23.
Después de un día de tratar con diversas personas, Marinette esta agotada.
Amaba a su pueblo y solo quería lo mejor para él, pero todo la socialización con personas huecas acababa con su paciencia.
Había escuchado más veces "compromiso" de lo que quisiera en su última reunión.
Se supone que la reunión era para oficializar un tratado en Marsella, unas revisiones, apariciones públicas, discursos y un baile final, nada más.
En todo eso solo debía hablar acerca de la economía del país, comercios con Inglaterra o Italia, tal vez hablar sobre los líderes de las ciudades importantes. Nada que ver con su vida privada en general.
Claro, sabía que sin importar cuanto lo deseara terminaría hablando de su ausencia de compromiso, pero sucedió más rápido de lo anticipado.
Literalmente en un momento hablaban de distribuir recursos y al otro sobre planes de matrimonio.
Negó todo con calma, tratando de seguir su conversación sin ser grosera.
Lo comprendía, su cumpleaños se acercaba y para los veinte y cinco todos sus antecesores tenían al menos un compromiso.
Por sobre todo había dos cosas por las que se interesaban: 1) sin compromiso no hay heredero legítimo, y 2) sin compromiso aún hay la opción de unirse a la familia real.
Contuvo una mueca al salir de la sala, marchando con soltura y ofreciendo una sonrisa por educación a los guardias que la recibieron.
Caminó por los pasillos, deseosa de cenar de una buena vez y descansar.
Al menos Kagami estaba con ella, unos pasos detrás.
--Kagami--. La llamó, la criada apareció a su lado en un segundo.
--¿Si Alteza?--. Preguntó, no pasando por alto que la reina parecía algo fastidiada luego de la reunión.
Sus hombros estaban un poco más tensos que de costumbre, y su ceño se arrugó unos milímetros demás.
--¿Tengo algo después de la cena?--
Una ventaja adicional de tenerla era que poseía una memoria increíble, pudo memorizar todo su horario con haberlo escuchado una vez.
--Sí Majestad, tiene una reunión con los líderes de las Casas Rohan y Tudor --
--Pide posponerla para mañana en la mañana, estoy indispuesta por hoy--
Igual esas casas no tenían la suficiente influencia, por algo compartían reunión.
Luego de recibir un asentimiento, entró al comedor.
.
.
.
Cuando la comida finalizó, Marinette se retiró a su habitación.
Su humor no había mejorado en nada, no ayudó que ningún Tsurugi la acompañó esta vez. Kagami dejó bastante claro que preferiría comer aparte, con sus otros trabajadores.
Lo más interesante que pasó fue una pequeña conversación con Luis III y su esposa.
--Veo que su dama acompañante de este año trajo familiares, debe ser realmente útil si decidió cargar con todos ellos--.
Lo dijo con una sonrisa de simpatía, no realmente desagradable.
--Lo es--. No diría más, sabía que Kagami prefería que no hablara de ella (o su familia) con otros.
Pero Adelaida decidió unirse a ellos. --También son serviciales, los niños ayudaron en la cosecha y la señora los dirigió fácilmente--
--Son una familia educada--. Asintió, dejando que la conversación se cerrara.
Eso la había dejado curiosa por lo que hicieron los demás Tsurugi en el día, preguntaría por ello en un rato.
Antes se relajaría un poco recostándose en la silla de su cómoda.
Vio a Kagami moverse por el rabillo de su ojo, desapareciendo un momento antes de volver hacia ella.
--¿Se encuentra bien, Majestad?--. Preguntó, colocándose atrás suyo.
--Solo estoy algo frustrada con la reunión--. Admitió, contenta cuando comenzó a deshacer sus broches.
--¿Dijeron algo malo?--. Continuó, desenredando uno que otro nudo sencillo.
--Solo se podían fijar en mi falta de marido y no en lo mucho que he hecho prosperar al reino--
--Aún es joven Alteza--. Tarareó Kagami, dejando que ahora sus manos recorran la melena azabache ahora libre.
--Lo sé, pero me comparan con mi madre--. Bufó por lo bajo, reclinándose al toque. --Ya estaba embarazada a mi edad--
--Cada quien tiene su tiempo para establecerse y tener hijos--
Eso hizo que la duda sobre el padre(s) de los niños regresara a su mente, ahora parecía un momento para preguntar por ello.
No tan directamente, por supuesto.
--Tuviste a tus gemelos a los dieciocho, ¿no?--. Preguntó, habiendo hecho un cálculo mental rápido con las edades.
La pregunta tomó desprevenida a Kagami, quien pensó si debería decir o no sobre la adopción. Por lo general nadie preguntaba, y si lo hacían lo más probable es que los ignorara.
Aunque ahora no hay porque mentir, la reina era agradable y de todos modos no creía que le importe.
--No, en realidad los adopté a los veinte y dos--. Aceptó con calma.
Decidiendo no hacer de esto un gran show, siguió jugueteando con los mechones, sin cambiar nada visiblemente.
--Oh, eso fue lindo de tu parte--. Trató de no sonar nerviosa o sorprendida, lográndolo por poco.
No había anticipado esa opción, su cabeza ya había creado a variantes de hombres con características físicas similares a los niños.
Ahora se sentía tonta, pero habría querido saber cual era su tipo.
--Estaban solos y fríos, nos encariñamos rápido--. Explicó, dejando su cabello. --Merecen alguien que los ame y cuide--
Por otro lado, amaba saber de su lado más dulce, era adorable.
--Lo entiendo, son pequeños encantadores--. Sonrió, levantando su mano para tomar la de Kagami.
Apretó ligeramente en respuesta, agradeciendo sus palabras.
El gesto duró poco, pues la mayor lo soltó para dirigirse al armario.
Marinette observó curiosa, aún no era su hora habitual de dormir. O bueno, la hora en que se supone que debía dormir.
--¿Hoy me acuestas temprano?--. No pudo evitar sonreír ante la idea.
Aunque no quería perder la compañía de Kagami tan pronto.
--No Alteza, preparé un baño para bajar su tensión, pensé que le gustaría--. Probablemente debió preguntar antes de comenzar a calentar el agua.
--Un baño suena perfecto--. Suspiró feliz, levantándose para acercarse a la más baja.
Aprobada su idea, sacó la ropa y toallas necesarias.
El calor de un baño sonaba más que bien para Marinette, y además Kagami podía acompañarla, pues no estaban las chicas que usualmente le ayudaban.
Sabía que no lo necesitaba, pero era la reina, podía permitirse un capricho o dos.
--Toma prestado algo para ti, puedes mojarte también--. Río entre dientes, fijándose en cualquier cambio de postura.
--Sí Majestad--
No hubo ninguno notable, si no fuera por el suave rosa que se esparció por sus mejillas.
Ya estaba disfrutando esto.
.
.
.
Entonces, Kagami más o menos había predicho que tendría que ayudar a la monarca en su baño.
Era predecible considerando que las muchachas usuales no estaban, y que el resto de sirvientes que trajeron eran varones. También, sabía que era de confianza de la reina, eran algo así como amigas, o eso cree.
El punto es que ya lo pensó y se prometió calmarse.
No evitó que se sintiera fuera de lugar, volteando inmediatamente para que Marinette se desvista en paz. Solo volteó cuando estuvo segura que ya había entrado a la bañera, por el chapoteo del agua y el zumbido de satisfacción que lo acompañó.
--El agua está perfecta--. Murmuró, levantando sus brazos para apoyarse en el borde.
Kagami se sonrojó al seguir el movimiento con la mirada, desviando la mirada de la blanca piel con culpabilidad.
Realmente debía concentrarse.
--Ven acá, no te preocupes, sabes que no muerdo--. La voz burlona de la monarca no la ayudó en nada.
--Solo necesito el gel de cabello--. Respondió, tomando el frasco y acercándose sin despegar la mirada del suelo.
Una vez que se estuvo detrás de Marinette se pudo calmar un poco, desde ahí en su mayoría solo veía cabello y los hombros.
Con su mente más clara, contó hasta tres mentalmente y comenzó su labor.
Era sencillo, no era nada que no haya hecho antes con sus hijos. El proceso era el mismo: moja, frota el jabón, enjuaga y repite una vez más.
Y el gel tenía un olor muy agradable, probablemente jazmín.
En lo que la criada lavaba su cabello, Marinette se recostó contra sus manos y sonrío, sus manos frotaban perfectamente su cabeza.
Eso y estaba segura que le dio una ojeada a su pecho desnudo, aunque sea de unos segundos. Su cara sonrojada totalmente sería un recuerdo grabado en su memoria que apreciaría.
Sabía que era una joven atractiva, pero era agradable sentir que Kagami podía apreciar eso.
Se veía tan bonita cuando estaba nerviosa.
--Uh, Alteza, ¿podría moverse un poco para lavar su espalda?--
Volteó a propósito más de lo necesario, solo para ver como el rojo regresaba a las mejillas de la otra.
--No hay problema--. Dijo, alejándose del borde y reclinándose hacia adelante.
Hubo un murmullo inentendible antes de un suave "gracias".
Contuvo sus ganas de voltear otra vez, sabiendo que tendría tiempo para hacerlo una vez que termine con su espalda.
La japonesa trató, de verdad trató de no darle importancia a todo esto, repitiéndose una y otra vez que era trabajo. Así no tembló al momento de tallar con una esponja la espalda, haciéndolo delicadamente.
El silencio era lo que dominaba la habitación, solo habiendo el chapoteo ocasional de algunas gotas. Lo que la ayudó mucho a calmarse, era más sencillo convencerse de todo y solo intrigarse un poco por la suavidad en sus manos.
Ya sabía que Marinette tenía una piel tersa, ya la había tocado más de una vez. No obstante, ahora era mucho más claro y mucho más directo.
Estaba limpia de toda marca, excepto por un pequeño lunar en el omóplato izquierdo. Su forma era igual de estética, era delgada pero con músculo firme.
--Creo que mi espalda ya está lo suficientemente limpia--. Y ahí estaba ese tono burlón de nuevo.
Tampoco es como que estuviera errada, si se había tomado más tiempo del necesario.
--Lo está, Majestad--. Dijo con toda la calma que pudo reunir, contando otra vez al desplazarse para quedar cara a cara con ella.
En esta posición era más difícil no fijarse en el pecho de la joven, de todos modos no lo hizo. Mantuvo su vista clavada en la clavícula, cuello y hombros en su lugar, frotando el jabón en esas áreas.
Marinette contuvo un suspiro ante las acciones, eran tiernas y metódicas, perfectas.
Venían acompañadas de la perspectiva de Kagami ligeramente inclinada para alcanzarla mejor, lo que le daba mejor visión de sus mejillas y cuello sonrosados.
Así también vio pequeñas gotas de sudor bajar por su rostro, comprensible, toda la habitación estaba llena de vapor y la mayor seguía usando su vestimenta normal. Había arremangado las mangas de su vestido, en un intento de mantenerlas secas.
No funcionó, podía ver como se sumergían de vez en cuando en el agua. Lo más probable es que las puntas de su vestido también se hubieran mojado, ya que se hincó y había pequeños charcos de agua en el suelo.
--Tu ropa está mojada--. Comentó, enderezándose completamente para señalar las mangas.
Kagami volvió a quitar la mirada de la monarca, consciente de que ahora sus senos no se escondían debajo del agua.
--Un poco si, no es nada--. Se obligó a no balbucear, tirando sus mangas más hacia arriba.
Con eso solo logró embarrarse con jabón, pero no podía importarle menos en el momento, el calor en su cara la estaba matando.
La menor negó suavemente con su cabeza. --Sabes, siempre puedes sacártelo, no me molesta para nada--
Levantó la mirada solo para encontrarse con una sonrisa suficiente y esos ojos azules profundos examinándola.
--Así estoy bien, gracias Alteza--. De una forma inhumana, su voz continuó sin temblar.
--Mientras estés cómoda--. Zumbó calmada, volviéndose a recostar sobre el borde. --Pero ahora necesito que continúes con el lavado, el agua podría enfriarse--
Si, no olvidaba que le faltaba aún partes por refregar.
--Sí Alteza--
.
.
.
.
.
Ya volví, no me tardé tanto esta vez :D
En el resumen de hoy: Marinette se quita el fastidio de una reunión molestando a Kagami, y Kagami no sabe lidiar con ella porque nunca ha pasado algo parecido.
Díganme que opinan del capítulo, y gracias por los que leen la historia.
Nos vemos en unos meses, sigan leyendo fics y cuiden sus riñones tomando agua.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top