Sonamy Week 2015

By: Sonye-San

Day 1: Umbrella

Day 2: Blanket

Day 3: Chao

Day: Family

Day 5: Custome (Halloween Special)

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Si algo estaba segura Amy Rose, era que su novio Sonic The Hedgehog odiaba estar en un solo lugar tanto tiempo. Green Hill Zone justo a toda Station Square se encontraba en una repentina tormenta de nieve, al parecer el último artefacto del doctor Eggman alteró el ecosistema de Ice Cap, provocando que el frio se expandiera. Lamentablemente, resolver ese problema era muy difícil aún en manos de Miles "Tails" Prower junto a demás científicos de todo el país. La Tormenta nevada tenía unas 2 días seguidos, y para el erizo azulado parecían 2 meses, para él le era imposible correr con tanta nieve y ventisca a su alrededor, puesto que hacía demasiado frio y no podía ver bien a su alrededor.

Sonic estaba molesto, aburrido e irritado, ni siquiera comer Chilidogs lo animaba, él era un espíritu libre como el viento, no un ave enjaulada como se sentía. Amy ya no sabía qué hacer para animarlo, puesto que para ella es un sueño estar con él solos en su casa, pero, también entendía que su Sonikku no era esa clase de chico. Lo veía con la mirada pensativa viendo por la ventana de la sala, como todo era cubierto de la nieve blanca.

— ¿Sonic? —Se sentó a su lado en el sofá de color rosa— ¿No quieres hacer algo para divertirte?

— ¿Como qué...? —Contestó sin apartar la mirada de la ventana.

—Hmmm—Murmuró, pensativa tratando de buscar lo que sea que pudiera divertirlo— ¿Videojuegos?

— ¿Videojuegos? —Repitió, y esta vez prestándole atención a su novia.

—Ya sabes, esos videojuegos que hacen sobre nosotros, ya salió el primer prototipo, hace una semana Tails me lo dio como regalo.

—Como quieras.

Amy sonrió, al menos ya había hecho un cambio. Se paró del sofá y le dio un dulce beso en la frente, diciéndole que la esperara un momento, el asintió sin demasiado interés. Amy subió al segundo piso de su casa y entró a su habitación, que estaba bastante desordenada. Sus cobijas estaban todas tiradas en el suelo, tendría que lavarlas luego. Con pesar, la comenzó a recoger una por una y a doblarlas para guardarlas en su closet posteriormente, hasta que una loca idea cruzó por su cabeza.

Habían pasado ya más de una hora, y ninguna señal de ella. Sonic se estaba impacientando, se supone que iban a divertirse, no que Amy duraría todo ese tiempo haciendo quien sabe qué cosa en el segundo piso de la casa. Con bastante desanimo, se levantó del rosa sofá no sin antes bostezar de aburrimiento, luego de eso fue con bastante lentitud hacia el segundo piso, sinceramente él no estaba de ánimos para usar su súper velocidad en un lugar tan pequeño. Un escalón y luego otro, no sabía con exactitud cuánto tiempo duró subiendo unas míseras escaleras hasta que por fin llegó a su destino. Tocó la puerta de la habitación, oyendo un pase de parte de Amy. Él abrió la puerta y entró a la habitación.

— ¿Ames? —Indagó, buscándola con la mirada.

— ¿Sonikku? —Salió gateando del lado de su cama, confundiendo a Sonic.

— ¿Por qué duraste tanto?

—Estaba haciendo algo—Sonrió, mientras le extendía la mano para que la sostuviera—Ven—Indicó.

—Vale—Sostuvo su mano y se dejó indicar por ella. Caminaron unos pocos centímetros hasta llegar al lado contrario de la habitación, Sonic quedó confundido nuevamente— ¿Qué es todo esto?

—Fácil, un fuerte de cobijas—Respondió, presentándolo con orgullo. Sonic levantó una de sus cejas.

— ¿Fuente de acobijas? —Ella asintió— ¿Y para que hiciste eso?

—Para jugar videojuegos ¿que mas? —Rió un poco divertida—Tenía muchas cobijas tiradas por ahí, y decidí acomodarlas para jugar mas cómodos.

—Que mas da—Suspiró resignado, encogiéndose de hombros. Solo a Amy se le ocurriría algo así. Bueno, al menos no estaría aburrido por un buen tiempo—Comencemos Ames.

—Cuando quieras—Asintió decidida—No me ganaras tan fácil—Retó confiada, sentándose en la cobija del centro que servía como asiento para ambos, éste sonrió por igual y se sentó a su lado.

—Las damas primero—Tomó el control de la consola y se lo entregó a ella, la cual toma—Te daré algo de ventaja.

—Moo~—Resoplo, haciendo un adorable puchero infantil—Esa confianza hará que pierdas, te lo aseguro.

—Ya lo veremos.

Encendieron la consola e inmediatamente pusieron el juego correspondiente que iban a jugar, éste era de peleas con personajes parecidos a ellos, Sonic escogió al que se parecía a él y Amy a ella, eran versiones mas jóvenes de ellos mismo, en su etapa de adolescentes, puesto que ya Sonic tenía 20 años y Amy 17, muchas cosas cambiaron en todo ese tiempo, pero, seguían siendo ellos mismos, solo que más unidos que nunca.

Duraron unas innumerables 4 horas tratando de ganarse al otro, pero era casi imposible, ambos tenían muy buenos reflejos y técnica de combate, a pesar de ser la primera vez que lo juagaban. El fuerte de cobijas que solo era sostenido por una escoba, estaba lleno de bebidas con soda y bocadillos como malvaviscos a su alrededor, dejando solo las bolsas de basura. En un movimiento en falso de Sonic, Amy aprovechó para alzarse con la victoria con un combo final dejando a Sonic sorprendido e humillado por su derrota.

— ¡Te lo dije! —Se paró de un momento a otro, emocionada, regocijando su bien merecida victoria.

—Vale, vale, Amy, eres mejor que yo en este videojuego—Admitió su derrota con honor, cuando Amy Rose se proponía algo, no había nada en este mundo que la hiciera retroceder hasta cumplir su objetivo, así fue como por fin ganó su corazón aventurero.

—...Te dije que ganaría... —Murmuró soñolienta, dando un ligero bostezo.

— ¿Estas cansada?

—Un poquito—Asintió ella volviéndose a sentar en la cobija central.

—Bueno, ya está bastante tarde... —Se levantó con ella en brazos al estilo nupcial haciéndola sonrojar ferozmente por la sorpresa. Sin embargo, ella no replicó en lo más mínimo, y terminó recostando su cabeza en su pecho desnudo. —Buenas noches Ames... —La recostó con delicadeza en su cama matrimonial, ella estaba quedándose dormida, pero sostuvo a Sonic del brazo para que no se fuera.

—...Duerme conmigo... —Pidió con ojos tiernos, Sonic la verdad no podía negarse a esos ojos. Se rascó la espalda y sudo un poco en la frente, le resultaba aún incomodo dormir juntos.

—De acuerdo—Cedió al fin, recostándose con ella justo a su lado, Amy en ningún momento soltó su cálida mano; la reconfortaba.

—...Que duermas bien Sonikku... —Fue lo último que dijo antes de cerrar los ojos y quedar profundamente dormida, atrapada en los brazos de Morfeo, el Dios de los Sueños.

Sonic se quedó unos minutos contemplando el angelical y adorable rosto de su Amy, parecía una niña pequeña tomando una siesta, no pudo evitar apartar unos mechones de su cara, para contemplarlo mejor. Sin duda, quedarse en casa no fue tan malo como él pensó todo este tiempo, si podía contemplarla así, tan frágil y delicada como una flor, pero a la vez fuerte como ninguna otra, podía aguantar el tiempo necesario que su hermano reparara el desastre que su némesis ocasionó. Cerró los ojos con lentitud y con la fina cobija azulada, los rodeó a ambos para mantener unido su calor corporal, para luego quedarse dormido abrazado cómodamente de ella; su amada flor de cerezo.

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