~·1·~
Izumi Ary.
He vivido en Ciudad Celeste desde que tengo memoria, toda mi infancia se basan en recuerdos de esa ciudad a la que podría llamar "hogar". Pero es casi imposible pensar en mi infancia y no tener a él en la cabeza (aunque siendo sincera cualquier etapa de mi vida el seguiría siendo uno de los protagonistas).
— Ven, cariño, hay que ser educado y saludar a los nuevos vecinos. — Me asomé con esa timidez que a esas edades me invadía completamente y vi un camión enorme con un montón de cajas por doquier. Una pareja estaba dejando las cajas en el suelo al ver que mis padres se acercaban a ellos. Ambos tenían una sonrisa de oreja a oreja y parecían ser personas muy amables. — Ven, Ary, ven.
A pasos cautelosos me acerqué tal y como me decía mi madre. Se le iluminó el rostro a la mujer al verme, yo tan solo me escondí detrás de mi madre otra vez.
— Tu hija es tan adorable. — Me pareció escuchar ese comentario por parte de ella, haciéndome refugiarme más en mi madre. — Es igual de tímida que mi niño.
¿Niño? Cuando quise observar a quien se refería una mano me revolvió el cabello y me hizo agachar la cabeza debido a la fuerza. Al mirar hacia arriba mis dudas se resolvieron, solo podía ser él.
— Bueno, él es mi hijo, el mayor. — Escuchaba como mi madre lo presentaba mientras mi hermano se limitaba a asentir. Frente a otras personas parecía tan educado y amable, no tenía nada que ver con el diabólico hermano que tenía que aguantar cada día.
De repente a través de mi alborotada cabellera despeinada pude divisar una silueta de tamaño reducido, como un niño de mi edad. Curiosa aparte los mechones de mi cara y fui capaz de observar al que hoy en día es mi marido. Vaya, que hardcore, pero es la verdad. Me volví a esconder detrás de mi madre y ella suspiró. Antes de que pudiera darme cuenta ya me había movido hacía delante de ella poniéndome totalmente al descubierto. Mi sentido de la vergüenza activo la alarma pero mi madre sabía que todas aquellas barreras se iban a ir al garete con un fácil:
— Venga, cariño, preséntate.
No era una petición, era una orden. Era un "contesta de una vez y no me hagas quedar mal ante los nuevos vecinos". Tragué saliva y deseé que no me temblara la voz.
— Soy Izumi... Ary. — Me limité a mirar a la señora que se había colocado a mi altura, su sonrisa tan agradable me transmitía mucha confianza. Me sonrió en respuesta.
— Encantada, Ary-Chan. — Intenté sonreírle de la misma manera pero su melódica risa me dio a entender que no lo había logrado. Volteó y con un gesto con su mano derecha obligó a venir aquel chico que aún seguía viendo la escena desde segundo plano. Tomó los hombros de su hijo, transmitiéndole toda esa confianza que me transmitía a mí con aquella sonrisa. — Venga, canijo, preséntate a esta bella señorita ya que será tu vecina a partir de ahora.
Me sonrojé por su comentario y me encogí de hombros avergonzada. "No soy una bella señorita" repetía en mi interior aunque en el fondo me había gustado esa forma de referirse a mi persona. Sin duda, lo tsundere lo había llevado desde bien pequeña. De repente una temblorosa mano se había postrado ante mí, al levantar la mirada hacía el propietario de esa extremidad me encontré con el rostro avergonzado de mi nuevo vecino.
— Soy Kotoku Kenta. — Lo miré sorprendida. Podía notar como estaba muy nervioso, no parecía ser bueno con las palabras, ni con las presentaciones. Sonreí débilmente. Pero mi sonrisa cambió de golpe, pues, tras tragar saliva recargando "fuerzas imaginarias", Kenta mencionó aquello que se moría por decir desde nuestro primer encuentro visual. — ¡E-Espero que podamos ser amigos!
Noté como empezaba a embargarme la felicidad. ¿Amigos? ¿¡Había dicho amigos?! Correspondí a su apretón de manos rápidamente y le regalé una gran sonrisa, de oreja a oreja. — ¡Yo también quiero ser tu amiga, Kenta!
Él me devolvió una sonrisa de la misma manera... sabía que aquello era un antes y un después.
Días después...
Kotoku Kenta.
Aunque me moría de ganas de hacerme amigo de Ary... no todo era tan fácil. Al mudarme de la nada simplemente no conocía a nadie, quitando a ella. Pero ella conocía a gran parte del pueblo y jugaba la mar de feliz. Era difícil integrarse en ese grupo; por un lado estaba mi personalidad tímida y vergonzosa que me impedía hablar como una persona normal y por el otro la situación familiar que tenía en aquellos momentos.
Ver a mamá besándose con alguien que no era papa no terminaba de establecerse en mi mente. Por mucho que amara a mamá, papá también tenía parte de mi corazón. Nueva cuidad, nueva región. Nueva vida. Quizás tan solo era un mocoso pero recuerdo claramente como no podía conectar los clavos de mi vida en aquel momento. Era como si me hubieran apagado la consola antes de la batalla final sin haber guardado.
No quería molestar a nadie con mis pensamientos, ni a mamá, ni a su pareja... ni a Ary, aquella que parecía jugar con los demás como si nada.
Cuando nadie me veía me escabullí hacía el norte de la ciudad, a paso rápido intenté esquivar todos los matojos de hierba que me encontraba, no quería encontrarme con ningún Pokémon salvaje porque no llevaba ninguno conmigo, una muy mala decisión.
La verdad, no recuerdo ni como llegué al Laboratorio de Bill. No llegué a entrar, ni siquiera sabía qué era por aquel entonces, y simplemente subí unas escaleras y me quedé observando el paisaje desde allí. Desde que he sido muy pequeño siempre me ha gustado estar solo, me relajaba y el paisaje siempre había sido muy buen acompañante para estos momentos. Sabía que llegaría el momento en el que mi madre se diera cuenta de que yo no estaba en casa, me buscaría y se enfadaría de mala manera. Pero ella no me hubiera dejado irme por mi cuenta a ningún sitio.
Después de unos cuantos minutos al fin decidí irme de allí, el clima había enfriado y no era muy inteligente seguir allí. No dejaba de pensar en lo mucho que me hubiera gustado conocer a los demás niños de Ciudad Celeste, pero tenía mucho miedo de caerles mal. Siempre había llevado muy mal las primeras impresiones. Debido a tener la cabeza en otro lado inconscientemente me metí en la hierba alta. Si es que, después de todo, era mala idea.
Cuando pasé por al lado de una "hierba" sin querer me tropecé con algo. De repente me empecé a asustar y cuando volteé comprendí que tenía mil y un motivos para querer estar asustado. Tenía enfrente mío a un Oddish; podía parecer un Pokémon totalmente inofensivo pero después de haberle pisado la pata su cara de enfado no parecía ser totalmente pacifico.
Noté como me invadían las ganas de llorar, "tendría que haber hecho caso a mamá" repetía mi cabeza.
— ¡Ayuda! — Grité con la esperanza de que alguien que estuviera cerca me socorriera, aunque solo fuera por tener compasión con un niño pequeño. Notaba como el Pokémon se preparaba para atacar y mi cuerpo temblaba sin parar, sin darme la capacidad para siquiera mover alguna parte de mi cuerpo para poder escapar. Terminé cerrando los ojos y esperando que aquel ataque no doliera tanto como parecía.
De repente noté como una brisa me envolvía y como una presencia se hacía paso entre el Oddish y yo. — ¡Char, usa ascuas!
Cuando abrí los ojos no me creí lo que vi. Allí estaba Ary con un Charmander defendiéndome de aquel Pokémon. Por lo nerviosa que estaba y por la premisa de que ella tenía la misma edad que yo deduje que no era suyo. Rápidamente el Pokémon huyó asustado y Ary corrió a mi lado. Antes de que reaccionara ya me estaba ayudando a levantarme.
— ¡ Gr-Gracias! —Notaba como mis lágrimas amenazaban con salir. Ella no ayudó mucho con su respuesta.
— ¡Para algo están los amigos! —Ahí ya no lo pude controlar más y lloré.
Ya no hablo de este solo momento, pero siempre había sido una persona muy reúsa a llorar. No es que lo considerara algo malo, pero al hacerlo me sentía muy vulnerable y no quería que nadie me viera en ese estado. Era algo reservado para mí y mi soledad. Solo en casos específicos y había intentado que durara lo menos posible. Pero por una extraña razón, con Ary me sentí bien. Algo me decía que ella no sería capaz de hacerme nada y... simplemente estaría allí. Y no me equivocaba.
Ella vino y me dio un abrazo. Sabía que ese gesto sería un antes y un después. Mi vida sería muy diferente.
Nos sentamos lejos de la hierba alta. Le conté todo aquello que me preocupaba. Ella tan solo me escuchaba y me dejaba hablar. Las lágrimas desaparecieron y al final aparecieron las risas. No recuerdo con claridad de lo que estuvimos hablando, todo aquello que nos compartíamos mientras el sol ya empezaba a ponerse. Solo tenía en mente aquella sensación de tranquilidad que me embriagaba, lo cómodo que me sentía pudiendo hablar con ella de cualquier cosa, y lo bien que se sentía liberar todas aquellas preocupaciones.
En aquel momento sentí que la iba a tener conmigo, que ella siempre iba a estar ahí para mí. Quien reiría conmigo, quien secaría mis lágrimas. Daba igual lo que sucediera, aunque nunca llegara a aceptar que mis padres nunca volverían a estar juntos... tenía allí a alguien que iba a permanecer a mi lado.
Pero tenía clara otra cosa. Yo iba a estar allí para ella, iba a confiar en ella. Estar en sus momentos malos, en los buenos. Estar a su lado. Inconscientemente me hice una promesa a mí mismo, nunca dejaría sola a aquella chica de ojos café que me comentaba que le gustaba el helado de vainilla.
Y hasta día de hoy, no la he incumplido.
Podíamos escuchar las voces de nuestras madres en un tono poco afable y supimos que era hora de volver. Antes de salir corriendo como si no hubiera un mañana, nos sonreímos mutuamente.
· · ·
Si dejáis todo en silencio y prestáis atención a vuestro oído... podréis oír mi llanto infinito ;w;
No os hacéis a la idea de la ilusión que me hace hacer esto OMG. ¿Es posible tener OTP de tus propios personajes? PORQUE ES LO QUE ME PASA.
Son de mis primeros OCs y Ary es mi contraparte ;w; Aunque nos "parecemos" hay cosas que nos diferencian así que no esperéis encontrar experiencias personales here xDDDDD
O sea, ojalá existiera un Kenta pls.
Espero que os guste tanto como a mí.
Redes sociales donde hacerme bullying para que escriba de una jodida vez:
Twittah: aryclairyx
Insta: ary.clairy
(sobretodo insta, gracias a mis stories sabréis cuando estoy escribiendo xD)
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