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Era un nuevo día, lo que significaba otro intento de Vida para intentar acercarse más o tan siquiera tener una conversación tranquila con cierto dios que le llamaba la atención.

Mientras buscaba a Muerte en la tierra, Vida ingeniaba un plan para que su objetivo se hiciera realidad, tenía todas las intenciones de crear uno infalible, lo malo era que él se distraía mucho en especiales con los animales, luego de horas de búsqueda y distracción Vida logró crear su plan ya solo faltaba encontrar a Muerte, a quien encontró minutos después caminando entre humanos.

Aceleró su paso para poder alcanzar al otro dios, a solo dos pasos de distancia y antes de que lograra llamar su atención se escuchó una voz conocida.

-¡Leo!- Se escuchó llamar, Vida estaba 100% seguro que esa voz la conocía, y vaya que muy bien, era la misma voz de Muerte quien miraba a los lados indicando que buscaba algo en la multitud.

*¿Quién es Leo?* Pregunto de la nada Vida, sorprendiendo a Muerte quien hasta ese momento noto su presencia.

*No, no lo sé* Respondió Muerte algo avergonzado de que Vida estuviera allí además del hecho no haberse dado cuenta de su presencia.

*Pero si tu...* Vida fue interrumpido por otra voz que hizo que ambos dioses se quedaran congelados.

-¡Hola Des!- Ahora la voz que escucharon fue la Vida.

Sin perder el tiempo ambos dioses dirigieron su vista hacia donde escucharon que provenía la voz, no se esperaban con lo que su vista se había topado, y es que allí a unos metros de distancia en la entrada de un pequeño café se encontraban... bueno se encontraban ellos, así es, allí estaban ellos con ropa humana y todo.

*No puede ser* Susurro Vida quien junto a Muerte no habían salido de su asombro.

*No sabía que esto era posible, es decir, n-nosotros tenemos una versión humana* Dijo aun asombrado Muerte.

*Yo tampoco lo creía así* Respondió Vida *¡Espiémoslos!*

*¿Eh?* Dijo Muerte, confuso por la propuesta de su compañero.

*¿Acaso no te da curiosidad saber lo que dicen o hacen?, Vamos* Sin más y sin pensarlo dos veces, Vida tomo de la mano a Muerte y se encamino hacia sus versiones humanas, ignorando el hecho de que su compañero se sonrojaba por el contacto.

Escondidos tras unos arbustos cerca de donde sus versiones humanas estaban sentadas conversando alegremente, incluso en ciertas ocasiones reían por algo que decían o sucedía, esta escena en sí tenía cierto impacto en ambos dioses.

"¿Por qué siento como si mi corazón duele? Y ¿Por qué rayos me enoja que ellos puedan estar así?" Pensó Vida con el ceño fruncido.

Mientras tanto Muerte veía con atención la intersección entre los otros dos, deseando poder conversar tan fácilmente con su compañero.

*Vida, me tengo que ir, tengo trabajo que hacer* Hablo Muerte, un poco triste.

*¿Tan pronto? Bueno, luego le preguntaré a Sabiduría por esto* Respondió Vida quien ahora veía a Muerte *...*

*V-vida, no puedo irme si no sueltas mi mano* Menciono de nuevo un sonrojado Muerte.

Vida lentamente bajo su vista hacia su mano y vio que en verdad aun tenia sostenía la mano de su compañero *¡Lo siento!* Respondió avergonzado Vida, quien soltó algo brusca la mano del otro.

Sin más y aun sonrojado, Muerte desapareció a seguir su trabajo, mientras Vida al ver sus contra partes humanas irse, el decido caminar... pero entonces.

"... ¡Mierda!"

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*Sabiduría, ¡Ven, por favor!* Llamo Angustia quien en si arrastraba a Sabiduría con él.

*¿Qué ocurre esta vez?* Pregunto Sabiduría.

*Vida de nuevo está ocupando mi rincón... ¡Yo también lo necesito!*

Ambos dioses solo se quedaban viendo al otro quien tenía un aura de tristeza a su alrededor mientras le daba la espalda.

"¿Cómo pudo pasar? ¡Se suponía que tenía un plan para hablar con él! ¡Cómo se me ocurre decir "vamos a espiarlos"! ¡Soy un idiota!" Eran unos de los pensamientos que Vida tenía en esos momentos.

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Mientras tanto Muerte quien al ya haber terminado su trabajo, al menos por unos momentos, se decidió a caminar de nuevo entre los humanos, puede que para muchos ver a varias personas no es nada fuera de lo común, pero para este dios, era totalmente diferente, ya que cada persona, cada ser que él observaba era en sí una majestuosa creación de vida, se sorprendía por las diferencias y las cualidades de cada una de ellas, se daba cuenta de porque su compañero le emocionaba cuando un nuevo ser nacía.

Entonces los volvió a encontrar, ese par de chicos que ahora se encontraban comiendo en una de las bancas del parque, ambos conversando y riendo, Muerte sonrió divertido al ver como unas palomas se posaban sobre la cabeza y hombros de aquel humano parecido a Vida y como su contra parte se reía sin disimulo de lo mismo.

En ese momento Muerte solo podía observar a ambos humanos, aquellos que se parecían a él y a Vida, no pudo evitar sentirse dolido al verlos alegres y pasándola bien, los fácil y lo bien que se llevaban.... Como anhelaba estar de esa manera con el ser que había ganado su afecto y respeto... con VIDA....

Muerte muchas veces deseaba que el otro dios no fuese tan distraído... Quería estar enojado con él por ello, por no darse cuenta de sus sentimientos, aquello que solo estaban dirigidos a él. Pero si era sincero, por más que tratara no él podría odiarlo, aunque fuese molesto esta característica olvidadiza de Vida, era una de las tantas cosas que le gustaba....

"Pero acaso..." Se detuvo en su caminar con su vista vacía "Acaso es cierto lo que la mayoría de los humanos dicen... Que la Muerte nunca podrá ser amada..." Ante aquel pensamiento, Muerte sintió como su corazón dolía, sin soportar más el ver la felicidad de ambos humanos, desapareció de ese lugar en dirección a su hogar.

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Espero les haya gustado... Hasta la Próxima.

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