The dollmaker
El recuerdo de su hijo en ese ataúd fue lo primero que le hizo considerar hacer esa llamada.
"Necesitaré un conjunto de ropa que haya usado al menos una vez. No las lave."
El anuncio había llegado a ellos de manera espontánea, y aunque sonaba increíblemente ridículo, BaekHyun no pudo evitar preguntarse, '¿y si...?'
"También necesitaré un mechón de cabello y una posesión valiosa de él."
Eso lo había llevado hasta ahí, y a pesar de que ChanYeol no había estado del todo de acuerdo, él solamente no lo detuvo de hacer lo que buscaba.
"¿P-Puede ser un guante de beisbol?"
"Guante, juguete, claro, lo que sea. Mientras lo haya apreciado."
Y luego de tanto sufrir día y noche con esta dolorosa pérdida, BaekHyun había parecido encontrar su propio rayo de luz.
"¿Esto realmente funciona?"
"Nadie ha pedido un reembolso."
Tal vez.
Cuando abrieron la caja ante sus ojos y los ojos de botón de un muñeco que tenía la figura más similar que podría de su hijo, BaekHyun no se imaginó ser recibido con un '¡ta-dah!' de su vendedor, que curiosamente vestía con un chaleco, moño negro e incluso una vara que parecía de mago, pero tarde había descubierto que realmente era su bastón.
El hombre era viejo, y aun así le mostraba una sonrisa de chiquillo entusiasmado en cuanto puso sus manos sobre la cabeza de la caja y añadió:
"Échenle un vistazo. Dígame lo que piensa. Dígame que es genial."
Se había dirigido con él, con BaekHyun, quien apenas se veía como la sombra del hombre que había sido hace unos días.
ChanYeol no podía culpar a BaekHyun por haber perdido algo de peso y color en sus facciones, con esas ojeras inmensas que se cargaba ahora, su ropa larga y desgastada que ya apenas le quedaba y su cabello un poco menos que atendido con su tinte rojo mostrando feas raíces.
El haber perdido a su hijo, a su niño, su único hijo, los había dejado devastados. Él también mostraba algo de eso, poco se había atendido últimamente y sus propias ojeras lo demostraban.
Pero eso no había justificado que ahora lo viera caminar en su sótano hacia este hombre decrépito con esa sonrisa más falsa que se podría imaginar, dándole una esperanza hipócrita que tristemente a él lo dejaba suspirando, porque ¿qué se suponía que hacía cuando, de algún modo que aun no entendía, ya habían llegado hasta ahí?
Y claro, BaekHyun se acercó y se asomó para ver la tontería que había en esa caja, dubitativo. Porque, con la mueca de inconformidad que le vio hacer, ya supo lo que ello significaba, pero permitió que su esposo lo dijera por sí mismo.
Que él solo se diera cuenta de lo que ya estaba pensando y creyó incluso antes de caer en esto.
"Yo-" lo vio suspirar y sacudir la cabeza. La indecisión invadiendo sus facciones, así que él actuó al saber lo que eso iba a significar. BaekHyun no iba a poder decirlo por sí mismo, tristemente. No hoy. "Yo creo-"
"Yo creo que es un muñeco estúpido."
Ante eso, BaekHyun volteó, él lo vio. Lo vio triste, con los labios apretados, diciéndole con la mirada el dolor que esto también le provocaba, pero evidentemente BaekHyun no lo pensó igual. E incluso se enojó, mostrando su ceño fruncido en cuanto concluyó:
"Un muñeco excesivamente caro."
El vendedor, por el otro lado, debió salir en la defensa de su producto. Obviamente no se esperaba menos de eso.
"¿Ah, sí?" y miró luego a su esposo, haciendo que ahora frunciera él el ceño. "No tengas miedo, terroncito, vamos," señaló entonces al muñeco en la caja con su barbilla, dejando lo que de él esperaba. "Pruébalo."
BaekHyun, sin embargo, pareció seguir teniendo sus dudas, y lo buscó, quizá queriendo su apoyo para hacer esto, pero él no quiso ser parte de ninguna hipocresía, así que agachó la cabeza.
Dejando que BaekHyun se hiciera cargo de su propio engaño.
BaekHyun por esto tomó su decisión y, aunque tuviera mil y un dudas, le demostró lo seguro que estaba a ChanYeol al estirar su mano, pero incluso antes de tocar al muñeco, una mano más pequeña lo tomó y risas de infantes llenaron la sala.
Eso le hizo sonreír y alucinar en cuanto vio de nuevo al vendedor, diciendo:
"¡Es mi bebé!"
Las lágrimas estaban casi acumulándose en sus ojos, ChanYeol lo notó en cuanto volvió a verlo y lo encontró ya cargando el muñeco en sus brazos como a un verdadero niño. Abrazándolo incluso y suspirando, emocionado.
"Te extrañé tanto," comenzó luego a colmarlo de besos.
Lo cual fue suficiente para ChanYeol. Inquieto ante dichos actos, solo se puso de pie, fuera de las escaleras en donde se había recluido.
No llegó muy lejos cuando el vendedor lo notó, y a todas luces lo evidenció:
"Vamos, amigo, toma la mano de ese muñeco excesivamente caro."
BaekHyun no lo miró, a pesar de eso, él siguió dándole besos al muñeco para prestarle atención, pero ChanYeol, aun escéptico ante las palabras del vendedor, entrecerró los ojos.
Y se decidió a tomar la mano disponible del muñeco solo para ser sobresaltado por llanto, risas y la cara de su hijo sonriendo al voltearse ante su toque, pero él lo soltó.
Porque fuera lo que sea, eso no había sido su hijo.
Por más que lo pareciera, por más que asemejara sus facciones, sus hermosos ojos que compartía con BaekHyun y sus tiernos labios que tenían la forma de los suyos, ese muñeco no era su hijo. En lo absoluto.
Su niño había sido enterrado hace ya unas semanas.
Miró desconfiado al vendedor y luego regresó con BaekHyun, preocupado.
"Suelta eso, BaekHyun. Tomemos un segundo y pensemos esto."
"Ya lo hice," BaekHyun soltó de inmediato, apenas separándose del muñeco, pero en lugar de bajarlo, como a él le hubiera gustado ver, buscó en su bolsillo trasero un sobre que extendió al fabricante. "Aquí está la otra mitad."
Entonces el pago quedó sellado. Y el vendedor sonrió de nuevo, sacudiendo su sobre.
"¡Felicidades!" la buena sonrisa se perdió luego de eso, haciendo a ChanYeol fruncir el ceño de nuevo. "Es suyo. Ahora, sobre el manual de instrucciones..."
BaekHyun despegó la vista del muñeco ante eso. Bien, al menos algo que lo traía aun a la vida.
Salieron del sótano y volvieron a la planta baja de su hogar. Ahí el vendedor usó su bastón para caminar, recorriendo desde su sala hasta el pasillo que lo regresaba a la puerta de entrada, con ambos siguiéndolo. BaekHyun aun cargaba ese muñeco con las prendas de su hijo, el guante de béisbol en su mano e incluso el mismo tono oscuro de su cabello.
"En esta casa donde el chico vivió, dejé una marca espiritual. El lugar está lleno de energía de su forma misma. Aquí adentro el muñeco es un contenedor para canalizar su energía. Pero afuera..." el hombre mocionó a BaekHyun para que saliera, y al hacerlo, ChanYeol notó cómo algo cambió en BaekHyun. "Afuera solo es un muñeco."
BaekHyun miró el muñeco con un ceño fruncido, no gustoso de saber que había perdido la ilusión de su hijo. Así que lo volvió a cargar, pegado a su pecho y entró a la casa, alejándose incluso de ellos. Como si ahora la puerta y ellos fueran sus enemigos.
ChanYeol lo vio irse y se restregó los ojos con una mano, bastante cansado y aterrado de lo que esto significaría.
"¿Por qué siento que el manual de instrucciones viene con una larga lista de advertencias?"
"Solo una," el vendedor le aseguró y se encogió de hombros al sacar de su bolsillo un reloj de arena negra. "No pasen más de una hora del reloj de arena con él. ¡Nunca! Una vez que el tiempo se acabe, él debe regresar a la caja por todo un día antes de que lo puedan volver a tomar."
Pero ChanYeol vio cómo BaekHyun no hizo caso de la instrucción.
Mimó al muñeco, lo peinó y lo trató como si fuera su propio hijo.
"¿Qué pasa si nos sobrepasamos con el tiempo?"
"Mis productos son como una droga, amigo. Divertidos, pero peligrosos."
Y BaekHyun sobrepasó el tiempo con el juguete. Lo llevó y lo cargó a todos lados. Lo cuidó y durmió con él, lo alimentó incluso, olvidó sus tareas domésticas, su propio trabajo para no salir más de la casa y quedarse todo el día junto al muñeco.
"Ignora esta regla y empezarás a enloquecer."
Jugó con él, día y noche. Lo abrazó, lo lanzó por los aires y se rio como si pudiera ahora hablar con él. Pláticas enteras que sobrellevó. Solo con él y el muñeco.
"A enloquecer de verdad."
Las noches se volvieron días. Los días en semanas, y luego en meses. De estación en estación, ChanYeol vio a su esposo cambiar, volverse frío con él, encerrarse junto al muñeco y no salir para reírse incluso en los días oscuros, de lluvia y truenos, donde solo se excusó de cuidar de su hijo.
"Creerás una mentira. Creerás que el muñeco es algo real."
Y el reloj fue girado, una y otra vez por él, pero el muñeco no fue devuelto a la caja en tantas ocasiones que dejó pasar. Y cómo se arrepintió de notarlo hasta después.
"Ni siquiera tendrás que tocarlo más después de un tiempo para que la ilusión funcione. Te olvidarás del accidente, el cáncer o..." el vendedor suspiró, con el amor proferido por BaekHyun hacia su muñeco. "O lo que sea que le haya pasado al chico. Incluso olvidarás haberme contratado."
Las peleas surgieron después. Cuando ChanYeol al fin entendió que las cosas no podían ser así. No cuando él ya estaba cansado de no tener a su esposo de vuelta. No cuando el hombre a quien tanto había amado lo estaba viendo hacerse este daño.
"Tu mente enterrará lo que necesite ser enterrado. Y llenará los vacíos que necesiten ser llenados para mantener viva la mentira."
ChanYeol intentó de todo, le gritó a BaekHyun, le hizo ver que ese muñeco no era real, no era lo que él creía. Le mostró la foto de su hijo y le hizo recordar lo que había pasado. La tristeza y el dolor de cuando lo habían perdido. Pero incluso cuando él se colmó de lágrimas, BaekHyun no lo escuchó.
Le gritó y rompió en pedazos el reloj de arena.
"Claro que, si algo de esto pasa, no será mi responsabilidad, porque ustedes fueron advertidos."
Esa mañana, BaekHyun ya se había despertado antes de que ChanYeol lo hiciera. Lo escuchó mientras bajaba al comedor, y luego lo vio, sonriendo y riéndose con ese maldito muñeco en sus piernas.
BaekHyun lo alimentaba con una papilla. Mientras él podía ver los trastes sucios en la cocina, la comida esparcida sin cuidado por la barra, alguna maloliente luego de pasar días sin cuidado.
Él solo suspiró y se sentó, cansado, incluso cuando apenas acababa de levantarse.
BaekHyun no lo vio, solo se entretuvo con su muñeco y él lo admiró. Si bien BaekHyun seguía siendo hermoso para sus ojos, el descuido estaba ahí. Día y noche junto a ese muñeco había hecho que su esposo pasara desvelos, tardes sin comer y no se dijera más de su imagen personal. Incluso el muñeco se veía sucio y desgastado.
"Aquí viene el avión," y lo escuchó hablarle al muñeco, haciendo soniditos de máquina, moviendo su cuchara como si realmente volara hasta llegar a la boca que no se abría y solo manchaba más al muñeco. "¿Cómo estuvo? ¿Estuvo bueno? Abre grande, para papi..."
El verlo así le recordó esos tiempos en los que juntos habían cuidado de su hijo. Su verdadero hijo. Él le había enseñado ese truco del avioncito a BaekHyun al ser más experimentado con niños.
Y había sido bueno, BaekHyun le había enseñado más trucos después, pero ahora la escena simplemente era desastrosa. Y desgarradora.
"¿Listo? Aquí viene otro," hizo ruidos e incluso gritó emocionado, quizá porque en su tonta ilusión estaba viendo algo increíble, pero ChanYeol solo no pudo tolerarlo más, y dijo, en voz alta:
"Buenos días," quizá con la esperanza de que lo mirara, de que dejara el muñeco y le hablara, como normalmente de él se esperaría. Se rio, para sí mismo, ya no sabía ni por qué se esforzaba. "¿Te quedaste despierto con él toda la noche otra vez?"
No le hizo caso, claro. Siguió mirando y alimentado al muñeco. Así que pensó que quizá tenía la libertad de hablar y desquitar sus sentimientos, si de cualquier modo iban a caer en oídos sordos.
"Estaba recordando lo que te dije después del funeral," sin embargo, BaekHyun se detuvo y lo miró, sin que él ahora lo notara al bajar su mirada. "Te dije que la vida puede ser una perra cruel a veces, pero en el fondo todos tenemos la fuerza para sobrepasar lo que ella nos avienta. E incluso si nos olvidamos de esta, siempre está ahí."
Sonrió, sintiendo ahora sus palabras tan absurdas. Pero, aun así, continuó, ahora viendo a los ojos a BaekHyun, que lo miraba estoico.
"Y dije que podía ser fuerte por los dos hasta que tú encontraras tu fuerza de nuevo," se rio, cínico. "Escéptico, eso fue una estupidez. Resulta que soy débil. Y te necesito tanto como tú me necesitas ahora, podemos ser valientes juntos o dejar que esto nos separe, ¿sabes?" sus ojos se humedecieron entonces, y respiró, pero eso no evitó que sus labios ya temblaran al hablar. "Así que, ¿qué va a ser, BaekHyun?"
BaekHyun parpadeó, y sin ninguna emoción, le contestó:
"¿Qué funeral?"
"Necesitas poner esa cosa de vuelta en la caja," se rio y luego se puso serio. Esto ya no era cualquier cosa para él.
Nunca lo fue.
"No voy a poner a mi hijo en una caja," BaekHyun miró al muñeco, pero él estuvo harto. Su punto llegó hasta ese momento.
Y él solo explotó.
"¡Esa cosa no es tu hijo!" se levantó y golpeó con un puño la mesa. Luego llegó hasta él y lo jaló de un brazo, escuchando las quejas de BaekHyun, los llantos y su forma en la que buscaba retraerse incluso con su suéter rojo y largo que ya le quedaba flojo.
"Detente, me haces daño."
"Tú también a mí," exclamó, con pesar, pero igual puso a su fuerza extra para llevar a BaekHyun hasta su puerta trasera.
Y eso encendió todas las alarmas en su esposo.
"¿Qué haces?"
"Te llevó afuera, para que veas lo que tienes realmente en las manos. Esto es mi culpa por dejarte-" y salieron, el aire fresco asaltándoles, hasta que ChanYeol volteó con BaekHyun en su mano y pudo ver que sostenía el brazo de un muñeco.
Lo tiró entonces y el muñeco cayó. Un muñeco grande, anexado al muñeco más pequeño que bien conocía de su hijo. Juntos.
"Él estaba enloqueciendo y ya no sabía qué hacer," recordó el funeral así. La forma en la que vio el cuerpo hermoso y dulce de su BaekHyun en ese ataúd, por el que lloró tanto, día y noche. Hasta llegar a hacer esa terrible y cobarde llamada. "Así que escondí el muñeco y él no pudo soportarlo."
Se recuerda guardando el muñeco. Escondiéndolo en una caja de sótano, donde sabía que BaekHyun jamás lo buscaría y por lo mismo finalmente lo olvidaría. O eso había esperado.
Porque unos días después de ver a BaekHyun gritar por su hijo, llorar por no encontrarlo y verlo encerrarse en su viejo cuarto, rodeado de sus juguetes y algunas bolas de béisbol con su nombre. Los mismos en donde, entremedio, lo encontró después de llamarlo una noche y no obtener su respuesta enojada usual. Con las muñecas llenas de sangre, abiertas, y él complemente pálido. Sin vida.
"Él... uh... se cortó las venas."
"Esa no es mi responsabilidad, amigo."
"Solo lo quiero de vuelta. Lo necesito de vuelta."
Se agachó junto al muñeco, ahora reconociéndolo, porque era BaekHyun. Era su BaekHyun.
"Necesitaré un conjunto de ropa que haya usado al menos una vez. ¡No las lave!"
Y puede ver el suéter rojo que usaba. Ese con el que lo vio morir. Ese que ya tan largo le quedaba.
"También necesitaré un mechón de cabello," admiró su cabello rojo también. Con sus raíces negras, desgastado, pero igualmente suave. Confirmándolo al acariciarlo y notarlo tal como lo recordaba. "Y una posesión valiosa de él."
Y ve el muñeco de su hijo hilado a su muñeca. Ese con el que había pasado sus últimos días y por el cual lo había perdido.
Como dijo, por su culpa.
Lo tomó en sus brazos y lo apegó a su pecho, llorando al ser descubierta su horrorosa verdad.
Había perdido a BaekHyun, así como a su hijo. Y lo único que le quedaba eran dos feos y grandes muñecos en sus brazos.
Entró así a la casa, abrazando aun al muñeco de su esposo, y al entrar, cerrando la puerta, BaekHyun volvió a la vida.
Lo sostuvo entre sus brazos, llorando, mientras él recuperaba su consciencia.
"Lo lamento," le dijo entre hipidos y acarició su cabello, besándolo incluso. "Oh, lo lamento, nunca haré eso de nuevo. Lo prometo."
BaekHyun lo abrazó entonces y se envolvió a él, como tanto había extrañado, ignorando ese nuevo reloj de arena negra que descansaba junto a otro roto, reflejando la realidad, en donde él solo se veía cargar con un muñeco. Inmóvil. Sin vida.
"¿Esto funciona también con los adultos?"
"Nadie ha pedido un reembolso."
Fin.
Corto, pero espero que les haya gustado. Como les dije, este es de mis cortometrajes favoritos, así que realmente deseo haber hecho un buen trabajo adaptándolo.
¿Qué les pareció a ustedes? ¿Triste, impactante, doloroso?
¡Díganme, díganme! Que ya saben me emociono al recibir sus respuestas ><
Ahora vengo a decirles la verdad... El siguiente OS va a ser el último, y me parece que ya está dada la decisión de cuál será, así que espero les emocione tanto como a mí 😚
Agradezco que lean hasta aquí y nos leeremos pronto, ¡como siempre hasta el siguiente capítulo! 💙
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