XVIII

Te encadenaste a ese ser de letras dañadas,

le juraste amor,

por más de que la tinta que corría en su interior y que hinchaba su corazón,

haya sido secada.

Caíste a los encantos de ese pobre imbécil con el alma abandonada,

que intenta redimir con cartas de lamento sus fúnebres glorias pasadas.

Y le sonríes... 

le sonríes a ese mediocre perdedor 

que reza versos escritos sobre su piel apuñalada,

que pide a gritos perdón para liberar su mente atormentada,

y que no logra más que seguir desgarrando cada parte de su ser de letras dañadas.

Le sonríes con tus ojos llenos de lágrimas,

las que yacen en su tintero, y mojan los papeles con bocetos de estrofas,

que de a poco están siendo borradas.

Te encadenaste, y luchas por no rendirte...

Te enseñaron que es sano soltar,

que es preciso olvidar, y que para avanzar no hay que voltear.

Pero la verdad es que no se puede vivir negando a ese pobre imbécil, perdedor mediocre, que fuiste algún tiempo atrás.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: #alterego