24.

En contra de su idea inicial, Kagami logró continuar el baño sin hacer nada demasiado vergonzoso. 

Su rostro seguía ardiendo y en general su entorno se sentía demasiado caliente, probablemente una mezcla de vergüenza y el vapor del agua. También se resbaló un par de veces con el jabón, el mismo que continuaba chorreando en su ropa.

Lo cual la hacía sentir idiota, porque era una adulta y debería ser capaz de actuar de forma madura pero su cerebro continuó distrayéndose y en consecuencia cometía errores. 

Supone que podría haberlo manejado mejor, de todos modos ya solo le faltaba enjaguar.

Marinette por su lado, estaba contenta. Un baño siempre era relajante, Kagami era tan eficaz como siempre en ello y meterse con ella un par de veces era entretenido.

El sonrojo que florecía en su cara cada vez era adorable.

--Acérquese un poco, Alteza--.

Obedeció en silencio, decidiendo dejar en paz a la criada. Ya la molestó lo suficiente por hoy.

Eso y pese a que actuó (en su mayoría) tranquila como siempre, de alguna manera hizo un desastre con su ropa.

Tenía las mangas empapadas y llenas de jabón, las rodillas probablemente estaban igual. Llevaba un delantal, pero por lo que podía ver de reojo, no la protegió contra el agua.

--Deberías cambiarte--. Dijo mientras le ponían una toalla en los hombros. Se levantó sin pensarlo mucho, siendo cubierta rápidamente con su bata. --Te podrías resfriar--

--Lo haré Alteza, solo termino con esto--. Kagami se apresuró a apretar el nudo de su bata.

Con eso pondría fin a sus distracciones.

Marinette rio entre dientes, dejando de la mayor también secara su cabello antes de apartar sus manos con un gesto.

--Puedo cambiarme sola, tú puedes cambiarte aquí--. Indicó, saliendo del baño con sus ropas.

Kagami asintió detrás.

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Terminó de vestirse sin ningún problema, envuelta felizmente en sus pijamas suaves y cálidas, se dispuso a esperar a que Kagami saliera.

Mientras esperaba comenzó a desenredar suavemente su cabello, pensando en qué clase de ropa usaría la japonesa. Dudaba mucho que hubiese tomado alguna de sus prendas extravagantes dada su naturaleza, lo que era una lástima, estaba segura que el camisón grana con bordes dorados le quedaría perfecto.

Eso le recordaba que debería conseguirle algo bonito que usar, tal vez una camisa o un vestido, podría conseguir algo para los niños y Tomoe también.

El sonido de la cerradura de la puerta se llevó toda su atención.

--Siento usar su ropa Majestad, la lavaré antes d...-

La interrumpió dándole un gesto y una sonrisa. --Ven acá--.

En lo que Kagami se acercaba pudo ver mejor su vestimenta, tal como lo predijo había llevado uno de sus camisones más simples y antiguos, blanco con cuello y mangas de volantes y dos cordones con pompones al final.

Era un camisón corto, pero a ella le quedaba como uno normal, adorable en su opinión.

--Se te ve muy bien--. Tarareó, tocando ligeramente la tela. --Aunque no es mi favorito, podrías probar otros--.

Uno azul también le sentaría, tal vez índigo o cobalto.

Kagami le dedicó una mirada no impresionada, negando ligeramente con la cabeza. --No creo que sea una buena idea Alteza--.

--¿Por qué no?, ¿no te gusta?--. Agarró la tela del camisón, tirando ligeramente para sentirla mejor.

Y tendría que ser más resistente, o más suave, dependiendo de si sería para dormir o no. Podría ser ambos.

--No es eso, es agradable, es lo más suave que me he puesto--. Respondió con sinceridad, encogiéndose de hombros. --Pero no es mi estilo, es muy.. elegante--

Su ropa de dormir habitual era ropa demasiado gastada para usarla en público.

--Para nada, y aunque lo fuera no veo que tiene de malo--. Marinette negó con la cabeza, volviendo a examinarla de arriba a bajo. --Eres hermosa, tu ropa debe coincidir con ello--.

--Majestad, no necesita ser tan amable conmigo--.

El comentario la disgustó, su alago no era por mera amabilidad. Kagami siempre le pareció atractiva, y ahora que eran más cercanas se lo haría saber muy bien.

--Solo digo lo que veo, eres hermosa--. Afirmó mientras mantenían el contacto visual.

Los ojos de la criada, aunque con algo de su inexpresividad habitual, tenían una obvia curiosidad, como si tratara de leer la sinceridad detrás de sus palabras. Por lo mismo trató de transmitir toda la seguridad que pudo con su propia mirada.

Kagami terminó cediendo primero luego de unos segundos, optando por mirar las manos que la sujetaban suavemente por los brazos antes de regresar al rostro de la monarca.

--Gracias, usted también es hermosa--. Aceptó con una sonrisa y rosa ligera, tocando los antebrazos suavemente, entre tímida y halagada.

Debía admitir que la amabilidad de la reina siempre la animaba, ahora no era un excepción, y esperaba que pudiera expresar bien que lo apreciaba.

Marinette sonrió satisfecha con la respuesta, suspirando casi imperceptiblemente cuando sintió pequeños círculos subir por sus antebrazos a los brazos. Usando su agarre para atraer a la mayor hacia ella.

Con poco movimiento se encontraron en una especie abrazo, con Marinette sentada abrazando por la cintura a Kagami que se posicionó entre sus piernas y rodeaba sus hombros. 

Atraída por el calor, la noble descansó su mejilla en el abdomen frente suyo, su cuerpo recordó de repente que el día la dejó agotada. A su creciente sueño se añadió caricias delicadas en la parte posterior de la cabeza.

--¿Ya con sueño Majestad?--. La voz serena no ayudó en nada, podía sentir como la arrullaba para dormir.

--Un poco, es difícil no hacerlo cuando haces eso--. Murmuró, respirando profundamente.

Grave error, o gran acierto, depende de la perspectiva, Kagami tenía una mezcla de las sales de baño y su propio aroma, y era su nueva fragancia favorita. Se contuvo físicamente de hundir su cara contra la tela del camisón, eso sería inadecuado y estaba lo suficientemente consciente como para saberlo.

--Estoy comprobando su cabello, creo que hay que desenredarlo..--. Fue interrumpida por un bufido ahogado, trayendo una sonrisa burlona a su cara.

Su reina podía ser terca cuando quería.

--Permítame arreglar su cabello, será mejor ahora que en la mañana--. Dijo, peinando algunos mechones con sus dedos.

No obtuvo ninguna respuesta.

--De todos modos hay que trenzarlo antes de que se acueste--.

Silencio otra vez.

--Estará más cómoda después, podrá irse a dormir y mañana se sentirá como nueva, Alteza--. Razonó más firme, sabiendo que de lo contrario no se moverían.

Y no se quejaba por ello exactamente, la habitación no estaba helando y definitivamente la otra mujer le brindaba suficiente calor para estar cómoda. Pero la monarca tenía una agenda apretada, tenía que descansar bien, además ella tenía que ir con su familia antes de que anocheciera más.

Sus niños estaban felices por la cosecha que hicieron en el día, incluso su madre parecía algo feliz, podría hablar con ella de eso.

--¿Unos segundos más?--. Marinette levantó la mirada con ojos brillantes y abiertos, apoyando la barbilla en su estómago.

Conocía ese truco, los niños lo hacían cada que querían salirse con la suya.

--Claro Alteza--. 

Aún así no pudo negarse, como ya pensó antes, estaba a gusto en los brazos de Marinette y una mirada a la ventana le dijo que aún no era muy tarde. Podían quedarse juntas un poco más.

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Esta historia se medió murió, pero aquí estoy y la reviví otra vez.

Hola a todos los que hayan esperado, espero que les haya gustado aunque no sea el mejor capítulo. Me oxidé bastante pero espero retomar la escritura en algún punto.

Gracias por darle apoyo a la historia, dejen sus comentarios e ideas, prometo que la trama se agilizará en próximos capítulos.

Nos vemos en unos meses más <3



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