2. ¡Oh genial! A clases
Universidad de Integración Global, el nombre de mi nuevo segundo hogar donde pasaría más años soportando a profesores y compañeros irritables.
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Es un lunes, pero no cualquiera, me encuentro ingresando a lo que seria mi salon de clases. En silencio camino entre el ruido de saludos y comentarios sobre salidas. Me ubico en una carpeta en la parte lateral izquierda, junto a la única ventana existente ahí. Lo se es sofocante este lugar.
- Buen dia jovenes - dice una señora entrando con una seriedad en el rostro que hace quedar en silencio a todo el mundo - Mi nombre es Margaret y seré su profesora de lenguaje, así mismo les doy la bienvenida a esta prestigiosa institución.
Todos seguían en silencio mientras la maestra empezaba a dar una introducción a su curso, cosa que a todos nos aburría notablemente.
- ¿En serio puede hablar tanto? - pensé mientras me iba distrayendo con mis propios pensamientos.
Pero regrese al mundo de los mortales gracias al molesto sonido que ingresó por la ventana, el ruido de los neumáticos de un auto patinar sobre la pista dejando sus marcas en el cemento gris.
Era un taxi de un color azul, no muy típico de los taxis lo sé, pero eso no era tanto lo que me llamó la atención, sino la persona que descendía de aquel, una chica de cabellos negros, tes blanca, vestía un short azul con una blusa blanca y zapatillas cómodas, seré sincero me pareció muy linda pero fuera de mi alcance según yo.
- Jovencito, ¿podría repetir lo que acabo de decir? - dijo la profesora mirándome logrando que mi atención regresara a la pizarra.
- Ammm... pues... - dije totalmente lleno de temor y con la mas minima idea de lo que estuvo hablando todo el transcurso de la clase.
- Si es que no desea seguir en la clase puede agarrar sus cosas para retirarse; y esto va para todos - dijo con un poco de molestia en su mirada y en su tono de voz.
- Disculpe profesora - fue lo único que atine a decir.
Vuelvo la mirada hacia el exterior pero ya no encuentro ni a aquella chica ni a ese taxi.
- Buenos días, disculpe la tardanza - Era ella, aquella chica. No podía salir de mi asombro.
Ella entra sin esperar respuesta de la profesora Margaret.
- Señorita, esta es una institución de prestigio y por ello debe demostrar un poco de modales y si no las sabe aquí las aprenderá quiera o no - la profesora sonaba muy enojada e irritada.
Aquella chica la miró con un poco de incomodidad y con una sonrisa falsa al mismo tiempo.
- Ujum, disculpe - dice fingiendo arrepentimiento sentándose en una carpeta al fondo del salón.
No podía evitar voltear una y otra vez para comprobar que era ella, se que lo era pero bueno solo intentaba contemplarla disimuladamente para que ella no se percate ni para que la profesora me vea distraído y me vuelva a requintar. Aquella profesora ya me caía tan mal.
Entre mirarla y mirarla ella quita la vista de su celular y me clava esos ojos negros mandandome un guiño, lo cual hizo que volteara la cabeza hacia cualquier lugar para que no viera el tono rojo de mi rostro causado por la pena.
Me mantuve prácticamente sin voltear durante todas las clases.
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Al fin el bendito reloj marcaba el término de estas horas de tortura.
- Cierto, aquella chica... - pensé mientras volteo la mirada lentamente, pero gran sorpresa, ya no la encontré.
-¿Cómo pudo salir tan rápido? En fin ya habrá tiempo para saber todo respecto a ella.
Esperen, ¿Qué hago interesandome en ella? ¡Solo la viste unos minutos Thomas! - mi subconsciente tenía razón - Es mejor que vuelva a la realidad y me dedique a lo que en verdad vine... ESTUDIAR.
Jajaja si claro, estudiar, pff.
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