[9: Familia Park]
Preparación mental.
Era lo que necesitaba antes de adentrarme a ese salón de clases y enfrentarme a la intimidante mirada de ese peligroso rubio.
Inhala. Exhala. Inhala. Exhala.
Una vez listo, puse primeramente un pie dentro, luego asome la cabeza y escanee el lugar con el radar de mis ojos, era necesario asegurar el perímetro. Pero nada, él aún no había llegado y eso me tranquilizó tremendamente. Caminé hasta mi asiento con imperturbabilidad y sólo me dispuse a sacar los útiles de mi mochila para esperar el inicio de la jornada estudiantil.
5 minutos para presenciar el timbre.
Era el tiempo que indicaba mi reloj y aquel innombrable aún no llegaba. Eso tenía que ser bueno, pero...¿Por qué no podía evitar sentir intranquilidad?
Dos minutos más tarde, el profesor entró al aula y el corazón disminuyó su velocidad cuando lo observé entrar justo después. «No durmió nada» fue el primer pensamiento que tuve al mirarlo con prolijidad, suposición que terminé de comprobar cuando lo vi cabecear durante el resto de las siguientes cuatro clases, era inquietante mirarlo de esa manera, pero no era lo suficientemente atrevido como para acercarme a él ahora, no podía siquiera mirarle sin recordar lo acontecido del día anterior.
—Disculpe la interrupción profesor Kim—habló la trabajadora social en la puerta—Recibimos un llamado, él Joven Park se retirará por el día de hoy.
Prosiguió y casi pierdo la cordura en ese momento, luego una alarmante pulsación se hizo presente cuando lo miré guardar de nuevo sus útiles, colgarse la mochila y salir del salón sin siquiera mirarme.
¿Por qué? ¿Por qué tenía que irse? ¿Había ocurrido algo malo? ¿Debía preocuparme? ¿Por qué estaba tan curioso al respecto? ¿Era necesario darme una bofetada para avivar un sexto sentido y así dejar de actuar como estúpido? ¡Si! Yo creo que si.
Miles de insultos eran los que mi subconsciente me mandaba, insultos que ni siquiera sabía que conocía, realmente era bueno maldiciendo.
Indeciso me encontraba fuera de trabajo social, maldita sea...¿Por qué estaba haciendo esto?
Necesitaba detenerme ¡Ya!
—Querida señorita Seong—dije amablemente entrando a esa oficina.
Genial, al parecer ya no tenía control sobre mi.
—¡Kookie!, que linda e inesperada visita—respondió ella levantando la mirada de los papeles sobre su escritorio—¿Qué te trae por aquí el día de hoy?
—Bueno, en realidad amm—¿Qué estaba haciendo?—Venía a pedirle un pequeño favor.
—Lo que sea para mi alumno favorito—respondió con una sonrisa.
—Se trata de un chico—continúe con la mirada puesta en el suelo—Su nombre es Park Jimin de mi clase, somos muy buenos amigos, se fue en la quinta clase porque recibió una llamada.
—Oh si, su madre se puso mal y su padre vino a recogerlo—explicó y comprendí un poco la situación.
—Precisamente, necesitaba, digo, me preguntaba—corregí rápidamente—Si podría brindarme su dirección para visitarlo, es que, no sabe lo que preocupado que estoy.
—Dices que son muy buenos amigos ¿Pero no sabes dónde vive?—cuestiono levantando una de sus cejas.
—Bueno, diré que somos buenos amigos, pero no lo suficientemente cercanos como para saber la dirección del otro—comente en un susurro.
—Kook, eres es muy tierno, pero no puedo—continuó.
—Pe...
—Pero lo haré—interrumpió repentinamente tomándome por sorpresa—Nunca dije que no lo haría —dijo entre risas.
—De verdad, ¡De verdad lo agradezco mucho!—le expresé totalmente aliviado.
—¿Siguen en la etapa de coqueteo?—pregunto buscando los papeles de salidas.
—¿Qué cosa?—solté inesperadamente nervioso—Amm no, él y yo sólo somos..
—¿Amigos?—completo por mi—Kook, he trabajado aquí por más de quince años, he tratado con chicos de tu edad mucho tiempo.
—Bueno...
—Aquí está—exclamó leyendo aquella hoja—La casa de los Park se encuentra en yeorye 42 beon- gil.
—Se lo agradezco mucho—dije brindándole una reverencia—Se lo compensaré señorita Seong.
Dije por último antes de salir.
Fuera ya del colegio, camino con paso rápido y zancadas largas con destino a la parada de autobuses, no fue necesario esperar su arribo porque cuando me acercaba, aquel autobús ya estaba esperando que las personas terminaran de subir, para luego disponerse a avanzar.
Una vez baje de el, atravesé unos cuantos callejones y vecindarios solitarios para llegar a la dirección que la señorita Seong me había proporcionado, todo esto me llevo hasta una puerta de color marrón, que abría paso a una casa de dos pisos color blanca.
Ya no había marcha atrás, después de todo ya estaba aquí, (muy lejos de mi hogar, cabe recalcar)
Di un larga bocanada de aire para llevar aire a mis pulmones, y por fin me decidí a tocar el timbre.
Cinco segundos aguardando fueron necesarios para escuchar el sonido de la perilla abriéndose y después observar a un rubio asomar la cabeza.
—¿Jungkook?—fue lo primero que exclamo al verme parado frente a su casa—¿Q-que haces aquí?
—Vine a ver si todo se encontraba bien y...
—No creo que sea un buen momento—interrumpió pero pude notar el cansancio en su voz—En este instante estoy un poco ocu...—de pronto el ruido de un objeto de cristal impactando contra el suelo se hizo presente haciéndonos sobresaltar a los dos—¡Por Dios! Pasa...
Soltó dejando escapar un suspiró y caminó dentro de la casa con prontitud dejando la puerta abierta para que entrara. Inmediatamente saqué el espejo de mi bolsillo para observar si mis pupilas se habían dilatado mientras me adentro al interior con lentitud admirando todo a mi alrededor, pero yo las veía bastante normales; quito mis zapatos para poder pisar aquel suelo de madera, la estancia era acogedora, los muebles eran de color gris con cojines azules, las paredes blancas con fotos colgadas en ellas, el ruido de la televisión inundaba el lugar. Después, se daba paso al pequeño comedor con cuatro sillas y luego a la cocina.
—Mamá, ¿Que haces aquí?—hablo con dulzura mientras tomaba a su madre del antebrazo con suma delicadeza—Vamos, necesitas descansar un poco.
—No, necesito preparar la comida, tú padre debe ir a trabajar—le respondió ella arrastrando las palabras—Y tú hermano, tú hermano debe ir a la universidad.
Algo en definitiva no estaba bien aquí.
—El turno de papá empezó hace unas horas—le comentó Park riendo levemente—Y Jihyun...mmm él no está.
Al oír aquello, no puso más resistencia y se dejó conducir por su hijo hasta el segundo piso, donde suponía yo, se encontraba su habitación.
Unos pocos minutos después, visualicé al rubio bajando las escaleras.
—Lo siento—fue lo primero que menciono cuando llegó hasta donde me encontraba.
—¿Qué le pasó?—me atreví a preguntar, es que simplemente no podía evitar el ser directamente curioso.
—Mi madre sufre de depresión—confesó llevando su pelo hacia atrás.
Y eso fue lo ultimo que pude haberme imaginado.
—El doctor cambió su receta ayer, y los antidepresivos que tomó le dieron ansiedad—continuó explicando—Así que mi padre le dio otro medicamento para calmar esa ansiedad, sin embargo...Temo que eso le calmo la ansiedad pero termino drogándola Jeon—dijo divertido.
—¡Diablos!—respondí sin saber con exactitud qué hacer.
—Papá tenía que trabajar y en definitiva no podía dejarla sola, no así, por eso estoy aquí—comentó apagando la televisión.
—Pero, ¿Y tú supuesto hermano?—cuestione—Escuche decir a tú madre que va a la universidad, todo este tiempo creí que eras hijo único.
Su expresión se tensó levemente, y luego una no tan marcada sonrisa se hizo presente en su rostro.
—Mi hermano falleció hace dos años Kook, en un accidente de motocicleta—contestó sereno.
Deseé cientos de veces no haber preguntado en primer lugar, y aquel debió notar mi no tan buena reacción, así que continuó...
—Descuida, es algo que ya superamos mi padre y yo, mi madre, sigue trabajando en ello—dijo—No me incomoda.
—No tenía idea, lo lamento Minnie.
Su rostro se relajó al escuchar el nombre por el que lo había llamado, y me alegré por dar en el blanco.
—No se lo digo a casi nadie—dijo tomando asiento y palmeó el lugar a su lado indicando que también me sentará, cosa que por supuesto, hice—Solo lo saben unas cuántas personas, y con "Unas cuantas personas" me refiero a algunos profesores, familiares, algunos amigos y a ti.
—Entonces...que bueno que vine. Así no te aburrirás solo.
—Te lo agradezco Jungkook, enserio—me dijo mostrándome una genuina sonrisa.
Y solo bastó esa sonrisa para decirme, que en definitiva, ya había perdido.
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