Desde el insomnio de mis madrugaditas,
siempre planeo matar tus recuerdos,
pues ya no aguanto cuando me gritan
que no soy suficiente para tus cielos.

Todas las noches pienso acabarte,
borrarte de mi mente, por fin soltarte,
pero no puedo, cuando al escucharte
me insistes que luche, que no deje de amarte.

¡Que ya no me insistas!
Ya no necesito de tus besos.
¿Qué no ves que mi corazón insano se agita?
¿No fue suficiente con aumentar mis miedos?

Ya no puedo siquiera mirarte,
mis horas de sueño ya no quiero darte,
si sigo con esto, no creo que pare...
moriré yo, si de mi cráneo no logro sacarte.

Cuando reacciono, mi cuerpo tirita,
No puedo más con mis desvelos;
mi piel se agrieta y mis ojos se irritan
pensando en que mañana comienzo de nuevo.