19.

Kagami había viajado durante años, lo que implicaba toda la experiencia, lugares nuevos, gente nueva, paisajes interesantes y choques culturales. Y aunque lo disfrutó algunas veces, pasarlo bien no era una prioridad cuando estabas emigrando.

Sobre cuando lo hacías para mejorar tu situación económica porque tu familia no tenía donde caer muerta. 

A eso agréguenle que eran una mujer ciega y una niña claramente extranjeras, moviéndose entre un mar de personas igualmente pobres en un ambiente hostil. Eran un blanco fácil a ojos de todo el mundo, hasta que Tomoe tuviera cualquier arma picuda contra su cuello.

Considerando lo anterior, digamos que Kagami estaba más centrada en escabullirse y aprender todo lo que pueda serle útil, que en fijarse en lo bonito del lugar.

 Pero ese no era el caso de ahora.

Ahora mismo tenía tiempo para admirar los paisajes, ver a los pequeños animales y de vez en cuando un par de aldeas. Además de que ir en carruaje era cómodo, bastante cómodo.

--¿Disfrutando de la vista?--. Preguntó Marinette, sonriendo hacia la mirada casi brillante de Kagami por el atardecer.

Y otro factor importante era la compañía de la Reina, que era muchísimo más disfrutable que la de desconocidos potencialmente peligrosos.

--Mucho, las vistas desde aquí son bastante bonitas Alteza--. Ofreció una sonrisita, señalando levemente hacia las montañas.

Montañas con el cielo teñido de suaves naranjas, rosas y azules, reflejando morados oscuros en la vegetación de alrededor, destacando el agua cristalina del riachuelo. Decir que no estaba impresionada sería una mentira gigante.

--Me gusta como se ve el agua ondeando, sobre todo por las luces y sombras reflejadas--. Agregó antes de voltearse hacia Marinette.

Los ojos de la misma parpadearon brevemente en el paisaje antes de posarse en la campesina, conectando sus miradas.

--Si, lo son--. Asintió, con una sonrisa propia.

Pero ella no se refería a la vista, porque aunque era de los mejores paisajes que había observado, ella se refería a Kagami.

Porque ese brillo nuevo y alegre en los ojos marrones era increíblemente adorable, esa mirada entusiasmada que la tenía hechizada. Le encantaba como la frialdad normal de la contraria disminuía poco a poco conforme su amistad aumentaba.

Sus jugueteos ocasionales y bufidos divertidos eran de sus reacciones favoritas. 

--¿'Kāsan?--. La vocecita de Longg llamó su atención, reconociendo el japonés rápidamente.

--¿Si?--. Respondió con tranquilidad, acariciando el cabello de su hijo.

--¿Qué hora es?, ¿dónde están mis hermanos y la abuela?--. Preguntó, parpadeando lentamente mientras observaba a su alrededor, centrándose en la monarca.

¿Era su idea o estaba más cerca de su madre?, no estaba seguro de como funcionaba el espacio personal para los nobles, pero sus piernas se estaban tocando y eso indicaba una relación más cercana que jefa/empleada.

¿Tal vez eran amigas?, su mamá siempre mencionaba a la Reina como alguien amable y con quien hablaba seguido.

--Están durmiendo en el otro vagón, ya está anocheciendo--

A la respuesta el infante asintió, estirándose antes de sentarse y continuar mirando directamente a azabache más joven.

La mirada del pequeño inquietaba levemente a Marinette, era como si estuviera examinándola críticamente, le recordaba a su maestra de etiqueta cuando quería asegurarse de que estuviera impecable.

Pero este no era una anciana estudiada que le enseñaba como ser una noble adecuada, era un pequeño de ocho años que probablemente la veía por curiosidad.

También recordaba esos ojos de algún lado...

¿Este era el infante que vio por su ventana hace un tiempo?, si, era él. Lo que significaba que Tikki debía ser la otra niña a su lado, y Plagg... Plagg debía ser el chico que corría del mercader.

Entonces cuando tiró el saco robado, ¿fue a propósito?, claro que debía serlo, así no habría posibilidad de perder lo tomado.

Vaya, Kagami tenía razón cuando le dijo que los tres armaban planes de robo interesantes.

A todo esto, la japonesa ignoraba como su hijo y la Reina intercambiaban miradas, uno con sospecha y la otra con curiosidad. Pues su atención estaba en la posición del sol, asegurándose de que estaban llegando a tiempo a su primera posada.

Deberían llegar en una hora, hora y media a lo mucho.

En tanto, la primera en desviar la mirada fue Marinette, pues empezó a incomodarse con la ¿competencia? de miradas que tenía con Longg. Quien no pareció compartir el sentimiento, pues continuó inamovible.

--Uh, ¿qué tal, eh, Longg?--. Habló incómodamente, sin saber si debía llamarlo por su nombre, considerando que para el era una desconocida.

(También era la gobernante del reino, obviamente, pero seguía siendo una adulta desconocida)

--Todo bien, el viaje ha sido agradable--. Notó un parecido al tono inicial de Kagami, era neutro y educado. Algo bastante raro en un niño pequeño. --Gracias por traernos, Majestad--

--No hay de que, no quería separarlos de su mamá y esperaba conocerlos--. Ofreció una sonrisa amigable, o eso esperaba, no podía estar segura por la reacción de Longg.

O mejor dicho, la no-reacción, el niño no movió ni un pelo.

--Mmh--. Hubo un pequeño zumbido en respuesta, cuando finalmente su mirada se alejó de la adulta. 

Marinette se relajó de inmediato, regañándose mentalmente por no saber llevar la situación con un niño.

En su defensa, no había interactuado con infantes desde que ella misma fue uno, ya que no tenía hermanos, ni primos cercanos, ni a nadie cercano con hijos pequeños. Lo más parecido era su prima en tercer grado Bridgette Chen que tenía una niña con el primo de Adrien, pero aparte de que vivían en otro país, no eran cercanas.

Ahora que lo pensaba, si sabía acerca de la niña era por Adrien cuando lo contó en algunas de sus reuniones.

Bueno, supone que la comunicación con el resto de su familia no era importante.

--Mire eso, son muy altas--. El tono asombrado de Longg llegó a sus oídos, girándose para encontrarlo junto a Kagami en la ventana del carruaje.

Ambos miraban un gran lago, donde algunas cigüeñas descansaban y jugueteaban entre ellas. 

--Si, son cigüeñas, mira ahí hay una pequeña--. Río entre dientes Kagami ante el evidente entusiasmo en el chico, feliz de dejarlo aferrarse a ella mientras señalaba las aves.

Marinette se reclinó contra el asiento, observando con ternura a madre e hijo. Aún con la inquietud que le dio Longg hace un momento, él era adorable cuando sonreía entusiasta por los animales.

 Y la sonrisa a juego de Kagami solo mejoraba todo.

--¿Quiere ver también, Alteza?--. La misma se movió a un costado, dejando espacio para Marinette.

Se limitó a asentir, moviéndose lentamente, consciente de la mirada infantil curiosa sobre ella. Posicionándose al lado izquierdo de la mayor mientras que el niño estaba abrazado en el derecho.

Luego de esto todo fue más ameno, Longg continuó señalando algunas cosas en el camino, Kagami hizo lo mismo ocasionalmente y Marinette comentaba un par de veces. Divertida por las miradas curiosas prácticamente idénticas.

Conforme pasó el tiempo la noche se hizo presente, por lo que Kagami decidió bajar las cortinas para bloquear el frío y cubrir a Longg con una manta.

--Usted también póngase su abrigo--. Dijo, una vez que Longg estaba arropado y sentado en su asiento.

--Pero no tengo frío--. Replicó, era verdad, estaba más concentrada en sus avistamientos que en las brisas de la noche.

--Faltan diez minutos para llegar a la posada y hasta tanto se puedo enfermar--

--...--

Tomando el silencio como una señal de aceptación, Kagami tomó el abrigo de su maleta y lo puso en sus hombros, sonriendo discretamente por el puchero de la monarca.

--Ve, así esta mejor Alteza--. Comentó, palmeando suavemente los costados del abrigo.

--Si, lo es--. Aceptó Marinette, contenta con la calidez del ropaje y de la mujer a su lado.

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Hola, ¿me extrañaron? xd

Bueno, mi excusa para no actualizar son el chingo de pruebas y proyectos que he tenido del colegio normal y el de música. Así que... espero que haya disfrutado el capítulo)?

Como sea, como siempre estoy abierto a opiniones e ideas acerca de la historia.

Recuerden tomar agua, y arroparse cuando hace frío, nos vemos en un próximo capítulo que con suerte no será en dos meses ksksjs










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