Capítulo 9: ¡Molly en la fiesta!
—Hola Denzel —saludó Jenny con entusiasmo—. No pensé que te volvería a ver.
—Jenny, sí te recuerdo. —Se alegró de verla y esta le sonrió intentando simpatizar con él.
—¿Ves? —Dio una vuelta frente a él luciendo su atuendo—: al final seguí tus consejos.
Este asintió observándola animado— Estás preciosa, te lo vuelvo a decir.
—Oigan chicos, ¿qué tal si nos vamos a hablar a otro lado? —inquirió Colum hacia su grupo de amigos solamente.
—Pero lo estamos pasando bien todos. —Se apresuró a decir Ruth.
El peliazul negó con la cabeza— Ruth, querida, me prometiste que pasarías tiempo conmigo. —Hizo un mohín fingiendo decepción.
—¡Cierto, cierto! —De un brinco se puso de pie y rodeó al chico con sus brazos—: tengo que pasar tiempo contigo. —Le regaló varios besos en su mejilla y luego sonrió ampliamente, ella no se encontraba muy cuerda.
Baek observaba con incomodidad tal escena, Colum se estaba aprovechando de ella y él en ese justo momento no podía hacer nada. Pero qué remedio, era eso o que la dejaran sentada en aquel sofá a expensas de ser acribillada jugando Verdad o Reto, y que entonces sean sus amigos los que verdaderamente se aprovechen de ella.
—Vayámonos. —Hizo un ademán para que el resto le siguiera mientras él tomaba de la mano a la pelirroja.
—¿No jugarán? —preguntó Elijah con una ligera nota de inquietud.
—Nop. —respondió ella con seguridad y comenzó a caminar.
—Voy con ustedes. —anunció Denzel dedicándole una mirada comprometedora a Jenny.
—Denzel... —musitó Baek inquieto y su amigo se acercó para escucharlo en el oído—: ¿la María? —Él no pensaba dejar pasar esa noche por alto sin fumar.
—Ah... más tarde Baek, más tarde. —Ambos asintieron y el trigueño se retiró con Jenny y los demás.
Juntos se dirigieron hacia la primera planta, el lugar más atestado de gente, donde la música en verdad retumbaba en los tímpanos de los invitados y la visión se hacía diferente debido a las luces LED de colores. Provocando oscuridad entre los cuerpos de las personas, y creando así un ambiente más íntimo y atrevido. Obviamente no faltaron las personas que maldecían a Denzel por culpa de los pisotones con las rueditas, él se lo buscaba.
Pero al chico poco le importaba, eran sus patines, sus pies, y su diversión.
Jhonny decidió dar vueltas por los alrededores para tomar todas las fotografías que creyera necesarias. Ruth y Colum se perdieron a bailar entre la multitud. Jenny y el trigueño fueron en busca de más bebidas para ambos y se dedicaron a conversar, la morena era un poco más alta que él pero estando sobre los patines le llegaba escasamente a su tamaño.
—Sabes, me encantó tu fuerte determinación con las críticas de moda. —comentó ella teniendo que alzar la voz por la música.
El susodicho se carcajeó— ¿En serio te gustó eso? Fue una tontería, yo solo te quise ayudar para que en verdad mostraras al máximo lo linda que eres —Se encogió de hombros sin poder borrar la sonrisa de su rostro—. No soy la gran cosa por eso... ni por nada. —Bebió un sorbo de su cerveza.
—Pero ¿qué dices? —Ella le dejó una mano sobre el hombro, animándolo—: ningún hombre se expresa tan bien a la hora de comparar entre un atuendo y otro de una mujer, todos le parecen igual de bien, son muy escuetos con sus opiniones —se quejó la chica y él no paraba de reír con simpatía—... además, tienes estilo.
—¿Yo? ¿Estilo? —exclamó con asombro y llevándose el dedo índice al pecho.
Jenny asintió afirmando— Claro que lo tienes, o sea mírate: tu cabello teñido de rojo de una forma extraña, totalmente desordenado. Tus uñas. Todos tus piercings y resto de accesorios. Venir en patines a una fiesta, eso fue lo mejor que se te pudo ocurrir —Se rió a carcajadas mirando los patines con diversión—. Y por lo poco que me permite ver tu camisa, sospecho que tienes tatuajes en el torso ¿verdad?
Denzel asiente— ¿Quieres ver mis tatuajes?
—Obvio.
Sin más preámbulos prosiguió a desabotonar su holgada camisa estampada para mostrar su torso por completo ante ella. De inmediato la morena lo observó con interés. En ese momento le avergonzó un poco el no tener un cuerpo muy atlético que digamos, como mucho tenía unos cuantos cuadritos en su abdomen y sobre todo unas sexys costillas que sacarían la cara por él. Jenny miró sus tatuajes una vez más y luego pasó a verle a los ojos con una sonrisa en el rostro y se dio un sorbo de su bebida.
—¿Ves lo que te digo? Tienes tanta personalidad, mucha más que la mayoría de los niños ricachones que nos rodean. —Ambos se carcajearon acercándose un poco más.
—Nah, no es cierto —negó un poco tímido restándose importancia a sí mismo—. Lo vuelvo a decir, no soy la gran cosa. No soy nadie aquí, o sea, mira esta cara fea. —De repente formó un gracioso mohín con su rostro para ella.
Pese al tono socarrón que Denzel le agregaba a todos sus comentarios, lo que decía era mucho más que solo chistes pesados hacia su persona. En verdad se degradaba tanto a sí mismo y en el fondo no lo decía jugando, así eran sus pensamientos.
¿Motivos para pensar así?
No sé, pero esos comportamientos siempre venían acompañados de una triste historia para contarle a tu psicólogo mientras te sientes perdido en el abandono.
—No digas eso —replicó ella mientras le daba un empujoncito en su pecho delgado y descubierto—: ¿Por qué tienes tan baja autoestima? —preguntó sin mucha importancia la verdad.
El trigueño emitió una risita acercando sus labios al oído de esta— ¿Para qué tener autoestima si puedo tener un auto encima? —susurró de manera sensual para luego comenzar a dar vueltas alrededor de la chica con su mirada pretenciosa clavada sobre ella.
De acuerdo, eso sonó super depresivo.
Pero, el ambiente, la nota graciosa y seductora, las malas intenciones detrás de la conversación... por todas esas razones y más Jenny dejó pasar desapercibido ese comentario tan falto de esperanzas y amor. En lo más profundo de cada uno de sus graciosos chistes había una nota que pedía auxilio. Una nota tan invisible... o más bien, oculta para todo aquel que no esté apto para ayudar.
Denzel se volvió a posicionar frente ella pero esta vez un poco más cerca de su cuerpo, mirándola con una sonrisa ladeada y los ojos felinos. La chica bajó su vista una vez más hacia su torso y colocó su dedo índice sobre la palabra «Hellboy» que traía tatuada en la V de su abdomen.
—Me gusta este. —Levantó sus ojos para encontrarse con los de él
—A mí también.
Procedió a tomarla de la cintura y atrapar sus labios con avidez. A lo que ella correspondió con el mismo deseo dejando una mano sobre su nuca y cerrando los ojos, moviendo sus labios al ritmo que él marcaba. Esa fue la única intención desde el primer momento que comenzaron a hablar. Denzel la estrechó aún más contra su cuerpo y ella rodeó con sus brazos su cuello para fundir sus bocas por completo exigiendo saciar la calentura del momento.
En algún otro lado de la primera planta, se encontraban Ruth y Colum, dejándose llevar por los efectos del alcohol —al menos a lo que ella respecta—. Rodeados de una multitud en iguales condiciones que ellos, sudados y rozando sus cuerpos unos con otros, con la creciente emoción del ambiente guiando sus acciones. La chica y el peliazul bailaban pegados e incluyendo discretas caricias en el acto. Colum por su parte, situado detrás de Ruth, solo tardó un segundo en meter una mano en el bolsillo de su pantalón y sacar de este una pequeña pastillita y envolverla en su puño. Luego hundió su cabeza en el espacio entre la clavícula y el cuello de Ruth dispuesto a repartir besos húmedos por esa zona mientras que la mano que sostenía la pastilla se dirigía al rostro de ella. Acariciaba con la yema de sus dedos el labio inferior de la chica, provocándola y haciéndola relajarse a la vez, dejaba que se acostumbrara a su tacto y su cercanía disfrutando de ello.
Ruth obviamente le permitía todo, pues pocas cosas le importaban en ese instante.
Entonces en el momento menos esperado, sin que ella siquiera sospechase, introdujo la pastilla en la boca de la pelirroja. Ella deseosa de cualquier cosa que él le brindase, recibió aquello sin apenas percibirlo. Solo la tragó, estaba más entretenida jugueteando con los dedos de él sobre sus labios mientras disfrutaba de los suaves besos en su cuello y bailaba lentamente junto al chico.
El celular de Denzel comenzó a vibrar sin parar y este se vio obligado a culminar uno de los tantos besos que ya le había dado a la morena. Se separó de ella para entonces sacar su móvil de la riñonera que traía consigo y observar la pantalla. Un mensaje y una llamada perdida de Baek. Abrió el texto:
Baek: Te estamos esperando acá arriba, ven ya.
Pero qué desesperado podía resultar el peliblanco a veces. Bueno, normalmente la paciencia no es algo que le caracterice mucho, sino la hiperactividad.
—Jenny, lo siento, vuelvo en un rato, tengo que hacer algo con Baek. —La chica asintió y él le guiñó un ojo para luego dejar un casto beso sobre sus labios antes de retirarse.
El trigueño nuevamente se reunió con su amigo Baek y el resto de los chicos en la segunda planta. Denzel no traía suficiente para todos los presentes, entonces decidieron irse apartados al balcón para fumar "íntimamente" entre él, su amigo y la rubia. Solo eran dos porros para los tres, y para la mala suerte de Baek tuvo que compartirlo con Rose, que de por sí era bastante insoportable ya que se lo quitaba de las manos a cada segundo para fumar ella sin que quedara casi nada para él. Aunque en parte le convenía no fumar tanto, no podía perder la cabeza estando a cargo del cuidado de Ruth.
Baek le daba su última calada a la hierba y luego la rubia tomó su rostro de súbito estampando sus labios contra los de él formando un beso en el cual no faltó el exceso de intercambio de fluidos y lenguas entrelazadas —por decirlo de una manera decente. Más bien, baboso y libidinoso entre otras palabras—. No terminaban de enrollarse cuando apareció Keanu en el balcón trayendo a Jenny de la mano para luego soltarla cuando ya estuvo frente a los chicos. Denzel al verla de inmediato pensó que estaba allí por él pero cambió de opinión cuando notó que la chica le dedicaba al peliblanco una mirada de creciente preocupación y timidez. Definitivamente tenía algo que decirle y le costaba hacerlo.
—Baek —se atrevió a llamarlo un poco dudosa pero él no se detenía con la rubia— ¡Baek! —alzó la voz con mayor seguridad y esta vez él sí le prestó atención.
Rose gruñó sintiéndose enojada por la interrupción y bufó hacia la chica. El peliblanco tampoco estaba de acuerdo con que se entrometieran en lo que hacía y la miró con cara de pocos amigos exigiendo una explicación muy convincente con solo la expresión de su semblante. La morena se mostró nerviosa e indecisa debido a lo que estaba próxima a decir:
—C-creo que... Colum le dio Molly a Ruth. —comunicó en voz alta para todos.
El rostro de Baek se descompuso en un segundo. Las cervezas, la marihuana, el calentón, ¡todo se esfumó! En ese momento su mente se esclareció por completo, ya no sentía ningún efecto provocado por las sustancias dentro de su sistema nervioso. Solo tenía una cosa taladrando su existencia:
¡Colum le ha dado Molly a Ruth!
¡MOLLY!
—¡¿Hay Molly en mi fiesta?! —se exaltó Keanu mirando directamente a la morena con el semblante irritado—: ¡¿Cómo rayos hay Molly aquí?!
—¡Al fin algo para darle diversión a esta fiesta sosa! —proferió Rose mostrando total aprobación en la alarmante situación.
—¡Cállate estúpida! ¿No entiendes que hay Molly rodando por mi casa? ¡Molly! —reprendió el futbolista con bravura—. Solo por desgraciarme la vida pueden hacer una denuncia a la policía, ¡me meterían preso! ¡Acabaría con la reputación de mi familia y la carrera política de mi padre! Y solo si logro salir de la cárcel, mis padres me enviarían a una Academia Militar, ¡sería el décimo desastre que provoco en la casa en un año y este ni siquiera es mi culpa! —vociferó atacado por los nervios, el pánico y la paranoia.
La rubia se carcajeó sonoramente con mucha diversión— ¡Se las da de macho y se pone como una vieja histérica por una pastillita! ¿Qué te pasará ahora Keanu? ¿Te harás pipí si tus padres llegan en este momento y te pondrán rojas las nalguitas? —se mofó desinhibidamente.
—¡Yo la mato! —Acometió hacia ella dispuesto a agarrarla de los pelos pero Baek se interpuso entre ambos para evitarlo.
—Rose no te metas en nuestros asuntos —espetó el peliblanco volteándose hacia ella—. No eres tú la que está ahora mismo sola, drogada con algo tan fuerte en manos de un canalla. —zanjó, en verdad que eso podía traerle grandes problemas.
—Chicos, chicos... —habló Denzel sonriente expulsando el humo de su boca—: ¿Por qué tanta tensión? Relájense —arrastró las palabras hablando lentamente y con diversión—, miren qué linda está la luna hoy...
—Cierra el pico hippie —intervino Elijah que llevaba en la puerta del balcón el tiempo suficiente como para enterarse de lo ocurrido—. Ya está colocado y empieza a hablar más tonterías que de costumbre.
—Elijah, amor mío, te prometo que un día tocaré a tu puerta con un buen porro en la mano para que veas como del tiro se te relaja hasta el ano... amargado de la vida. —comenzó a reír mientras el otro le miraba con indignación.
Díganme, ¿qué joven de Estados Unidos no conocía el Molly?
Molly o éxtasis, tiene diversos nombres, es una famosa metanfetamina, más que ilegal. Es una droga estimulante con efectos alucinógenos. Una droga diseñada para que te coloques bien fuerte y te den subidones constantes, para que flipes toda la noche dándole sin parar, en una fiesta de electrónica o clubs nocturnos esto es lo que más consumen jóvenes y adolescentes. Pero mucha gente se deja llevar por la adrenalina del momento, los amigos que te incitan a probar este tipo de sustancias, o la tensión por no querer ser el único aburrido del grupito que no quiera esnifar; ignorando así lo peligroso que es consumir Molly —aquí es cuando comienzo a sonar como anuncio del Consejo de Sanidad: «Chicos no consuman drogas, provoca adicción, mejor no empezar, eso mata» bla bla bla—
Es un hecho que todos los adolecentes se pasan por las entretelas todas estas advertencias y solo obedecen al clásico consejo de «Tienes que vivir el momento». Sí, todos hemos escuchado esa frase cuando estás a punto de hacer algo que sabes que te puede dejar en el hospital.
—A ver, Jenny dinos, ¿a quiénes has visto con esas pastillas aquí dentro? —inquirió Elijah intentando investigar.
—Los voy a agarrar a cada uno por el pescuezo y se los voy a torcer como el de una gallina y hasta que no los vea inconscientes con la lengua afuera no voy a parar. —masculló Keanu entre dientes expresando toda su roña para sí mismo y los demás le miraron impactados.
—Hasta ahora, he visto a Colum y otros más de mi año, no son unos cuantos, son bastantes.
—Quiero nombres. —El futbolista ordenó tajantemente y ella negó con la cabeza. Elijah hizo un ademán para mandarlo a callar.
—Entonces, ¿son los de primer año? —preguntó el pelinegro y ella asintió no del todo segura.
—Esto es cosa de Colum, ¡él provocó esto! —proferió Baek enojado y moviendo con su lengua el piercing del labio sin parar, estaba nervioso.
—Ese... —gruñó Keanu—, ese imbécil, prepotente, falta de respeto y gallina de pelos azules no se va hoy de mi casa sin una buena paliza. —zanjó casi gritando.
—Cálmate de una buena vez —reprendió Elijah dándole un ligero golpe en la cabeza—. Así que esta fue la estrategia de Colum: introducir Molly en la fiesta para distraernos, alterarnos, disociarnos... —se controló para no gruñir irritado.
—¡Que se lo quite! ¡Que se lo quite! —provinieron vítores colectivos desde la planta baja que llamaron la total atención de todos allá arriba.
Baek, Keanu y Elijah, a la vez, abrieron los ojos como platos y se miraron entre sí para luego salir corriendo empujando a todos a su paso.
Mierda, Ruth.
Hasta Denzel se fue tras ellos riéndose y logró bajar a trompicones con sus patines y el tumulto. Con la batería, la guitarra eléctrica y el estruendoso background del estribillo de «Good girls Bad guys» de Falling in Reverse resonando por toda la casa presenciaron el ridículo circo formado ante sus ojos.
—Holly shit. —exclamó Denzel inaudible para los demás, con los ojos en blanco y la boca como pescado.
El flash de la cámara de Jhonny centelleaba sin parar iluminando por completo la escena como si de un teatro se tratase. Oh sí, definitivamente capturaría esas imágenes para su revista. Lo que estaba ocurriendo era que habían corrido la extensa mesa de madera hasta el centro del salón más amplio y todos se organizaron expectantes alrededor de esta. Arriba se desarrollaba el espectáculo de la vergüenza... protagonizado por Colum y Ruth.
Oh no.
«So, why do good girls like bad guys?
I had this question for a real long time
I've been a bad boy and it's plain to see
So why do good girls fall in love with me?»
Ambos se encontraban sobre la mesa, apegados lascivamente bailando al ritmo descabellado de la canción. Juntos movían sus cabezas de arriba a abajo sin parar revolviendo sus coloridos cabellos hacia todos lados. Colum se encontraba desnudo del torso, posiblemente su prenda haya volada hacia alguna parte anteriormente.
—Woah, ooh, ooh. —aclamaba el público siguiendo la letra de la canción, excitado por la creciente adrenalina que transmitían.
Entonces el peliazul tomó a Ruth de la cintura para voltearla hacia él y con una amplia sonrisa la agarró de la nuca para luego unir sus labios en un beso feroz.
Y ahí estaba Ruth Quinn, entregándole su primer beso al degenerado de Colum.
Rayos Ruth, eso no fue muy casto y puro de tu parte.
«So, come on
Sexy, please, text me
I'm ready for you
So, come on
Waiting, I'm begging
So, please, get here soon»
Se separaron y a continuación el chico colocó sus dedos en el elástico del borde del top negro de la pelirroja amenazando desvestirla, aquella blusa corta y escotada que a todos les encantó. Ruth sin pensarlo no dos, ni siquiera una vez, tiró su cabeza hacia atrás jadeante y alzó los brazos dando el permiso a que la despojaran de su ropa.
—¡Que se la quite! ¡Que se la quite! —vitoreaban con exigencia nuevamente, pedían más del espectáculo.
Sin más preámbulos Colum le retiró la blusa y de un segundo a otro la chica se encontraba en sostén frente a más de la mitad de los estudiantes del colegio privado. El peliazul lanzó la prenda y se apresuró a tomarla entre sus brazos para colar una vez más su depredadora lengua dentro de la boca de la chica. Culminaron el beso y esta continuó moviéndose como epiléptica sobre la mesa, su cuerpo comenzaba a calentarse peligrosamente.
—¡LO VOY A MATAR! —anunció Baek en un alarido gutural que fue silenciado por la música y los ensordecedores gritos de la multitud.
Y fue ahí cuando los cuatro chicos decidieron comenzar a abrirse paso entre el gentío para poder llegar a la mesa. Baek iba que ardía más aún con cada paso, vuelto una fiera incontrolable e irreconocible.
Entonces Ruth, ¿en dónde quedaron todos esos consejos que nos daban desde pequeños?
«No hables con extraños»
«No bebas nada que te den otros»
«No salgas con un chico que no conozcas»
«No te embriagues con desconocidos»
Cierto, que sus padres nunca le aconsejaron nada de esto por dos estúpidas razones: nunca creyeron posible que su hija bañada en perfección y santidad se encontraría alguna vez en esa situación; no querían hacer conocer a su pequeña de las perversiones y amenazas que se enfrentan en la vida real.
Esa noche rompiste todas las reglas Ruth...
La pelirroja cayó inconsciente de la mesa a tiempo para que Elijah la atrapara entre sus brazos. No estaba obrando en pleno uso de sus sentidos, ella no tenía conocimiento de lo que le estaba pasando. Su mente solo tergiversaba cualquier pensamiento y su cuerpo le proporcionaba más y más subidones de adrenalina que la estaban calentando por completo al punto de sudar y tiritar entre jadeos. El pelinegro la recogió frágil e irreconocible, en preocupantes condiciones según su punto de vista.
Baek, sin más tardanza, se colocó de un salto sobre la mesa y le propinó un puñetazo en el mismísimo centro del rostro de Colum, justo con el puño en que llevaba varios anillos. El peliazul, noqueado, se le nubló la vista y perdió el equilibrio cayendo de espaldas sobre la gente.
«Bitch, you gave me the fucking clap!»
Y se dio por terminada la canción cuando Baek bajó de la mesa y tomó a su mejor amiga entre sus brazos. Se apresuró a quitarse su chaqueta de cuero negra y así cubrir el torso de ella con esta, para retirarse inmediatamente con la chica de allí
—¡Ni lo toquen! —advirtió Keanu para las personas que estaban alrededor de Colum, una vena resaltaba en en su frente— ¡A ese lo desarmo yo! —Con zancadas fue hasta el susodicho para hacerse de la suyas con él.
—Permiso —Se acercó Denzel entre risitas al chico que casualmente había atrapado la blusa de la pelirroja—: Dame acá. —Tomó la blusa y se fue rodando tras Baek.
Ya en la calle los tres, se iban de vuelta a la casa de Baek que por suerte estaba dentro del mismo vecindario, eran solo unas pocas cuadras de distancia. Obviamente no podía llevar de vuelta a Ruth a su casa o se armaría el Apocalipsis para todos. Una cuadra después de la mansión de Keanu el peliblanco se detuvo y le pidió ayuda al trigueño para lograr mantener a la chica de pie sobre sus talones mientras él sacaba una pequeña botella de agua de su diminuta mochila y vertía todo el líquido fresco sobre el cuerpo de su amiga. Conocía los síntomas del Molly, y lo ideal sería refrescarle ese exceso de temperatura en su sistema.
—Hay que hacerla vomitar. —informó el peliblanco mirando significativamente a su amigo.
Este se encogió de hombros— ¿Cómo? ¿Le meteremos el dedo hasta adentro? —preguntó con sarcasmo.
—Exacto. —respondió muy enseriado y el otro rompió en carcajadas.
Baek no tenía ni la más mínima gota de sentido de humor ni nada de diversión en ese momento. A diferencia de Denzel, pero lo comprendía, este estaba colocado por los efectos de la marihuana.
—Hazle abrir la boca y sostenle el cabello, Denzel. —ordenó y este procedió.
—El avionsito Quinny. —canturreó como un bebé.
El peliblanco acercó su dedo índice a la boca de la chica sintiendo un profundo asco que no le importó expresarlo en su semblante. Introdujo el dedo con inseguridad y cada vez que avanzaba lo volvía a retirar. El trigueño notó que se demoraba mucho tiempo por estar asqueado y le apartó la mano a Baek para que cambiaran de posición. Denzel sí metió su dedo sin más y la hizo expulsar todo. Baek observó con repugnancia la mano de su amigo toda vomitada.
—Ves qué fácil. —comentó el trigueño con suficiencia.
Ambos quedaron esperando a que terminase. El peliblanco se situaba atrás de ella sosteniendo su cabello en una coleta y Denzel a su lado en cuclillas observando toda la asquerosidad que salía de su boca. Baek le miró extrañado.
—¿Qué miras tanto Denzel?
—Su vómito... —El otro hundió el entrecejo sin comprender aún—: es mucho más amarillo que los que yo suelto casi siempre, es otro tono de amarillo, y no el mostaza. Eso me preocupa Baek.
¿En serio?
Baek al escuchar semejante incongruencia decidió ignorarlo por completo. Echémosle la culpa al porro de marihuana que se fumó.
Luego de que Ruth terminase de expulsar hasta la bilis continuaron su camino hacia la mansión del peliblanco en puro silencio. Entonces Denzel recordó que él iba en patines, y que podía usarlos para muchas cosas. Baek se tuvo que comenzar a carcajear por primera vez en todo ese rato cuando su amigo se desató por completo justo al llegar a una loma que bajarían próximamente.
Denzel alzó sus brazos curvándolos y luego estiró una pierna hacia atrás, imitando los pasos de baile del Ballet y se dejó caer por toda la loma rodando con sus patines manteniendo esa pose mientras cantaba a todo pulmón —o más bien, berreaba—:
—I believe I can fly, I believe I can touch the sky!
×××××
Aquí les dejo la letra de la canción para que entiendan por qué la utilicé para esa escena.
Besitos psicológicos. 😗
[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]
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