Querido Owen;

Estamos durmiendo en un barranco. Bajo un puente.
Únicamente tenemos dos sacos de dormir, por lo que mi madre ha decidido taparse con mi chaqueta.
Estamos al aire libre y tenemos más probabilidades de morir por una bomba.
Ya no sé sonreír, y entre todo este torbellino de melancolía parece que está prohibido.
Para cocinar hemos encendido un fuego con una cerilla y una botella de gasolina que hemos encontrdo. Estaba asqueroso, pero nadie ha dicho nada.

Siempre tuya,
Chloé.