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Maybe this place is a dream, I don't understand this feeling

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5 de junio. 16:45 horas. San Francisco, California

Los pétalos de las flores eran mecidos por la suave brisa de primavera, época del año en la que todo florece, misma que, unos pocos días después finalizaría y daría paso a las hermosas tardes veraniegas, primavera que, había sido aburrida como la mayoría de estas en la vida de Afrodita, primavera que, aunque estaba a escasas y a la vez largas dos semanas de concluir, el peli celeste pudo deducir que no habría ningún suceso relevante en ella, sin embargo, primavera en la que, una serie de mágicos eventos ocurrirían, desencadenando en el más etéreo sueño que pudo haber tenido, lo que tanto estuvo buscando, lo que necesitaba, pero no sabía, o se negaba a creerlo. El canto de las aves se hacía presente, las mariposas del lugar revoloteaban y danzaban en el aire, tal parecía que le restregaran su libertad en la cara, este solo pudo verlas melancólicamente y seguir su camino.

Un lujoso auto blanco, blanco, como la hermosa nieve del gélido invierno, se acercaba rápidamente, sus llantas no podían parar de girar, una de las ventanillas yacía entreabierta, aunque, no se lograba ver mucho a través de ella, solo unos cuantos mechones pelirrojos, y otros pocos centímetros de una hermosa y tersa piel de porcelana

Afrodita al verlo simplemente pudo tomar un poco de aíre y como al parecer después de 21 años ya había dominado su técnica, fingió esa sonrisa, una sonrisa vacía, carente de sentimiento alguno, ¿Y, sus ojos?, esos orbes azules se encontraban sin brillo alguno, no deslumbraban, no estaban iluminados por algún lucero, ese perfecto rostro yacía ahí, perplejo, sin expresión alguna, como usualmente siempre era en ese chico, como se había vuelto costumbre, como un desagradable hábito, uno del que probablemente nadie le brindaría ayuda para que fuese capaz de abandonarlo, o al menos eso era lo que, hasta ese momento le habían susurrado sus pensamientos , las voces en su cabeza que siempre lo ayudaban a superar las dificultades, pero, secretamente el peli celeste sabía que no toda su vida, su estabilidad emocional podía depender de sí mismo, no quería, no podía, había escuchado de a lo que llamaban "amor", el sentimiento que te hace olvidarlo todo, absolutamente todo, el sentimiento de que alguien te importe más de lo que te importas tú mismo, el sentimiento de no querer alejarte de la otra persona, el sentimiento de que, aunque suene egoísta, no quires que esa persona se aleje, el sentimiento de tener a alguien en quien pensar a diario, que alguien te robe los suspiros, que se quede en tu mente todo el tiempo, que te haga perder la poca o mucha cordura que tienes, el hecho de que tu afecto hacia alguien no pueda ser expresado ni con todas las palabras, ni con todos los números que existen en este universo, el hecho de que alguien te haga sonreír a cada segundo que transcurre, el hecho de tener a alguien por quien vivir, por quien seguir adelante, por quien enfrentar a escudo y espada todos y cada uno de los problemas, de los contratiempos, de las discusiones, de las tediosas y aburridas conversaciones, "amor", desafortunadamente nunca lo había experimentado, y por lo que había visto, solo en casos afortunados, las cosas suceden de esa manera tan mágica, tan increíble, tan inefable

Dentro de ese auto, había un silencio incómodamente glacial, ninguno de los presentes tenía intención alguna de abrir su boca e invitar al contrario a tener una conversación, y aunque ese fuera el caso, el silencio los estaba volviendo locos, bueno, principalmente al menor, era bien sabido que nunca fue un joven de muchas palabras, pero, estar con tu progenitor y no cruzar palabra ni mirada alguna con él por aproximadamente 22 minutos, no era algo "normal", aunque siendo sincera, su relación con ese hombre nunca había sido "normal", ni siquiera era "cariñosa" por así decirlo, en fin, supongo que te debes estar dando una idea, ¿cierto?

La mente del pelirrojo estaba saturada, no dejaba de parecerle estúpido el hecho de fuese a "conocer" de alguna forma a esa tal Lindberg, y por lo que había escuchado, tener una especie de "relación" con ella, simplemente no quería, su plan ya lo tenía hecho, solo faltaba conocer a esa joven para saber si las cosas podían salir de acuerdo a lo planeado o si tenía que recurrir al plan B; en fin, centrándonos en el joven Fluorite, él tenía la mirada distante, helada, indiferente y perdida como siempre, como todo acuariano, podía parecer "tranquilo" por fuera, pero internamente, sus pensamientos eran un caos, un verdadero desastre, ¿su rostro?, inexpresivo, ¿su mirada?, carente de cualquier clase de brillo alguno, sin alguna "chispa" en ella, en ese momento solamente era eso, un joven inexpresivo, asocial y sin ninguna razón para seguir adelante, un chico absorto en sus pensamientos, centrado en ellos, ese joven era, Camus Fluorite

De repente, el auto se detuvo, justo frente a la entrada de esa lujosa mansión, frente a ese delicado joven de cabellos celestes, que tenía a su lado a, nada más y nada menos que, a sus "queridos" progenitores. Su padre, un hombre de cabellos rojizos como el ocaso, y una mirada verdosa, que no inspiraba nada más que no fuese miedo o algo parecido a eso, su madre, una mujer de  cabellos tan dorados como el astro rey y una delicada mirada verde acuosa, que, aunque se viese comprensiva, no era de fiar, "no hay que confiar en las apariencias"; los tres tragaron un poco de saliva al ver como aquella puerta se abrió, dejando así, salir a dos de los integrantes de esa peculiar familia francesa, como era de esperarse, el menor de la familia Fluorite tenía un semblante indiferente y frío, algo normal en él, pero su padre no se quedaba atrás, sus rostros eran, aunque parecidos, completamente distintos, uno inspiraba un poco de dolor y sufrimiento, mientras que el segundo, desconfianza, solamente eso

— Mystoria Fluorite, ¡cuánto tiempo, bienvenido! — Dijo "eufórico" el mayor de cabellos rojizos — Y tú debes ser el menor de la familia, Camus Fluorite, o acaso, ¿me equivoco? — El pelirrojo hablaba con alguna especie de "sarcasmo" y una notablemente excesiva cantidad de ego

Camus sólo pudo sonreír falsamente ante las palabras y miradas del hombre

Ni siquiera habían cruzado palabra alguna y Camus ya había podido deducir su vacía y falsa personalidad, debido a que su vida había estado llena de reuniones, y conversaciones con personas de ese tipo, con su cantidad de dinero por las nubes, el estatus social de cierta forma alto, y un apellido, llamémosle "importante"

— Écarlete Lindberg, han pasado años, mejor dicho — El mayor de los Fluorite se dignó a pronunciar unas cuantas palabras, habló, por supuesto, con su característica indiferencia, frío y distante. — Señorita Lindberg  — En un acto rápido y se podría decir que, con algo de hipocresía, por llamarlo de alguna forma, Mystoria besó la mano de la mujer mientras hacía una pequeña reverencia 

— Mystoria, no es necesaria tanta formalidad, llámame Cardinale — Decía la rubia con su clásico tono "despreocupado"

El silencio incómodo surgió de la nada, como siempre

Seguramente se han de estar preguntando, ¿y los menores de ambas familias?, bueno, ellos desde que se vieron, se empezaron a "examinar" mutuamente, y tal parecía que estaban en las mismas condiciones, sin estar de acuerdo con esa "unión", hartos de todo, de absolutamente todo

— Y bueno, creo que es hora de que se presenten y se conozcan — Decía Cardinale

Yo abriré la boca cuando quiera — decía para sí mismo el pelirrojo francés, siempre había odiado que las demás personas le dijeran qué, cómo y cuándo hacer algo, sin embargo, recibió una mirada asesina por parte de su padre, entonces, simplemente sonrió falsamente ante las palabras de la rubia

— Camus Fluorite, un gusto — Dijo, mientras hacía una pequeña reverencia, por más que el pelirrojo odiase esa extraña situación en la que lo había metido su "querido" padre, él era todo, menos un mal educado

Por su parte, Afrodita hizo lo mismo, ante las miradas asesinas de sus padres, principalmente la de su madre, tuvo que sonreír de nuevo, mientras, interiormente, tratando de contener su enojo

— Afrodita Lindberg, el gusto es todo mío — El menor no podía evitar ser amable, aunque tuviera una crisis existencial en su cabecita

De nuevo el silencio incómodo salvó a nuestro querido peli celeste. Ninguno de los menores tenía idea alguna sobre qué decir y cómo, de cierta forma "socializar" y "conocerse" mutuamente, después de todo, para llevar a cabo su perfecto plan, tenían que "agradarse", aunque fuese un poco

— ¡Oh!, vaya modales los míos, ¿les apetecería dar un paseo por nuestros humildes jardines? — Habló la rubia

¿Escuché bien?, definitivamente dijo "nuestros" ¿Verdad?  Pensaba Afrodita con una mezcla extraña de rabia y algo parecido al coraje; mientras por fuera, tenía su sonrisa vacía dibujada en ese perfecto rostro

— Por supuesto, estaríamos encantados, ¿no es así, Camie?— Decía Mystoria con su clásica indiferencia, y al mismo tiempo, plantaba una helada mirada sobre los hombros del mencionado

El pelirrojo odiaba que su padre lo llamara así, principalmente porque usaba ese "cariño" solamente en público, en reuniones o en fiestas

— Sería un verdadero honor — Decía mientras intentaba formar algo parecido a una sonrisa en ese hermoso rostro

Y así, ambas familias se empezaron a dirigir a las afueras de aquella lujosa mansión, para momentos después, sentarse en una pequeña mesa, esperar unos cuantos minutos, y poder degustar algunos de los exquisitos bocadillos que... por cierto, hablando de bocadillos, pueden adivinar quién, o, mejor dicho, ¿quiénes los prepararon?

Minutos antes. 16:38 horas

Ambos chicos estaban en una repugnantemente impecable cocina repleta de todas las especias, condimentos, alimentos, e ingredientes posibles

— ¿Se puede saber por qué un español le prepara comida de la alta cocina mediterránea a una familia sueca asentada en Estados Unidos? — Decía con su típica sonrisa el italiano, haciendo el mejor esfuerzo para no reírse, aunque, fue inútil

— Por lo mismo por lo que me ayudarás a preparar tu exquisita Panna Cotta*, una delicia italiana, para ser degustada por esa misma familia sueca y dos franceses — Dijo Shura con su intento de "indiferencia", de igual forma, haciendo lo posible por no reírse, pero, el sí tenía práctica disimulando, entonces, no se notó ni una pizca de aquello

— Espera, ¿Qué dijiste? — Al pobre Ángelo casi le da un infarto

Shura rodó un poco los ojos al oír la reacción del menor — Lo que oíste, además no es para tanto, solo quiero que hagas el dulce de fresa y la decoración, la Panna Cotta como tal ya está lista, la receta es parecida a la del flan español, entonces, no fue nada difícil aventurarme a prepararla — Hablaba con su clásica "indiferencia"

Ángelo le lanzó una mirada asesina al pobre Shura

— Pff, ¿es enserio?, haciendo el caramelo de fresa y la decoración, cómo máximo te podrías llegar a tardar 10 minutos — Claramente, la paciencia no era una de las mejores virtudes de aquel español

— De acuerdo, si así al menos me dejarás en paz — Ay la boquita de Ángelo a veces es muy grande

— Por mí dormiste bajo un techo anoche genio — Nuestro pobre Shura empezaba a perder la poca paciencia que le quedaba 

— Si, si, si, ¿y tienes las fresas listas para empezar a cocinarlas? — Supongo que por algo su signo zodiacal es cáncer

Shura dio un largo suspiro y movió su cabeza indicándole el lugar donde se encontraban dos recipientes con unas frescas bayas color escarlata y al lado de estas, un pequeño especiero con algunas hojas de menta dentro

El italiano solo siguió el procedimiento que le había enseñado su "adorada" familia, o bueno, mejor dicho, cuando aún tenía una familia "unida" por así decirlo. Las bayas previamente habían sido desinfectadas al parecer, entonces solo tuvo que vaciarlas en una olla y cocinarlas a fuego lento. No tardaron mucho en cocerse y empezaron a tener una consistencia blanda, seguido de esto solo fueron trituradas un poco, hasta el punto en el que parecía una exquisita mermelada, un caramelo de fresa listo para ser saboreado por un fino y delicado paladar

Ya que estaba listo ese empalagoso caramelo, lo único que quedaba por hacer era la decoración de la Panna Cotta

— Bien, y llegó el momento de la verdad, ¿dónde está tu delicioso "Flan español"? — El tono de burla se hacía cada vez más notable en aquel el italiano

— Te dije que es una Panna Cotta— El pelinegro dio media vuelta en dirección a la nevera para sacar de esta, el cremoso flan

— Sí claro, lo que digas — Decía Ángelo tratando de sonar como Shura, "indiferente", pero siendo sincera, si a el español no le sale, al italiano mucho menos

Pocos segundos después, el mayor tenía una bandeja con 7 vasos pequeños, resplandecientes como el cristal, los cuales estaban medio llenos de ese suave flan, que, unas horas antes preparado por Shura

— Vaya, que textura tan suave, y que delicioso aroma tiene la vainilla — Ángelo estaba de cierta forma sorprendido

— Sí, y la combinación de hojas de menta con vainilla, es espléndido, será un sabor repugnantemente dulce, y eso me encanta — Por primera vez en mucho tiempo Shura estaba hablando con esa cantidad de azúcar en sus palabras

— Exacto, y repugnantemente fresca, como las tardes veraniegas de a finales de junio — No sabía por qué su amigo estaba tan feliz, pero eso le gustaba, así que decidió seguirle la corriente

— ¿Se puede saber por qué hablamos de esto? — Aunque el español sonrió un poco... Volvió a la realidad rápidamente

—No lo sé, yo no fui quien sacó el tema — Dijo Ángelo divertido

Shura lo miró con una mezcla de molestia y quizá hasta una leve sonrisa — Toma, decóralas — le acercó los recipientes con fresas y luego el especiero

La decoración de esos postres fue, aunque simple, hermosa, primero se vertió un poco del caramelo de fresa, luego, unas cuantas fresas cortadas en pequeños trozos, y al final, el toque mágico, algunas hojas de menta en la cima, éstas desprendían un aroma tan profundo y deleitante que podían volver loco a cualquiera de tan solo respirarlo un poco

— Bien hecho — Shura extrañamente tenía una sonrisa en su rostro

— Entonces, se podría decir que somos un buen equipo — Decía irónicamente Ángelo

— Pff, cállate — Shura desvío la mirada mientras rodaba los ojos

— ¿Te parece si llevamos esto a la mesa? — Volvió a hablar el mayor, obviamente, sin olvidar su característica indiferencia

— ¿Me estás diciendo que una de las familias más ricas del país no tiene personal a su servicio que haga eso? — El menor hizo lo posible por no reírse, aunque sus intentos fueron en vano al parecer

— Yo nunca dije eso, simplemente lo digo porque si no lo sabes, hoy es viernes y por alguna razón no hay tanta molesta gente trabajando, además, siempre es bueno que los responsables del plato sean quienes lo presenten ante los comensales — Shura tenía razón, pero eso no convenció lo suficiente al italiano

La mirada junto con la ceja levantada de su amigo le dijo su opinión respecto a eso

— Agh en fin, vamos a ir, te guste o no Ángelo — El peli negro tomó la bandeja con los postres en sus pálidas manos y se dirigió a la salida de ese lugar. — ¿Vienes? — Ahora fue el español quien alzó su ceja

— Si me lo preguntas a mí, al parecer, tú tampoco has cambiado — Dijo Ángelo con cierta sonrisa en su rostro

El peli negro sonrió para sus adentros al escuchar eso

— Y, a todo esto, dime, ¿cuántas personas son? — Preguntó algo extrañado Ángelo

Ambos detuvieron el paso

Shura rodó levemente sus ojos y dio una vuelta para quedar justo en frente del italiano — Número uno, se les dice 'comensales' o en dado caso, hasta, 'invitados' genio, y número dos, según sé, son cinco, ¿feliz? 

— Sí ajá, lo que digas... oye, pero si son cinco, ¿por qué hiciste siete porciones? — Habló algo indignado y curioso su amigo

— Ah, eso, no me quedaría sin probar un poco de mi delicioso postre, y la séptima porción, simplemente sobraba eso, y no es bueno desperdiciar, entonces, probablemente te la dé a ti — Decía Shura tratando de no morir de risa en el intento 

— Jajaja, que gracioso — Nótese el sarcasmo en esas palabras

Su amistad siempre había sido así, sarcástica, irónica e inclusive, hasta "loca" o "extraña" como muchos a lo largo de los años la habían descrito, aun así, ambos, como siempre terminaron riendo como locos al final de esa, aunque simple, linda escena, claro, linda por así decirlo

Se dirigieron a uno de los muchos jardines de esa inmensa mansión, alguien les había dicho que estaban en el jardín, pero nunca especificó en cuál de todos, ni mucho menos en qué maldita parte, según las palabras de Shura, entonces, se las tuvieron que arreglar para poder llegar a esa pequeña mesa que albergaba un silencio y una tensión tan incómodas como la incomodidad misma...

Y ahí estaba ese hermoso chico, tenía la silueta tan delicada y fina, sus expresivos ojos azulados, esa hermosa piel de porcelana, un precioso y sedoso cabello celeste, sus labios, aunque pequeños y delgados, eran preciosos, simplemente, idílicos, algo perfecto, utópico, algo fuera de este mundo, de este mundo que tanto daño le ha hecho a mucha gente, de este mundo que Ángelo tanto odiaba, lo vio, y por un efímero instante, todo, absolutamente todo, pereció detenerse, ser irrelevante, lo olvidó todo, nada le importaba, o, mejor dicho, lo que de por si no le importaba, en ese momento lo hizo mucho menos, su corazón por alguna extraña razón latió como un demente — ¿Quién es él? — Se dijo a sí mismo sin despegar ni un solo segundo la mirada de esos cautivadores ojos

Serendipia ese fue el primer pensamiento que pasó por la mente de Afrodita, ese hermoso joven parado frente suyo lo cautivó, lo deslumbró de solo verlo, esa linda cara lo hizo sentir algo, aunque había escuchado que las cosas en el amor no siempre iban bien, no pudo ni quiso evitarlo, su corazón quedó prendado a él, a esos indos ojos que, para ser sincera, eran los más hermosos que había visto, su mirada siguió recorriendo cada parte de él, bajó hacia sus labios, y, ¡oh cielos!, casi se desmaya, se veían tan hermosos, tan etéreos, que, inconscientemente se mordió un poco los suyos, esa hermosa piel bronceada, era simplemente preciosa, su corazón por primera vez, de verdad sintió algo por alguien, no se sentía como un simple enamoramiento de 2 o 3 meses, sintió algo más, algo más profundo, algo sincero  — Es increíble — Se dijo a sí mismo, tenía los ojitos brillosos, y esos mismos, unos segundos más tarde chocaron con los de su amado, inevitablemente provocando un sonrojo de esos que parecieran que toda la sangre de tu cuerpo se concentra en tus mejillas, tiñéndolas de un hermoso carmín 

Y aquí es donde me pregunto, "esto será un sueño, no entiendo este sentimiento"

...




La panna cotta es un postre típico de la región italiana del Piamonte, elaborado a partir de crema de leche, azúcar y gelificantes, que se suele adornar con mermeladas de frutas rojas. Recuerda al flan, pero su sabor es más lácteo y tiene una textura más parecida a la de la gelatina que a la del flan

Ya tan rápido vamos en el capítulo 4, bueno, no tan "rápido", el primer capítulo salió en noviembre y ya estamos en marzo, me disculpo por eso, mi vida es un completo desastre

A que no se esperaban que Écarlete y Cardinale fueran los padres de Dita

Aaaah, amo hacer escenas de Shura con Ángelo, me río mucho escribiéndolas

Al fin se conocen esos dos, amo eso, por cierto, el capítulo 5 será hermoso, es una promesa

16/03/2021





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