[13. El amor es un juego de...]
Idiota.
La raíz idios, significa en griego "lo privado, lo personal, lo particular", es la misma raíz que comparten la palabra "idiosincrasia" por lo que idiota era aquel tipo de persona que sólo se preocupaba de sí mismo, de sus propios intereses privados, sin prestar atención a los intereses públicos.
Idiota en la actualidad significa: Jeon Jungkook.
Idiota era la palabra perfecta para definirme después de la estúpidez que cometí al término de aquel beso.
No podría volver a verlo sin sentir una ola de vergüenza.
¿Evitarlo sería lo mejor? Me pregunté.
«No suena mal después de todo» me conteste.
Comencé a caminar sigilosamente por los pasillos del colegio repletos de estudiantes y/o profesores, miraba hacia todos lados sintiéndome alerta, pero al no notarlo cerca, me incorporé y decidí caminar con tranquilidad hacia mi aula, aún era temprano.
—¿Creíste que te salvarías de mi tan fácil? —se escuchó detrás mío haciendo que me tensara inmediatamente.
Tragué grueso, giré sobre mis talones con nerviosismo y el alma abandonó mi cuerpo cuando logré visualizarlo.
—Ey, ¿Qué tal?—fue lo que salió de mi boca.
—¿"Ey, qué tal"?—cuestionó frunciendo el entrecejo—¿Es lo único que dirás después de dejarme ayer?
—¿Lo siento?—respondí encogiéndome de hombros esperando lo mejor.
—¡Me besaste y luego saliste huyendo en taxi! No se supone que así deba suceder.
—¡Shhh!—le callé avergonzado al ver que los demás nos volteaban a mirar.
No es como si me importara demasiado, pero de cierto modo sentía que lo ocurrido era algo muy mío, nuestro, algo privado.
—Es que yo...yo, no estaba pensando—dije bajando el volumen de mi voz.
Exacto, no estaba pensado.
No pensé en los sentimientos o pensamientos de Jimin al robarle un beso.
Sólo pensé en lo avergonzado, preocupado e incómodo que yo me sentía al haber actuado por impulso.
—¿Entonces dices que fue un er...
—No—le interrumpi sin esperar que terminara de decir la palabra—Yo no le llamaría a eso un error porque si bien no estaba pensando, si estaba consiente.
Su expresión furiosa cambió automáticamente a una sorprendida.
—Y yo...bueno, lo siento—continúe llevando mi mano a la nuca—Quizá esperabas un beso bajo la lluvia típico de las películas de romance juvenil, pero...
—No es tu estilo, lo sé—continuo más relajado—Pero eso no es lo que me importa Jeon, lo importante ¡es que me dejaste mojándome como si fuera una plantita siendo regada!
—Ah—conteste riendo avergonzado.
—Llegue a mi casa empapado, moje todo a mi paso—se quejó con un puchero.
—Tal vez debí darte el taxi a ti—susurre sintiéndome pésimo al imaginármelo llegando así.
—O irnos juntos tampoco era una mala opción—contestó negando pero pude ver que estaba aguantando la risa—Sólo, vamos a clases ¿Quieres?
La primera clase comenzó en punto de las siete de la mañana con matemáticas, seguido de lengua y después con historia.
Así hasta dar término con la jornada, sin contar los descansos.
Me despedí de Jimin a la salida del salón para correr a los vestidores, pues ese día tenía entrenamiento y luego ensayo en la dichosa obra escolar, cuyo estelar estaba ya a la vuelta de la esquina.
—¡Kook!—saludo Seungyoun una vez me vio entrar a los vestidores—Llegas temprano.
Aquel pelinegro era parte del equipo y al que podría llegar a nombrar como "amigo". Pues su manera de ser, sentía que de cierto modo era compatible con mi manera de ser. Aunque, sólo hablábamos durante las prácticas.
—Sorpresa—le respondí sonriente tomando asiento a su lado.
—Escuche que actuaras en la obra—río atándose los cordones de sus tachones—Qué guardadito te lo tenías.
—Cállate—le respondí rondando los ojos—Alguien me convenció de hacerlo, no pude negarme.
—¿Escuchaste lo de Guk?—cuestiono burlón.
—¿Qué hay con el?
—In hizo todo un escándalo cuando su novio, ahora ex, lo terminó—exclamó dramáticamente—Yo estaba en primera fila, estuvo como pelea de película.
Asentí escuchando atentamente y al mismo tiempo me quitaba la camisa para cambiarme el uniforme de entrenamiento.
—Al fin abrió los ojos ese chico, ¿Cómo se llamaba?—se preguntó mirando hacia el techo, como si ahí fuese a encontrar una respuesta.
—Jimin—le dije.
—Eso, Jimin—dijo sonriente—In Guk no lo valoraba lo suficiente—continuó como la gran doña chismosa que era—Regresaban y terminaban, regresaban y terminaban, era un cuento de nunca acabar, además...dicen, ya sabes, que fue por ti.
Mis ojos se ensancharon al oírlo.
—¿P-por mi?—cuestione tontamente apuntándome.
—Amigo, creí que eras ciego, pero no tan ciego—negó repetidas veces con movimientos lentos—Además, me has abandonado por pasar tiempo con él.
—Pues lo siento señor dramático, ahora ¿Podríamos dejar de hablar y apresurarnos? Quiero llegar y calentar antes que todos.
No, no era eso.
Sólo era mi yo sintiéndose culpable.
—Como siempre—finalizó.
Mi compañero y yo salimos a la cancha apenas terminamos de vestirnos, el profesor ya estaba listo esperando a todo el equipo.
Trotamos un poco, estiramos, hicimos pases con el balón, interescuadras, y practicamos los recorridos para el partido del viernes, hasta que el entrenador decidió darle fin al entrenamiento por ese día.
—Cuidado, ahí viene—susurró Seungyoun en un susurro para después alejarse no siendo absolutamente nada discreto.
—¿Te divertiste ayer con él?—soltó Guk terminando de acercarse.
¿Cómo se había enterado? Un fastidio me recorrió el cuerpo
Tanto que estuve a punto de contestarle con un «No tengo nada de que hablar contigo In, fuera de la cancha somos dos completos extraños.» pero en su lugar dije...
—Si, no tienes idea de cuán divertido fue—le respondí sonriendo, y eso no hizo más que irritarlo.
—Mucho cuidado Jeon—espetó parándose frente a mi—Jimin no tardará en regresar rogándome como lo hace siempre, esto no es más que un descanso que decidimos tomar, no es definitivo.
—¿Tan seguro estás?—dije aguantando las ganas de ponerle esta vez el otro ojo morado.
—Uf, estoy lo suficientemente seguro.
—Entonces no lo conoces—conteste realmente conteniéndome.
—¿Enserio? Incluso puedo apostar, mira—dijo señalando algo con la cabeza, lo cual hizo que volteara.
El susodicho, caminaba sosteniendo los tirantes de su mochila hacia nosotros, y rogué, rogué para que él idiota a mi lado estuviera equivocado.
—Esta más claro que el agua, viene a verme a mi—soltó acercándose a él.
Y yo por más que intente seguirle el paso, no pude, mis piernas no obedecían mis órdenes.
—¿Y?—soltó al frente suyo cortando su paso, obligándolo a levantar la mirada—¿Lo reconsideraste? Sé que no puedes vivir sin mí y por eso viniste a...
—No vine a verte a ti—lo interrumpió con seriedad—¡Jeon! ¡¿Vamos a casa juntos!?—grito y la fierecilla se alocó dentro mío.
Sintiendo la victoria recorriendo mis venas, tome mis cosas apresurado y corrí hasta donde se encontraban.
—¿No habrá ensayo hoy?—le cuestione con el orgullo elevado, ignorando descaradamente al engreído ese.
—Se canceló, Yoongi no se sentía del todo bien.
—Rayos, iré a verlo—dije ganándome una mala mirada de su parte—Pero ahora no, vamos—dije sonriéndole como un completo tonto.
—¡Dios! Eso fue intenso ¿No crees?—exclamó soltando el aire retenido una vez nos alejamos de la cancha—Enfrentarlo, casi me da una taquicardia.
Dicen que el amor es un sentimiento con el que día a día nos toca vivir y de muchas maneras, puedes hallarlo en una persona conocida que siempre estuvo a tu lado, en quien menos lo esperas, o simplemente en alguien que apenas conoces.
Para mi, el amor siempre fue un juego de ajedrez,
Donde se persigue la conquista del territorio, la posesión del amado adversario e incluso, si la primera se tiñe de la toxicidad de la segunda, el dominio absoluto sobre la zona ocupada.
Y yo...bueno, yo era un peón.
No sabía amar, solo daba pasos cortos hasta llegar al final del tablero para poder descubrir otra forma de querer.
Para mi, el amor era un juego.
Un juego en el que yo, ya había perdido.
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