The Quiet
Había llegado a la casa desde hacía una hora. El auto estaba estacionado frente a ella, y solo verla le hacía traer tantos recuerdos. Tenía tiempo sin estar ahí, no desde que la catástrofe había azotado. Eso para muchas personas podría provocar alegría, pensar en cómo debería estar contento por volver a tal lugar, y encontrarse con aquellos de los que prácticamente lo habían alejado podría hacerlo saltar de su asiento con emoción; sin embargo, él solo tenía la capacidad de permanecer ahí sentado, sin moverse ni un ápice al tiempo que fumaba un cigarrillo con la ventana abajo como su estúpida forma de tranquilizarse.
"Al final del mes, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades declaró estado de emergencia en la región noreste de Corea," la voz en la radio fue lo único que lo acompañó cuando el motor del auto quedó apagado. Eso no importó, pues, él no escuchaba otra cosa más que lo que en su cabeza pasaba. Su vida no había sido la misma desde hacía tanto, y tal vez por eso más temía tener que enfrentarse ante lo que ahora había. Aquello que lo había alejado de esta casa frente a la que estaba se rememoraba y vinculaba de la misma forma en sus pensamientos con lo que en la radio se decía. El solo recordar la primera vez que había tenido que actuar sobre el terror que entre su sociedad había llegado, lo dejaba en la nada misma. Esos gritos que escuchó por primera vez, el llanto de tan desamparada mujer que era contenida por uno de sus compañeros mientras ambos portaban sus equipos de protección que les cubrían de pies a cabeza, incluso con cubrebocas y guantes para evitar cualquier tipo de contacto... no dejaba de repetirse en su cabeza. Ni siquiera con aquel torturante recuerdo que había querido borrar: aquel en el que JunMyeon, su compañero, le había gritado algo que jamás había pensado hacer en su trabajo. Ya que no se suponía que como un trabajador sanitario ChanYeol debiera tratar las cosas de esa forma. ChanYeol, ¡trae la puta arma!, ¿cómo había sido que su trabajo había logrado transformarse de ese modo? "A 60 días del brote, los líderes mundiales todavía están por encontrar una respuesta para lidiar con la pandemia."
Pero todo había cambiado. De haberse dedicado a salvar vidas, ChanYeol había terminado en... ¡Dispárale!, algo que se juró nunca hacer. No por la profesión que había tomado. Nada cambiaba que en sus recuerdos se viera ahí corriendo fuera de la camioneta en la que habían llegado al lugar donde JunMyeon sostenía a la mujer por la que habían recibido una alarma de posible contagio. Y que mientras esta gritaba implorando piedad y auxilio, nadie la ayudara, porque ellos no estaban ahí para salvarla. ¡Por favor!, no importaba nada, a ojos de nadie, no había cura alguna. ¡Dispara esa maldita arma! ¡Dispara con esa maldita arma, ChanYeol!
Él sabía que no volvía a casa de la misma manera que antes. No era el mismo hombre, tampoco llegaba con las mismas intenciones que deseaba tener... hacía tanto.
"El número de muertes sigue elevándose y ahora se estima que sean cientos de miles," tuvo que tomar un hondo respiro para borrar de nuevo aquellas imágenes que sabía muy bien cómo siempre lo perseguirían. Entonces, con el cigarro a la mitad, miró a su lado en el asiento del copiloto. Las noticias en la radio seguían pasando, pero él ya no las escuchó más.
Se preocupó en su lugar por ver la maleta con la que venía. No era grande y sabía todo lo que traía. No planeaba quedarse, él solo venía ahí por algo muy específico. Tomó por eso guantes y cubrebocas que en ella había, dejada el arma de lado cuando finalmente pudo apagar el auto y bajar.
La fría y desolada calle lo recibió. Él se guardó su mínimo equipo de protección en uno de sus bolsillos, y de ese mismo modo, solo admiró por unos segundos el cielo nublado que había sobre su casa. Su amada y vieja casa, esa que con esfuerzos había conseguido comprar y hacía años se había sentido el hombre más feliz de tener con quién compartirla. Ahora mismo, no estaba seguro de decir lo mismo. Esa casa había sido un hogar para él hacía unos meses, pero en este instante lo recibía con un sentimiento lúgubre que le decía muy bien cómo ya no pertenecía.
E igual, nada lo detuvo al acercarse a paso lento hasta la puerta de entrada. Tiró su cigarro y lo aplastó bajo su mismo paso al recorrer el camino de piedra que lo separaba de su porche y auto. Solo tuvo que subir un par de escalones de madera para llegar a aquel marco pintado de blanco en medio de las bonitas paredes azul claro. En el mosquitero se colgaba el tierno y pequeño letrero que se recordaba pintando él mismo con unas manos más pequeñas. Era curioso que este le diera la bienvenida, pues, dada la situación ante la que estaba, no se encontraba proyectando el mismo sentimiento.
Conocedor de que no había un timbre con el que se pudiera anunciar, y sin querer realmente espantar o perturbar el ambiente que podía haber dentro de la casa ante su inesperada llegada, ChanYeol no entró aunque sabía que la puerta debía estar sin ninguna cerradura. En su lugar, apenas abrió el mosquitero para tocar la puerta de madera blanca que había detrás. Habían sido golpes no muy fuertes, pero con el silencio que ahí había, estaba seguro de que hasta el caer de un alfiler se escuchaba.
Ya no era el vecindario de antes. No se escuchaban niños gritando y corriendo mientras jugaban en sus patios y casas. No había autos transitando para salir a diversos lugares y visitar familias. Todo estaba muy callado y apagado.
Por ende, cerró de nuevo la puerta del mosquitero, y mientras esperaba a que le contestaran, metió sus manos a los bolsillos de su chaqueta. Hacía frío. Estaba cerca el invierno.
La puerta se abrió solo unos segundos más tarde, y frente a él halló esa imagen que hacía días seguro hubiera abrazado con emoción de solo imaginarse verlo de nuevo. No obstante, tan pronto BaekHyun halló su mirada, supo que tuvo el mismo pensamiento que él ahora mismo. Era impresionante encontrarse de nuevo, luego de tanto, pero no había el mismo sentimiento de antes. Era doloroso incluso tenerlo.
Nada quitó que ChanYeol pudiera darle una rápida checada. BaekHyun se veía tan bien como lo recordaba, y al mismo tiempo tan diferente. Era ese mismo hombre solo unos centímetros más bajo que él, con ese cabello corto y la frente despejada junto a su tono original negro. No obstante, también lo notaba más delgado bajo ese amplio suéter tejido que ahora estaba portando; en sus ojos se veían sombras que lo hacían notar cansado y con la mirada hundida, su cabello mismo no tenía el brillo de antes, representaba ya unas canas que a su edad tal vez podría tener, pero él no recordaba en esos mismos lugares. Era el hombre al que amaba, e igual ya era otro.
Él no se veía muy diferente, estaba seguro de que BaekHyun también tenía muchas cosas que decir de su persona. Estaba más encorvado. Sus pulmones ya no eran los mismos de antes, el cigarro los había afectado, y si bien lo conoció con esa adicción, desde que la pandemia los había dominado, solo se había vuelto más fuerte y más parte de él; sin contar la sangre que tal vez solo él veía en sus manos.
Eran esas mismas personas que todavía compartían un anillo de matrimonio, pero no pensaban ni veían las cosas como antes.
"¿Qué haces aquí?" No lo sorprendió por eso que fuera recibido con aquellas palabras. ChanYeol sabía que la cuestión iba a ser la primera que saliera de los labios de BaekHyun. Ningún hola, o te amo, te he extrañado, gracias al cielo que has regresado; no podía recibir eso cuando él sabía que desde hacía meses había dejado su lado y sin palabras que darle más que hacerle entender que estaba cumpliendo con su trabajo, técnicamente había abandonado aquello que alguna vez formaron juntos.
"¿Puedo pasar?"
La reticencia existió en esas palabras, pero nada evitó que, incluso sobre la complejidad que esa respuesta podría manifestar, BaekHyun terminara por abrirle la puerta. Entonces, ChanYeol entró en la casa y ni siquiera pensó en quitarse los zapatos al cerrar por detrás. Ya no era algo que quisiera hacer al saber dónde y cómo estaba.
De cualquier forma, BaekHyun tomó su camino por donde seguro antes iba. Él no tuvo otra opción más que seguirlo. Era como si estuviera en una casa ajena, no tenía la misma facilidad de caminar por donde quisiera, pues, él no estaba ahí para siquiera quedarse.
Por eso solo pudo ver cómo el azabache de suéter lila se iba a la izquierda, en dirección a su cocina, y sobre ese mismo recorrido, ChanYeol fue. Tuvo que darle su espacio, ya que sabía que no estaban en un ambiente de comodidad donde podría, como antes, solo seguirlo y tocarse, quizá acercarse demasiado. Tal vez se estaba repitiendo como disco rayado, pero ChanYeol tenía todo esto en mente porque no podía más que decirse que las cosas habían cambiado.
Y sobre estas, se vio tomando asiento en la mesita circular de la cocina que BaekHyun mismo le indicó mientras apenas le pudo murmurar que iba a servir un poco de té. Entonces, lo estuvo viendo al tiempo que lo hacía. Tenía su tetera sobre la estufa con agua ya calentándose, y con solo moverse por los distintos estantes que había para ambos enfrente, empotrados sobre los azulejos blancos arriba de su lavatrastes y encimeras, comenzó a sacar todo aquello que necesitaba para prepararlo.
Él se quedó mudo por unos segundos. Sus manos en realidad se sintieron un poco inquietas. Sentado en esa silla de madera oscura, sin dirigirse a la mesa cubierta por el mantel blanco, quedó en una posición del lado contrario a la que se enfocaba su silla. La necesidad de tener otro cigarro lo estaba embargando, pero no planeaba fumar dentro de la casa, mucho menos porque sabía cuánto BaekHyun lo detestaba. Seguro ya lo había olido en sus prendas y, si había estado lo suficientemente cerca al abrirle la puerta, tal vez hasta en su aliento. No obstante, eso no le quitaba el recuerdo que tenía en su memoria de las palabras que le había impuesto hacía años.
No podía fumar dentro de la casa, no solo en su modo de quitarle la maldita adicción, sino porque sabía que, más allá de a él, a otros les hacía daño. ChanYeol tenía tanto de preocuparse por otros, tal vez por ello había sucumbido más y más al cigarro.
Sus puños se apretaron sobre sus pantalones de mezclilla. Tenía que hacer algo al respecto. No podía dejar que ese silencio siguiera sofocándolo.
"BaekHyun, he estado intentando contactarme con Suzy," sus palabras no hicieron mella en la persona a la que se estaba dirigiendo. El hombre frente a él siguió preparando el té como si no acabara de escuchar que había roto ese silencio impuesto entre ambos. Entonces, sin temor a que lo asustara o le hiciera sentir incómodo, siguió hablando sobre el punto en el que estaba. "Así que, le pregunté a mi comandante si los podía visitar."
BaekHyun sacó de una estantería un bote de azúcar. Regresó con él hasta donde estaba la tetera, y al apenas servir unas cucharadas en ella, lo miró sin un ápice de emoción para decirle:
"Tu hija estaba destruida cuando su amiga, Fei, murió," apretó los labios. ChanYeol solo podía imaginarse el sentir de Suzy ante aquellas palabras. Le clavaba una espina en el pecho saber esto. ¿Por qué BaekHyun se lo decía sin ningún resentimiento? ¿Era una forma de hacerle sentir culpa? ¿Por haberlos dejado ante su trabajo? Si tan solo BaekHyun supiera por todo lo que él había pasado en su modo de ayudar sobre lo que estaban viviendo.
Él creía que se iba para lograr un cambio. Nunca se imaginó que haría lo contrario.
"¿Suzy estuvo en contacto con ella?" Eso fue lo único que pudo decir en su lugar. No pensaba demostrar emoción. Si BaekHyun quería tratarlo de ese modo, le regresaría la misma moneda. No era molestia la que sentía contra él en realidad, pero tampoco quería sentirse débil. Era solo su modo de tratar las cosas ante el mundo en el que estaban ahora. La muerte se escuchaba en todos lados sobre lo que estaba pasando, él mismo tenía que ver en esto; por ende, no era como si pudiera afectarlo... ¿no?
BaekHyun regresó a su tetera, y sin mirarlo más, le respondió:
"No. Ni tampoco yo."
Exhaló todo el aire que no se había dado cuenta de que estaba conteniendo ante aquellas palabras. Realmente era un alivio escucharlas. Fuera o no que BaekHyun se diera cuenta de su actuar, volvió a lo de antes. Al dejar el azúcar en la estantería, la cotidianidad con la que actuaba le hizo pensar a ChanYeol que podía continuar sobre esa charla.
"Entonces, no se estaban viendo."
BaekHyun se puso a limpiar en la encimera sobre la que ahora estaba. Tal vez ChanYeol dijo eso más como una afirmación que como una respuesta, pero, por algún motivo, todavía quiso una confirmación de BaekHyun que realmente nunca llegó.
Eso hizo que ChanYeol pensara un poco. ¿Realmente estaba BaekHyun hablando con honestidad ante esto? Era algo importante, no podía estarle mintiendo, ¿cierto? Incluso así... BaekHyun se notaba tenso.
"¿Está aquí?" Cuando hizo esa pregunta, BaekHyun volteó para verlo de nuevo, y con solo su rostro que lo observaba de lado, ChanYeol aclaró para hacerle entender mejor lo que decía: "Suzy."
"No," esa respuesta llegó más rápido de lo que esperaba. También la reacción con la que volvió a girar su rostro al frente y lo vio tomar una taza para dirigirse a la estufa una vez más al servirse el té que ya debía estar hirviendo. ChanYeol apretó los labios.
Podía tener tiempo sin ver a BaekHyun, saber que el hombre se veía y actuaba diferente, pero nada borraba que lo conociera desde hacía años, y aun con eso... reconocía cuándo le estaba mintiendo.
Por ese pensamiento, ChanYeol se levantó de donde estaba, y cuando lo hizo, BaekHyun lo miró de inmediato, un poco más preocupado. Era demasiado obvio, debía hasta él saberlo.
"¿Adónde vas?"
Sin embargo, ya lo había dicho, dos podían jugar esto.
"Al baño."
No tuvo que explicarse más, cuando no vio que BaekHyun fuera a impedirle dirigirse al cuarto nombrado, ChanYeol finalmente abandonó la cocina donde estaba el hombre y se fue justo a dicho lugar.
No tardó mucho en el baño, solo con un poco de agua encima para despejarse, ChanYeol ya estaba saliendo de nuevo. BaekHyun no se hallaba cerca. Paredes cubrían su cocina, así que, tampoco podía él saber que ya había salido al no hacer demasiado ruido por donde estaba.
Tomó eso a su favor para recorrer las salas que se le presentaban. Esa casa tenía muchas memorias que bien recordaba. Las paredes beige que estaban llenas de fotos de ellos dos, de ellos tres, con una felicidad inmensa que ya no podía imaginar estar esbozando como antes, lo hacían desear volver atrás y no llegar a ese día tan terrorífico donde todo se había desatado.
La sala que pasaba y dejaba atrás le llamaba con las alegrías que llegaron a vivirse antes. La distribución de su hogar le estaba gritando por todas partes lo hermoso que había sido llegar a ese lugar al final de cada día, porque tenía un hogar en el que sentirse cómodo y bienvenido, amado y con una constante compañía. Sin embargo, esos gritos solo podían permanecer en su memoria, pues nada había ahí frente a sus ojos ahora. No estaban las mismas imágenes de antes, no había ningún amor ni comodidad a la que podía abrazarse, era solo la nada y una quietud que solo era rota por la tetera hirviendo en la cocina.
Y entre todo eso, ChanYeol recibió algo más que lo hizo dudar sobre los pasos que daba. Era un olor, un extraño aroma que no le gustó desde un principio. No tuvo opción, obviamente ante aquel detalle que algo le estaba diciendo cómo se relacionaba con la mentira de BaekHyun, debió hacer lo que le correspondía.
Fue cuidadoso al subir las escaleras para seguir dicho olor. Y mientras iba poco a poco acercándose, este se fue incrementando. Era desagradable. No para desear salir huyendo, pero si le daba un par de inquietudes y sus expresiones no se quedaban impávidas.
Todo se detuvo en la puerta que lo dirigía a la habitación de su hija. Algo no le gustó de todo esto, pero incluso de ese modo, se acercó a la puerta y se inclinó como si esperara escuchar con la oreja casi pegada algún sonido que le dijera algo al respecto.
No obtuvo nada, seguía sin haber ni un solo ruido, y por lo mismo, tuvo que actuar de inmediato. Sin pensarlo, se puso los guantes y el cubrebocas con el que había bajado. Entonces, abrió la puerta todavía al dar un vistazo atrás como si esperara que en cualquier minuto BaekHyun llegara a detenerlo.
No lo hizo, y aunque lo hubiera hecho, nada le hubiera evitado ver lo que tenía ahora enfrente. Una imagen atroz para cualquier persona, porque lo que se encontró de ese lado, lo hizo asustarse, mas, de la peor manera que alguna vez pudiera haber esperado en toda su carrera y vida.
En la cama que pertenecía a su hija se encontró un cuerpo. Un pequeño y delgado cuerpo que definitivamente estaba muerto. La piel gris lo denotaba en primera instancia, pero si necesitaba otras pruebas sobre eso, tan solo se tuvo que fijar en cómo, donde antes existía una boca y barbilla, solo había una hendidura putrefacta que parecía únicamente provocada por insectos. Incluso así, en algunas partes, carne y sangre negra, probablemente ya seca, se alcanzaban todavía a ver expuestas. Y donde antes había una nariz y unos ojos, ahora ya no había más que huesos y hoyos. El cabello era inexistente, y todo lo demás estaba igual, era solo un cuerpo que estaba desintegrándose poco a poco bajo las sábanas de la cama en la que había quedado postrado.
Sin embargo, ChanYeol estaba muy seguro de algo. Eso no se debía a que días hubieran pasado y el cuerpo se estuviera descomponiendo de a poco, era la enfermedad que lo había dejado así, seguiría evolucionando hasta no ser más que un cuerpo irreconocible de un... monstruo.
Fue como un golpe que recibió directo a su pecho. Pues sabía lo que eso significaba, y aunque le doliera descubrir de lo que se trataba, no pudo hacer nada más que cerrar la puerta y bajar de inmediato, de vuelta a la cocina.
Esto era lo que tanto se temía llegar a ver cuando regresara a casa, pero claro, ya debía saber que así sería. Por algo había ido en un principio. Detestaba pensar en que sus sospechas se vieran ciertas.
Cuando llegó al lugar donde había dejado a BaekHyun, lo encontró sentado en la silla de su comedor donde él antes había estado. Se estaba sirviendo su té, y él solo pudo bajarse lentamente el cubrebocas, todavía sorprendido de verlo tan calmado ante lo que él había descubierto.
No podía culparlo, BaekHyun no había sido la causa de esto. Esta era la época en la que vivían, y ellos solo habían sido muy desafortunados.
"¿Desde hace cuánto?" Nada quitó que se alterara un poco al preguntar aquello. Se sentía ahora agitado. Había todavía una gran conmoción y ola de sentimientos que luchaban por salir, pero ChanYeol los estaba conteniendo. Porque no quería crear un alboroto, y mucho menos si todavía tenía algo de lo que aferrarse ante la ausencia de respuesta que desconocía.
BaekHyun lo miró al tomar su taza entre ambas manos. ChanYeol sabía que BaekHyun estaba al tanto de lo que había visto y a lo que se refería. ¿Cómo podían igual aún estar mirándose sin hacer nada más que quedar uno a metros del otro?
"Desde hace tres días," lo sabía. Ese cuerpo estaba en descomposición, mas, no podía verse así con tan poco, porque aun cuando estuviera muerto... nada lo dejaba de ese modo en tan poco tiempo. Solo eso, esa... enfermedad que todo lo había quebrado. Hasta a su familia.
"¿Por qué no me lo dijiste?" Esas palabras se dijeron con un mayor sentimiento. ChanYeol quiso casi gritarlas, aunque se contuvo. Un dolor en su pecho se instaló debido a eso, el cual él ignoró para mirar con los ojos temblorosos a BaekHyun.
El hombre frente a él solo agachó su mirada. Estaba pensando en sus palabras, debía tener tanto por decir ahora; no obstante, ¿de qué servía hacerlo en estos momentos? Cuando ya era tarde, cuando ya todo había pasado.
"No quería desconocidos en mi casa," ChanYeol perdió sus emociones a punto de explotar cuando escuchó eso. Una parte de sí le dijo que BaekHyun se refería a sus compañeros de trabajo, que probablemente no esperaba que gente que no conociera–aunque él sí– llegaran ahí y actuaran solo del modo en el que podían hacerlo (los disparos de antiguos trabajos se repercutían ahora en ChanYeol, y más ideas se le vinieron ante lo que BaekHyun acababa de contestar). Sin embargo, de esa misma manera que pensaba en aquello, otra parte de sí le decía que probablemente iba más allá de eso. Tal vez no se trataba solo de desconocidos como alguien que nunca hubiera visto, sino alguien con el que tenía tiempo sin verse, porque se había ido y los había abandonado.
"¿La tocaste?" No importó lo que su mente le dijera, ChanYeol todavía tenía algo por lo que luchar. Y con esa pregunta, su aliento volvió a contenerse, porque sabía que lo que sea que BaekHyun le respondiera de eso podría darle el completo giro que no deseaba.
BaekHyun no le contestó al principio. El suspenso lo estaba matando y su enojo volvió a florecer. Quería tanto gritarle para que le dijera algo, pero antes de que así fuera, BaekHyun bajó su taza y se subió una manga de su suéter lila para mostrarle su brazo recargado sobre sus piernas enfundadas en aquel pantalón beige.
Tenía un vendaje. Uno donde se mostraba una mancha de sangre oscurecida. Cosa que ya le estaba diciendo lo obvio.
ChanYeol se quedó sin palabras con aquello. Ya estaba, esa era su respuesta. Pero incluso cuando la tuviera, en este momento, no sabía qué hacer. Tenía un código, se suponía que debía actuar como se le había enseñado en todos esos meses desde que la horrible calamidad había empezado. No obstante, esto era distinto. Se trataba de BaekHyun... y su familia.
"¿Por qué?" De alguna manera, esa pregunta salió de sus labios. Se escuchó más desesperanzado de lo que esperaba. Pero qué se podía imaginar, era así como estaba. Además, el shock lo estaba agarrando con fuerza.
"Porque es mi hija, ChanYeol," se recargó en la pared que tenía detrás de él al escuchar aquello. Estaba rendido. Quería tanto escuchar lo contrario, pero sabía que era un pensamiento tonto y tan egoísta. No podía desear que al menos alguien ahí se hubiera salvado sabiendo las circunstancias ante las que estaba. Fue más difícil tener que ver los ojos lagrimosos de BaekHyun cuando le dijo lo demás: "Habría hecho lo mismo por ti."
"Debí estar aquí. Debí protegerlos," era inútil también culparse.
BaekHyun debía verlo, porque no dijo mucho sobre eso. Solo bajó su manga y con los ojos perdidos, lo obvio fue enunciado.
"Ya es muy tarde para eso."
No podía con todo. Tanto quería gritar, llorar, desgarrar o romper algo, mas, ante el shock en el que estaba, no pudo más que mantenerse quieto y decir aquello que su mente solo no quería callar, por más que hubiera tantos pensamientos corriendo por ella a la vez. Salía aquello que con más desesperación tenía.
"¿Fui un buen esposo?"
No supo qué fue más triste, llegar a decir eso entre tantas cosas que podía, o saber que BaekHyun no le diera respuesta. En su lugar, cuando lo miró de nuevo, el hombre solo le dijo:
"Haz lo que viniste a hacer."
Y sobre esa oración, ChanYeol apretó los labios. Era muy difícil pensar en aquello ahora. Sin embargo, era lo que BaekHyun deseaba, ¿no era verdad? Por ende, salió de su casa y fue por lo pedido.
Cuando regresó adentro, BaekHyun ya no estaba en la cocina. Sin embargo, ChanYeol supo dónde encontrarlo. Él llegó a pararse una última vez frente a la puerta del cuarto de su hija, y ya cubierto de pies a cabeza por su equipo sanitario, cubrebocas y guantes, cuando abrió la puerta solo vio en la ligera oscuridad del lugar a BaekHyun sentado al borde de la cama junto a... el cuerpo de esa chica que apenas debía cumplir los doce años.
BaekHyun no mostraba mucha emoción, solo tenía su mano sobre las sábanas, como si quisiera tocar algo más de ese cuerpo. ChanYeol no podía dejarlo, ya había sido expuesto, y si lo era más, la cosa empeoraría rápido. Tenía que detenerlo. Por ello, quitó el seguro de su arma.
Su simple accionar hizo que BaekHyun lo mirara. Sus ojos quedaron fijos con los propios, y sin preguntar o titubear sobre lo que pasaba, lo vio alzar su pistola justo frente a su cara, con la que solo suspiró antes de girarse por completo.
Se suponía que se lo hacía más fácil, solo al entregarse sobre lo que sabía que era su deber. Porque al ser expuestos a todo esto, era lo correcto. Él debía encargarse de lo que sorprendentemente salvaría a otras personas, por más que estas vidas ya estuvieran perdidas. No obstante, eso no quitó que se le dificultara solo pensar en hacerlo.
Si creía que el recuerdo de su primera muerte iba a ser aquel que lo perseguiría por el resto de su vida, era solo porque no tenía idea en su ingenua forma de pensar las cosas el cómo esto le pasaría. Cómo iba a vivir sabiendo que había perdido a su hija y él le había quitado la vida a su esposo.
BaekHyun cerró los ojos ante su titubeo, y con eso... ChanYeol lo entendió. Aunque le doliera, hasta BaekHyun entendía que era lo correcto. Tenía que hacerlo. Por ellos.
Antes de que siquiera pudiera disparar, por su rostro corrió una lágrima.
Más tarde, se estaba viendo a sí mismo bajando las escaleras de nuevo, pero en su mente no había nada más que un zumbido que no se callaba. Pudo haberse bajado el cubrebocas, quitarse el gorro de su traje y desabrocharlo, mas, nada le quitaba el sofoco que sentía en su cuerpo ante lo que había hecho.
No pudo detenerse ahí, aunque deseara, todavía tenía algo que hacer sobre esto. Entonces, salió de ahí solo para tomar la gasolina que guardaba en el maletero de su auto, y al esparcirla por toda su casa, terminó a cierta distancia para ver cómo todo se incendiaba.
Fuera de ella, ChanYeol permaneció junto a su auto mientras solo veía cómo la noche era iluminada por las flamas que se alzaban dentro de su casa. La casa de la que se había sentido orgulloso alguna vez conseguir, para vivir toda una vida junto a BaekHyun. Con su familia.
Fumar no lo ayudó a superar lo que veía, el sentimiento finalmente lo arrasó y lágrimas cayeron por sus ojos. Mas, no hizo mucho ruido sobre ese llanto que apenas empezaba.
El silencio dominaba todo su alrededor, tal como cuando recién había llegado, y aunque él ya casi sabía por lo que venía, nada quitó que, sobre esa quietud y paz que otras personas podían vivir a su alrededor, hubiera miles de voces gritando que solo se escuchaban dentro de su cabeza.
FIN
Ah, cielos... no tienen idea de cómo me costó escribir y terminar esto, pero... he tenido que hacerlo, porque es un cortometraje realmente bueno. Tan pronto lo vi me dije que tenía que hacerlo, por más que me doliera y le sufriera al verlo varias veces y escribirlo, fue... necesario.
Es sorprendente cómo hay algunas cosas que pueden asemejarse a nuestra realidad dentro del terror, pero esto es porque nunca esperamos que realmente pudiéramos vivir algo tan impresionante, ¿no?
Quizá se pregunten por qué les digo esto, y es que solo les vengo a hacer un comentario. Con respecto a este cortometraje (que probablemente no sea del todo clasificado como terror, sino como... algo dentro del género, pero con un giro inesperado y mucho más denso), el director había dicho que su equipo de trabajo y él habían empezado a hacer esta historia antes de que la pandemia por COVID surgiera, pero con esta llegando, realmente el trabajo terminó saliendo después, y todas estas personas nunca se esperaron que lo que harían podría representar en una buena medida algo que llegamos a vivir, aunque fuera... en otra forma.
Yo quedé impactada cuando lo vi, por algo que, les digo, tuve que hacerlo en este pequeño OS adaptado. Varias cosas tuve que cambiarle, en realidad, no por modificar la historia en su totalidad, porque la esencia misma ahí está, pero quise darle otro giro de modo que, ya saben, se viera la relación que ChanYeol y BaekHyun aquí debían tener, e igual... ha sido muy difícil de leer, ¿no creen?
Creo que no hay mucho más que decir con respecto a esto, yo sigo todavía sorprendida de lo fuerte que es este tema y de lo directo que puede dar, incluso pensado al inicio como una realidad alterna, cuando ahora prácticamente podríamos vivirlo. Espero que, con esto, no llegue a asustar del todo a las personas que aquí estén leyendo, solo ya tenían la advertencia de que cosas complicadas se nos vendrían mediante este género, así que... ojalá todavía haya interés en seguir leyendo los siguientes OS, porque...
Se nos vienen cosas muy buenas. Claro que si, después de esto, quieren retirarse, están en todo su derecho. Yo no voy a obligarles a leerlo todo si no pueden y/o no quieren. Mas, aquellas personas que se queden, bienvenidas sean, vamos a explorar otro tipo de terrores más adelante y espero que con ellas se preparen.
Supongo que no tengo nada más que decir, ni siquiera para preguntar porque no creo que haya algo que cuestionar sobre esto. Claro, si quieren dejar dudas o teorías con respecto a lo leído, pueden, por mí no habría problema y me encantaría leer de ustedes para saber sus opiniones y pensamientos luego de leer dicho OS. Solo sin más que añadir por mi parte, me queda dejarles aquí el cortometraje del que sale esta adaptación y esperar a que podamos leernos en la siguiente parte. Como siempre, ¡muchas gracias por llegar hasta aquí! 💙
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