, te he hablado de Mazikeen, quien me convirtió, y también que me despreció por su rango, pero nunca te dije su rango.

-Eso no tiene importancia.

-Claro que sí, porque Mazikeen es la actual reina de los demonios, por lo que yo soy la maldita hermana de la reina de los demonios.

______________________________________

Hasta aquí el maratón, espero que les haya gustado.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top