007. una actuación sorpresa

Miré a mi alrededor, por primera vez sintiéndome algo fuera de lugar. Estábamos celebrando una pequeña fiesta con nuestros amigos más íntimos y algunas personas importantes de la discográfica de Dom, el día de antes de la boda. Nos encontrábamos en el jardín de nuestra gigantesca mansión, junto a la piscina. Le gente llevaba trajes de baño y aún así se veían elegantes. Las chicas más jóvenes aprovechaban cualquier momento para tomar fotografías que subir a Instagram, etiquetándonos a Erika y a mí, intentando conseguir algunos likes. Las conversaciones eran banales y superficiales, haciéndome echar de menos la profunda conversación que Winter y yo habíamos tenido desnudos bajo las estrellas después de tener el mejor sexo de mi vida.

— Mi príncipe, ¿estás bien? – preguntó Erika. Mi brazo estaba sobre sus hombros mientras ella hablaba con dos amigas suyas, cuyos nombres no recordaba.

— Sí – sonreí hacia la castaña –. Todo bien. Tengo algo de hambre, voy a buscar algo – dije, señalando la mesa donde podían encontrarse diminutos canapés, los cuales estaban bien, pero mi estómago ansiaba un hot dog de aquel puesto ambulante de Las Vegas.

— Vale, osito.

Erika me dio un corto beso antes de soltar mi mano, haciendo que pudiera caminar hacia la mesa. Agarré un par de canapés de salmón y los engullí en apenas un segundo. Luego fui a la mesa junto a la de la comida, donde había decenas de copas de champagne. Cogí una de ellas y le di un largo trago, a la vez que sacaba mi móvil. Desbloqueé la pantalla y aparecieron miles de notificaciones de mis distintas redes sociales, las cuales solo aparecían si estaba usando el móvil ya que si no gastarían mi batería en segundos. Decidí meterme en Instagram para dar "like" a algunas de las fotos de la fiesta, cuando pensé que probablemente debía subir una foto junto a Erika, ya que aquello sería un buen calentamiento para cuando subiéramos alguna foto de la boda y las redes ardieran. Así que caminé de vuelta a mi prometida y volví a pasar mi brazo sobre sus hombros.

— Hola, mi rey. ¿Ya has comido?

— Sí. Vamos a hacernos una foto, ¿sí? Para Instagram – dije, pasándole una copa de champagne.

— Ay, sí, qué buena idea Harry – sonrió ella.

Erika hizo una señal con la mano a uno de sus mejores amigos, que trabajaba prácticamente como asistente personal de mi chica. Nos pusimos frente a uno de los bonitos decorados de aquel jardín, porque estaba hecho expresamente para poder hacer fotos en cada una de sus esquinas. Unas grandes flores decoraban nuestro fondo. Bajé mi brazo para pasarlo alrededor de su cintura, luego me medio giré hacia ella, ignorando la cámara. Ella también me miró a mí y posamos para al menos veinte fotografías distintas, pero todas actuando como si no supiéramos que estábamos siendo fotografiados, la gente amaba aquel tipo de fotos. Tras eso, miramos y elegimos la mejor, y aquel chico, Matt, se dedicó a editarla, usando Facetune y todo lo que debía usar para que Erika y yo nos viéramos completamente perfectos. Luego me devolvió mi móvil para que pudiera colgar la foto en Instagram.

    harry.styles: Las fotos sin posar son las mejores. Tan solo unas horas para convertirla en mi mujer. Te adoro @erikarich, no puedo esperar a verte vestida de blanco.

Tan solo un segundo después de haber presionado el botón de "compartir", me aparecieron dos notificaciones. "a @summerdaisy le gusta tu foto" "@summerdaisy ha dejado un comentario en tu foto: dm". ¿Summer Daisy? No pude evitar sonreír al adivinar de quién se trataba. Su comentario era escueto y directo: "dm". Antes de abrir mis mensajes privados, sabiendo que Erika podría aparecer en cualquier momento y en uno de sus ataques de novia celosa, investigar mi móvil.

— Cariño, voy a ir un momento al baño. Enseguida vuelvo.

— Vale, mi amor.

Me apresuré en ir al cuarto de baño y bloquear la puerta antes de volver a sacar mi móvil y volver a abrir Instagram. Tuve que meterme en las peticiones de mensajes directos y buscar la misma cuenta, la cuál estaba bastante arriba, para mi suerte.

    summerdaisy: harry, soy winter, cuando puedas escríbeme

    summerdaisy: es realmente importante

    summerdaisy: por qué mierda tienes un millón de seguidores? no verás estos mensajes nunca

    summerdaisy: HARRY ES IMPORTANTE POR DIOS

    summerdaisy: ugh

    harry.styles: va todo bien?

    summerdaisy: GRACIAS A DIOS

    harry.styles: me encanta volver a hablar contigo pero mañana es mi boda, no es un buen momento

    harry.styles: si mi prometida viera mi móvil me mataría

    summerdaisy: pero es que lo que te tengo que decir no puede esperar

    summerdaisy: no puedes casarte

    harry.styles: ¿de qué hablas?

    summerdaisy: recuerdas que cuando nos despertamos yo estaba llevando tu anillo?

    summerdaisy: ese de gucci, con la H?

    harry.styles: sí, te dije que te lo quedaras... ¿qué pasa con eso?

    summerdaisy: hay una razón por la que me diste el anillo, harry

    harry.styles: sigo sin saber de qué hablas, preciosa

    summerdaisy: estamos casados, harry...

    harry.styles: qué

    summerdaisy: hace un par de días me llegó un certificado de una de esas estúpidas capillas

    harry.styles: no puede ser... estábamos muy borrachos, no nos dejarían casarnos

    summerdaisy: el certificado de matrimonio parece bastante real

    harry.styles: no puede ser, winter

    summerdaisy: habría consultado a un abogado qué podemos hacer, pero no tengo dinero para eso, por eso te escribí... ¿crees que puedes arreglarlo?

    harry.styles: voy a llamar a mi abogado, dame tu numero y te llamo cuando sepa algo

Vi como Winter me enviaba su número, el cuál guardé como "Louis nuevo", de nuevo por si Erika se ponía a espiar mi teléfono. Tras eso llamé a mi abogado, aquel hombre me había sacado de muchos líos muy gordos. Sabía que podía confiar en él. Los segundos que tardó su secretaria en atender mi llamada se me hicieron eternos.

— Despacho de James Rogen, ¿en qué puedo ayudarle?

— Buenas tardes, soy Harry Styles. ¿Podría hablar con James, por favor?

— Está reunido en este momento.

— Por favor dígale que es urgente. Sólo tomará unos minutos.

— Espere un momento – la mujer me puso en espera, haciendo que empezara a sonar una molesta melodía, pero tan solo uno o dos minutos después ésta se cortó.

— ¿Harry? ¿Va todo bien?

— James, gracias a Dios – suspiré –. ¿Podrías venirte a mi casa en un par de horas?

— Sí, claro. ¿Qué ha pasado, Harry?

— ¿Sabes que me fui de despedida de soltero a Las Vegas?

— Sí... Dios, no...

— Sí, al parecer estando completamente borracho me casé con una chica. Mañana es la boda con Erika. Tienes que conseguir que lo anulen.

— Está bien... ¿Crees que puedes conseguir que la chica venga a Los Angeles?

— Podría comprarle un vuelo, sí.

— Vale, te conseguiré un anulamiento, pero no hay tiempo de enviarlo por fax a Las Vegas para que ella lo firme y enviarlo al juzgado, así que si consigues que venga a Los Angeles y firme, podemos enviarlo directamente al juzgado desde tu casa.

— Eso sería genial, gracias James.

— Avísame cuando haya aterrizado e iré para tu casa.

— Hecho. Nos vemos – afirmé, colgando la llamada para llamar entonces a Winter.

— ¿Hola?

— Winter, soy Harry.

— Hey, ¿has conseguido hacer algo?

— Sí, mi abogado nos puede conseguir un anulamiento, no sería un divorcio, sería como si nunca nos hubiéramos casado. Pero tienes que venir a Los Angeles para firmarlo en persona ya que no hay tiempo para faxes y demás. ¿Crees que podrías venir?

— Sabes que no tengo dinero para el vuelo.

— Yo lo pago, no es un problema.

— Está bien.

— Ponte de camino al aeropuerto ahora mismo, te enviaré la tarjeta de embarque en un momento.

— Vale.

Winter fue la que colgó. Yo me apresuré en comprar un billete Las Vegas-Los Angeles, enviándole la tarjeta de embarque a Winter para que pudiera hacer el check in en el aeropuerto. Luego intenté tranquilizarme, ya que debía volver a la fiesta. Mientras regresaba al jardín, antes de guardar mi móvil, decidí escribirle una última vez a Winter.

    H.S: Winter, ¿puedes borrar el comentario que has dejado en mi foto?

    H.S: Cuando Erika lo vea te stalkeará y verá que eres de Las Vegas y probablemente sepa que nos acostamos juntos.

    Winter: claro

Borré aquellos últimos mensajes y guardé mi móvil en el bolsillo trasero de mi pantalón antes de salir de nuevo a la terraza. Con la mirada busqué a Erika, que estaba posando para algunas fotos con alguna de sus amigas. Me acerqué a ella, haciendo que se colgara de mi cuello y me diera un corto beso en los labios. La fiesta siguió algo aburrida, como todas las fiestas con esa gente. Posando para fotos para hacer creer a todo el mundo que nuestra vida era digna de envidia, y que todos éramos súper amigos, cuando no conocíamos el nombre de la mitad de la gente que había allí. Una hora después, me llegó un mensaje de "Louis nuevo", que tan solo decía 'en tierra'. Envié un taxi para que fuera a recogerla mientras que empezaba a pensar una excusa para escaquearme de nuevo. Envié un mensaje a James, diciéndole que ya podía venir hacia mi casa.

— Cariño, tengo que ir al baño – inventé de nuevo, ya que no sabía qué más podía decirle.

— ¿Estás bien, Harry?

— Sí, mucho champagne – reí, señalando mi copa vacía.

Erika me sonrió antes de soltarme. Yo fui hacia el interior de la casa, viendo como no mucho después me enviaba otro mensaje de que ya estaba fuera. Así que fui hacia la puerta. Tomé una larga respiración antes de abrir, sabiendo que volver a ver a Winter iba a ser demasiada tentación para mí, y al parecer en cuanto bebía un poco quería convertirla en mi mujer, y ya había tomado bastantes copas de champagne. Al abrir la puerta apreté levemente la mano clavando mis uñas en la palma de ésta, sabiendo que necesitaba contenerme. Winter iba vestida con un ajustado vestido tejano negro de tirantes, bajo el cual llevaba una camiseta see through roja, a conjunto con el pintalabios que llevaba. Se quitó las gafas de sol que llevaba puestas, moviéndolas a su cabello.

— Hey, marido. ¿Cómo va? – dijo, sonriendo.

— Winter, por favor... – susurré, negando con la cabeza, medio riendo – ¿Cómo vienes a firmar nuestro divorcio vestida así? Solo quiero llevarte a la cama y repetir lo de aquella noche...

— ¿Perdona? No me he vestido para provocarte, ni nada así.

— Lo sé, es que eres tan guapa que todo lo que lleves hace que quiera llevarte a la cama – admití.

— Oh, por favor, me vas a hacer vomitar con tanta cursilería – rió ella, haciéndome reír a mí también.

— Ven, entra... Nadie puede verte, ¿sí?

— Harry... ¿quién es esta? – escuché a una conocida irritante voz detrás de mí.

— Erika... – susurré, girándome hacia ella, teniendo que hacer tiempo para pensar en algo.

— Harry... voy a desmayarme ahora mismo si no me das una explicación.

— Uhm... no, cariño. Esta es Winter ella... – aclaré mi garganta.

— Harry me ha contratado para que cante... en vuestra fiesta – explicó Winter, sonriendo hacia mi prometida –. Quería que fuera una sorpresa.

— Oh... ¿en serio? – preguntó Erika, mirando hacia mí, pareciendo haber creído a la rubia, que había mentido con tanta naturalidad que hasta yo me la había creído.

— Sí, quería darte una sorpresa, mi amor.

— ¡Ay, mi rey! ¡Si es que te quiero tanto! – exclamó ella, viniendo hacia mí para abrazarme y empezar a darme cientos de cortos besos – ¡Eres tan romántico! ¡Vamos fuera, todos se van a morir de envidia cuando veas que has organizado una actuación sorpresa para mí!

— Claro... Vamos... Ven, Winter...

Pude notar como la rubia estaba tratando de contener una carcajada, así que la fulminé con la mirada para que se esforzara más en no reír. Así que me tocaba organizar, de verdad, una actuación sorpresa en apenas unos segundos. Y en aquel momento más que nunca agradecí al cielo que mi suegro fuera el dueño de una discográfica, sabiendo que podría encontrar, fácilmente, los instrumentos necesarios, para organizar aquello.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top