Ariel se asegura que nadie los escuche entonces le explica todo a Lauren y Zariam, quienes escuchan atentamente.

-Kea es diferente a los demás ángeles, nosotros tenemos siglos de vida como ángeles pero él es un ángel solo apenas unos años. –inicia Ariel.

-¿Tienes siglos de edad? Te ves muy bien. –interrumpe Lauren.

-No interrumpas. –la calla Zariam.

-Kea es diferente porque antes era humano y los humanos nunca podrán ser ángeles, hicieron una excepción con Kearrents pero con la condición que siempre dirá la verdad. Tenían que borrar sus recuerdos y él estuvo de acuerdo con eso y deseó no volver a sentir amor. Un día escapo y bajo a la tierra y hacía buenas acciones para no regresar, lo juzgaron y decidió ser un ángel guardián para poder quedarse aquí y por eso debe protegerlas a ambas. –le explica.

-Eso explica porqué Kea es tan frio al mismo tiempo que es tierno. –habla Lauren pensativa.

-¿Él sabe esto? –pregunta Zariam un poco curiosa.

-No.

-Ahora sí. –interrumpe él estando recostado por el marco de la puerta -¿Algo más que debería saber? –dice entre serio y molesto por tantos secretos.

-Eso es todo. –responde Ariel.

-No ¿Por qué yo desearía no sentir eso que dijiste? –pregunta Kea, ni siquiera sabe cómo se llama el sentimiento.   

 -¿Amor? –dice Lauren.

-Sí, eso.

-¿Ni siquiera puedes pronunciar esa palabra? –murmura Zariam.

-Tú mismo me hiciste prometer que nunca te recordaría nada de tu vida pasada. –habla Ariel.

-¿Por qué?

-Debes descubrirlo solo y cuando lo hagas te arrepentirás por eso, lo he visto. –confiesa poniéndose de pie.

-Kira… -murmura Kearrents pensativo.

-No, es enserio, sufrirás mucho. –le dice Ariel preocupado.

-Ya no confío en ti, buscaré a Kira. –se propone Kea alejándose.

-Mierda, está pasando. –Ariel toma su cabeza con las manos, un fuerte dolor lo atormenta.

-¿Qué está pasando? ¿Quién es Kira? –pregunta Zariam confundida al igual que Lauren.

-¡No se metan en esto! –contesta enojado frunciendo el ceño.

Mientras tanto, en otra ciudad, en una práctica de arco y flecha, un grupo de estudiantes aciertan el blanco con una envidiable puntería, en una zona alejada y segura, una joven aprecia la práctica.

-Desearía poder hacer eso. –piensa estando sentada en un banco de madera.

Ella es delgada y alta, de piel pálida, cabello largo y negro con las puntas rojizas, tiene los ojos marrones y una mirada muy tierna y dulce.

-Kira… -escucha su nombre, ella mira a un lado y ve a un joven de cabello revuelto y unos maravillosos ojos.

-¿Qué quieres, Kea? –pregunta ella, ambos se conocen.

-Respuestas. –Contesta sentándose a su lado –Tú sabías, al igual que todos, que yo era humano. –comienza.

-Sí, lo sabía…

-Entonces ¿Por qué yo querría olvidar mi vida pasada? ¿Qué me pasó? –pregunta angustiado.

-Me hiciste prometer que nunca te volvería habla de tu vida, querías olvidarla, estabas muy decidido y molesto.

-¿Por qué? –insiste.

Kira suelta un suspiro –Solo te puedo decir que el amor arruino tu vida y por ello moriste. –murmura sin mirarlo.

-¿Tú tampoco vas a ayudarme?

-Nadie puede, además, por más que intentes recordar algo será inútil. –Contesta –Esto en parte es mi culpa.

-¿Tu culpa? –Kea la mira fijamente.

-Sí, ¿Sabes qué? Te ayudaré a recordar pero después no te quejes, seguramente Ariel ya te advirtió. –acepta poniéndose de pie.

-Como siempre y más ahora que está aquí. –comenta él rodando los ojos.

-¡¿Está aquí?! –dice emocionada.

-Busca a Marie y está más insoportable que nunca, yo le digo que se relaje un poco. –lo afirma.

-Iré contigo.

-Okey. –Acepta él sonriendo –Ten, te traje tus favoritas. –Kea le entrega un ramo de orquídeas blancas.

-Gracias, eres muy dulce. –habla ella oliendo el bello aroma de las flores.

Zariam y Lauren intentan comprender todo lo que pasa, pero se confunden cada vez más.

-¿Quién esa tal Kira? –se pregunta Lauren molesta.

-Debe ser como Kea y Ariel. –habla Zariam estando sentada en una silla al revés con sus brazos apoyados sobre el respaldo.

-Y si es la novia de Kea. Esto es grave.

-Ya escuchaste a Ariel, Kearrents no siente nada, tampoco dolor. –comenta Zariam pensativa.

-¿Qué?

-Hace poco un viejo de mierda casi me atropella y él me salvo, entonces el auto lo hiso bosta. Pero después Kearrents estaba vivito y coleando. –le cuenta.

-Ya sé lo que estás haciendo, Kea es mío oíste. –dice Lauren molesta. –Además también me salvo a mí y me beso.

-En la mejilla. –la descubre Zariam.

-Pero lo hizo, eso es lo que importa. –Lauren se cruza de brazos.

-Además Kea me salvo 2 veces y me mostró sus alas. –presume.

-No, estas mintiendo.

-Si no me crees es tu problema. –dice Zariam arreglando su cabello.

-Yo conseguiré un beso de Kea, nadie se resiste a mis encantos. –habla mirándose con un espejo de mano.

-No si yo lo hago primero.

-¿Tú? No me hagas reír. –se burla sonriendo.

-¿Quieres apostar? –Zariam la desafía.

-Claro, quien consiga ese preciado beso, en los labios, será la ganadora y se quedará con el angelito. –acepta Lauren muy decidida.

-Okey. –Zariam extiende su brazo y ambas se dan de la mano -Te recuerdo que tú tienes novio y si esa bestia de Dylan lastima a Kea por tu culpa yo personalmente te daré una paliza. –le advierte.

-Eso no debe preocuparte, estaré besando a ese bombón antes de lo que piensas y yo ganaré como siempre. –habla Lauren muy confiada.

-Esta vez no,  suerte… la necesitaras. –dice Zariam estando muy calmada.