Capítulo 11: Enséñame a besar

Baek dejó a solas a Ruth para que esta pudiera pasar con calma su mini ataque de la vergüenza con la cabeza escondida entre el edredón y las almohadas. Aún le costaba creer que era ella la ridícula que aparecía en todas aquellas fotos.
Ya no había vuelta atrás Ruth, lo hecho, hecho está. Ahora solo quedaba alzar la cabeza y seguir adelante. Le preocupaba la imagen que daría a partir de ese momento en el colegio, el ¿qué pensarán de ella? ¿se burlarían en su cara el resto del año? Baek antes de irse de la habitación se encargó de quitarle esas dudas de la cabeza, le aseguró que no le harían bulling por eso ya que todos disfrutaron del espectáculo, y además de que en la fiesta la mayoría estaba ebrio, no fue la única pasando vergüenzas públicas.
Su móvil desde la mesita a un lado de la cama vibró y esta lo agarró para ver la notificación. Un mensaje de Jenny.
Jenny: Hey, ¿cómo estás?
Ruth: Hecha mierda.
Jenny: Qué mal amiga.
Ruth: Si puedes habla con tu hermano para que no publique esas fotos mías el lunes en La Cotilla Semanal, por favor.
Jenny: Claro, yo hablaré con él.
¿Qué le hacía pensar a ella que Jhonny no publicaría ese contenido solo porque se lo pidiesen? Prensa era prensa, claro estaba que el lunes protagonizaría los artículos de La Cotilla Semanal, al igual que muchos otros de sus compañeros que también cometieron unas cuantas estupideces. Baek volvió a la habitación y le dedicó una rápida mirada neutra para luego sentarse en su escritorio y comenzar a jugar un videojuego en la laptop. Entonces el móvil de la pelirroja vibró por segunda vez y al revisar encontró un nuevo mensaje.
Pero esta vez era de Ezra.
¿En qué momento le había dado su número a Ezra?
Ezra: Hola Ruth, ¿cómo despertaste? ¿mucha jaqueca? A mí por lo menos me está al explotar la cabeza jajaja.
Ruth: Pues estoy igual o peor, qué dolor. Espero que mejores.
Ezra: Gracias, yo también espero que mejores.
Ruth: ;)
Ezra: Porfa no olvides nuestra cita de mañana.
Ruth: ¿Cita?
Ezra: Claro, no recuerdas jajaja. Quedaste en vernos mañana después de clases.
Ruth: Disculpa por no recordarlo. Tranquilo, no te dejaré plantado jajaja.
Así continuó la plática por el chat y el peliblanco ni por enterado, este estaba muy concentrado en su videojuego. Ezra y Ruth hablaron sobre varios temas entretenidos para irse conociendo, de sus gustos musicales y películas favoritas, o de las cosas que tal vez harían al verse el lunes fuera del colegio. Entonces surgió un nuevo miedo. Ella no sabía besar.
No tenía ni la menor idea de cómo hacerlo.
Todos sabemos cómo funciona el tema de dar un beso, eso solo requiere algo de práctica y fluidez. Pero cuando en teoría nunca has besado -y los que se dio con Colum no contaban porque estaba inconsciente cuando aquello-, te cagas del miedo con solo pensar que lo harás mal, que el chico al que estás besando tiene más experiencia que tú y temes que note rápidamente tu falta de práctica en el tema. En verdad que le preocupaba quedar mal ante Ezra, o ante cualquier chico, y no podía permitir que eso sucediera.
No aseguraba que durante la cita con el rubio fuera a ocurrir ese beso, pero todo era posible. Existía la gran posibilidad de que se besasen, y ella debía de ir preparada para lo que sea que vaya a pasar.
Ruth se encargaría de llegar ante Ezra sabiendo besar.
Salió de debajo del cómodo edredón azul y puso sus pies descalzos sobre el frío suelo para entonces caminar hacia su amigo sentado en la silla giratoria. Baek llevaba puesto unos audífonos cascos para estar concentrado por completo en su laptop cuando la pelirroja le colocó una mano sobre el hombro desde su espalda, tomándolo de súbito. Dio un respingo y levantó la cabeza para observar a su amiga mientras se le pasaba el susto. Pausó su juego y deslizó sus audífonos hasta su cuello mientras la miraba expectante a que dijera algo.
-Enséñame a besar. -proclamó ella enseriada.
-¡¿Qué?! -reaccionó este hundiendo por completo su entrecejo mirándola con extrañeza.
-Que me enseñes a besar. -repitió con la misma seriedad.
-¿Qué? -Él aún no procesaba por completo el pedido.
-Por Dios Baek, que necesito que me enseñes a besar. -bufó repitiendo por última vez.
-A ver, a ver -Cerró la laptop para prestarle total atención a ella intentando entender correctamente-. Siéntate ahí -Le indicó sentarse en el sofá para luego él deslizarse con la silla y quedar sentado frente a ella-: ¿Quieres que te enseñe a besar?
-Sí cosa, es lo que llevo repitiendo desde hace un rato. -respondió con hastío.
-Pues... ¿qué te puedo decir? Los mejores besos son usando la lengua, cuando lo hagas entenderás y podrás llevar un ritmo con la lengua de la otra persona. Debes abrir la boca lo suficiente o sino darás un beso incómodo con la boca cerrad...
-Baek. Baek. Baek... -Ella le cortó-: Yo no te he pedido eso. -aclaró.
-Me pediste que te enseñara a besar Ruth, eso es lo que estoy haciendo. -reprochó sin entenderla.
-Pero besándome, Baek, besándome, hazme practicar. -esclareció de una vez.
El peliblanco abrió los ojos como platos reaccionando con estupefacción- ¡¿Qué?!
Esta se pasó las manos por la cabeza- ¿Cuál es el problema?
-¡Que yo a ti no te voy a besar! ¡Estás loca! -se escandalizó con solo la idea.
-¿Por qué no? -inquirió sin entenderlo.
-Porque tú eres mi mejor amiga, claro que no voy a besar a mi mejor amiga, ¿quién besa a su mejor amiga? -De un solo movimiento se puso de pie.
-No seas idiota Baek, no va a ser nada lujurioso ni carnal, es solo instructivo, me vas a ayudar. Además mucha gente besa al menos una vez a su mejor amiga. -justificó todas sus razones para no hacerlo.
-Yo no beso a mis amigas. -negó tajantemente.
-Ah ¿no? -exclamó con exceso de ironía-: y tú y Rose ¿qué es lo que hacen? a ver dime.
-Rose es otro tipo de... amiga, tú entiendes. -se apresuró a justificarse.
-Cosa vamos, no seas así, solo es para ayudarme. No vamos a sentir nada. -Baek sí iba a sentir algo, por eso no podía permitirse algún otro roce con ella.
-Ya dije que no, Ruth. -regresó con su silla hacia el frente del escritorio, dando por finalizada la conversación.
-Baek...
-No Ruth. -Se colocó los cascos para ignorarla.
La pelirroja se puso de pie y fue directamente a sacarle los audífonos- Baek ayúdame. -exigió y este la ignoró por completo.
Entonces la chica lo tomó por los hombros para girarlo sobre las ruedas de su silla y que quedase de frente a ella. Acción a la que él se quedó expectante. Súbitamente Ruth se acercó a su rostro para luego presionar sus labios contra los de él, quieta sin hacer ningún movimiento. De manera instantánea el peliblanco abrió los ojos como platos y sintió en su interior la misma sensación de horror que le atacó la noche pasada. Tardó solo unos segundos en empujarla lejos de él y mirarla como si tuviera dos cabezas.
-¡¿QUÉ HACES LOCA?! -La azoró espantado de sobremanera.
A él no le molestaba que le besaran, un beso para él no significaba nada. Lo que le molestaba en verdad era su reacción ante cualquier roce insignificante con su mejor amiga. Sentía una chispa desquiciante cuando ocurría eso, chispa la cual provocaba ira en él. Y su cabreo era mayormente por sentir ira hacia una cosa por lo que no la debería de sentir.
¿Cómo se entendía eso? Porque yo no lo entendí... ni Baek tampoco lo entendía.
-¡¿Por qué gritas así idiota?!
-¡Porque tú eres una loca que se me está lanzando encima cuando te digo que no quiero! ¡No quiero Ruth! -Se alejó de ella hacia otro lado de la habitación.
-¡Por Dios Baek, no es el fin del mundo darte un puto beso con tu mejor amiga! ¿A qué le temes? -espetó ella a punto de perder los estribos al igual que él.
Al peliblanco le comenzó una pequeña taquicardia, ese era su miedo creciendo con cada palabra de la chica. Ya ella lo había dicho, «¿A qué le temes?» Ruth notaba su inseguridad, su temor. Eso solo lograba atemorizarlo más aún porque ya se había dado cuenta de que siente miedo por algo, de que está actuando descontroladamente por una razón en específico, y más tarde notaría que un beso con ella provocaba algo erróneo en él, y comenzaría a acusarlo por ser un amigo asqueroso y malintencionado.
Claro que Ruth no descubriría nada, ella no leía mentes. Pero cuando la culpa te calcome piensas que la más mínima palabra que digas o acción que hagas te delatará inmediatamente con todos tus secretos expuestos.
-¡No le temo a nada! Tú eres más que mi amiga, eres como mi hermana, obvio que no voy a besar a mi hermana. -zanjó.
-Si serás idiota, para mí también eres como un hermano. Pero te repito: no tiene nada malo que me beses -se intentó acercar a él pero este salió corriendo por la puerta huyendo-. ¡Baek ven aquí!
Se quedó parada en la puerta llamándole pero decidió no caerle atrás.
Su mejor amiga rogándole a gritos que la besase, cuán falto de lógica se escuchaba eso. Pero a final de cuentas no era algo tan extraño si te pones a ver el hecho de que la mayoría de las decisiones tomadas en la adolescencia son impulsadas por una gran carga de incongruencia e inmadurez.
•••
Ruth observó por décima vez el papel entre sus manos y bufó con un poquitín de irritación y hastío. Era la revista La Cotilla Semanal, la soltó sobre su pupitre y sentada desde su silla le dedicó una mirada acusadora a Jenny que se encontraba bien sentada y uniformada dos mesas más adelante de ella en la fila de al lado. En efecto, en los artículos aparecían fotos suyas en su borrachera. Pero no solo de ella, también de: El Clan jugando Verdad o Reto; una partida de Beer Pong; Rose sentada sobre el regazo de Baek con su lengua hasta la campanilla del chico; y finalmente Keanu a horcajadas sobre Colum golpeándole a puñetazos y más chismorreos.
«¿Golpearon a Colum esa noche?»
No quería ni imaginar cómo se encontraría el rostro del peliazul en ese momento. Pero le resultaba extraño no haberlo visto en el colegio esa mañana. Desde que comenzaron las clases solo habían transcurrido dos turnos, Ruth estaba en el salón de Álgebra, pero ellos no compartían esa clase así que allí no se lo encontraría. Sin embargo el turno anterior a ese tuvo clase de Inglés, en esa sí coincidían, y él no estuvo presente. «¿Le habrá ocurrido algo a Colum debido a la fiesta?»
¡Qué más da! ¿Por qué se preocupaba por ese canalla?, que se joda no le importaba lo que pasase con él.
Colum caminaba por los pasillos del colegio con pesadez, aprovechando la soledad del ambiente debido a que todos estaban dentro de sus salones para así buscar su casillero sin la presión de todas las miradas sobre su existencia. Qué bochorno el de la fiesta. Y su aspecto actual era igual de ignominioso. Andaba con el uniforme desaliñado y el pelo azul como un nido de pájaros debido a que esa mañana en verdad que no quería asistir al Instituto, se despertó tarde y gracias a que su madre lo sacó a rastras de la cama obligándole a vestirse a prisa y salir volando hacia el colegio. Ni siquiera había podido desayunar esa mañana. Llevaba gafas de sol negras para ocultar sus ojeras, el profundo sueño que aún sentía, y principalmente los moretones. Tenía dos curitas para tapar los pequeños rasguños de su rostro, y en el cartílago de la oreja izquierda una herida ya que entre cada golpe le arrancaron bruscamente uno de sus tantos piercings. Ya había pasado un poco más de un día desde esa eufórica fiesta, por lo tanto sus heridas se estaban sanando, recordaba haber tenido que arrodillarse ante su madre para rogarle que no hiciera una denuncia a la policía hacia los Swift's cuando llegó a casa todo adolorido y sangrando.
Abrió su casillero y guardó en este sus pertenencias para luego coger del interior un cigarrillo, un chicle y una lata de energizante. Tal vez consumir esas cosas encerrado en uno de los cubículos del baño mientras escuchaba música con sus audífonos le ayudase a despertar un poco. Antes de que cerrara la puerta metálica de su casillero escuchó unas fuertes zancadas apriximarse desde su izquierda. Venía Baek jugando con su piercing del labio y con el rostro ofuscado, dedicándole una mirada penetrante.
«Mierda. Más golpes no.»
-Hey hombre, tranquilo, no quiero problemas. -Cerró la puerta metálica e intentó calmarlo mostrándose rendido.
-Tú solito fuiste a buscarte los problemas. -masculló el peliblanco a apenas un metro de distancia.
Baek tomó a Colum del cuello de su camisa y lo estampó contra los casilleros dejando su antebrazo sobre el cuello de este para ejercer presión. Acercó su rostro al del otro chico mostrando un semblante de fiera amenazante y con solo la mirada le advirtió.
-Escucha bien lo que te voy a decir copia barata y mal hecha de hipster marginado -Esta vez perfeccionó el apodo burlesco que le había asignado Elijah al peliazul-: con mi mejor amiga no te vuelvas a meter de esa manera, ¿me entendiste bien?
-Una apuesta es una apuesta. -se atrevió a contestar pese a que él estaba en total desventaja.
El peliblanco le propinó un puñetazo en el abdomen haciendo que este se encogiera adolorido.
-La apuesta solo habla de acostarte con ella, no de drogarla con Molly ni tampoco de hacerla pasar una vergüenza pública. -presionó un poco más contra el cuerpo del susodicho.
-E-está bien ahg. -pronunció con dificultad.
-La próxima vez que le hagas algo a Ruth, yo mismo me encargaré de que te arrepientas de haber matriculado en este colegio y le haré un ahorro a la cuenta bancaria de tu familia al tener que enviarte a un Instituto público -amenazó con retintín y un tono petulante-: ¿Entendido? -El otro asintió rápidamente-. Vete.
El peliblanco le soltó y este no tardó en irse corriendo en dirección al baño de los hombres.
•••
Baek escuchaba música con sus audífonos manteniendo los párpados cerrados y la espalda recostada sobre una de las cómodas butacas de la biblioteca. Debería de estar leyendo las páginas del libro de Historia Medieval y Contemporánea que tenía abierto sobre la mesa que está frente suyo, pero se tomaría un descanso antes de seguir con su estudio. Tarareaba la canción con exceso de parsimonia cuando sintió la humedad de unos labios posarse sobre su comisura y abrió los ojos rápidamente dando un respingo. Ante él se encontró a Ruth con la espalda doblada casi a la altura de la butaca y muy próxima a su rostro, conteniéndose de estallar en una risa malévola. Era la representación exacta de una persona cuando está cometiendo una travesura de mal gusto. Al analizar el hecho de que quien le dio ese beso tan cerca de sus labios fue ella, una de sus pequeñas alarmas se disparó.
-¿Qué mierda haces chiquilla? -masculló él con impaciencia y el ceño hundido.
Ella emitió una risita pícara- Te di en besito, quería ver como te molestabas y volvías loco porque yo te bese. -confesó con mucha diversión y él la miró mal.
-Ruth Quinn te voy a golpear. -Levantó su puño para fingir estar a punto de hacerlo.
-¿Qué? Sería divertido verte gritar y salir corriendo en medio de la biblioteca -volvió a reír silenciosamente-. Agradece que no te lo haya dado en los labios.
-¿Sabes qué sería en verdad divertido? -le dedicó una mirada retadora y pilla-: publicar fotos tuyas cagando con siete años en La Cotilla Semanal. -amenazó con retintín.
El rostro de la pelirroja se enserió al instante- ¿Aún tienes esas fotos?
-¿Cómo no tenerlas? -Alzó las cejas con maldad-... yo no borro ningún recuerdo.
-Eso no son recuerdos -zanjó.
--Claro que lo son, las primeras heces fecales que defecaste en un baño de mi casa, fue hermoso. -comentó con ironía, gestos socarrones y un tono meloso.
La chica se apresuró a propinarle un jalón de orejas para luego soltarle- Bueno... dejando a un lado el tema de mis fotos, enserio Baek ¿por qué no me enseñas a besar? -habló del asunto nuevamente mostrándose muy encaprichada.
-¡De nuevo lo mismo Ruth! -alzó la voz poniéndose de pie pero rápidamente se dio cuenta de su error cuando los chicos de la única mesa cercana le miraron con desaprobación-. Una palabra más sobre esto y me voy. -advirtió con seriedad.
-Por favor Cosa. -Hizo puchero intentando enternecerlo.
Este cerró los ojos, bufó y negó con la cabeza mostrando estar hostigado con esa situación, para luego girar sobre sus talones darle la espalda y comenzar a caminar. No pudo dar ni tres pasos lejos de ella ya que la chica le tomó del antebrazo, justo sobre el tatuaje de la Gumiho, y él giró su rostro para verla como le sonreía ampliamente sin intenciones de rendirse.
-Baeeekkk... Cosaaaa. -arrastró melosamente.
Entonces el peliblanco decidió jugar, ¿por qué siempre huir alterado emocionalmente? No, ese no era su estilo, lo de él era jugar hasta con sus propios sentimientos. Entonces se aproximó peligrosamente a ella, logrando acorralarla en uno de los estantes de libros de atrás de ellos. Posicionó su rostro tan cercano al de la pelirroja que sus narices se chocaban y posó su mirada penetrante y vivaz sobre su amiga. Esta le miró expectante y ansiosa, pensaba que por fin lograría que él le enseñara a besar. Aunque verdaderamente no creía que la biblioteca fuese el lugar indicado para eso. Baek esperó unos segundos, justo los segundos necesarios para que Ruth decidiera cerrar sus ojos convencida de que recibiría ese beso. Entonces el ladeó una de sus pícaras sonrisas para luego colocar una mano en la nuca de la chica acortando la distancia un centímetro más.
Hasta los estudiantes de la mesa contigua esperaban porque la acabara de besar cuando el peliblanco murmuró seductoramente solo audible para Ruth:
-Métete en la cabeza que nunca te besaré Cosa Quinn... -Sin más preámbulos volteó y se fue sintiéndose malvado y triunfante.
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"En vez de amigos tengo una araña, en vez de un castillo tengo un orfanato, en vez de magia tengo un trastorno mayor y en vez de un hada madrina tengo un viejo y oxidado piano"
"En términos de vida, he aprendido a sobrevivir"- «Como si de arañas fuera» les recomiendo que pasen a ver este maravilloso libro de @Sh_


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