Capítulo 7

Ese mismo día a las 22hs en la casa de Lauren, la fiesta comienza y casi todos los alumnos de la escuela están allí pero solo los más populares. Lauren está sentada junto a su novio Dylan en el sofá de la sala; él es alto de músculos grandes, tiene el cabello castaño y ojos azules, siempre serio.

—Hoy vendrá el nuevo y sabes lo que eso significa —le dice ella en voz baja.

—Lo sé, pero que nadie te vea, no quiero quedar mal —respondió cruzándose de brazos.

—No te preocupes cariñito, seré muy cuidadosa —Lauren le guiña el ojo y le da un beso en la mejilla. Mientras ella recorre toda la fiesta, saludando a sus conocidos, amigos, también aprovecha para tomar un jugo de naranja y comer unas cuantas porciones de pizza.

—¿Dónde estará Kea? Ya se retrasó, espero que esa maldita de Zariam no lo haya convencido de unirse a su grupo —piensa seria mientras tiene el trozo de pizza en su mano. Entonces terminó de devorar la pizza y salió afuera, caminó y se sentó en el suelo contra la pared de azulejos color beige.

En ese momento Lauren ve que alguien se acerca, se trata de Kearrents, tiene unos jeans grises y una camisa a cuadros azules, justo como estaba vestido en la escuela.

—Hola —saludó él mientras caminaba hacia la puerta.

—Hola, pensé que no vendrías —dice ella colgándose de su cuello y dándole un beso en el rostro.

—Cuidado, puedes caer —habla Kea alejándose un poco—. ¿Vamos a la fiesta? —propone él sonriendo.

—Eh... no porque... Hay mucha gente adentro, no hay espacio, vamos al jardín de atrás —responde Lauren tomándolo del brazo y arrastrándolo hacia el jardín, es grande, tiene muchos arbustos y árboles con flores que adornan el lugar, hasta hay una infaltable fuente en el centro con muchos pececitos dorados.

—¿Te gusta? —pregunta ella sentándose en el borde de la fuente mientras toca el agua con sus dedos.

—Es muy bello —Kea contesta tocando las flores que están cerca de él, Lauren se distrae por un momento y cuando dirige su mirada hacia Kearrents, el arbusto que está junto a él ya no tiene flores.

—¿Q-Qué fue lo que pasó? —se pregunta Lauren estando un poco confundida—. Veo que no tienes ninguna herida, eso significa que Zariam fue amable contigo —habla mientras mira su reflejo en el agua.

—Es muy buena persona —comenta Kea.

—Jajaja ¿Ella? ¿Buena persona? Espera a conocerla mejor —ríe jugando con su cabello.

—No, es en serio —insiste—. No sé por qué pero ambas mienten —menciona Kea cuando se sienta en el borde de la fuente junto con ella.

—¿Qué? Yo no miento —Lauren se ofende y niega con la cabeza.

—Lo estás haciendo ahora mismo.

—Okey, ¿en qué miento? —pregunta cruzándose de brazos.

—En todo, pero no estoy aquí para juzgarte, mi trabajo es mucho más importante que eso —responde él escapándose unos detalles.

—¿Tú... trabajo? —Lauren arquea la ceja confundida pero más curiosa.

—Mmm... Sí, pero ahora no te puedo explicar todo, debo explicarle a ambas —respondió rascándose la nuca.

—¿Qué? No entiendo nada de lo que estás diciendo —habla Lauren seria.

—Tengo que irme —Kea decide retirarse antes de ser descubierto por él mismo, entonces corre para huir.

—¡Espera! —Lauren lo persigue, sólo está unos cuantos metros detrás y cuando él dobla a la derecha entre los árboles, ella cree que lo atrapó pero cuando llega encuentra el muro de piedra frente a sus ojos, Kearrents ha desaparecido sin dejar rastros.

—Mmm... esto cada vez se pone más interesante —murmura ella mientras regresa a la fiesta.

—Eso estuvo cerca —suspira Kea aliviado de haber escapado, se encuentra la cima de un árbol, sentado sobre una rama gruesa y las tupidas hojas los esconden perfectamente, en ese momento él siente algo en su bolsillo, lo revisa y es el libro que Ariel le dio.

—No sé para qué es esto pero puedo darle un buen uso —piensa y pega en la primera página la servilleta de papel del café donde estuvo con Zariam luego acerca su mejilla derecha contra la hoja dejando la marca del beso que Lauren le dio.

—Primer día, listo, y todo resultó bien —dice orgulloso guardando el libro. De repente su brazalete comienza a brillar de nuevo y hace que caiga al suelo.

—¿Qué le pasa a esta cosa? —se pregunta mientras se pone de pie, el brazalete lo arrastra hacia el interior de la casa haciéndolo entrar sorpresivamente atravesando una ventana y cayendo sobre un hombre armado que estaba por robar a todos en la fiesta.

—Agr... —dice adolorido el hombre.

—¡Llamen a la policía! —dicen los presentes estando alterados y asustados.

—¡Kearrents nos salvaste! —grita Lauren sorprendida pero alegre de verlo.

—Eh... eso creo —respondió él. La policía entra a la casa y arresta al ladrón, en todo el alboroto Lauren trata de hablar con Kea pero, así como llegó, se fue.

—¿Quién es ese chico? ¿De dónde vino? —se pregunta Lauren, tiene mucha curiosidad, y no solo ella, también Zariam, ella siente algo por él que nunca sintió por nadie, por un lado quiere estar con Kearrents y conocerlo mejor pero no quiere mostrarse insegura, vulnerable ni tierna.

Zariam se encuentra observando la fiesta, sentada en el césped detrás de un árbol que está enfrente, cruzando la calle, desde allí ve cómo la policía lleva al ladrón. Esta escena trae unos profundos y dolorosos recuerdos en su mente, decide irse de allí antes de que alguien la vea, camina despacio por las sucias y frías calles de los edificios hasta llegar a una pequeña casucha dónde vive.

Cuando todo termina, la fiesta y demás, todos regresan a casa dejando a Lauren en soledad, en la gran y oscura mansión vacía, ella recorre las interminables galerías vacías, sus pasos hacen un eco interminable, hay migajas y bebida por toda la alfombra pero eso no le preocupa. Sube las escaleras hasta su cuarto dónde se deja caer en su cómoda cama para descansar.

Mientras que Kearrents observa a ambas sin que se den cuenta, mira atentamente y descubre que no son tan diferentes como todos dicen, a Lauren y Zariam les falta algo muy importante...

—Les falta una familia —murmura Kea al poder sentir el dolor de ambas.

Multimedia: Lauren.

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